Michel Bauwens es fundador y editor en la P2P Foundation. Sus ideas y escritos son brillantes y ha publicado recientemente un extenso artículo “Blueprint for P2P Society: The Partner State & Ethical Economy” en Shareable.net que resume de manera ordenada y didáctica sus ideas acerca de la nueva sociedad P2P. Aunque no habla estrictamente sobre Consumo Colaborativo, lo cita únicamente como ejemplo, hemos creido interesante proporcionar la traducción del artículo a nuestros lectores.
Una nueva forma de producir está emergiendo. Con esto quiero decir: una nueva forma de producir cualquier cosa y todo, tanto si se trata de software, alimentación o incluso ciudades. Estamos descubriendo ahora (y en muchos casos re-descubriendo), que aquello que una vez exigió organizaciones rígidas y de una sociedad definida por la mentalidad de las jerarquías, se puede también hacer a través de la libre asociación con otra gente.
También es cada vez más claro que entrar en una era definida por una ética de la asociación libre y la horizontalidad no significa la institucionalidad en sí desaparecerá, sino que se verá sometida a la más profunda de las transformaciones. En el nuevo modelo institucional de la producción entre personas(P2P), el ejemplo más visible del cual es la industria del software libre, podemos distinguir la interacción entre tres roles/partners:
- Una comunidad de colaboradores que crean los bienes comunes del conocimiento, el software o los diseños;
- Una coalición emprendedora que crea valor de mercado en la parte superior de ese patrimonio común, y
- Un conjunto de instituciones orientadas a ganar dinero (“for-profit”) que manejan la “infraestructura de la cooperación”
Hay una clara división institucional del trabajo entre estos tres roles.
Los colaboradores crean el valor usable que se deposita en los bienes comunes de innovación compartida en ámbitos como el conocimiento, diseño y código.
La institución “for-profit” facilita y defiende la infraestructura general de la cooperación que hace que el proyecto “conjunto” sostenible. Por ejemplo, la Fundación Wikimedia recauda los fondos para apoyar el espacio en el servidor sin el cual el acceso a la Wikipedia sería imposible.
La coalición emprendedora hace a contribuyentes individuales “sostenibles”, al proporcionarles un ingreso y, muy a menudo contribuyen también a la subsistencia de las asociaciones “for-profit”
¿Podemos aprender algo acerca de la política en este nuevo modo de crear valor, algo que fuera útil no sólo para estas comunidades particulares, sino también para a la sociedad en general? ¿Hay tal vez un nuevo modelo de poder y democracia co-evolucionfo desde estas nuevas prácticas sociales que pueden ser una respuesta a la crisis contemporánea de la democracia? Mi respuesta será un rotundo sí, y para reforzarlo más, voy a argumentar que estamos siendo testigos de un nuevo modelo para el estado. Un estado ‘P2P’(peer-to-peer), si se quiere.
Echemos un vistazo a las mecánicas del poder y la política de producción P2P (entre personas) estudiando los tres rolez que configuran esta nueva institucionalidad puesta en marcha.
Ante todo, y de manera bastante sorprendentemente, estas comunidades no son democracias. ¿Por qué es así? Muy sencillo, porque la democracia, el mercado, y la jerarquía son modos de asignación cuando se gestionan recursos escasos.
En la jerarquía, los superiores deciden, en el mercado, los precios deciden, en una democracia, “nosotros” decidimos. Pero cuando los recursos son abundantes, ya que son inmateriales (como el conocimiento, el código y los diseños), que puede ser copiado y compartidos con un costo marginal, la jerarquía, el mercado y la democracia se hacen realmente innecesarios.
Estas comunidades son realmente poliarquías y el poder se organiza en base al mérito, de manera distribuida, y ad hoc. Todo el mundo puede contribuir, sin pedir permiso, pero no tener que pedir permiso “a priori” se complementa con mecanismos de validación comunal “a posteriori”, donde las personas con reconocida experiencia y que son aceptados por la comunidad, los llamados “mantenedores” y los “editores”, deciden que software/mejoras son aceptables. Estas decisiones requieren experiencia, no un consenso comunal.
La tensión entre la participación abierta y la selección de la excelencia es algo a que todo sistema social debe hacer frente, y la producción entre iguales (P2P) lo ha resuelto de una manera bastante elegante. La genialidad de la solución no es que evite los conflictos, pero que por “diseño” limita los conflictos innecesarios al permitir la máxima libertad humana de un modo compatible con el objetivo de cooperar. De hecho, la producción entre iguales (P2P) es siempre “orientado a objetos/objetivos” mediante cooperación, y es el objecto (u objetivo) en particular el que impulsará la forma particular, elegida por los participantes, a modo de mecanismos “de gobierno”.
El principal mecanismo de asignación en proyectos de este tipo, que sustituye al mercado, la jerarquía y la democracia, es una distribución de tareas. A diferencia del modelo industrial, ya no hay una división del trabajo entre puestos de trabajo, y la coordinación mutua funciona a través de lo que los científicos llamanla señalización “stigmergic” [nota: no he encontrado traducción al español. Stigmergic se refiere a un mecanismo de coordinación espontáneo, indirecto y coordinado]
Debido a que el ambiente de trabajo está diseñado para ser totalmente abierto y transparente (esto se llama holoptismo), cada persona que participe puede ver lo que se necesita, o no, y decidir en consecuencia la posibilidad de iniciar su contribución particular.
Lo que es notable con este nuevo modelo es que se ha alcanzado la capacidad para la coordinación tanto a nivel mundial como para la dinámica de grupos pequeños que son característicos de los tribus humanas, y que todo ello se consigue sin “comando y control”. De hecho, podemos decir que la producción entre iguales (P2P) ha permitido dinámicas de grupos pequeños a escala global.
Por supuesto, al estar trabajando juntos puede haber conflictos entre aquellos que contribuyen, y ocurre a menudo, pero no se resuelven por un decreto autoritario, sino con “negociación coordinada”. Las diferencias son dirimidas en los foros, listas de correos y chats que estas comunidades utilizan para coordinar su trabajo.
La decisión jerárquica, por ejemplo, la decisión de aceptar o no un parche para un programa que es necesario para proteger la calidad y la excelencia del producto, se compensa con la libertad de divergir (“fork”). Esto significa que los participantes en desacuerdo siempre se puede tomar el código base con ellos, y crear otra versión, donde sus opciones prevalecerán. No es una decisión fácil de tomar, pero sí crea un contrapoder. Los “mantenedores” saben que decisiones injustas y unilaterales darían lugar a un una perdida de miembros de la comunidad y a la aparición de multiples variantes (“forks”).
¿Cuál es la relación entre esta coalición emprendedora y el bien común del que derivan su valor? La coalición apoya a los que proporcionar valor para el procomún (para que puedan vivir de ello), y también puede apoyar a las instituciones “for-profit”. Por ejemplo, IBM paga los salarios a los desarrolladores que contribuyen a la código común de Linux, y apoya a la Fundación Linux (sin ánimo de lucro) con subsidios. De esta manera, se co-producen y mantienen los bienes comunes sobre los que IBM basa su éxito.
Por supuesto, al hacer esto, Linux se convierte en lo se ha denominado “patrimonio común de las empresas”, según lo explica el editor de Linux Journal, Doc Searls,:
“Linux se ha convertido en una empresa económica conjunta de un conjunto de empresas, de la misma forma que VISA es una iniciativa económica conjunta de una serie de instituciones financieras. Como se indica en el informe de la Fundación Linux, las empresas participan en Linux por una variedad de razones comerciales “.
Un informe de la Fundación Linux relativo al trabajo el kernel(núcleo) de Linux es muy claro:
“Más del 70% de todo el desarrollo del kernel, se puede demostrar, es realizado por los desarrolladores que están siendo pagados por su trabajo. Más del 14% es aportado por desarrolladores que no son remunerados e independientes y el 13% es aportado por personas que pueden ser o no ser pagados(dato no concido), por lo que podría ser que hasta el 85% del desarollo del kernel fuera hecho por trabajadores pagados por su trabajo. El kernel de Linux, entonces, es en gran parte el producto de profesionales, no voluntarios “.
Pero esto no es toda la historia. Timothy Lee explica que la “corporatización” de Linux no ha hecho cambiar su modelo de organización de base:
“… Lo que importa es la forma en que los proyectos de código abierto se organizan internamente. En un proyecto de software tradicional, hay un jefe de proyecto que decide lo que el producto incluirá y asigna a los empleados para desarrollar las varias funciones. Por el contrario, no hay nadie dirigiendo el desarrollo global del kernel de Linux. Sí, Linus Torvalds y sus lugartenientes deciden en última instancia qué revisiones/mejoras se incluirán en el núcleo, pero Red Hat, IBM, Novell y los empleados que trabajan en el kernel de Linux no reciben órdenes de ellos. Trabajan en lo que ellos (y sus respectivos clientes) creen que es más importante, y la única autoridad de Torvalds es decidir si los parches/mejoras que se presentan son lo suficientemente buenas para incluirse en el núcleo(kernel). “
Clay Shirky, autor del libro “Here Comes Everybody: The Power of Organizing Without Organisations”, hace hincapié en que las empresas que trabajan con Linux, como IBM, “han cedido derecho de administrar los proyectos por los que están pagando, y han permitido a sus competidores tener acceso inmediato a todo lo que hacen. No es un producto de IBM. ”
Quiero remarcar pues, que aún cuando empresas que cotizan en bolsa se alian y participan en la producción entre iguales(P2P), la creación de la valor por parte de la comunidad sigue siendo el núcleo del proceso, y que en un grado sustancial la coalición emprendedora, ya se sigue esta nueva lógica, donde la comunidad es lo primero, y los negocios son secundarios. En este modelo, la lógica de negocio tiene que adaptarse a la lógica social. Es en otras palabras, se trata de una “economía ética”.
La producción entre iguales (P2P) se apoya a menudo en una infraestructura costosa que facilita la cooperación. No habría Wikipedia sin el financiamiento de sus servidores, ni tampoco software libre o de hardware abierto, sin mecanismos de apoyo similares. Esta es la razón por las comunidades de código abierto han creado una nueva institución social: la asociación “for-profit” (orientadas al beneficio económico)
Una vez más, una importante innovación social, porque, a diferencia de clásicos instituciones sin fines de lucro o no gubernamental, éstas no funcionan desde el punto de vista de la escasez. Clásicamente las ONG se siguen funcionando igual que otras instituciones industriales, tales como las corporaciones y el el mercado, ya que consideran que los recursos deben ser calculados y gestionados.
Por el contrario, la nuevas asociación “for-profit” sólo tienen un papel activo en la capacitación y el empoderamiento de la comunidad para posibilitar la colaboraración, mediante el aprovisionamiento de la infraestructura requerida, y no por el control de sus procesos de producción. Estas asociaciones existen con el único propósito de beneficiar a la comunidad de la que son la expresión, y esta es la buena noticia, en general se administran en forma democrática. Y así tiene que ser, porque una institución antidemocrática frenaría mucho las contribuciones de la comunidad de participantes.
