Para evitar que la aficción al cannabis, cuya distrubión está permitida legalmente desde diciembre a razón de 40 gramos mensuales para cada ciudadano, sea causa de reprobación social, las autoridades uruguayas pretenden diseñar un software que permita “con la máxima seguridad” guardar la información sobre los consumidores y evitar su divulgación. De ese forma se pretende evitar la incompresión por parte de empleadores, así como despidos o cierta estigmatización.
Según el diario ‘El Observador’, actualmente no se descarta la posibilidad de crear una especie de “bunker” en la base de datos de la Presidencia, restringiendo el acceso a estos registros a dos funcionarios que podrán acceder al sistema de seguridad sólo de un modo sincronizado.
No obstante, una vez aprobada la venta de cannabis, las autoridades uruguayas también tendrán que permitir el acceso a estos datos “sensibles” al personal de las farmacias, lo que ampliará el círculo de las personas autorizadas, aumentando así los riesgos que amenazan su confidencialidad. Otro problema pendiente por resolver para aplicar la ley, según las fuentes citadas por el diario, consiste en un “boicot” de la iniciativa por parte de los narcotraficantes que están interesados en sabotearla.
Para ejercer su derecho a consumir marihuana y guardarlo en secreto, los ciudadanos tendrán que registrarse con su cédula de identidad en el futuro Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) y recibir una tarjeta sin datos identificatorios en su exterior. A los datos de usuarios de marihuana también se extenderá la ley sobre la protección de los datos personales, de tal forma que su utilización no estará permitido sin el previo consentimiento del usuario.
La ley sobre la legalización de la marihuana impulsada por el presidente del país, José Mujica, en 2012, fue aprobada en diciembre pasado. Según el propio presidente, la ley contribuirá a combatir el crimen organizado en Uruguay y a “regular un mercado que ya existe”, cuando otras medidas para erradicar el narcotráfico han fracasado.
Para evitar que la aficción al cannabis, cuya distrubión está permitida legalmente desde diciembre a razón de 40 gramos mensuales para cada ciudadano, sea causa de reprobación social, las autoridades uruguayas pretenden diseñar un software que permita “con la máxima seguridad” guardar la información sobre los consumidores y evitar su divulgación. De ese forma se pretende evitar la incompresión por parte de empleadores, así como despidos o cierta estigmatización.
Según el diario ‘El Observador’, actualmente no se descarta la posibilidad de crear una especie de “bunker” en la base de datos de la Presidencia, restringiendo el acceso a estos registros a dos funcionarios que podrán acceder al sistema de seguridad sólo de un modo sincronizado.
No obstante, una vez aprobada la venta de cannabis, las autoridades uruguayas también tendrán que permitir el acceso a estos datos “sensibles” al personal de las farmacias, lo que ampliará el círculo de las personas autorizadas, aumentando así los riesgos que amenazan su confidencialidad. Otro problema pendiente por resolver para aplicar la ley, según las fuentes citadas por el diario, consiste en un “boicot” de la iniciativa por parte de los narcotraficantes que están interesados en sabotearla.
Para ejercer su derecho a consumir marihuana y guardarlo en secreto, los ciudadanos tendrán que registrarse con su cédula de identidad en el futuro Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) y recibir una tarjeta sin datos identificatorios en su exterior. A los datos de usuarios de marihuana también se extenderá la ley sobre la protección de los datos personales, de tal forma que su utilización no estará permitido sin el previo consentimiento del usuario.
La ley sobre la legalización de la marihuana impulsada por el presidente del país, José Mujica, en 2012, fue aprobada en diciembre pasado. Según el propio presidente, la ley contribuirá a combatir el crimen organizado en Uruguay y a “regular un mercado que ya existe”, cuando otras medidas para erradicar el narcotráfico han fracasado.
Compartir esto: