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Política industrial en Chile: en busca del eslabón perdido

GRACIELA MOGUILLANSKY para El Mostrador

Enredada hasta hoy en un debate ideologizado, la política industrial, tal como la concibieron los países que avanzaron al desarrollo, no es tema en Chile. Están quienes sostienen que la única política posible es la neutral, es decir, aquella que no identifica sectores ni actividades específicas a impulsar por parte del Estado, tratando que éste incida lo menos posible en el mercado. Por otra parte, hay quienes critican a los que afirman que Chile debe diversificar sus exportaciones y agregar más valor, como si se estuviera menoscabando el esfuerzo de quienes trabajan en actividades primarias.

El principal vocero de la primera afirmación es el vicepresidente de Corfo, Hernán Cheyre,  con su discurso en contra del impulso a los clusters sectoriales, abortados tempranamente por el actualgobierno. Por su parte, Eugenio Tironi sostiene que la política destinada a diversificar exportaciones y elevar el nivel tecnológico y de valor de las mismas, “degradan la labor de los cientos de miles de compatriotas que trabajan en la minería, la piscicultura, la actividad forestal, la pesca, la fruticultura, y muchas otras actividades en que hay una directa relación entre el ser humano y lo que denominamos naturaleza”.

Lo que a Tironi se le olvida mencionar es que el bajo nivel de conocimientos y sofisticacióntecnológica propio de gran parte de estas actividades es, en buena medida, responsable de la precarización del empleo y la desigualdad salarial que caracteriza a Chile, con la excepción del cobre, actividad de la cual no puede esperarse que satisfaga la absorción de empleo requerida en el futuro.

  Como lo señaló Ricardo Hausmann,Director del Centro Internacional de Desarrollo de la Universidad de Harvard, en su visita a Chile el año pasado, si bien el horizonte cercano se vetranquilo, se visualizan problemas en el crecimiento futuro del país. La razón principal es que la economía chilena se mantiene en el espacio de producción de 20 años atrás, con una canasta exportadora estancada y cayendo detrás de sus competidores.

Esta postura desconoce por completo que ampliar la estructura productiva hacia actividades que incorporan más conocimientos, capacidades y calificaciones, tiene muchos beneficios: representa una palanca para mejoras en la educación y el ingreso, generando el círculo virtuoso observado en países que avanzan hacia la sociedad del conocimiento. Permite fortalecer al país frente a la caída  de los precios de las materias primas, aspecto muy importante en el largo plazo, aunque ahora estamos experimentando una bonanza en los mismos. Contribuye a mitigar los efectos de la  “enfermedad holandesa”(*) generada por el alza del precio del cobre y la alta concentración de las exportaciones en este mineral, cuya consecuencia más mediata es la revalorización o apreciación de la moneda local, situación que disminuye enormemente la competitividad de otros productos y servicios  nacionales.

A nivel internacional existen muchos estudios que muestran que mientras más diversificada y sofisticada es la mezcla de productos exportados, los países tienden a experimentar un crecimiento más rápido, con menor desigualdad y mayor resistencia frente a losshocks externos. También señalan que la diversificación está expuesta a la dependencia del pasado, en la medida en que las capacidades e insumos requeridos para fabricar nuevos productos requieren de conocimientos más sofisticados, que no se encuentran en la explotación de recursos naturales. Como lo señaló Ricardo Hausmann,Director del Centro Internacional de Desarrollo de la Universidad de Harvard, en su visita a Chile el año pasado, si bien el horizonte cercano se ve tranquilo, se visualizan problemas en el crecimiento futuro del país. La razón principal es que la economía chilena se mantiene en el espacio de producción de 20 años atrás, con una canasta exportadora estancada y cayendo detrás de sus competidores.

Las actuales capacidades productivas en Chile tienen pocos usos alternativos, y la generación de una transformación auto sustentada no es viable. Esta es la razón principal para impulsar una política industrial, que no es la de sustitución de importaciones (ISI) del pasado, entre otras razones, porque el sector privado y el mercado son los que dominan hoy la economía. Ello pone en un lugar privilegiado la negociación y búsqueda de consensos entre los diversos actores involucrados en una estrategia de diversificación.

Por otra parte, la política industrial actual tiene como contexto la globalización y la apertura de los mercados, gran diferencia a la situación de hace cuatro décadas. Además, el desarrollo tecnológico es cada vez más acelerado, lo que requiere de permanente innovación y crecimiento de la productividad para mantener la participación de las empresas en el mercado mundial.

El Estado tiene un papel legítimo que jugar para la diversificación de la estructura productiva y exportadora. A éste le toca generar los incentivos para la diversificación, y coordinar las políticas, como por ejemplo, la inversión extranjera directa hacia nuevos sectores, la política de educación, de ciencia y tecnología, de capacitación laboral, de escalonamiento tecnológico de las Pymes, de regionalización, entre otras. La experiencia internacional muestra que esta coordinación es fundamental para potenciar el efecto de los instrumentos y lograr el éxito.

Al poco tiempo de asumir el gobierno, el presidente Piñera señaló que a Chile se le había pasado el tren de la industrialización, pero que no se le iba a pasar el de la tecnología de la información. Sin embargo, de acuerdo a los resultados del sector exportador, ese tren también pasó. En centros de excelencia como el Media Lab del MIT lo que se observa  son operaciones con fuentes abiertas que están desarrollando nuevos diseños para la construcción, nuevos vehículos urbanos, nuevas tecnologías de computación relacionadas con la salud, conservación de la energía, movilidad personal y aprendizaje, en codesarrollo con los propios consumidores.

¿Qué está haciendo Chile frente a estos avances tecnológicos? ¿Cuál es la propuesta de cara al futuro de los candidatos a la presidencia?

(*) Término acuñado en economía para identificar las consecuencias negativas que sufre un país cuando experimenta un crecimiento inesperado en sus ingresos en divisas. Por lo general está asociado a la explotación de recursos naturales, que en corto tiempo puede significar grandes ingresos para el país, pero que tienen un efecto negativo en los demás sectores productivos diferentes a la explotación del recurso natural causante del “problema”.