Ahora, aquí está la clave, como se llamarias a una institución que es responsable del bien común de todos los participantes, en este caso, no los habitantes de un territorio, sino de las personas involucradas en un proyecto similar? Yo diría que este tipo de institución “for-profit” tiene una función muy similar a la que comúnmente se asigna al Estado.
Aunque el Estado es siempre una institución de clases que defiende una disposición particular de privilegios sociales, nunca puede ser únicamente un simple instrumento de dominación de los privilegiados, sino que también necesita gestionar el procomún. En la medida en que se le vea defendiendo el procomún, la mayoría de la gente lo verá como una forma de estado aceptable o incluso bueno. Por otro lado, en la medida en que no lo haga, pierde legitimidad, y será visto cada vez más como una fuente de opresión liderado por una minoría.
En términos generales, un estado refleja el equilibrio de fuerzas en una sociedad en particular. El estado del bienestar era una forma aceptable porque se basaba en un compromiso social y en la fuerza de un movimiento obrero fuerte, a la vez que una forma de “temor de Dios” fue inculcado por las capas más privilegiadas ante la existencia de una forma de Estado alternativo [comunismo] que podría haber arrebatado la lealtad de sus ciudadanos.
Esta alternativa se derrumbó en 1989, con los movimientos sociales en el Occidente. Se debilitó aún más por la decisiones sociales, políticas y económicas de de-industrializar los paises desarrollados desde 1980. Desde entonces, el estado del bienestar poco a poco ha dado paso al estado de bienestar moderno facilitado por las empresas (a veces llamado el “estado de mercado»), que sólo ayuda los privilegiados, desmonta los mecanismos de solidaridad social y empobrece a la mayoría de su población, debilitando fatalmente a la clase media.
Desafortunadamente, este sistema no puede tener legitimidad alguna a largo plazo, ya que rompe cualquier contrato social que pueda garantizar la paz social. Es difícil obtener lealtad con la promesa de cada vez más dolor!
Esto significa que estamos presenciando no sólo la muerte del estado de bienestar social, sino también la muerte y la imposibilidad lógica del Estado de bienestar corporativo neoliberal. También debemos añadir que incluso el estado de bienestar se ha convertido en un problema. La razón principal es que su base social, la clase de trabajadores industriales occidentales y sus movimientos sociales, se han convertido en minorías demográficas en occidente, y que los mecanismos del estado del bienestar, incluso cuando funcionáran, no harían mucho para ayudar a la mayoría social actual, a menudo freelances/autónomos que trabajan de manera precária en ámbitos del conocimiento o los servicios.
Por otra parte, el funcionamiento paternalista y burocrático de muchas de las instituciones del Estado de bienestar se está convirtiendo en inaceptable para la nueva clase de trabajadores del conocimiento que demandan mayor autonomía personal y social. Muchas de las otras funciones sociales positivas del Estado de bienestar han sido debilitadas por las reformas neoliberales que buscan introducir la lógica del sector privado en el sector público.
¿Podemos imaginar un nuevo tipo de Estado? Introducimos el concepto de un “Estado-Socio”(Partner State)! El “Estado-socio”, en primer lugar teorizado por el politólogo italiano Cosma Orsi, es una forma de Estado que permite y facilita la creación de valor social por parte de sus ciudadanos. Se protege la infraestructura de cooperación que es el conjunto de la sociedad.
El “Estado-Socio” puede existir a cualquier nivel territorial como un conjunto de instituciones que protegen el bien común y facilitan a los ciudadanos poder crear valor. Toman a escala territorial, el rol que las instituciones “for-profit” tienen en un proyecto a gran escala. Así como las asociaciones “for-profit” trabajan para aquellos que favorecen el procomún como colaboradores en proyectos concretos, el “Estado-Socio” tabaja para los ciudadanos.
Esto es necesario porque al igual que la mano invisible del mercado es un mito, también los es la mano invisible del procomún. La gente que defiende el procomún tiende a preocuparse por su parte del patrimonio procomún y de la sociedad en su conjunto. Esa atención específica por el todo, requiere de su propio conjunto de las instituciones!
La buena noticia es que, el “Estado-Socio” ya existe y se puede ver en acción, al menos en una forma embrionaria local. Hace unos años, visité la ciudad de Brest, en la Bretagne francesa. Brest no es una ciudad hermosa, a pesar de que está incrustadq en una región natural de gran belleza. Fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial y se construyeron una gran cantidad de viviendas sociales poco atractivas de las que uno se olvida rápidamente. Michel Briand, asistente del alcalde, y su equipo de trabajadores de la ciudad tuvieron una brillante idea: ¿por qué no usar el mundo virtual para mejorar la vida social “real” en la ciudad?
El equipo creó versiones locales de Facebook, YouTube y Flickr, ayudó a las asociaciones locales a desarrollar una presencia online, se realizó una gran inversión en formación, e incluso se construyó una biblioteca física, donde los ciudadanos pueden pedir prestado material para producir. Uno de sus proyectos fue la revitalización de ‘senderos de contrabando’ de los antiguos con el fin de atraer a los amantes del ‘trekking’. Así que decidieron “enriquecer virtualmente” los senderos.
Y aquí es donde la innovación social entra en juego: el Ayuntamiento no lo hizo sustituyendo la ciudadanía (es decir, el Estado provee), ni tampoco pidiendo al sector privado de tomar la iniciativa (privatización o asociaciones público-privadas). Lo que hicieron fue capacitar a los equipos locales de ciudadanos para poder crear valor añadido.
Esto sucedió a través de diversas formas, tales como la creación de galerías de fotos de monumentos notables, las recopilación de historias orales, y mucho más. Incluso “grabación de pájaros” tenia su espacio! Este es el “Estado-Socio”, es decir, aquel en que las autoridades públicas crean el entorno adecuado y la infraestructura de apoyo para que los ciudadanos pueden aportar valor mediante el trabajo P2P del cual se beneficia la sociedad en su conjunto.
Se estimula una economía local próspera, así como que empresarios locales creen valor agregado y se atraen a más turistas. Michel Briand y su equipo trabajaron sin descanso “para el beneficio de los ciudadanos”, mejorando su capacidad para crear valor cívico. Obviamente, el conocimiento y la cultura creada constituye un bien común y vibrante. Si ampliamos este tipo de comportamiento a nivel nacional e incluso a escala supranacional, tenemos una forma de Estado que fomenta el bien común y que la gente con interés en el procomún pueda crear valor.
Por supuesto, se pueden mencionar otros ejemplos también. La región austriaca de Linz se ha declarado región del Procomún, la ciudad de Nápoles ha creado la posición “Asistente del Alcalde sobre el procomún”, y en San Francisco ha creado un grupo de trabajo para promover la economía de la colaboración y el compartir.
Pero hay un peligro al acecho aquí y esto se reflejaba en el programa Gran Sociedad (Big Society) en el Reino Unido, que utiliza un lenguaje superficialmente similar al de la autonomía ciudadana y la acción, pero esconde una práctica completamente diferente: se basa en una estrategia que debilita aún más el estado del bienestar y sus mecanismos. Un “Estado-Socio” no puede basarse en la destrucción de la infraestructura pública que permite y facilita la cooperación.
Esto puede que no fuera la intención inicial de Rubio Philipp y su orientación a la sociedad civil “Red Tories” pero sin duda es lo que el gobierno de David Cameron puso en práctica con la Gran Sociedad (Big Society). La producción entre personas (P2P) de valor común (procomún) requiere de riqueza cívica y fuertes instituciones cívicas! En otras palabras, el concepto de “Estado-Socio” trasciende e incluye a lo mejor del estado del bienestar: mecanismos de solidaridad social, un elevado nivel educativo, y una vibrante vida cultural con abundante apoyo público.
Lo que los conservadores británicos hicieron fue utilizar la retórica Gran Sociedad (Big Society) para tratar de debilitar aún más los que quedaba de la solidaridad social y dejar a la gente sin ningún tipo de apoyo más que su propio ingenio. No hubo capacitación ni facilitación, sino más bien lo contrario.
Aunque la producción entre personas (P2P) emerge como una via de subsistencia durante tiempos adversos, una sociedad próspera basada en el procomún require de un “Estado-Socio”, es decir, una red de instituciones “for-profit” que se gestionan de manera democrática que protegen el procomún a escala territorial.
La producción entre personas (o iguales) existe en relación a una coalición de emprendedores que crean valor de mercado en la parte superior de los bienes comunes. Sin embargo, el aumento exponencial en la creación de valor por parte de usuarios productivos, o “produsers” como Axel Bruns los llama, crea problemas y contradicciones en la economía política actual.
En efecto, ello crea un gran problema para un sistema capitalista, y también para los trabajadores como lo hemos concebido tradicionalmente, porque los mercados se definen como la manera de asignar aquellos recursos escasos. Por otra parte, el capitalismo es, de hecho, no sólo un sistema de asignación de la escasez, pero en realidad un sistema de ingeniería de la escasez. Sólo se puede acumular capital mediante la constante reproducción y ampliación de las condiciones de escasez. Cuando no hay tensión entre la oferta y la demanda, no puede haber mercado y no hay acumulación de capital.
Lo que los productores entre personas (P2P) están haciendo, por ahora sobre todo en la esfera de la producción inmaterial del conocimiento, el software y el diseño, es la creación de una gran cantidad de información y conocimiento útil de fácil reproducción/copia, que no puede ser directamente traducido a valor de mercado, porque no es escaso sino por el contrario, es de hecho sobre-abundante. Y esta actividad es realizada por trabajadores del conocimiento, que producen a una escala tan masiva, que su exceso de oferta/producción los convierte en trabajadores precarios.
Por lo tanto hablamos de un éxodo de capacidad productiva (en forma de producción directa de valor usable), fuera del actual sistema económico y funcionando a los márgenes del sistema. En el pasado, siempre que tal éxodo ocurría – de esclavos en el imperio romano durante la decadencia, o de los siervos al final de la Edad Media – es precisamente la época en que se daban las condiciones transiciones importantes y fundamentales a nivel social y económico.
De hecho, sin una dependencia substancial en el capital, las materias primas y la mano de obra, es difícil imaginar la continuación del sistema capitalista.
El problema de la creación de valor que la colaboración a través de Internet ha permitido es que se pasa por alto totalmente el funcionamiento normal del sistema económico. El funcionamiento normal requiere que los aumentos en la productividad sean recompensados de alguna manera y que estos premios permitan a los consumidores obtener un ingreso y comprar productos en el mercado.
Pero esto ya no sucede. Usuarios de Facebook y Google crean valor comercial para estas plataformas, pero sólo de manera muy indirecta y no son recompensados de modo alguno por esta creación de valor. Puesto que aquello que están creando no es lo que se convierte en mercancía en el mercado de bienes escasos, no hay retorno en forma de ingresos para estos creadores de valor. Esto significa que las plataformas de “social media” están exponiendo a una falla importante en nuestro sistema.
Por lo tanto la corriente llamada “economía del conocimiento” es una farsa y un sueño imposible, porque los bienes abundantes no funcionan bien en una economía de mercado. En vista de la creciente precariedad que espera a los trabajadores del mundo, ¿hay una manera de salir de este dilema? ¿Se puede restaurar el circuito de retroalimentación que se ha roto?
Por extraño que parezca, la respuesta se puede encontrar en los recientes movimientos políticos de los Indignados (o Occupy en inglés), que no sólo han demostrado mecanismos de producción entre personas(P2P) para sus agenda política, sinó que también han dado ejemplo de nuevas prácticas en los negocios y en la creación de valor. Estas prácticas eran de hecho muy similares al ecosistema de instituciones que existen para la producción del software libre o en las comunidades que generan hardware abierto. Esto no es una coincidencia.
Vamos a mirar hacia atrás y observar el funcionamiento de Occupy Wall Street (OWS) en el Zuccoti Park [nota traductor: iniciativa comparable al movimiento de los Indignados en las principales plazas de España] cuando todavía estaba en funcionamiento el pasado otoño. En el centro, había un público productivo, que alcanzaba consenso a través de la Asamblea General y que ofrecia todo tipo de modelos (“Mic Check”, campamentos de protesta, grupos de trabajo, etc) que, del mismo modo que el código abierto, podían ser copiados y llevados a la práctica por comunidades similares de todo el mundo, a la vez que también podían ser modificados para adaptarse a las necesidades locales (esto se llama ‘fork’ en el lenguaje de código abierto). Si no contribuyes, que vas a tener voz, por lo que el compromiso era y es necesario.
Esta comunidad tenía todo tipo de necesidades tales como alimentación, refugio y atención médica. ¿Creen que simplemente se recurrió a la economía de mercado para esto? No, pero también sí, aunque de una manera “cualificada”. Me explico.
OWS (o los Indignados) configuraron todo tipo de grupos de trabajo para encontrar soluciones a sus necesidades físicas, en otras palabras, la economía fue considerada como un sistema de aprovisionamiento, como se explica en el maravilloso libro de Marvin Brown Civilizing the Economy, y son los ciudadanos, organizados en grupos de trabajo quienes deciden el sistema de aprovisionamiento que sería apropiado teniendo en cuenta sus valores éticos.
Por ejemplo, los agricultores orgánicos de Vermont proporcionaban comida gratis a los campistas, que era preparada por chefs de voluntarios, pero esto tuvo un efecto secundario negativo. A los vendedores ambulantes locales, por lo general los inmigrantes pobres, no les fue demasiado bien. Con todo el mundo comiendo gratis ya no podían vender sus productos con facilidad. La respuesta a este drama fue que los ocupantes se preocuparon por los vendedores. Crearon un “Proyecto para Vendedores Ambulantes” para conseguir fondos y comprar comida a los vendedores.
Bingo, de golpe, OWS (o los Indignados) han creado una economía que funciona bien y es ética, que era a la vez un mercado dinámico, pero que también funcionó en armonía con el sistema de valores de los ocupantes. Lo que es crucial aquí es que se trataba de los ciudadanos que decidieron en el sistema de aprovisionamiento más adecuada y no la propiedad y los propietarios de dinero en una economía que está divorciada de los valores éticos.
¿Qué podemos aprender de los modelos incipietes de OWS (o los Indignados) si los generalizaramos sobre la sociedad en su conjunto?
Hoy en día, se supone que el valor es creado en la esfera privada, por empresas con fines de lucro, y reconozcamos que la sociedad civil es sólo una categoría marginal: es lo que podemos dedicar un poco de tiempo cuando llegamos a casa, agotados después de nuestro trabajo remunerado. Esto se traslada en nuestro vocabulario al referirnos a las organizaciones de la sociedad civil como organizaciones sin ánimo de lucro o organizaciones no gubernamentales(ONGs).
El sistema en su conjunto está dirigido de tal manera que el estado del bienestar se ha convertido cada vez más un estado de bienestar corporativo neoliberal, donde las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan. En otras palabras, el propio Estado se ha convertido en una extensión de las corporaciones y está cada vez menos al servicio de la ciudadanía. Podemos ver el progreso de este modelo en la forma en que la Troika está imponiendo la política de tala y quema en el corazón de Europa. Ej: Grecia, que no es ni mucho menos un “débil” país en desarrollo.
Los modelos de OWS (y los Indigandos) y del código abierto (Open Source) nos muestran una nueva realidad muy posible, un modelo donde la esfera cívica democrática, el procomún productivo y un mercado vibrante pueden coexistir para el beneficio mútuo:
- En el centro de la creación de valor hay diversos ámbitos del procomún, donde se depositan las innovaciones para que toda la humanidad las pueda compartir y construir sobre ellas
- Estos bienes comunes están facilitados y protegidos a través de las asociaciones civiles sin ánimo de lucro, con el equivalente nacional del Estado-Socio, que facilita, potencia y permite la producción social
- Alrededor de los bienes comunes surge una vibrante economía orientada hacia el bien común llevada a cabo por diferentes tipos de empresas éticas, cuya estructura jurídica se vincula a los valores y objetivos comunes de las comunidades, y no por los intereses de los accionistas privados de maximizar el beneficio a cualquier precio
Cuando los tres círculos se cruzan los ciudadanos son quienes deciden sobre la forma óptima para sus sistemas de aprovisionamiento.
Este modelo puede existir como un submodelo dentro del capitalismo, y en parte ya lo hace en el sistema actual, como por ejemplo el ecosistema de negocios alrededor del software de código abierto. También podría llegar a ser, con algunos “hacks” necesarios, la lógica de núcleo de una nueva civilización. El movimiento de los Indignados no ha mostrado sólo políticas prefigurativas, sino que de hecho también ha mostrado la economía prefigurativa.
Una cuestión muy distinta es, por supuesto, ¿cómo llegamos a implementarlo? Una respuesta parcial es que para ello será necesario no sólo movimientos sociales de gran alcance que defiendan la reforma y la transformación social, sino también una transformación aún más más profunda y la maduración del modelo de producción entre iguales (P2P).
Hoy en día, tenemos un proto-modo de producción que es totalmente interdependientes con el sistema del capital. No habría reproducción social de los trabajadores involucrados, si no fuera por la infraestructura pública general proporcionada por el Estado, pero más específicamente, sino fuera por los ingresos producidos al trabajar para empresas capitalistas.
¿Hay alguna posibilidad de crear un modelo de producción entre personas(P2P) realmente autónomo? ¿Uno que pudiera crear su propio ciclo de reproducción? Para ello, se/i proponen dos ‘hacks’.
El primero es el uso de un nuevo tipo de licencia, la licencia de producción entre personas (P2P), lo que ya ha sido propuesto por Dmytri Kleiner. Esta licencia para compartir propone que todos los que contribuyen al procomún, también puedan el procomún. El segundo hack consiste en crear vehículos independientes para el emprendimiento en forma de empresas que no se mueven únicamente por el lucro, sino que son empresas éticas y cuyos miembros son los que defienden el procomún y cuya misión es el apoyo a los bienes comunes y sus colaboradores.
Siguiendo el ejemplo de Neal Stephenson en su relato de ficción The Diamon Age, y la práctica pionera de la red cooperativa de Las Indias, proponemos que se llamen “filés”. Las filés están orientadas a objetivos y dirigidas por su propósito, con el apoyo de las comunidades, que operan en el mercado, a una escala global, pero que trabajan para el procomún.
De esta manera, la reproducción social de los defensores del procomún ya no dependerá del ciclo de acumulación de capital, sino en su propio ciclo de creación de valor. En combinación con los movimientos sociales y la representación política, creemos que estos tres componentes serían la base de una nueva hegemonía social y política, que sería la fuerza social básica que empujará la transformación social para una profundización y ampliación de los modelos de producción entre personas (P2P), desde la microeconomía, hasta la macroeconomía.
Después de la división internacional del trabajo impuesta por la globalización, el objetivo principal es ser capaz de producir más de una unidad, con el fin de impulsar el precio unitario de abajo, y aniquilar a la competencia. Las empresas multinacionales y marcas globales tienen ahora cadenas de valor muy complejas, donde varias partes de un producto son producidos en masa en diferentes partes del mundo.
Sin embargo, el sistema tiene evidentes puntos débiles. Una debilidad es que fuerza los monocultivos, tanto de tipo agrícola, como también los monocultivos de tipo industrial, por ejemplo se puede citar la dependencia de la economía costera de China en relación a las exportaciones. Éste último ejemplo pone de relieve un segundo problema relacionado.
La competencia hace que los precios bajen irremediablemente, por lo que, en la década de 1980, las empresas occidentales domimantes cambiaron su estrategia. Abandonaron a los costosos trabajadores occidentales y se trasladó la producción industrial con poco margen de beneficio a países de salarios bajos. Para poder mantener amplios márgenes de beneficio se amplió el régimen de propiedad intelectual para obtener renta y ganancias extraordinarias a través de patentes, copyrights y marcas comerciales protegidas.
Como escribe Thijs Markus dice acerca de Nike en el blog de Rick Falkvinge, si quieres vender zapatos de $5 a $150 en occidente, es mejor tener un régimen de propiedad intelectual tan represivo como sea posible. De ahí la necesidad de SOPA, PIPA, ACTA y otros intentos de criminalizar el derecho a compartir.
Pero hay, por supuesto, un problema más fundamental: todo el sistema de globalización y las ventajas de las economías de escala fundamentalmente se basan en un transporte mundial barato y por lo tanto, la disponibilidad continua y superabundante de combustibles fósiles. Tras el pico del petróleo (Peak Oil), y por lo tanto el fin del petróleo barato, y con la contínua explosión de la demanda de los países BRIC, lo más probable es que todo el sistema se venga abajo, no en un día, por supuesto, pero poco a poco, aunque se pueden esperar también saltos no lineales hacia abajo.
El equilibrio puntuado no es sólo una característica de los sistemas biológicos, sino de los sistemas sociales! Esto significa que competir en la base de la escala, aunque sigue siendo eficaz hoy en día, en última instancia, es un juego que perderá relevancia y que finalmente, sólo podrá ser jugado por quienes no se preocupan por la destrucción de nuestro planeta. ¿Qué juego pueden jugar los demás? El constante aumento de los precios de los combustibles fósiles significa que la innovación y el buen hacer tienen que encontrar otra salida. En realidad, se trata de inventar otro juego completamente nuevo.
Pero primero, una breve reseña histórica, ya que esta dramática transición se ha ocurrido antes…
Mientras que a finales del siglo V los romanos seguían luchando por la corona de César Augusto, los “bárbaros” germánicos ya estaban a las puertas del imperio, y las comunidades cristianas ya prefiguraban los valores de una nueva era de con mayor importancia de las economias locales y que no se basaría en una economía de escala, sinó en una economía de alcance.
¿Y qué son las economías de alcance? Como un adelanto, por ahora, esta breve definición: “Una economía de alcance existe entre la producción de dos bienes, cuando dos bienes que comparten costes se producen juntos de tal manera que el costo se reduce en conjunto” En otras palabras, algo que reduce el coste común de un factor de producción, no produciendo más de una unidad sino mediante la reducción de costes al compartir infraestructuras.
Pero vamos a reanudar nuestro breve recorrido histórico.
A medida que el Imperio Romano ya no podía soportar los costos de su propia escala/complejidad y los suministros de oro y esclavos se convirtieron poco a poco en más problemáticos, los propietarios más inteligentes comenzaron a liberar a sus esclavos, pero los mantenian ligados contractualmente a la tierra como “colonos” (siervos) . Por otro lado, las personas libres cada vez debian pagar más impuestos y buscaban la protección frente a la bancarrota en estos mismos propiertarios.
Por lo tanto, uno de los lados de la ecuación fue el renacimiento de economias locales, pura y simplemente porque el sistema ya no podía soportar más la escala global del imperio. El nuevo sistema “post-romano” también inventó un nuevo sistema de innovación basado en las ventajas de alcance, no de escala. En efecto, como las ciudades se vaciaron – y con ello el sistema de conocimiento de las bibliotecas urbanas, la educación en casa y las academias de elite – los cristianos inventaron nuevos monasterios, centros de conocimiento agrarios.
Pero lo importante es que aunque el sistema físico se gestionaba a nivel local, la Iglesia Cristiana en realidad funcionaba como una comunidad de diseño abierto a nivel mundial. Monjes y manuscritos viajaron y difundieron las innovaciones creads por los trabajadores-monjes. Mientras que Europa decayó inicialmente cuando los restos del imperio se colapsaron después de la primera revolución social europea de los 975, este nuevo sistema creó las semillas de la primera revolución industrial medieval.
Entre el siglo XX y el siglo XIII, sobre la base de una cultura unificada del conocimiento, Europa comenzó a florecer de nuevo. Europa volvió a introducir el dinero de interés negativo, que mantiene la acumulación de riqueza por parte de las elites bajo control, duplicó su población, y volvieron a crecer bellas ciudades muchas de los cuales fueron gestionadas democráticamente por consejos gremiales, y se inventó el P2P de las universidades en Bolonia en el siglo XI. Este primer Renacimiento se basaba en la economía de alcance, el conjunto unificado de conocimientos que los intelectuales y los artesanos europeos podían aprovechar. Los gremios tenian sus secretos, pero se los llevaban consigo allá dondequiera que se construian las catedrales.
La misma experiencia fue reiterada en 1989, a escala nacional, en circunstancias más adversas, cuando se aisló a Cuba y ya no podía confiar en las ventajas de escala del sistema soviético. La crisis cubana de 1989 prefigura la situación actual del mundo, ya que su situación experimentó el pico del petróleo (Peak Oil) propio cuando los soviéticos detuvieron abruptamente la entrega de petróleo a precios inferiores a los del mercado mundial. Aunque en un principio los cubanos volvieron a la utilización de burros y el peso medio(kg) de la población se redujo, los gobernantes tomaron una serie de iniciativas interesantes.
En primer lugar liberaron el espíritu empresarial local, mediante la concesión de mayor autonomía a las cooperativas agrícolas locales, y en segundo lugar se movilizó el conocimiento de base de la población, incluidos los de los habitantes urbanos. Pero, en tercer lugar, y quizás lo más importante, se crearon una serie de institutos agrícolas con el objetivo primordial de emular y facilitar la difusión de las innovaciones locales. Cualesquiera que sean las otras fallas del sistema totalitario en Cuba, este experimento de diseño abierto funcionó mejor que la más optmista de las expectativas.
Como documenta Bill McKibben, Cuba produce actualmente un cantidad abundante de alimentos nutritivos y orgánicos con una fracción de los combustibles fósiles utilizados en la agricultura industrial. Y lo hacen del mismo modo que el ejemplo anterior de la Iglesia cristiana en la Edad Media europea: por el intercambio de conocimientos para crear economías de alcance. Las innovaciones agrícolas se extendieron rápidamente por todo el país y fueron adoptadas por todos.
De hecho, las economías de escala funcionan bien durante los períodos de «ascenso» de energía, cuando más y más energía se hace disponible [a bajo precio], pero funcionan mal en los períodos de «descenso» de energía cuando la oferta global de energía y recursos está disminuyendo. Lo que se requiere en ese momento son economías de alcance, cuando se puede “escalar desde uno”, como ocurre hoy con la nueva infraestructura que permite la “producción bajo demanda”.
Las economías de alcance es de lo que se trata cuando hablamos de producción entre iguales (P2P) (en sus diversas variantes de conocimiento abierto, la cultura libre, software libre, diseños abiertos y compartidos, hardware abierto y la fabricación distribuida, etc).
Recapitulemos lo que está mal con el actual sistema global, que se basa en su totalidad en economías de escala, y de hecho en muchos casos hace que las economías de alcance ilegales.
- Nuestro sistema actual se basa en la creencia de un crecimiento infinito y la disponibilidad infinita de recursos, a pesar del hecho de que vivimos en un planeta finito, vamos a llamar a esta función, fuera de control “pseudo-abundancia”.
- El sistema actual considera que las innovaciones deberían ser privatizadas y sólo estar disponibles con el permiso o por un precio muy alto (el régimen de propiedad intelectual), por lo que el intercambio de conocimiento y la cultura a menudo es un delito, vamos a llamar a esta función, cumplir “escasez artificial”.
Las metodologías de producción de iguales (P2P) se basan exactamente en lo opuesto a nivel económico y a nivel del ADN social. Las comunidades de producción entre iguales (P2P) creen que el conocimiento es un bien común para compartir con todos, y por lo tanto, no hay innovación se puede negar a la población humana en su conjunto.
De hecho la retención de una innovación que salva vidas o puede salvar/mejorar al mundo, es considerada como una actitud poco ética. La producción entre iguales (P2P) fomenta la distrubución y la inclusión, es decir la fabricación a pequeña escala o incluso a nivel personal. La obsolecencia programada, que es una característica y no un error del sistema actual, es totalmente inexistente en la lógica de la producción entre iguales (P2P). En otras palabras, la sostenibilidad es una característica de las comunidades de diseño abierto, no un error.
Una vez más, hay precedentes históricos que efecturan una inversión en valores similares. Las comunidades cristianas en el Imperio Romano no estaban compitiendo con el Imperio, sinó que estaban construyendo sus propias instituciones, en base a una lógica diferente y sin relación. Mientras que las élites romanas odiaban el trabajo, esto era para los humildes esclavos, los monjes cristianos exaltaban el trabajo y trataban de prefigurar el Edén en sus ciudades terrenales de inspiración divina.
Del mismo modo, los Sans-Culottes franceses de 1789 no estaban compitiendo por los privilegios feudales, ellos los abolieron todos en un solo día!. Por lo tanto, sería un error ver la producción de iguales (P2P) simplemente como un conjunto de técnicas que compiten con modelos existentes. De hecho, estos acontecimientos están sucediendo en un plano totalmente diferente. Las diversas aproximaciones viven y coexisten en el mismo mundo, pero en realidad no pertenecen a la misma manera lógica de ver el mundo.
Así que, ¿cuáles son las economías de alcance de la nueva era P2P? Podemos identificar dos tipos:
- El mutualizar los conocimientos y los recursos inmateriales
- El mutualizar los recursos materiales productivos
El primer principio es fácil de entender. Si nos falta el conocimiento como individuos (y nadie puede saberlo todo) es mucho más probable que en la comunidad (local o virtual) alguien tenga ese conocimiento. Por lo tanto, el mutualizar los conocimientos y “la innovación acelerada mediante la multitud(crowd)”, es una característica bien conocida de la economía cooperativa. Pero la ventaja de la economía de alcance se crea cuando se comparte el conocimiento, y por lo tanto, puede ser utilizado por otros. Con esta innovación social, el costo común de la producción conjunta de conomcimiento se reduce drásticamente.
Tomemos el ejemplo paradigmático del Nutrient Dense Project.
Esta comunidad global de los trabajadores agrarios y científicos está interesada en experimentar con los mejores nutrientes para obtener una mejor calidad de los alimentos. Por lo tanto la investigación conjunta puede llevarse a cabo y poner a prueba varios nutrientes en distintos suelos y zonas climáticas, y al instante no sólo se beneficia toda la comunidad del proyecto, pero potencialmente, se puede beneficiar toda la humanidad. Las estrategias que se basan en la privatización de la propiedad intelectual, no puede obtener esas ventajas de alcance, o por lo menos, no en ese nivel.
Tomemos otro ejemplo, el de la granja urbana de la familia Dervaes en Los Angeles, que consigue una producción de 6.000 kilos de comida cada año en una parcela pequeña en la ciudad. Debido a que están compartiendo sus innovaciones para una mayor productividad, cientos de miles de personas ya han aprendido a mejorar sus propios cultivos. ¿Os podéis imaginar la velocidad en la innovación que se produciría si existiera el apoyo por parte de las instituciones del Estado-Socio, que apoyarían y extenderían tales innovaciones sociales aún más?!
El segundo principio, compartir los recursos físicos para producir, se ejemplifica con elConsumo Colaborativo. La idea general es la misma. A título individual puedo carecer de una herramienta, de cierta habilidad o servicio, pero visto desde el punto de vista de una comunidad, es probable que alguien más lo tenga, y que la otra persona pueda compartir, alquilar o intercambiar la herramienta/habilidad/servicio. No hay necesidad de que todos poseamos la misma herramienta, si podemos acceder a ella cuando lo necesitemos. De ahí la proliferación de mercados P2P.
Veamos un ejemplo ilustrativo: el coche compartido. En los proyectos de coche compartido se puede compartir mediante una empresa privada que es propietaria de los coches (fleetsharing, como Zipcar), a través de los mercados P2P de automóviles que unen el uno al otro (RelayRides/Getaround/SocialCar), o bien a través de organizaciones sin ànimo de lucro o entidades públicas (Autolib en París). Pero todos ellos lograr economías de alcance. Según un estudio citado por Zipcar, por cada coche de alquiler, hay 15 coches menos de propiedad en la carretera. También se indica que los miembros Carsharing conducen un 31% menos después de su adhesión al club. Por lo tanto, sólo en 2009, el uso compartido de automóviles disminuyó las emisiones globales de dióxido de carbono por cerca de medio millón de toneladas.
Imagínese una evolución similar en todos los sectores de la producción.
Así que, ¿cómo seria el nuevo sistema si las economías de alcance fueran la norma y pudieran remplazar a las economías de escala como el principal motor de la economía y el sistema social? Ya hemos mencionado las comunidades de diseños abiertos a nivel mundial, y sugerimos que estará acompañado por una red global de microfábricas, que producirán a nivel local, como las que estan proponiendo Local Motors y Wikispeed y que ya están siendo prefiguradas por las redes de hackerspaces, Fablabs y espacios de co-working.
