Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).- A estas alturas probablemente ya habrás escuchado del “TPP”, habrás visto ya cómo lo explican en YouTube y otros sitios con vegetales, gatos e incluso con dibujos hechos por el economista Robert Reich. Probablemente ya sabrás muchas cosas que te afectan con el TPP. Probablemente ya tendrás una idea bien formada de lo que esto significa. O no.
México es uno de los 12 países que ha negociado en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) un convenio que podría actualizar los convenios de comercio que actualmente se tienen con Estados unidos y Canadá con el Tratado de Libre Comercio y ampliar su mercado a más naciones.
Para el Gobierno federal, por supuesto, todo se tratan de buenas noticias. Al respecto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, manifestó que el TPP es sumamente beneficioso para el país, pues abrirá oportunidades de negocio con seis mercados (Nueva Zelanda, Vietnam, Singapur, Brunei, Australia y Malasia), lo que en teoría ocasionará mayor crecimiento económico para el país en los próximos 25 años.
Y sí, el TPP conectará a México con países con los que antes no era posible. Sin embargo, no se trata de un simple asunto de abrir opciones de mercado.
Así, el sector farmacéutico de genéricos, en particular, es el que más se opone y afirma que el acuerdo internacional perjudicará a la economía de las familias mexicanas, ya que el alrededor del 85 por ciento del medicamento que actualmente emplean los mexicanos es genérico.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que con las reglas de propiedad intelectual dispuestas en el TPP se pone en riesgo la producción de medicamentos genéricos, principalmente para el tratamiento del VIH/SIDA, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, al mercado de este tipo de medicamentos tampoco le trae ningún beneficio, dado que actualmente los medicamentos genéricos no se distribuyen con ninguna patente y poseen el mismo principio activo que las de marca, algo que cambiaría con el TPP, ya que entonces se extendería el plazo de la patente por 15 años, lo que afectaría además de las empresas farmacéuticas de genéricos a los ciudadanos.
El sector automotriz, la economía, el medio ambiente y la salud no serán los únicos ámbitos que se podrían ver afectados de aprobarse el tratado, también está en riesgo el acceso a la cultura y a la privacidad mediante la regulación de las telecomunicaciones.
¿CRIMINALIZAR A LOS CIBERNAUTAS?
Otro sector que podría resultar afectado es el desarrollo de software, ya que con las nuevas reglas de protección de propiedad intelectual los proveedores de servicios en línea, por ejemplo, pueden llegar a ser señalados como responsables de infringir las responsabilidades establecidas por el acuerdo.
Sin embargo, hay una tercera área que puede resultar gravemente afectada por el acuerdo internacional y ésta afecta en gran medida las libertades digitales, sobre todo en materia de censura.
Así, de acuerdo con las filtraciones de Wikileaks dadas a conocer por la organización civil Derechos Digitales, la aprobación del acuerdo implementaría un “sistema de monitoreo de contenidos a cargo de empresas privadas, sin ningún control o garantía de respeto a derechos humanos”.
Este mecanismo pondría una presión a intermediarios (como distribuidores de internet) “para que estos, de una manera autónoma, decidan censurar más información de la que deberían y funcionar, de alguna manera, como policías privadas de la información”, dice Luis Fernando García, director de Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), en entrevista con SinEmbargo.
No obstante, hay un punto importante para considerar, ya que, de acuerdo con la información proporcionada con Wikileaks, “a la fecha, no existe nada regulado sobre el tema” en la legislación mexicana.
De igual manera, en lo referente a la privacidad y datos personales, podrían incrementarse las “amenazas a la protección de datos personales” a través de normas que pudieran establecer el intercambio de información privada de particulares a países en donde la protección de la privacidad pudiera ser mucho más laxa que en México. Sí, más.
Lo anterior se traduciría, en pocas palabras, en menor privacidad para los cibernautas en favor de las empresas multinacionales, quienes son beneficiarias constantes en todos los puntos del TPP.
Así, existe la gran posibilidad que leyes nacionales para la protección de privacidad puedan ser invalidadas o controvertidas por empresas con base en el TPP.
