Señor Director:
En relación con la declaración pública que apareció en “El Mercurio” el 8 de diciembre, titulada “Chile debe transparentar la negociación del TPP”, así como otras publicaciones y artículos sobre el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), me parece relevante resaltar:
La participación de Chile en el TPP es la continuación de una política comercial de apertura, liberalización e inserción económica internacional de nuestro país, que se ha mantenido inalterada desde hace más de 30 años. Como parte de esa política, Chile se hizo miembro del Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC) desde hace dos décadas. En ese foro, Chile, Singapur, Brunei y Nueva Zelandia forjaron un Acuerdo Transpacífico Estratégico de Asociación Económica (P4), abierto a otros países que desearan sumarse en el futuro. El P4 entró en vigor el año 2006. Posteriormente, en 2008, durante el gobierno de Bachelet, se dio inicio al TPP con la incorporación de EE.UU., Australia y Perú. Más recientemente se integraron Vietnam, Malasia, México, Canadá y Japón. Otros países como Tailandia y Corea del Sur podrían ser los próximos.
En consecuencia, asumimos las negociaciones bajo los términos de referencia y normas de confidencialidad para los textos acordados por la administración anterior, en 2009. Las normas son comunes para todos los países que participan . Pese a que dichas reglas impiden dar a conocer los textos específicos en negociación, hemos compartido las posiciones en discusión y analizado los planteamientos de nuestro país con los más diversos grupos, entre los que se incluyen la sociedad civil, sectores vinculados a las temáticas del TPP, y las comisiones de RR.EE. y de Hacienda del Senado y la Cámara de Diputados, lo que continuará hasta la conclusión del proceso.
Este acuerdo dará lugar a la zona de libre comercio más grande del mundo, basada en un convenio con altos estándares de liberalización comercial, que profundizará sustantivamente las condiciones de acceso a mercado y mejorará las disciplinas tradicionales del comercio entre sus miembros. Además, propondrá un diseño moderno y ágil para un tratado comercial propio del siglo XXI.
Aunque Chile ya tiene acuerdos de libre comercio con los países del TPP, en ellos existen exclusiones, desgravaciones parciales, y subsisten barreras no arancelarias, así como sistemas débiles de solución de controversias. El TPP permitirá complementar estos acuerdos acelerando los calendarios de desgravación arancelaria; mejorando la oferta con algunos socios; estableciendo un sistema de acumulación de origen entre 12 países que representan un PIB de US$ 27.477 millones o un 40% del comercio mundial, entre otros beneficios. Es importante dejar en claro que ser parte del TPP no implicará la derogación de los acuerdos existentes entre Chile y los demás países que participan de este acuerdo, ni tampoco la pérdida de los beneficios ya existentes.
Por cierto, como en toda negociación, existe particular interés por el contenido que pudiera acordarse en algunas de las áreas objeto de negociación. Tal es y ha sido el caso de los capítulos de propiedad intelectual, medio ambiente y empresas públicas del Estado. Compartimos plenamente la importancia de estas y otras áreas, lo cual ha quedado claramente expresado en las negociaciones que se están realizando. Estos son temas sensibles, no solo para Chile, sino que para todos los que participan del TPP. Nuestra posición es y seguirá siendo que el acuerdo final que se adopte para el TPP debe traer claros e importantes beneficios para Chile.
Álvaro Jana Linetzky
Director General de Relaciones Económicas Internacionales
Señor Director:
En relación con la declaración pública que apareció en “El Mercurio” el 8 de diciembre, titulada “Chile debe transparentar la negociación del TPP”, así como otras publicaciones y artículos sobre el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), me parece relevante resaltar:
La participación de Chile en el TPP es la continuación de una política comercial de apertura, liberalización e inserción económica internacional de nuestro país, que se ha mantenido inalterada desde hace más de 30 años. Como parte de esa política, Chile se hizo miembro del Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC) desde hace dos décadas. En ese foro, Chile, Singapur, Brunei y Nueva Zelandia forjaron un Acuerdo Transpacífico Estratégico de Asociación Económica (P4), abierto a otros países que desearan sumarse en el futuro. El P4 entró en vigor el año 2006. Posteriormente, en 2008, durante el gobierno de Bachelet, se dio inicio al TPP con la incorporación de EE.UU., Australia y Perú. Más recientemente se integraron Vietnam, Malasia, México, Canadá y Japón. Otros países como Tailandia y Corea del Sur podrían ser los próximos.
En consecuencia, asumimos las negociaciones bajo los términos de referencia y normas de confidencialidad para los textos acordados por la administración anterior, en 2009. Las normas son comunes para todos los países que participan . Pese a que dichas reglas impiden dar a conocer los textos específicos en negociación, hemos compartido las posiciones en discusión y analizado los planteamientos de nuestro país con los más diversos grupos, entre los que se incluyen la sociedad civil, sectores vinculados a las temáticas del TPP, y las comisiones de RR.EE. y de Hacienda del Senado y la Cámara de Diputados, lo que continuará hasta la conclusión del proceso.
Este acuerdo dará lugar a la zona de libre comercio más grande del mundo, basada en un convenio con altos estándares de liberalización comercial, que profundizará sustantivamente las condiciones de acceso a mercado y mejorará las disciplinas tradicionales del comercio entre sus miembros. Además, propondrá un diseño moderno y ágil para un tratado comercial propio del siglo XXI.
Aunque Chile ya tiene acuerdos de libre comercio con los países del TPP, en ellos existen exclusiones, desgravaciones parciales, y subsisten barreras no arancelarias, así como sistemas débiles de solución de controversias. El TPP permitirá complementar estos acuerdos acelerando los calendarios de desgravación arancelaria; mejorando la oferta con algunos socios; estableciendo un sistema de acumulación de origen entre 12 países que representan un PIB de US$ 27.477 millones o un 40% del comercio mundial, entre otros beneficios. Es importante dejar en claro que ser parte del TPP no implicará la derogación de los acuerdos existentes entre Chile y los demás países que participan de este acuerdo, ni tampoco la pérdida de los beneficios ya existentes.
Por cierto, como en toda negociación, existe particular interés por el contenido que pudiera acordarse en algunas de las áreas objeto de negociación. Tal es y ha sido el caso de los capítulos de propiedad intelectual, medio ambiente y empresas públicas del Estado. Compartimos plenamente la importancia de estas y otras áreas, lo cual ha quedado claramente expresado en las negociaciones que se están realizando. Estos son temas sensibles, no solo para Chile, sino que para todos los que participan del TPP. Nuestra posición es y seguirá siendo que el acuerdo final que se adopte para el TPP debe traer claros e importantes beneficios para Chile.
Álvaro Jana Linetzky
Director General de Relaciones Económicas Internacionales
Compartir esto: