Entendemos el software libre como una “pangea” desde la cual se desprenden diversos proyectos importantes para el funcionamiento en democracia del mundo cuyo soporte es la tecnología, de él se inspiró el creative commons, el hardware libre, el open data, el open government, entre otros. Sin duda, el software libre ha sido una fuente inspiradora para los procesos de activismo tecnológico.
Un escenario significativo: el hardware libre.
Los vínculos entre corporaciones privativas de hardware y software plantearon un nuevo reto: la posibilidad de estrangulamiento parcial del proyecto software libre a razón de políticas corporativas, tales como los proyectos
DRM o la abierta negativa de proveedores de hardware -tal es el caso de ATI- en NO proveer los códigos fuentes o las especificaciones técnicas de su software para impedir gozar de aceleración gráfica libre (
vea campaña de la Free Software Fundation), entre otros. Igualmente el gran lobby corporativo transnacional privativo, el cual, en los últimos años ha intentado limitar el impacto del software libre en el seno de las administraciones públicas resultando victoriosos algunas veces, otras no -afortunadamente-. En este contexto, el Hardware libre se considera como una alternativa vital al sumar esfuerzos a las acciones favorables en favor del acceso sin restricciones a la tecnología.
Internet, un escenario objetivo de investigación.
El mundo de las telecomunicaciones se compone de software, hardware, redes y contenidos. De estos cuatro aspectos se desprende un sinnúmero de derivados que constituyen un problema Objetivo: internet.
A través de los años la tecnología ha penetrado y reconfigurado parte importante de nuestras formas de vida, en dicho contexto se han dinamizado nuevos escenarios de poder, entendiendo poder como la capacidad de un grupo a decidir y con ello de afectar un segmento importante de la población. Se han constituido, articulado y fortalecido poderes con capacidades de persuasión socialmente significativas (lobby político, concentración de mercado tecnológico, monopolio tecnológico, políticas públicas reguladas desde las corporaciones tecnológicas, existencia de una bolsa de valores específica para la gestión de estos bienes, regulación de contenidos, entre otras). Aquí hago referencia a las corporaciones de tecnología en las que incluyo organismos productores de software, hardware, proveedores de internet y de contenidos digitales.
Internet no es una abstracción, es una realidad compuesta por una infraestructura principalmente privada, sujeta a lógicas corporativas en pugna -algunas veces- también en pugna con las regulaciones Estatales. Datacentes, backbones, software, hardware, contenidos, constituyen un nuevo tejido corporativo cuyo poder emerge y descanza en la tenencia privada de la información de miles de millones de seres humanos, de su administración y control, igualmente de la dependencia tecnológica que abre ciclos, cada vez mas cortos, de actualización y endeudamiento público -también privado- por la adquisición tecnológica privativa. Internet pudo ser libre, a los sumo, los primeros 10 años de su existencia, luego la transformaron en el alter ego en el que hoy la han convertido. AT&T era ya un monopolio cuando nació internet, en el mundo existen solo 6 proveedoras internacionales de conectividad con la capacidad de fibra óptica que exige un planeta cada vez más interdependiente: solo 6 y todas son privadas, la mayoría de las datacenters también lo son.
Aparejada con el modelo neoliberal, internet ha sido privatizada palmo a palmo y quienes la administran son ahora gigantes corporativos cuyas ganancias netas anuales hacen empalidecer Gobiernos. En este contexto, el debate se plantea de forma diferente, más allá del libreto de un “internet libre”, el enfoque tecnopolítico deberá explorar las tenazas que sostienen estas correlaciones, así mismo, las fuerzas dinámicas sociales objetivas que puedan reorganizar para bien general este panorama.
La tecnopolítica como momento teórico.
Poco se profundiza -interdisciplinariamente- respecto de estas correlaciones de poder (infraestructura – industria). Si bien el software libre es considerado como escenario de debate de las relaciones de poder del mundo del software, carece de una estructura conceptual que articule las relaciones entre las partes del escenario tecnológico, desde sus relaciones extractivas de materias primas hasta su sistema de leyes y legitimación. A través del cuadro que sigue intento dilucidar la estructura problemática de la tecnopolítica -en fase beta por supuesto-.
Acuño el término tecnopolítica a sabiendas que de él se han desprendido diferentes acepciones, aquí, entenderemos la tecnopolítica como “Escenario de reflexión respecto a las contradicciones halladas en el seno de las relaciones sociales tecnológicas, sus contradicciones de poder y su geopolítica” para posteriormente entenderla en el plano social como “escenario de reflexión y acción respecto a las luchas sociales que deberán existir en los ámbitos propios de la tecnología y sus relaciones políticas y de poder”.
La articulación del software libre y el hardware libre con la tecnopolítica es evidente, no tanto como elementos cuyos centros de reivindicación social son coincidentes, sino como un articulado en la construcción de un discurso apto para el debate cíudadano de cara a los años que vienen, un discurso nacido del análisis objetivo de las relaciones políticas y económicas que sustentan las infraestructuras físicas de internet, sus escenarios extractivos de materias primas en el planeta, la tenencia privada del cableado de redes continentales que lo sustenta, las relaciones de poder que se evidencian toda vez que la información del planeta se alberga cada vez más en centros de datos privados, la vinculación de éstos con las relaciones de software y hardware privativo, la articulación también cada vez más evidente con nuevos conglomerados económicos vinculados con la industria de los contenidos digitales y su representación bursatil y de propiedad, entre otros.
Aún no se ha construido un discurso articulado, un discurso, que supere la sobreutilización de aquello llamado hacktivismo para explicarlo todo en lo referente a las motivaciones y/o acciones que señalan problemáticas en los ámbitos de internet, entiéndase actualmente el hacktivismo como acción coyuntural animada bajo acuerdos, con objetivos específicos de acción. Así mismo el significado del término “tecnopolítica” que han acuñado un conjunto de activistas en el contexto de las
movilizaciones sociales españolas del 2011, en las que -cabe decir- es considerada (la tecnopolítica) solo como un discurso que hace “ver” el impacto que las redes sociales generan en los escenarios de articulación de protestas y/o movilizaciones sociales. Hay un hueco teórico, es evidente.
Software, hardware y cultura libre, fuentes problematicas de articulación tecnopolítica.
El software, hardware y la cultura libre no son únicamente líneas hermanas, son expresiones que han nacido en el transcurso de varias décadas y que han señalado la existencia de un conjunto de problemas objetivos en los ámbitos y fronteras propias del mundo de la tecnología.
El software y hardware libre aseguran empoderamiento ciudadano, transparencia, reducción de monopolios y con ello mantenimiento de la democracia. La cultura libre garantiza accesos al saber, y con ello, el mantenimiento de derechos. La tecnopolítica análiza política, sociológica y geopolíticamente las relaciones sociales y corporativas de base tecnológica, alertando y accionando sobre aquellas dinámicas que limiten el poder ciudadano en el ámbito de las telecomunicaciones.
Escrito por Farid Amed
Corregido por Cecilia Vega S
Entendemos el software libre como una “pangea” desde la cual se desprenden diversos proyectos importantes para el funcionamiento en democracia del mundo cuyo soporte es la tecnología, de él se inspiró el creative commons, el hardware libre, el open data, el open government, entre otros. Sin duda, el software libre ha sido una fuente inspiradora para los procesos de activismo tecnológico.
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