“Otro de los riesgos que también se contemplan y que estamos a la espera de conocer al conocer el texto final es la posibilidad de que una persona pueda ser criminalizada por, por ejemplo, modificar algún dispositivo [computadora, teléfono, consola de videojuegos, DVD] de la manera que ellos decidan, rompiendo los canales digitales que les imponen para proteger derechos de autor.
El romper estos candados, aunque sea con fines legítimos como de investigación para ejercer un derecho [para proteger tu privacidad, para modificar de alguna manera estos dispositivos], aún cuando sea legítimo el fin… El hecho de romper el candado podría dar pie a penas criminales muy severas. Es algo que, se anticipa, podría venir”.
EL TRATADO OCULTO
Pero, volviendo a la pregunta inicial, ¿por qué existe la posibilidad de que no supieras esto? Quizás porque los gobiernos involucrados no se han esforzado mucho en dar a conocer qué es lo que traen entre manos desde hace casi una década.
Las negociaciones del TPP comenzaron en marzo del 2010 y han sido hechas de espalda a la comunidad de los países afectados. Hoy, todo lo que se sabe al respecto, es gracias a filtraciones de los textos oficiales, como las realizadas por Wikileaks en noviembre de 2013.
De acuerdo con Gisela Pérez de Acha, encargada de políticas públicas de la ONG latinoamericana Derechos Digitales, lo que el TPP busca es “beneficiar a grandes empresas multinacionales, poniendo en riesgo varios derechos humanos como el derecho a la salud, a la libertad de expresión en internet y al acceso a la cultura”.
“Es muy importante decir que hasta ahora todas son especulaciones porque el TPP fue negociado en completo secreto. Es decir, lo único que sabemos son de filtraciones de capítulos de propiedad intelectual, inversiones y medio ambiente publicadas en Wikileaks”, dice. “Pero el resto fue negociado totalmente a espaldas de la ciudadanía, lo cual nos lleva a hacernos una pregunta: ¿qué están escondiendo que no quieren que los ciudadanos veamos?”.
“El gobierno, sobre todo el gobierno de Enrique Peña Nieto, está diciendo que es muy bueno, que va a promover la inversión extranjera, que México va entrar a un mercado mundial mucho más amplio… Entonces, si esto es cierto, ¿por qué no publican el tratado en su integridad?”, agrega.
El TPP aparenta ser un tema que surgió de súbito debido al silencio con el que se desarrolló. Sin embargo, lo cierto es que tras años de pláticas en secreto, hace días se anunció el fin de la etapa de negociación, para ahora ser estudiado por los congresos nacionales para su aprobación o rechazo, sin posibilidad de modificación. Esto se traduce simplemente en un “sí” o “no” tajante.
“Está negociado [el acuerdo], pero hay procesos para la firma y adopción de tratados internacionales en México… Primero, Peña Nieto lo tiene que firmar… Ahora, lo otro es que el Senado lo tiene que ratificar”, dice Pérez de Acha a SinEmbargo. “El problema aquí es que el Senado sólo puede aceptar o rechazar, no puede modificar nada. (…) No tiene derecho a modificar lo que internacionalmente ya se negoció”.
“Es posible que el texto final haya cambiado”, dice García, respecto a lo que ahora ha sido dado a conocer en sitios como TPP Abierto. “Aún no es público, por una razón que no tiene justificación alguna y es lo que nuestra organización y otras estamos denunciando. La primera exigencia es que el texto tiene que hacerse público de manera inmediata para permitir un escrutinio público y un debate público que ha estado ausente durante los siete años de negociación, donde la sociedad civil ha sido marginada; pero, independientemente de eso, lo que alguna filtraciones señalarían que podría persistir en el texto del TPP puede ser [afectar] la privacidad.”
“Todas las cuestiones de la opacidad, de la exclusión de la sociedad civil y de estos mecanismos… la tesis detrás de esto es que los derechos de los inversionistas son importantes que los derechos humanos en cualquier caso y que ni siquiera vamos a confiar en su poder judicial interno, en sus normas internas”, agrega. “Por eso estamos exigiendo que se libere el texto y que haya una discusión pública.”