Esto significa que también necesitamos organizaciones mundiales de materiales, no para producir a escala global, pero para organizar nuestras actividades materiales a fin de minimizar los costos del procomún en las diferentes redes, y no sólo en términos de compartir conocimiento. En otras palabras, ¿Quién jugará el papel que la Iglesia Católica y sus monjes itinerantes jugaron en la Edad Media? No olvidemos, que no era sólo una comunidad de diseño abierto, sinó también la organización que proporcionaba el liderazgo en el ámbito cultural en todo el continente. ¿Tenemos potencialmente una versión p2p que pueda operar a nivel mundial?
La respuesta es por supuesto la generalización de las “filé”, como se propuso anteriormente.
Lo único que queda por hacer es responder a la pregunta crucial: ¿cómo será un gobierno global en una civlización P2P? ¿Cómo podemos transformar el imperio focalizado en lo material que en la actualidad domina los asuntos mundiales para el beneficio de unos pocos, y reemplazar las ineficaces instituciones globales que son claramente insuficientes para hacer frente a los desafíos globales?
por ALBERT CAÑIGUERAL
Michel Bauwens es fundador y editor en la P2P Foundation. Sus ideas y escritos son brillantes y ha publicado recientemente un extenso artículo “Blueprint for P2P Society: The Partner State & Ethical Economy” en Shareable.net que resume de manera ordenada y didáctica sus ideas acerca de la nueva sociedad P2P. Aunque no habla estrictamente sobre Consumo Colaborativo, lo cita únicamente como ejemplo, hemos creido interesante proporcionar la traducción del artículo a nuestros lectores.
Una nueva forma de producir está emergiendo. Con esto quiero decir: una nueva forma de producir cualquier cosa y todo, tanto si se trata de software, alimentación o incluso ciudades. Estamos descubriendo ahora (y en muchos casos re-descubriendo), que aquello que una vez exigió organizaciones rígidas y de una sociedad definida por la mentalidad de las jerarquías, se puede también hacer a través de la libre asociación con otra gente.
También es cada vez más claro que entrar en una era definida por una ética de la asociación libre y la horizontalidad no significa la institucionalidad en sí desaparecerá, sino que se verá sometida a la más profunda de las transformaciones. En el nuevo modelo institucional de la producción entre personas(P2P), el ejemplo más visible del cual es la industria del software libre, podemos distinguir la interacción entre tres roles/partners:
Hay una clara división institucional del trabajo entre estos tres roles.
Los colaboradores crean el valor usable que se deposita en los bienes comunes de innovación compartida en ámbitos como el conocimiento, diseño y código.
La institución “for-profit” facilita y defiende la infraestructura general de la cooperación que hace que el proyecto “conjunto” sostenible. Por ejemplo, la Fundación Wikimedia recauda los fondos para apoyar el espacio en el servidor sin el cual el acceso a la Wikipedia sería imposible.
La coalición emprendedora hace a contribuyentes individuales “sostenibles”, al proporcionarles un ingreso y, muy a menudo contribuyen también a la subsistencia de las asociaciones “for-profit”
¿Podemos aprender algo acerca de la política en este nuevo modo de crear valor, algo que fuera útil no sólo para estas comunidades particulares, sino también para a la sociedad en general? ¿Hay tal vez un nuevo modelo de poder y democracia co-evolucionfo desde estas nuevas prácticas sociales que pueden ser una respuesta a la crisis contemporánea de la democracia? Mi respuesta será un rotundo sí, y para reforzarlo más, voy a argumentar que estamos siendo testigos de un nuevo modelo para el estado. Un estado ‘P2P’(peer-to-peer), si se quiere.
Echemos un vistazo a las mecánicas del poder y la política de producción P2P (entre personas) estudiando los tres rolez que configuran esta nueva institucionalidad puesta en marcha.
Ante todo, y de manera bastante sorprendentemente, estas comunidades no son democracias. ¿Por qué es así? Muy sencillo, porque la democracia, el mercado, y la jerarquía son modos de asignación cuando se gestionan recursos escasos.
En la jerarquía, los superiores deciden, en el mercado, los precios deciden, en una democracia, “nosotros” decidimos. Pero cuando los recursos son abundantes, ya que son inmateriales (como el conocimiento, el código y los diseños), que puede ser copiado y compartidos con un costo marginal, la jerarquía, el mercado y la democracia se hacen realmente innecesarios.
Estas comunidades son realmente poliarquías y el poder se organiza en base al mérito, de manera distribuida, y ad hoc. Todo el mundo puede contribuir, sin pedir permiso, pero no tener que pedir permiso “a priori” se complementa con mecanismos de validación comunal “a posteriori”, donde las personas con reconocida experiencia y que son aceptados por la comunidad, los llamados “mantenedores” y los “editores”, deciden que software/mejoras son aceptables. Estas decisiones requieren experiencia, no un consenso comunal.
La tensión entre la participación abierta y la selección de la excelencia es algo a que todo sistema social debe hacer frente, y la producción entre iguales (P2P) lo ha resuelto de una manera bastante elegante. La genialidad de la solución no es que evite los conflictos, pero que por “diseño” limita los conflictos innecesarios al permitir la máxima libertad humana de un modo compatible con el objetivo de cooperar. De hecho, la producción entre iguales (P2P) es siempre “orientado a objetos/objetivos” mediante cooperación, y es el objecto (u objetivo) en particular el que impulsará la forma particular, elegida por los participantes, a modo de mecanismos “de gobierno”.
El principal mecanismo de asignación en proyectos de este tipo, que sustituye al mercado, la jerarquía y la democracia, es una distribución de tareas. A diferencia del modelo industrial, ya no hay una división del trabajo entre puestos de trabajo, y la coordinación mutua funciona a través de lo que los científicos llamanla señalización “stigmergic” [nota: no he encontrado traducción al español. Stigmergic se refiere a un mecanismo de coordinación espontáneo, indirecto y coordinado]
Debido a que el ambiente de trabajo está diseñado para ser totalmente abierto y transparente (esto se llama holoptismo), cada persona que participe puede ver lo que se necesita, o no, y decidir en consecuencia la posibilidad de iniciar su contribución particular.
Lo que es notable con este nuevo modelo es que se ha alcanzado la capacidad para la coordinación tanto a nivel mundial como para la dinámica de grupos pequeños que son característicos de los tribus humanas, y que todo ello se consigue sin “comando y control”. De hecho, podemos decir que la producción entre iguales (P2P) ha permitido dinámicas de grupos pequeños a escala global.
Por supuesto, al estar trabajando juntos puede haber conflictos entre aquellos que contribuyen, y ocurre a menudo, pero no se resuelven por un decreto autoritario, sino con “negociación coordinada”. Las diferencias son dirimidas en los foros, listas de correos y chats que estas comunidades utilizan para coordinar su trabajo.
La decisión jerárquica, por ejemplo, la decisión de aceptar o no un parche para un programa que es necesario para proteger la calidad y la excelencia del producto, se compensa con la libertad de divergir (“fork”). Esto significa que los participantes en desacuerdo siempre se puede tomar el código base con ellos, y crear otra versión, donde sus opciones prevalecerán. No es una decisión fácil de tomar, pero sí crea un contrapoder. Los “mantenedores” saben que decisiones injustas y unilaterales darían lugar a un una perdida de miembros de la comunidad y a la aparición de multiples variantes (“forks”).
¿Cuál es la relación entre esta coalición emprendedora y el bien común del que derivan su valor? La coalición apoya a los que proporcionar valor para el procomún (para que puedan vivir de ello), y también puede apoyar a las instituciones “for-profit”. Por ejemplo, IBM paga los salarios a los desarrolladores que contribuyen a la código común de Linux, y apoya a la Fundación Linux (sin ánimo de lucro) con subsidios. De esta manera, se co-producen y mantienen los bienes comunes sobre los que IBM basa su éxito.
Por supuesto, al hacer esto, Linux se convierte en lo se ha denominado “patrimonio común de las empresas”, según lo explica el editor de Linux Journal, Doc Searls,:
“Linux se ha convertido en una empresa económica conjunta de un conjunto de empresas, de la misma forma que VISA es una iniciativa económica conjunta de una serie de instituciones financieras. Como se indica en el informe de la Fundación Linux, las empresas participan en Linux por una variedad de razones comerciales “.
Un informe de la Fundación Linux relativo al trabajo el kernel(núcleo) de Linux es muy claro:
“Más del 70% de todo el desarrollo del kernel, se puede demostrar, es realizado por los desarrolladores que están siendo pagados por su trabajo. Más del 14% es aportado por desarrolladores que no son remunerados e independientes y el 13% es aportado por personas que pueden ser o no ser pagados(dato no concido), por lo que podría ser que hasta el 85% del desarollo del kernel fuera hecho por trabajadores pagados por su trabajo. El kernel de Linux, entonces, es en gran parte el producto de profesionales, no voluntarios “.
Pero esto no es toda la historia. Timothy Lee explica que la “corporatización” de Linux no ha hecho cambiar su modelo de organización de base:
“… Lo que importa es la forma en que los proyectos de código abierto se organizan internamente. En un proyecto de software tradicional, hay un jefe de proyecto que decide lo que el producto incluirá y asigna a los empleados para desarrollar las varias funciones. Por el contrario, no hay nadie dirigiendo el desarrollo global del kernel de Linux. Sí, Linus Torvalds y sus lugartenientes deciden en última instancia qué revisiones/mejoras se incluirán en el núcleo, pero Red Hat, IBM, Novell y los empleados que trabajan en el kernel de Linux no reciben órdenes de ellos. Trabajan en lo que ellos (y sus respectivos clientes) creen que es más importante, y la única autoridad de Torvalds es decidir si los parches/mejoras que se presentan son lo suficientemente buenas para incluirse en el núcleo(kernel). “
Clay Shirky, autor del libro “Here Comes Everybody: The Power of Organizing Without Organisations”, hace hincapié en que las empresas que trabajan con Linux, como IBM, “han cedido derecho de administrar los proyectos por los que están pagando, y han permitido a sus competidores tener acceso inmediato a todo lo que hacen. No es un producto de IBM. ”
Quiero remarcar pues, que aún cuando empresas que cotizan en bolsa se alian y participan en la producción entre iguales(P2P), la creación de la valor por parte de la comunidad sigue siendo el núcleo del proceso, y que en un grado sustancial la coalición emprendedora, ya se sigue esta nueva lógica, donde la comunidad es lo primero, y los negocios son secundarios. En este modelo, la lógica de negocio tiene que adaptarse a la lógica social. Es en otras palabras, se trata de una “economía ética”.
La producción entre iguales (P2P) se apoya a menudo en una infraestructura costosa que facilita la cooperación. No habría Wikipedia sin el financiamiento de sus servidores, ni tampoco software libre o de hardware abierto, sin mecanismos de apoyo similares. Esta es la razón por las comunidades de código abierto han creado una nueva institución social: la asociación “for-profit” (orientadas al beneficio económico)
Una vez más, una importante innovación social, porque, a diferencia de clásicos instituciones sin fines de lucro o no gubernamental, éstas no funcionan desde el punto de vista de la escasez. Clásicamente las ONG se siguen funcionando igual que otras instituciones industriales, tales como las corporaciones y el el mercado, ya que consideran que los recursos deben ser calculados y gestionados.
