La tecnología de identificación, si bien resulta útil para atrapar criminales, también significa un peligro si ésta no cuenta con un marco legal que la regule.
Durante años pudimos ver que los policías de las películas obtenían información de los sospechosos por medio del ADN recogido en la escena del crimen. Un artículo de The New York Times publicado hace unos días, nos sitúa en el mundo real y da cuenta de este hecho, el cual ya ha causado más de alguna polémica por lo ilegal que esto podría llegar a ser, y por el control que las autoridades ―o algunas empresas, incluso― podrían tener de nuestras actividades si nuestro código genético llegase a caer en malas manos.
Nuestros genes son capaces de proveer, entre muchos otros datos,nuestro sexo, tono de piel y color de ojos basándose en historiales genéticos, vale decir, si tuvimos ancestros africanos, es posible que tengamos ciertas facciones ―implícitas o explícitas― propias de la raza negra. Esta información queda impregnada en nuestro ADN y ayuda a los científicos a identificar algunos rasgos de cierta persona, logrando así generar imágenes simuladas del posible aspecto de este sujeto. La imagen de abajo fue hecha por Parabon NanoLabs para el caso del asesinato de una madre y su hija en Carolina del Sur en 2011.
Este método de identificación comienza a mostrar los primeros signos de refinamiento logrando identificar con mayor precisión a las personas que estén, por ejemplo, involucradas en algún crimen, ya sea como victimarios o víctimas. Un sistema desarrollado en el Erasmus University MC Medical Center de los Países Bajos, llamado HIrisPlex, es capaz de identificar hasta con 92% de efectividad si el sujeto en cuestión tiene los ojos de color café o azules ―porcentaje que baja cuando se trata de colores intermedios, como el verde o pardo―, y en 75% cuando hablamos del color del pelo y la edad.
En la foto podemos ver una simulación realizada por el profesor de Antropología y Genética de la Penn State University, Mark D. Shriver, quien el año pasado introdujo los primeros modelos renovados para la predicción de rasgos vía ADN. Este trabajo alcanza una cifra de identificación de 7.000 puntos faciales y hoy ya está siendo aplicado en Parabon NanoLabs.
Con el avance de la tecnología y los estudios en este ámbito, queda esperar que esta técnica siga avanzando y logrando mayores y mejores resultados. Sin embargo, teniendo en cuenta que, por lo menos en la legislación estadounidense, los rastros de ADN son considerados material abandonado, también se hace necesario comenzar a construir un marco legal que respete la privacidad de las personas para comenzar a aplicarlo de manera masiva, sean éstos criminales o no.
La tecnología de identificación, si bien resulta útil para atrapar criminales, también significa un peligro si ésta no cuenta con un marco legal que la regule.
Durante años pudimos ver que los policías de las películas obtenían información de los sospechosos por medio del ADN recogido en la escena del crimen. Un artículo de The New York Times publicado hace unos días, nos sitúa en el mundo real y da cuenta de este hecho, el cual ya ha causado más de alguna polémica por lo ilegal que esto podría llegar a ser, y por el control que las autoridades ―o algunas empresas, incluso― podrían tener de nuestras actividades si nuestro código genético llegase a caer en malas manos.
Nuestros genes son capaces de proveer, entre muchos otros datos,nuestro sexo, tono de piel y color de ojos basándose en historiales genéticos, vale decir, si tuvimos ancestros africanos, es posible que tengamos ciertas facciones ―implícitas o explícitas― propias de la raza negra. Esta información queda impregnada en nuestro ADN y ayuda a los científicos a identificar algunos rasgos de cierta persona, logrando así generar imágenes simuladas del posible aspecto de este sujeto. La imagen de abajo fue hecha por Parabon NanoLabs para el caso del asesinato de una madre y su hija en Carolina del Sur en 2011.
Este método de identificación comienza a mostrar los primeros signos de refinamiento logrando identificar con mayor precisión a las personas que estén, por ejemplo, involucradas en algún crimen, ya sea como victimarios o víctimas. Un sistema desarrollado en el Erasmus University MC Medical Center de los Países Bajos, llamado HIrisPlex, es capaz de identificar hasta con 92% de efectividad si el sujeto en cuestión tiene los ojos de color café o azules ―porcentaje que baja cuando se trata de colores intermedios, como el verde o pardo―, y en 75% cuando hablamos del color del pelo y la edad.
En la foto podemos ver una simulación realizada por el profesor de Antropología y Genética de la Penn State University, Mark D. Shriver, quien el año pasado introdujo los primeros modelos renovados para la predicción de rasgos vía ADN. Este trabajo alcanza una cifra de identificación de 7.000 puntos faciales y hoy ya está siendo aplicado en Parabon NanoLabs.
Con el avance de la tecnología y los estudios en este ámbito, queda esperar que esta técnica siga avanzando y logrando mayores y mejores resultados. Sin embargo, teniendo en cuenta que, por lo menos en la legislación estadounidense, los rastros de ADN son considerados material abandonado, también se hace necesario comenzar a construir un marco legal que respete la privacidad de las personas para comenzar a aplicarlo de manera masiva, sean éstos criminales o no.
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