por JAIME SOTO
Jaime Soto, presidente de ACTI, asociación de empresas de tecnologías de la información.
Hace unos días el Ministro de Economía, Félix de Vicente, anunció que se había instalado una mesa de trabajo destinada a establecer las bases de una estrategia y/o recomendaciones que permitan impulsar a la industria de servicios globales o cloud en nuestro país, en la cual nuestra asociación colaborara de la mejor manera posible (como lo ha hecho en todas las instancias que el gobierno nos ha invitado a participar para el desarrollo de las tic en el país), mediante la cual se pretende entregar de aquí a fin de año una estrategia de impulso digital que se presentará al Presidente de la República.
Las declaraciones y planteamientos nos han sorprendido, ya que sentimos que esta instancia es tardía en el contexto, pero es mejor esto que no tener un planteamiento a nivel país en una materia que es necesaria para la competitividad de Chile en la nueva economía. La Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información, ACTI, estima que, a pasos de terminar este gobierno, es una mesa que genera sentimientos encontrados. Basta recordar que durante la campaña presidencial de Sebastián Piñera, en ese momento candidato, ante una audiencia de cerca de mil personas en la cena anual de la industria tecnológica (ACTI), planteó que en su gobierno se daría una revolución digital. Han pasado casi cuatro años y a meses del término de su mandato se retoma un trabajo que se paralizó con el término de la política de Cluster -iniciada en el 2007- en materia de Servicios Globales. Una decisión basada en que la política industrial “debe ser neutra y sólo el mercado determinar su rol”. A nuestro juicio con ello se retrocedió en la industria tecnológica, con los consiguientes efectos negativos para el sector.
El Ministro de Economía, Félix de Vicente, ha declarado que esta mesa de trabajo es el primer avance para establecer un diálogo tecnológico y que “estamos convencidos de que para lograr que Chile alcance el protagonismo regional y se transforme efectivamente en un hub digital, inmerso en una economía más conectada y competitiva como nunca antes en nuestra historia, tenemos que seguir trabajando en las importantes reformas que nos hemos planteado, y actuar en forma coordinada y de la mano con el sector privado”.
A nuestro juicio la instalación de la mesa de trabajo no aminora el retraso de las acciones que se estaban realizando en torno al potenciamiento de la industria de Servicios Globales, a través de la extinta estrategia de Cluster. Estimamos que, en la práctica se “volvió a fojas 0”, ya que con la medida de terminar con los clusters en el 2010 se eliminó cualquier apoyo instrumental a iniciativas de internacionalización de esta industria, tarea en la que países como Colombia, Brasil, México y Uruguay, entre otros, han seguido adelante invirtiendo recursos públicos en dicha tarea y estableciendo en estos 3 años una brecha competitiva difícil de cerrar.
Sólo en el plano del capital humano (trabajo en el que participó ACTI en el comité del cluster dedicado a esta problemática) el tema es crítico. A la fecha no existe ninguna iniciativa seria que aborde la actual situación de déficit de este recurso en la industria y en aquellas que usan intensamente técnicos y profesionales TIC; a lo que se suman los problemas de calidad de este recurso y las brechas entre lo que la academia genera y lo que las empresas requieren.
Las estrategias de desarrollo ganadoras han estado basadas en los recursos intencionados como son los casos de Finlandia, Israel, Corea y Taiwán. En este último caso, dicho país no sería lo que es si hace 40 años no se hubiera intencionado una industria que no existía a esa fecha. En 20 años se transformaron en el principal fabricante de tecnologías por cuenta de terceros, evolucionando hoy ya no solo a la fabricación, sino hacia estados más sofisticados como es el diseño de tecnologías.
ACTI está convencida de que si no existe una política de Estado en torno a esta industria, como país vamos a seguir dependiendo de los recursos naturales, con los consiguientes vaivenes en su precio. Es hora de que recuperemos nuestro papel en el concierto latinoamericano, para lo cual es necesario que desde el gobierno se potencien sectores como el tecnológico, que atraviesa todas las capas de servicios del país (educación, salud, minería) y tener una política industrial como la que tienen varios de los países que nos sirven de ejemplo.
por JAIME SOTO
Jaime Soto, presidente de ACTI, asociación de empresas de tecnologías de la información.