Por el contrario, la nuevas asociación “for-profit” sólo tienen un papel activo en la capacitación y el empoderamiento de la comunidad para posibilitar la colaboraración, mediante el aprovisionamiento de la infraestructura requerida, y no por el control de sus procesos de producción. Estas asociaciones existen con el único propósito de beneficiar a la comunidad de la que son la expresión, y esta es la buena noticia, en general se administran en forma democrática. Y así tiene que ser, porque una institución antidemocrática frenaría mucho las contribuciones de la comunidad de participantes.
Ahora, aquí está la clave, como se llamarias a una institución que es responsable del bien común de todos los participantes, en este caso, no los habitantes de un territorio, sino de las personas involucradas en un proyecto similar? Yo diría que este tipo de institución “for-profit” tiene una función muy similar a la que comúnmente se asigna al Estado.
Aunque el Estado es siempre una institución de clases que defiende una disposición particular de privilegios sociales, nunca puede ser únicamente un simple instrumento de dominación de los privilegiados, sino que también necesita gestionar el procomún. En la medida en que se le vea defendiendo el procomún, la mayoría de la gente lo verá como una forma de estado aceptable o incluso bueno. Por otro lado, en la medida en que no lo haga, pierde legitimidad, y será visto cada vez más como una fuente de opresión liderado por una minoría.
En términos generales, un estado refleja el equilibrio de fuerzas en una sociedad en particular. El estado del bienestar era una forma aceptable porque se basaba en un compromiso social y en la fuerza de un movimiento obrero fuerte, a la vez que una forma de “temor de Dios” fue inculcado por las capas más privilegiadas ante la existencia de una forma de Estado alternativo [comunismo] que podría haber arrebatado la lealtad de sus ciudadanos.
Esta alternativa se derrumbó en 1989, con los movimientos sociales en el Occidente. Se debilitó aún más por la decisiones sociales, políticas y económicas de de-industrializar los paises desarrollados desde 1980. Desde entonces, el estado del bienestar poco a poco ha dado paso al estado de bienestar moderno facilitado por las empresas (a veces llamado el “estado de mercado»), que sólo ayuda los privilegiados, desmonta los mecanismos de solidaridad social y empobrece a la mayoría de su población, debilitando fatalmente a la clase media.
Desafortunadamente, este sistema no puede tener legitimidad alguna a largo plazo, ya que rompe cualquier contrato social que pueda garantizar la paz social. Es difícil obtener lealtad con la promesa de cada vez más dolor!
Esto significa que estamos presenciando no sólo la muerte del estado de bienestar social, sino también la muerte y la imposibilidad lógica del Estado de bienestar corporativo neoliberal. También debemos añadir que incluso el estado de bienestar se ha convertido en un problema. La razón principal es que su base social, la clase de trabajadores industriales occidentales y sus movimientos sociales, se han convertido en minorías demográficas en occidente, y que los mecanismos del estado del bienestar, incluso cuando funcionáran, no harían mucho para ayudar a la mayoría social actual, a menudo freelances/autónomos que trabajan de manera precária en ámbitos del conocimiento o los servicios.
Por otra parte, el funcionamiento paternalista y burocrático de muchas de las instituciones del Estado de bienestar se está convirtiendo en inaceptable para la nueva clase de trabajadores del conocimiento que demandan mayor autonomía personal y social. Muchas de las otras funciones sociales positivas del Estado de bienestar han sido debilitadas por las reformas neoliberales que buscan introducir la lógica del sector privado en el sector público.
¿Podemos imaginar un nuevo tipo de Estado? Introducimos el concepto de un “Estado-Socio”(Partner State)! El “Estado-socio”, en primer lugar teorizado por el politólogo italiano Cosma Orsi, es una forma de Estado que permite y facilita la creación de valor social por parte de sus ciudadanos. Se protege la infraestructura de cooperación que es el conjunto de la sociedad.
El “Estado-Socio” puede existir a cualquier nivel territorial como un conjunto de instituciones que protegen el bien común y facilitan a los ciudadanos poder crear valor. Toman a escala territorial, el rol que las instituciones “for-profit” tienen en un proyecto a gran escala. Así como las asociaciones “for-profit” trabajan para aquellos que favorecen el procomún como colaboradores en proyectos concretos, el “Estado-Socio” tabaja para los ciudadanos.
Esto es necesario porque al igual que la mano invisible del mercado es un mito, también los es la mano invisible del procomún. La gente que defiende el procomún tiende a preocuparse por su parte del patrimonio procomún y de la sociedad en su conjunto. Esa atención específica por el todo, requiere de su propio conjunto de las instituciones!
La buena noticia es que, el “Estado-Socio” ya existe y se puede ver en acción, al menos en una forma embrionaria local. Hace unos años, visité la ciudad de Brest, en la Bretagne francesa. Brest no es una ciudad hermosa, a pesar de que está incrustadq en una región natural de gran belleza. Fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial y se construyeron una gran cantidad de viviendas sociales poco atractivas de las que uno se olvida rápidamente. Michel Briand, asistente del alcalde, y su equipo de trabajadores de la ciudad tuvieron una brillante idea: ¿por qué no usar el mundo virtual para mejorar la vida social “real” en la ciudad?
El equipo creó versiones locales de Facebook, YouTube y Flickr, ayudó a las asociaciones locales a desarrollar una presencia online, se realizó una gran inversión en formación, e incluso se construyó una biblioteca física, donde los ciudadanos pueden pedir prestado material para producir. Uno de sus proyectos fue la revitalización de ‘senderos de contrabando’ de los antiguos con el fin de atraer a los amantes del ‘trekking’. Así que decidieron “enriquecer virtualmente” los senderos.
Y aquí es donde la innovación social entra en juego: el Ayuntamiento no lo hizo sustituyendo la ciudadanía (es decir, el Estado provee), ni tampoco pidiendo al sector privado de tomar la iniciativa (privatización o asociaciones público-privadas). Lo que hicieron fue capacitar a los equipos locales de ciudadanos para poder crear valor añadido.
Esto sucedió a través de diversas formas, tales como la creación de galerías de fotos de monumentos notables, las recopilación de historias orales, y mucho más. Incluso “grabación de pájaros” tenia su espacio! Este es el “Estado-Socio”, es decir, aquel en que las autoridades públicas crean el entorno adecuado y la infraestructura de apoyo para que los ciudadanos pueden aportar valor mediante el trabajo P2P del cual se beneficia la sociedad en su conjunto.
Se estimula una economía local próspera, así como que empresarios locales creen valor agregado y se atraen a más turistas. Michel Briand y su equipo trabajaron sin descanso “para el beneficio de los ciudadanos”, mejorando su capacidad para crear valor cívico. Obviamente, el conocimiento y la cultura creada constituye un bien común y vibrante. Si ampliamos este tipo de comportamiento a nivel nacional e incluso a escala supranacional, tenemos una forma de Estado que fomenta el bien común y que la gente con interés en el procomún pueda crear valor.
Por supuesto, se pueden mencionar otros ejemplos también. La región austriaca de Linz se ha declarado región del Procomún, la ciudad de Nápoles ha creado la posición “Asistente del Alcalde sobre el procomún”, y en San Francisco ha creado un grupo de trabajo para promover la economía de la colaboración y el compartir.
Pero hay un peligro al acecho aquí y esto se reflejaba en el programa Gran Sociedad (Big Society) en el Reino Unido, que utiliza un lenguaje superficialmente similar al de la autonomía ciudadana y la acción, pero esconde una práctica completamente diferente: se basa en una estrategia que debilita aún más el estado del bienestar y sus mecanismos. Un “Estado-Socio” no puede basarse en la destrucción de la infraestructura pública que permite y facilita la cooperación.
Esto puede que no fuera la intención inicial de Rubio Philipp y su orientación a la sociedad civil “Red Tories” pero sin duda es lo que el gobierno de David Cameron puso en práctica con la Gran Sociedad (Big Society). La producción entre personas (P2P) de valor común (procomún) requiere de riqueza cívica y fuertes instituciones cívicas! En otras palabras, el concepto de “Estado-Socio” trasciende e incluye a lo mejor del estado del bienestar: mecanismos de solidaridad social, un elevado nivel educativo, y una vibrante vida cultural con abundante apoyo público.
Lo que los conservadores británicos hicieron fue utilizar la retórica Gran Sociedad (Big Society) para tratar de debilitar aún más los que quedaba de la solidaridad social y dejar a la gente sin ningún tipo de apoyo más que su propio ingenio. No hubo capacitación ni facilitación, sino más bien lo contrario.
Aunque la producción entre personas (P2P) emerge como una via de subsistencia durante tiempos adversos, una sociedad próspera basada en el procomún require de un “Estado-Socio”, es decir, una red de instituciones “for-profit” que se gestionan de manera democrática que protegen el procomún a escala territorial.
La producción entre personas (o iguales) existe en relación a una coalición de emprendedores que crean valor de mercado en la parte superior de los bienes comunes. Sin embargo, el aumento exponencial en la creación de valor por parte de usuarios productivos, o “produsers” como Axel Bruns los llama, crea problemas y contradicciones en la economía política actual.
En efecto, ello crea un gran problema para un sistema capitalista, y también para los trabajadores como lo hemos concebido tradicionalmente, porque los mercados se definen como la manera de asignar aquellos recursos escasos. Por otra parte, el capitalismo es, de hecho, no sólo un sistema de asignación de la escasez, pero en realidad un sistema de ingeniería de la escasez. Sólo se puede acumular capital mediante la constante reproducción y ampliación de las condiciones de escasez. Cuando no hay tensión entre la oferta y la demanda, no puede haber mercado y no hay acumulación de capital.
Lo que los productores entre personas (P2P) están haciendo, por ahora sobre todo en la esfera de la producción inmaterial del conocimiento, el software y el diseño, es la creación de una gran cantidad de información y conocimiento útil de fácil reproducción/copia, que no puede ser directamente traducido a valor de mercado, porque no es escaso sino por el contrario, es de hecho sobre-abundante. Y esta actividad es realizada por trabajadores del conocimiento, que producen a una escala tan masiva, que su exceso de oferta/producción los convierte en trabajadores precarios.
Por lo tanto hablamos de un éxodo de capacidad productiva (en forma de producción directa de valor usable), fuera del actual sistema económico y funcionando a los márgenes del sistema. En el pasado, siempre que tal éxodo ocurría – de esclavos en el imperio romano durante la decadencia, o de los siervos al final de la Edad Media – es precisamente la época en que se daban las condiciones transiciones importantes y fundamentales a nivel social y económico.
De hecho, sin una dependencia substancial en el capital, las materias primas y la mano de obra, es difícil imaginar la continuación del sistema capitalista.
El problema de la creación de valor que la colaboración a través de Internet ha permitido es que se pasa por alto totalmente el funcionamiento normal del sistema económico. El funcionamiento normal requiere que los aumentos en la productividad sean recompensados de alguna manera y que estos premios permitan a los consumidores obtener un ingreso y comprar productos en el mercado.
