Por Malva Gris
El trabajo remoto es llamado habitualmente con dos palabras en inglés, indistintamente: teleworking o telecommuting y como teletrabajo en castellano. Esta modalidad existe en Argentina y en el resto del mundo con mayor o menor difusión, principalmente en las empresas de software. Y existe en distintas modalidades: contratando una consultora en otro país, prestando servicios en forma personal para otro país, intercalando días de trabajo en la oficina o el cliente con días de trabajo en el propio domicilio.
El trabajo remoto mediante consultoras, en mi opinión personal, no es estrictamente trabajo remoto. La consultora, localmente emplea a sus desarrolladores en forma presencial o mixta.
Y en realidad, en estas notas, interesa profundizar sobre el otro trabajo remoto, el personal, el profesional.
Según he consultado, no es un trabajo para todos: muchos fracasan. No sólo algunos trabajadores fracasan, sino también algunas empresas lo hacen. Conozco un caso muy cercano de un gerente de desarrollo en Estados Unidos que no deja de tener dolores de cabeza con sus desarrolladores remotos: problemas de idiosincracia a la cabeza de la lista, problemas de idiomas, sobreentendidos, diferencias en la interpretación de los requerimientos, por más específicos y metodológicamente correctos que sean. Sobre esto hay mucho por trabajar.
En el aspecto personal hay varios inconvenientes: no todo el mundo tiene la autodisciplina para cumplir con este tipo de trabajo o bien para dedicar la cantidad de horas requeridas para obtener un sueldo que permita vivir con tranquilidad, renovar el equipo, la compra de licencias en caso de ser necesarias, gastos de banda ancha, entre otros.
Pero hay otros problemas que iremos desarrollando en sucesivas notas.
Volvamos al estado del arte.
El Ministerio de Trabajo de Argentina está interesado en fomentar el trabajo remoto. ¿Qué hace? Nada. Simplemente lo apoya (verhttp://www.trabajo.gov.ar/unidades/teletrabajo/teletrabajo.htm), menciona las ventajas, entre ellas (extraído de dicha url):
-Ahorro de tiempo y dinero en transportes y traslados.
-Disminución del estrés.
-Aumento notable de la libertad de acción, flexibilidad horaria y disponibilidad de tiempo.
-Posibilidad de combinar trabajo con otras actividades personales u otras ocupaciones.
-Aumentan las posibilidades laborales de personas con discapacidad, mujeres o personas que por alguna razón no pueden estar fuera de sus hogares mucho tiempo.
Envié un mail a la dirección provista por dicha página, el 07/ene/08 consultando sobre los avances en este tema pero a la fecha no he recibido respuesta. Obviamente aguardo una respuesta, ya que si la idea es moverse en forma remota, lo lógico es demostrar que estas herramientas y formas de comunicación REALMENTE FUNCIONAN.
La comunidad que padece algún tipo de discapacidad, las personas que desean desempeñarse en otras actividades, que desean dedicar parte de su tiempo a la investigación, al arte o al trabajo social, o aquellos que deben hacerse cargo sin ayuda de su familia, se verían muy favorecidos por el avance certero de esta modalidad de trabajo.
Por Malva Gris
El trabajo remoto es llamado habitualmente con dos palabras en inglés, indistintamente: teleworking o telecommuting y como teletrabajo en castellano. Esta modalidad existe en Argentina y en el resto del mundo con mayor o menor difusión, principalmente en las empresas de software. Y existe en distintas modalidades: contratando una consultora en otro país, prestando servicios en forma personal para otro país, intercalando días de trabajo en la oficina o el cliente con días de trabajo en el propio domicilio.
El trabajo remoto mediante consultoras, en mi opinión personal, no es estrictamente trabajo remoto. La consultora, localmente emplea a sus desarrolladores en forma presencial o mixta.
Y en realidad, en estas notas, interesa profundizar sobre el otro trabajo remoto, el personal, el profesional.
Según he consultado, no es un trabajo para todos: muchos fracasan. No sólo algunos trabajadores fracasan, sino también algunas empresas lo hacen. Conozco un caso muy cercano de un gerente de desarrollo en Estados Unidos que no deja de tener dolores de cabeza con sus desarrolladores remotos: problemas de idiosincracia a la cabeza de la lista, problemas de idiomas, sobreentendidos, diferencias en la interpretación de los requerimientos, por más específicos y metodológicamente correctos que sean. Sobre esto hay mucho por trabajar.
En el aspecto personal hay varios inconvenientes: no todo el mundo tiene la autodisciplina para cumplir con este tipo de trabajo o bien para dedicar la cantidad de horas requeridas para obtener un sueldo que permita vivir con tranquilidad, renovar el equipo, la compra de licencias en caso de ser necesarias, gastos de banda ancha, entre otros.
Pero hay otros problemas que iremos desarrollando en sucesivas notas.
Volvamos al estado del arte.
El Ministerio de Trabajo de Argentina está interesado en fomentar el trabajo remoto. ¿Qué hace? Nada. Simplemente lo apoya (verhttp://www.trabajo.gov.ar/unidades/teletrabajo/teletrabajo.htm), menciona las ventajas, entre ellas (extraído de dicha url):
-Ahorro de tiempo y dinero en transportes y traslados.
-Disminución del estrés.
-Aumento notable de la libertad de acción, flexibilidad horaria y disponibilidad de tiempo.
-Posibilidad de combinar trabajo con otras actividades personales u otras ocupaciones.
-Aumentan las posibilidades laborales de personas con discapacidad, mujeres o personas que por alguna razón no pueden estar fuera de sus hogares mucho tiempo.
Envié un mail a la dirección provista por dicha página, el 07/ene/08 consultando sobre los avances en este tema pero a la fecha no he recibido respuesta. Obviamente aguardo una respuesta, ya que si la idea es moverse en forma remota, lo lógico es demostrar que estas herramientas y formas de comunicación REALMENTE FUNCIONAN.
La comunidad que padece algún tipo de discapacidad, las personas que desean desempeñarse en otras actividades, que desean dedicar parte de su tiempo a la investigación, al arte o al trabajo social, o aquellos que deben hacerse cargo sin ayuda de su familia, se verían muy favorecidos por el avance certero de esta modalidad de trabajo.
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