Hace unos días el Ministro de Economía, Félix de Vicente, anunció que se había instalado una mesa de trabajo destinada a establecer las bases de una estrategia y/o recomendaciones que permitan impulsar a la industria de servicios globales o cloud en nuestro país, en la cual nuestra asociación colaborara de la mejor manera posible (como lo ha hecho en todas las instancias que el gobierno nos ha invitado a participar para el desarrollo de las tic en el país), mediante la cual se pretende entregar de aquí a fin de año una estrategia de impulso digital que se presentará al Presidente de la República.
Las declaraciones y planteamientos nos han sorprendido, ya que sentimos que esta instancia es tardía en el contexto, pero es mejor esto que no tener un planteamiento a nivel país en una materia que es necesaria para la competitividad de Chile en la nueva economía. La Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información, ACTI, estima que, a pasos de terminar este gobierno, es una mesa que genera sentimientos encontrados. Basta recordar que durante la campaña presidencial de Sebastián Piñera, en ese momento candidato, ante una audiencia de cerca de mil personas en la cena anual de la industria tecnológica (ACTI), planteó que en su gobierno se daría una revolución digital. Han pasado casi cuatro años y a meses del término de su mandato se retoma un trabajo que se paralizó con el término de la política de Cluster -iniciada en el 2007- en materia de Servicios Globales. Una decisión basada en que la política industrial “debe ser neutra y sólo el mercado determinar su rol”. A nuestro juicio con ello se retrocedió en la industria tecnológica, con los consiguientes efectos negativos para el sector.
El Ministro de Economía, Félix de Vicente, ha declarado que esta mesa de trabajo es el primer avance para establecer un diálogo tecnológico y que “estamos convencidos de que para lograr que Chile alcance el protagonismo regional y se transforme efectivamente en un hub digital, inmerso en una economía más conectada y competitiva como nunca antes en nuestra historia, tenemos que seguir trabajando en las importantes reformas que nos hemos planteado, y actuar en forma coordinada y de la mano con el sector privado”.
A nuestro juicio la instalación de la mesa de trabajo no aminora el retraso de las acciones que se estaban realizando en torno al potenciamiento de la industria de Servicios Globales, a través de la extinta estrategia de Cluster. Estimamos que, en la práctica se “volvió a fojas 0”, ya que con la medida de terminar con los clusters en el 2010 se eliminó cualquier apoyo instrumental a iniciativas de internacionalización de esta industria, tarea en la que países como Colombia, Brasil, México y Uruguay, entre otros, han seguido adelante invirtiendo recursos públicos en dicha tarea y estableciendo en estos 3 años una brecha competitiva difícil de cerrar.
Sólo en el plano del capital humano (trabajo en el que participó ACTI en el comité del cluster dedicado a esta problemática) el tema es crítico. A la fecha no existe ninguna iniciativa seria que aborde la actual situación de déficit de este recurso en la industria y en aquellas que usan intensamente técnicos y profesionales TIC; a lo que se suman los problemas de calidad de este recurso y las brechas entre lo que la academia genera y lo que las empresas requieren.
Las estrategias de desarrollo ganadoras han estado basadas en los recursos intencionados como son los casos de Finlandia, Israel, Corea y Taiwán. En este último caso, dicho país no sería lo que es si hace 40 años no se hubiera intencionado una industria que no existía a esa fecha. En 20 años se transformaron en el principal fabricante de tecnologías por cuenta de terceros, evolucionando hoy ya no solo a la fabricación, sino hacia estados más sofisticados como es el diseño de tecnologías.
ACTI está convencida de que si no existe una política de Estado en torno a esta industria, como país vamos a seguir dependiendo de los recursos naturales, con los consiguientes vaivenes en su precio. Es hora de que recuperemos nuestro papel en el concierto latinoamericano, para lo cual es necesario que desde el gobierno se potencien sectores como el tecnológico, que atraviesa todas las capas de servicios del país (educación, salud, minería) y tener una política industrial como la que tienen varios de los países que nos sirven de ejemplo.
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