Pero esto ya no sucede. Usuarios de Facebook y Google crean valor comercial para estas plataformas, pero sólo de manera muy indirecta y no son recompensados de modo alguno por esta creación de valor. Puesto que aquello que están creando no es lo que se convierte en mercancía en el mercado de bienes escasos, no hay retorno en forma de ingresos para estos creadores de valor. Esto significa que las plataformas de “social media” están exponiendo a una falla importante en nuestro sistema.
Por lo tanto la corriente llamada “economía del conocimiento” es una farsa y un sueño imposible, porque los bienes abundantes no funcionan bien en una economía de mercado. En vista de la creciente precariedad que espera a los trabajadores del mundo, ¿hay una manera de salir de este dilema? ¿Se puede restaurar el circuito de retroalimentación que se ha roto?
Por extraño que parezca, la respuesta se puede encontrar en los recientes movimientos políticos de los Indignados (o Occupy en inglés), que no sólo han demostrado mecanismos de producción entre personas(P2P) para sus agenda política, sinó que también han dado ejemplo de nuevas prácticas en los negocios y en la creación de valor. Estas prácticas eran de hecho muy similares al ecosistema de instituciones que existen para la producción del software libre o en las comunidades que generan hardware abierto. Esto no es una coincidencia.
Vamos a mirar hacia atrás y observar el funcionamiento de Occupy Wall Street (OWS) en el Zuccoti Park [nota traductor: iniciativa comparable al movimiento de los Indignados en las principales plazas de España] cuando todavía estaba en funcionamiento el pasado otoño. En el centro, había un público productivo, que alcanzaba consenso a través de la Asamblea General y que ofrecia todo tipo de modelos (“Mic Check”, campamentos de protesta, grupos de trabajo, etc) que, del mismo modo que el código abierto, podían ser copiados y llevados a la práctica por comunidades similares de todo el mundo, a la vez que también podían ser modificados para adaptarse a las necesidades locales (esto se llama ‘fork’ en el lenguaje de código abierto). Si no contribuyes, que vas a tener voz, por lo que el compromiso era y es necesario.
Esta comunidad tenía todo tipo de necesidades tales como alimentación, refugio y atención médica. ¿Creen que simplemente se recurrió a la economía de mercado para esto? No, pero también sí, aunque de una manera “cualificada”. Me explico.
OWS (o los Indignados) configuraron todo tipo de grupos de trabajo para encontrar soluciones a sus necesidades físicas, en otras palabras, la economía fue considerada como un sistema de aprovisionamiento, como se explica en el maravilloso libro de Marvin Brown Civilizing the Economy, y son los ciudadanos, organizados en grupos de trabajo quienes deciden el sistema de aprovisionamiento que sería apropiado teniendo en cuenta sus valores éticos.
Por ejemplo, los agricultores orgánicos de Vermont proporcionaban comida gratis a los campistas, que era preparada por chefs de voluntarios, pero esto tuvo un efecto secundario negativo. A los vendedores ambulantes locales, por lo general los inmigrantes pobres, no les fue demasiado bien. Con todo el mundo comiendo gratis ya no podían vender sus productos con facilidad. La respuesta a este drama fue que los ocupantes se preocuparon por los vendedores. Crearon un “Proyecto para Vendedores Ambulantes” para conseguir fondos y comprar comida a los vendedores.
Bingo, de golpe, OWS (o los Indignados) han creado una economía que funciona bien y es ética, que era a la vez un mercado dinámico, pero que también funcionó en armonía con el sistema de valores de los ocupantes. Lo que es crucial aquí es que se trataba de los ciudadanos que decidieron en el sistema de aprovisionamiento más adecuada y no la propiedad y los propietarios de dinero en una economía que está divorciada de los valores éticos.
¿Qué podemos aprender de los modelos incipietes de OWS (o los Indignados) si los generalizaramos sobre la sociedad en su conjunto?
Hoy en día, se supone que el valor es creado en la esfera privada, por empresas con fines de lucro, y reconozcamos que la sociedad civil es sólo una categoría marginal: es lo que podemos dedicar un poco de tiempo cuando llegamos a casa, agotados después de nuestro trabajo remunerado. Esto se traslada en nuestro vocabulario al referirnos a las organizaciones de la sociedad civil como organizaciones sin ánimo de lucro o organizaciones no gubernamentales(ONGs).
El sistema en su conjunto está dirigido de tal manera que el estado del bienestar se ha convertido cada vez más un estado de bienestar corporativo neoliberal, donde las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan. En otras palabras, el propio Estado se ha convertido en una extensión de las corporaciones y está cada vez menos al servicio de la ciudadanía. Podemos ver el progreso de este modelo en la forma en que la Troika está imponiendo la política de tala y quema en el corazón de Europa. Ej: Grecia, que no es ni mucho menos un “débil” país en desarrollo.
Los modelos de OWS (y los Indigandos) y del código abierto (Open Source) nos muestran una nueva realidad muy posible, un modelo donde la esfera cívica democrática, el procomún productivo y un mercado vibrante pueden coexistir para el beneficio mútuo:
Cuando los tres círculos se cruzan los ciudadanos son quienes deciden sobre la forma óptima para sus sistemas de aprovisionamiento.
Este modelo puede existir como un submodelo dentro del capitalismo, y en parte ya lo hace en el sistema actual, como por ejemplo el ecosistema de negocios alrededor del software de código abierto. También podría llegar a ser, con algunos “hacks” necesarios, la lógica de núcleo de una nueva civilización. El movimiento de los Indignados no ha mostrado sólo políticas prefigurativas, sino que de hecho también ha mostrado la economía prefigurativa.
Una cuestión muy distinta es, por supuesto, ¿cómo llegamos a implementarlo? Una respuesta parcial es que para ello será necesario no sólo movimientos sociales de gran alcance que defiendan la reforma y la transformación social, sino también una transformación aún más más profunda y la maduración del modelo de producción entre iguales (P2P).
Hoy en día, tenemos un proto-modo de producción que es totalmente interdependientes con el sistema del capital. No habría reproducción social de los trabajadores involucrados, si no fuera por la infraestructura pública general proporcionada por el Estado, pero más específicamente, sino fuera por los ingresos producidos al trabajar para empresas capitalistas.
¿Hay alguna posibilidad de crear un modelo de producción entre personas(P2P) realmente autónomo? ¿Uno que pudiera crear su propio ciclo de reproducción? Para ello, se/i proponen dos ‘hacks’.
El primero es el uso de un nuevo tipo de licencia, la licencia de producción entre personas (P2P), lo que ya ha sido propuesto por Dmytri Kleiner. Esta licencia para compartir propone que todos los que contribuyen al procomún, también puedan el procomún. El segundo hack consiste en crear vehículos independientes para el emprendimiento en forma de empresas que no se mueven únicamente por el lucro, sino que son empresas éticas y cuyos miembros son los que defienden el procomún y cuya misión es el apoyo a los bienes comunes y sus colaboradores.
Siguiendo el ejemplo de Neal Stephenson en su relato de ficción The Diamon Age, y la práctica pionera de la red cooperativa de Las Indias, proponemos que se llamen “filés”. Las filés están orientadas a objetivos y dirigidas por su propósito, con el apoyo de las comunidades, que operan en el mercado, a una escala global, pero que trabajan para el procomún.
De esta manera, la reproducción social de los defensores del procomún ya no dependerá del ciclo de acumulación de capital, sino en su propio ciclo de creación de valor. En combinación con los movimientos sociales y la representación política, creemos que estos tres componentes serían la base de una nueva hegemonía social y política, que sería la fuerza social básica que empujará la transformación social para una profundización y ampliación de los modelos de producción entre personas (P2P), desde la microeconomía, hasta la macroeconomía.
Después de la división internacional del trabajo impuesta por la globalización, el objetivo principal es ser capaz de producir más de una unidad, con el fin de impulsar el precio unitario de abajo, y aniquilar a la competencia. Las empresas multinacionales y marcas globales tienen ahora cadenas de valor muy complejas, donde varias partes de un producto son producidos en masa en diferentes partes del mundo.
Sin embargo, el sistema tiene evidentes puntos débiles. Una debilidad es que fuerza los monocultivos, tanto de tipo agrícola, como también los monocultivos de tipo industrial, por ejemplo se puede citar la dependencia de la economía costera de China en relación a las exportaciones. Éste último ejemplo pone de relieve un segundo problema relacionado.
La competencia hace que los precios bajen irremediablemente, por lo que, en la década de 1980, las empresas occidentales domimantes cambiaron su estrategia. Abandonaron a los costosos trabajadores occidentales y se trasladó la producción industrial con poco margen de beneficio a países de salarios bajos. Para poder mantener amplios márgenes de beneficio se amplió el régimen de propiedad intelectual para obtener renta y ganancias extraordinarias a través de patentes, copyrights y marcas comerciales protegidas.
Como escribe Thijs Markus dice acerca de Nike en el blog de Rick Falkvinge, si quieres vender zapatos de $5 a $150 en occidente, es mejor tener un régimen de propiedad intelectual tan represivo como sea posible. De ahí la necesidad de SOPA, PIPA, ACTA y otros intentos de criminalizar el derecho a compartir.
Pero hay, por supuesto, un problema más fundamental: todo el sistema de globalización y las ventajas de las economías de escala fundamentalmente se basan en un transporte mundial barato y por lo tanto, la disponibilidad continua y superabundante de combustibles fósiles. Tras el pico del petróleo (Peak Oil), y por lo tanto el fin del petróleo barato, y con la contínua explosión de la demanda de los países BRIC, lo más probable es que todo el sistema se venga abajo, no en un día, por supuesto, pero poco a poco, aunque se pueden esperar también saltos no lineales hacia abajo.
El equilibrio puntuado no es sólo una característica de los sistemas biológicos, sino de los sistemas sociales! Esto significa que competir en la base de la escala, aunque sigue siendo eficaz hoy en día, en última instancia, es un juego que perderá relevancia y que finalmente, sólo podrá ser jugado por quienes no se preocupan por la destrucción de nuestro planeta. ¿Qué juego pueden jugar los demás? El constante aumento de los precios de los combustibles fósiles significa que la innovación y el buen hacer tienen que encontrar otra salida. En realidad, se trata de inventar otro juego completamente nuevo.
Pero primero, una breve reseña histórica, ya que esta dramática transición se ha ocurrido antes…
Mientras que a finales del siglo V los romanos seguían luchando por la corona de César Augusto, los “bárbaros” germánicos ya estaban a las puertas del imperio, y las comunidades cristianas ya prefiguraban los valores de una nueva era de con mayor importancia de las economias locales y que no se basaría en una economía de escala, sinó en una economía de alcance.
¿Y qué son las economías de alcance? Como un adelanto, por ahora, esta breve definición: “Una economía de alcance existe entre la producción de dos bienes, cuando dos bienes que comparten costes se producen juntos de tal manera que el costo se reduce en conjunto” En otras palabras, algo que reduce el coste común de un factor de producción, no produciendo más de una unidad sino mediante la reducción de costes al compartir infraestructuras.
Pero vamos a reanudar nuestro breve recorrido histórico.