De nuevo se llega a una disyuntiva. Al haberse excluido a la sociedad civil de toda negociación previa y ahora que no se puede modificar el texto, los países involucrados están corriendo el riesgo de que la ciudadanía sólo tenga dos opciones: decir sí o no. Y –como concluye García– “si el TPP trae violaciones a derechos humanos, no solamente porque queramos… porque la constitución lo establece, tendremos que decir no”.
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Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).- A estas alturas probablemente ya habrás escuchado del “TPP”, habrás visto ya cómo lo explican en YouTube y otros sitios con vegetales, gatos e incluso con dibujos hechos por el economista Robert Reich. Probablemente ya sabrás muchas cosas que te afectan con el TPP. Probablemente ya tendrás una idea bien formada de lo que esto significa. O no.
México es uno de los 12 países que ha negociado en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) un convenio que podría actualizar los convenios de comercio que actualmente se tienen con Estados unidos y Canadá con el Tratado de Libre Comercio y ampliar su mercado a más naciones.
Para el Gobierno federal, por supuesto, todo se tratan de buenas noticias. Al respecto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, manifestó que el TPP es sumamente beneficioso para el país, pues abrirá oportunidades de negocio con seis mercados (Nueva Zelanda, Vietnam, Singapur, Brunei, Australia y Malasia), lo que en teoría ocasionará mayor crecimiento económico para el país en los próximos 25 años.
Y sí, el TPP conectará a México con países con los que antes no era posible. Sin embargo, no se trata de un simple asunto de abrir opciones de mercado.
Así, el sector farmacéutico de genéricos, en particular, es el que más se opone y afirma que el acuerdo internacional perjudicará a la economía de las familias mexicanas, ya que el alrededor del 85 por ciento del medicamento que actualmente emplean los mexicanos es genérico.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que con las reglas de propiedad intelectual dispuestas en el TPP se pone en riesgo la producción de medicamentos genéricos, principalmente para el tratamiento del VIH/SIDA, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, al mercado de este tipo de medicamentos tampoco le trae ningún beneficio, dado que actualmente los medicamentos genéricos no se distribuyen con ninguna patente y poseen el mismo principio activo que las de marca, algo que cambiaría con el TPP, ya que entonces se extendería el plazo de la patente por 15 años, lo que afectaría además de las empresas farmacéuticas de genéricos a los ciudadanos.
El sector automotriz, la economía, el medio ambiente y la salud no serán los únicos ámbitos que se podrían ver afectados de aprobarse el tratado, también está en riesgo el acceso a la cultura y a la privacidad mediante la regulación de las telecomunicaciones.
¿CRIMINALIZAR A LOS CIBERNAUTAS?
Otro sector que podría resultar afectado es el desarrollo de software, ya que con las nuevas reglas de protección de propiedad intelectual los proveedores de servicios en línea, por ejemplo, pueden llegar a ser señalados como responsables de infringir las responsabilidades establecidas por el acuerdo.
Sin embargo, hay una tercera área que puede resultar gravemente afectada por el acuerdo internacional y ésta afecta en gran medida las libertades digitales, sobre todo en materia de censura.
Este mecanismo pondría una presión a intermediarios (como distribuidores de internet) “para que estos, de una manera autónoma, decidan censurar más información de la que deberían y funcionar, de alguna manera, como policías privadas de la información”, dice Luis Fernando García, director de Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), en entrevista con SinEmbargo.
No obstante, hay un punto importante para considerar, ya que, de acuerdo con la información proporcionada con Wikileaks, “a la fecha, no existe nada regulado sobre el tema” en la legislación mexicana.
De igual manera, en lo referente a la privacidad y datos personales, podrían incrementarse las “amenazas a la protección de datos personales” a través de normas que pudieran establecer el intercambio de información privada de particulares a países en donde la protección de la privacidad pudiera ser mucho más laxa que en México. Sí, más.
Lo anterior se traduciría, en pocas palabras, en menor privacidad para los cibernautas en favor de las empresas multinacionales, quienes son beneficiarias constantes en todos los puntos del TPP.
Así, existe la gran posibilidad que leyes nacionales para la protección de privacidad puedan ser invalidadas o controvertidas por empresas con base en el TPP.
