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“La nueva filtración del capítulo de Propiedad Intelectual del TPP demuestra una vez más que Estados Unidos no está dispuesto a ceder posiciones. Después de más de cuatro años de negociaciones, el gobierno de Chile debe plantearse seriamente si quiere seguir adelante con un proceso que no demuestra ninguna mejoría para los intereses del país”, declaró Claudio Ruiz, director ejecutivo de ONG Derechos Digitales, organización que en una colaboración investigativa con WikiLeaks, ha tenido la oportunidad de analizar las implicancias de este documento.
El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica –o TPP por sus siglas en inglés– es un tratado de libre comercio multilateral, impulsado mayormente por Estados Unidos, que involucra a 12 naciones de la región Asia Pacífico (entre ellas, México, Perú y Chile). En sus casi cuatro años de negociación secreta, ha recibido múltiples críticas a nivel local y mundial debido, principalmente, a su falta de transparencia y sus efectos en los derechos digitales y de consumidores, como los de acceso a la salud de los ciudadanos, entre otros.
Según el análisis de ONG Derechos Digitales, desde el punto de vista de los derechos humanos, uno de los aspectos más preocupantes que persisten en el texto filtrado es que se está obligando a los gobiernos a aumentar la persecución criminal de las infracciones a la propiedad intelectual, incrementando las acciones que constituirían delitos así como las penas aplicables, imponiendo a las autoridades públicas el deber de perseguir dichas infracciones incluso si los supuestos afectados no reclaman. Esto amenaza con crear más espacio para la arbitrariedad policial, más riesgos para nuestros derechos fundamentales, y más presión en el gasto público para proteger intereses esencialmente privados.
Esta persecución también aumenta con los infractores de los derechos de autor en línea y establece un régimen de vigilancia desproporcionado que afecta la privacidad de las personas y pone en riesgo la libertad de expresión de los ciudadanos: con esta nueva filtración del TPP, queda claro que no sólo las empresas que prestan servicios en Internet estarían espiando el comportamientoonline de sus usuarios para proteger los derechos de autor de cierta industria norteamericana, sino que también otros prestadores en línea estarían obligados a vigilar a sus usuarios, como las redes privadas que se usan en los lugares de trabajo, universidades, etcétera.
Esta nueva filtración del TPP se produce en uno de los momentos más delicados de la negociación, debido, por un lado, a que Japón y Estados Unidos estarían con posiciones abiertamente encontradas y, por otro, que no parece haber espacio para que el Congreso de EE.UU. le otorguefast track al gobierno federal para autorizar la puesta en marcha del tratado. Todo indicaría que las negociaciones se extenderían por al menos un año más, salvo que haya un acuerdo político de alto nivel.
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“La nueva filtración del capítulo de Propiedad Intelectual del TPP demuestra una vez más que Estados Unidos no está dispuesto a ceder posiciones. Después de más de cuatro años de negociaciones, el gobierno de Chile debe plantearse seriamente si quiere seguir adelante con un proceso que no demuestra ninguna mejoría para los intereses del país”, declaró Claudio Ruiz, director ejecutivo de ONG Derechos Digitales, organización que en una colaboración investigativa con WikiLeaks, ha tenido la oportunidad de analizar las implicancias de este documento.
El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica –o TPP por sus siglas en inglés– es un tratado de libre comercio multilateral, impulsado mayormente por Estados Unidos, que involucra a 12 naciones de la región Asia Pacífico (entre ellas, México, Perú y Chile). En sus casi cuatro años de negociación secreta, ha recibido múltiples críticas a nivel local y mundial debido, principalmente, a su falta de transparencia y sus efectos en los derechos digitales y de consumidores, como los de acceso a la salud de los ciudadanos, entre otros.
Según el análisis de ONG Derechos Digitales, desde el punto de vista de los derechos humanos, uno de los aspectos más preocupantes que persisten en el texto filtrado es que se está obligando a los gobiernos a aumentar la persecución criminal de las infracciones a la propiedad intelectual, incrementando las acciones que constituirían delitos así como las penas aplicables, imponiendo a las autoridades públicas el deber de perseguir dichas infracciones incluso si los supuestos afectados no reclaman. Esto amenaza con crear más espacio para la arbitrariedad policial, más riesgos para nuestros derechos fundamentales, y más presión en el gasto público para proteger intereses esencialmente privados.
Esta persecución también aumenta con los infractores de los derechos de autor en línea y establece un régimen de vigilancia desproporcionado que afecta la privacidad de las personas y pone en riesgo la libertad de expresión de los ciudadanos: con esta nueva filtración del TPP, queda claro que no sólo las empresas que prestan servicios en Internet estarían espiando el comportamientoonline de sus usuarios para proteger los derechos de autor de cierta industria norteamericana, sino que también otros prestadores en línea estarían obligados a vigilar a sus usuarios, como las redes privadas que se usan en los lugares de trabajo, universidades, etcétera.
Esta nueva filtración del TPP se produce en uno de los momentos más delicados de la negociación, debido, por un lado, a que Japón y Estados Unidos estarían con posiciones abiertamente encontradas y, por otro, que no parece haber espacio para que el Congreso de EE.UU. le otorguefast track al gobierno federal para autorizar la puesta en marcha del tratado. Todo indicaría que las negociaciones se extenderían por al menos un año más, salvo que haya un acuerdo político de alto nivel.
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