A medida que el Imperio Romano ya no podía soportar los costos de su propia escala/complejidad y los suministros de oro y esclavos se convirtieron poco a poco en más problemáticos, los propietarios más inteligentes comenzaron a liberar a sus esclavos, pero los mantenian ligados contractualmente a la tierra como “colonos” (siervos) . Por otro lado, las personas libres cada vez debian pagar más impuestos y buscaban la protección frente a la bancarrota en estos mismos propiertarios.
Por lo tanto, uno de los lados de la ecuación fue el renacimiento de economias locales, pura y simplemente porque el sistema ya no podía soportar más la escala global del imperio. El nuevo sistema “post-romano” también inventó un nuevo sistema de innovación basado en las ventajas de alcance, no de escala. En efecto, como las ciudades se vaciaron – y con ello el sistema de conocimiento de las bibliotecas urbanas, la educación en casa y las academias de elite – los cristianos inventaron nuevos monasterios, centros de conocimiento agrarios.
Pero lo importante es que aunque el sistema físico se gestionaba a nivel local, la Iglesia Cristiana en realidad funcionaba como una comunidad de diseño abierto a nivel mundial. Monjes y manuscritos viajaron y difundieron las innovaciones creads por los trabajadores-monjes. Mientras que Europa decayó inicialmente cuando los restos del imperio se colapsaron después de la primera revolución social europea de los 975, este nuevo sistema creó las semillas de la primera revolución industrial medieval.
Entre el siglo XX y el siglo XIII, sobre la base de una cultura unificada del conocimiento, Europa comenzó a florecer de nuevo. Europa volvió a introducir el dinero de interés negativo, que mantiene la acumulación de riqueza por parte de las elites bajo control, duplicó su población, y volvieron a crecer bellas ciudades muchas de los cuales fueron gestionadas democráticamente por consejos gremiales, y se inventó el P2P de las universidades en Bolonia en el siglo XI. Este primer Renacimiento se basaba en la economía de alcance, el conjunto unificado de conocimientos que los intelectuales y los artesanos europeos podían aprovechar. Los gremios tenian sus secretos, pero se los llevaban consigo allá dondequiera que se construian las catedrales.
La misma experiencia fue reiterada en 1989, a escala nacional, en circunstancias más adversas, cuando se aisló a Cuba y ya no podía confiar en las ventajas de escala del sistema soviético. La crisis cubana de 1989 prefigura la situación actual del mundo, ya que su situación experimentó el pico del petróleo (Peak Oil) propio cuando los soviéticos detuvieron abruptamente la entrega de petróleo a precios inferiores a los del mercado mundial. Aunque en un principio los cubanos volvieron a la utilización de burros y el peso medio(kg) de la población se redujo, los gobernantes tomaron una serie de iniciativas interesantes.
En primer lugar liberaron el espíritu empresarial local, mediante la concesión de mayor autonomía a las cooperativas agrícolas locales, y en segundo lugar se movilizó el conocimiento de base de la población, incluidos los de los habitantes urbanos. Pero, en tercer lugar, y quizás lo más importante, se crearon una serie de institutos agrícolas con el objetivo primordial de emular y facilitar la difusión de las innovaciones locales. Cualesquiera que sean las otras fallas del sistema totalitario en Cuba, este experimento de diseño abierto funcionó mejor que la más optmista de las expectativas.
Como documenta Bill McKibben, Cuba produce actualmente un cantidad abundante de alimentos nutritivos y orgánicos con una fracción de los combustibles fósiles utilizados en la agricultura industrial. Y lo hacen del mismo modo que el ejemplo anterior de la Iglesia cristiana en la Edad Media europea: por el intercambio de conocimientos para crear economías de alcance. Las innovaciones agrícolas se extendieron rápidamente por todo el país y fueron adoptadas por todos.
De hecho, las economías de escala funcionan bien durante los períodos de «ascenso» de energía, cuando más y más energía se hace disponible [a bajo precio], pero funcionan mal en los períodos de «descenso» de energía cuando la oferta global de energía y recursos está disminuyendo. Lo que se requiere en ese momento son economías de alcance, cuando se puede “escalar desde uno”, como ocurre hoy con la nueva infraestructura que permite la “producción bajo demanda”.
Las economías de alcance es de lo que se trata cuando hablamos de producción entre iguales (P2P) (en sus diversas variantes de conocimiento abierto, la cultura libre, software libre, diseños abiertos y compartidos, hardware abierto y la fabricación distribuida, etc).
Recapitulemos lo que está mal con el actual sistema global, que se basa en su totalidad en economías de escala, y de hecho en muchos casos hace que las economías de alcance ilegales.
Las metodologías de producción de iguales (P2P) se basan exactamente en lo opuesto a nivel económico y a nivel del ADN social. Las comunidades de producción entre iguales (P2P) creen que el conocimiento es un bien común para compartir con todos, y por lo tanto, no hay innovación se puede negar a la población humana en su conjunto.
De hecho la retención de una innovación que salva vidas o puede salvar/mejorar al mundo, es considerada como una actitud poco ética. La producción entre iguales (P2P) fomenta la distrubución y la inclusión, es decir la fabricación a pequeña escala o incluso a nivel personal. La obsolecencia programada, que es una característica y no un error del sistema actual, es totalmente inexistente en la lógica de la producción entre iguales (P2P). En otras palabras, la sostenibilidad es una característica de las comunidades de diseño abierto, no un error.
Una vez más, hay precedentes históricos que efecturan una inversión en valores similares. Las comunidades cristianas en el Imperio Romano no estaban compitiendo con el Imperio, sinó que estaban construyendo sus propias instituciones, en base a una lógica diferente y sin relación. Mientras que las élites romanas odiaban el trabajo, esto era para los humildes esclavos, los monjes cristianos exaltaban el trabajo y trataban de prefigurar el Edén en sus ciudades terrenales de inspiración divina.
Del mismo modo, los Sans-Culottes franceses de 1789 no estaban compitiendo por los privilegios feudales, ellos los abolieron todos en un solo día!. Por lo tanto, sería un error ver la producción de iguales (P2P) simplemente como un conjunto de técnicas que compiten con modelos existentes. De hecho, estos acontecimientos están sucediendo en un plano totalmente diferente. Las diversas aproximaciones viven y coexisten en el mismo mundo, pero en realidad no pertenecen a la misma manera lógica de ver el mundo.
Así que, ¿cuáles son las economías de alcance de la nueva era P2P? Podemos identificar dos tipos:
El primer principio es fácil de entender. Si nos falta el conocimiento como individuos (y nadie puede saberlo todo) es mucho más probable que en la comunidad (local o virtual) alguien tenga ese conocimiento. Por lo tanto, el mutualizar los conocimientos y “la innovación acelerada mediante la multitud(crowd)”, es una característica bien conocida de la economía cooperativa. Pero la ventaja de la economía de alcance se crea cuando se comparte el conocimiento, y por lo tanto, puede ser utilizado por otros. Con esta innovación social, el costo común de la producción conjunta de conomcimiento se reduce drásticamente.
Tomemos el ejemplo paradigmático del Nutrient Dense Project.
Esta comunidad global de los trabajadores agrarios y científicos está interesada en experimentar con los mejores nutrientes para obtener una mejor calidad de los alimentos. Por lo tanto la investigación conjunta puede llevarse a cabo y poner a prueba varios nutrientes en distintos suelos y zonas climáticas, y al instante no sólo se beneficia toda la comunidad del proyecto, pero potencialmente, se puede beneficiar toda la humanidad. Las estrategias que se basan en la privatización de la propiedad intelectual, no puede obtener esas ventajas de alcance, o por lo menos, no en ese nivel.
Tomemos otro ejemplo, el de la granja urbana de la familia Dervaes en Los Angeles, que consigue una producción de 6.000 kilos de comida cada año en una parcela pequeña en la ciudad. Debido a que están compartiendo sus innovaciones para una mayor productividad, cientos de miles de personas ya han aprendido a mejorar sus propios cultivos. ¿Os podéis imaginar la velocidad en la innovación que se produciría si existiera el apoyo por parte de las instituciones del Estado-Socio, que apoyarían y extenderían tales innovaciones sociales aún más?!
El segundo principio, compartir los recursos físicos para producir, se ejemplifica con elConsumo Colaborativo. La idea general es la misma. A título individual puedo carecer de una herramienta, de cierta habilidad o servicio, pero visto desde el punto de vista de una comunidad, es probable que alguien más lo tenga, y que la otra persona pueda compartir, alquilar o intercambiar la herramienta/habilidad/servicio. No hay necesidad de que todos poseamos la misma herramienta, si podemos acceder a ella cuando lo necesitemos. De ahí la proliferación de mercados P2P.
Veamos un ejemplo ilustrativo: el coche compartido. En los proyectos de coche compartido se puede compartir mediante una empresa privada que es propietaria de los coches (fleetsharing, como Zipcar), a través de los mercados P2P de automóviles que unen el uno al otro (RelayRides/Getaround/SocialCar), o bien a través de organizaciones sin ànimo de lucro o entidades públicas (Autolib en París). Pero todos ellos lograr economías de alcance. Según un estudio citado por Zipcar, por cada coche de alquiler, hay 15 coches menos de propiedad en la carretera. También se indica que los miembros Carsharing conducen un 31% menos después de su adhesión al club. Por lo tanto, sólo en 2009, el uso compartido de automóviles disminuyó las emisiones globales de dióxido de carbono por cerca de medio millón de toneladas.
Imagínese una evolución similar en todos los sectores de la producción.
Así que, ¿cómo seria el nuevo sistema si las economías de alcance fueran la norma y pudieran remplazar a las economías de escala como el principal motor de la economía y el sistema social? Ya hemos mencionado las comunidades de diseños abiertos a nivel mundial, y sugerimos que estará acompañado por una red global de microfábricas, que producirán a nivel local, como las que estan proponiendo Local Motors y Wikispeed y que ya están siendo prefiguradas por las redes de hackerspaces, Fablabs y espacios de co-working.
Esto significa que también necesitamos organizaciones mundiales de materiales, no para producir a escala global, pero para organizar nuestras actividades materiales a fin de minimizar los costos del procomún en las diferentes redes, y no sólo en términos de compartir conocimiento. En otras palabras, ¿Quién jugará el papel que la Iglesia Católica y sus monjes itinerantes jugaron en la Edad Media? No olvidemos, que no era sólo una comunidad de diseño abierto, sinó también la organización que proporcionaba el liderazgo en el ámbito cultural en todo el continente. ¿Tenemos potencialmente una versión p2p que pueda operar a nivel mundial?
La respuesta es por supuesto la generalización de las “filé”, como se propuso anteriormente.
Lo único que queda por hacer es responder a la pregunta crucial: ¿cómo será un gobierno global en una civlización P2P? ¿Cómo podemos transformar el imperio focalizado en lo material que en la actualidad domina los asuntos mundiales para el beneficio de unos pocos, y reemplazar las ineficaces instituciones globales que son claramente insuficientes para hacer frente a los desafíos globales?
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