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Un ‘tendedero político’ lucha contra la manipulación mediática en México

Cada sábado, en pleno corazón de la capital mexicana, un grupo de inconformistas cuyo objetivo es acercar las noticias al público, construyen un tendedero, pero en lugar de colgar la ropa, airean información. Su estudio de emisión es la calle y su público son los viandantes. No hay publicidad, ni tampoco barreras, es comunicación ciudadana en estado puro.

“Tratamos de sacar noticias que no se emiten por televisión ni se escuchan en la radio. Lo hacemos de manera popular, es un medio de comunicación popular, en las calles. Por eso, tratamos de dar información más precisa de la que nos cuenta la televisión”, dice Víctor Hugo Ovando, fundador del movimiento.

Armados  solo con cuerdas, papel y pinzas, jóvenes como Víctor pretenden desenmascarar los intereses comerciales que hay detrás de la información ‘mainstream’. Para ello rastrean documentos oficiales, medios alternativos y participan en iniciativas culturales y de participación ciudadana.

“Aquí en México tradicionalmente lo que vemos a través de los medios de comunicación es una manipulación de la información para tener controlada a la gente”, indica otra activista, Samantha Fouilloux.

Detrás de la información que llega al público a través de las grandes televisiones están los intereses internacionales y los grupos empresariales, destacan representantes del movimiento, pero detrás de la información popular del tendedero lo que hay son simples ciudadanos comunes que lo que intentan es que la población se informe de manera adecuada.

Algunos de los temas que figuran en esos tendederos son la reforma energética o el plan contra el hambre impulsado por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que, según los miembros del movimiento, solo favorece a grandes grupos como Pepsi, Monsanto o Bimbo. WikiLeaks es otro de los grandes protagonistas del tendedero.

“No se le está dando la importancia [necesaria] a este caso que está moviendo al mundo de una forma muy fuerte. […] En el tendedero tenemos esta parte de WikiLeaks porque queremos que la gente sepa los riesgos que han pasado para desenmascarar lo que hace EE.UU.”, afirma Samantha.
En la calle los viandantes aceptan de buen grado esta iniciativa. “Es interesante, ya que aquí en México las grandes empresas tienen la televisión en abierto y es un monopolio con el que disfrazan las noticias”, piensa Gonzalo, un viandante más de la capital. Al parecer, estos reporteros ciudadanos logran que los mexicanos que se acercan a su tendedero se interesen por la actualidad y la miren con ojos críticos, algo que, según afirman, es el primer paso hacia una sociedad libre.