“Otro de los riesgos que también se contemplan y que estamos a la espera de conocer al conocer el texto final es la posibilidad de que una persona pueda ser criminalizada por, por ejemplo, modificar algún dispositivo [computadora, teléfono, consola de videojuegos, DVD] de la manera que ellos decidan, rompiendo los canales digitales que les imponen para proteger derechos de autor.
El romper estos candados, aunque sea con fines legítimos como de investigación para ejercer un derecho [para proteger tu privacidad, para modificar de alguna manera estos dispositivos], aún cuando sea legítimo el fin… El hecho de romper el candado podría dar pie a penas criminales muy severas. Es algo que, se anticipa, podría venir”.
EL TRATADO OCULTO
Pero, volviendo a la pregunta inicial, ¿por qué existe la posibilidad de que no supieras esto? Quizás porque los gobiernos involucrados no se han esforzado mucho en dar a conocer qué es lo que traen entre manos desde hace casi una década.
Las negociaciones del TPP comenzaron en marzo del 2010 y han sido hechas de espalda a la comunidad de los países afectados. Hoy, todo lo que se sabe al respecto, es gracias a filtraciones de los textos oficiales, como las realizadas por Wikileaks en noviembre de 2013.
De acuerdo con Gisela Pérez de Acha, encargada de políticas públicas de la ONG latinoamericana Derechos Digitales, lo que el TPP busca es “beneficiar a grandes empresas multinacionales, poniendo en riesgo varios derechos humanos como el derecho a la salud, a la libertad de expresión en internet y al acceso a la cultura”.
“Es muy importante decir que hasta ahora todas son especulaciones porque el TPP fue negociado en completo secreto. Es decir, lo único que sabemos son de filtraciones de capítulos de propiedad intelectual, inversiones y medio ambiente publicadas en Wikileaks”, dice. “Pero el resto fue negociado totalmente a espaldas de la ciudadanía, lo cual nos lleva a hacernos una pregunta: ¿qué están escondiendo que no quieren que los ciudadanos veamos?”.
El TPP aparenta ser un tema que surgió de súbito debido al silencio con el que se desarrolló. Sin embargo, lo cierto es que tras años de pláticas en secreto, hace días se anunció el fin de la etapa de negociación, para ahora ser estudiado por los congresos nacionales para su aprobación o rechazo, sin posibilidad de modificación. Esto se traduce simplemente en un “sí” o “no” tajante.
“Está negociado [el acuerdo], pero hay procesos para la firma y adopción de tratados internacionales en México… Primero, Peña Nieto lo tiene que firmar… Ahora, lo otro es que el Senado lo tiene que ratificar”, dice Pérez de Acha a SinEmbargo. “El problema aquí es que el Senado sólo puede aceptar o rechazar, no puede modificar nada. (…) No tiene derecho a modificar lo que internacionalmente ya se negoció”.
“Es posible que el texto final haya cambiado”, dice García, respecto a lo que ahora ha sido dado a conocer en sitios como TPP Abierto. “Aún no es público, por una razón que no tiene justificación alguna y es lo que nuestra organización y otras estamos denunciando. La primera exigencia es que el texto tiene que hacerse público de manera inmediata para permitir un escrutinio público y un debate público que ha estado ausente durante los siete años de negociación, donde la sociedad civil ha sido marginada; pero, independientemente de eso, lo que alguna filtraciones señalarían que podría persistir en el texto del TPP puede ser [afectar] la privacidad.”
“Todas las cuestiones de la opacidad, de la exclusión de la sociedad civil y de estos mecanismos… la tesis detrás de esto es que los derechos de los inversionistas son importantes que los derechos humanos en cualquier caso y que ni siquiera vamos a confiar en su poder judicial interno, en sus normas internas”, agrega. “Por eso estamos exigiendo que se libere el texto y que haya una discusión pública.”
De nuevo se llega a una disyuntiva. Al haberse excluido a la sociedad civil de toda negociación previa y ahora que no se puede modificar el texto, los países involucrados están corriendo el riesgo de que la ciudadanía sólo tenga dos opciones: decir sí o no. Y –como concluye García– “si el TPP trae violaciones a derechos humanos, no solamente porque queramos… porque la constitución lo establece, tendremos que decir no”.
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