China, aun siendo el mayor emisor de gases de efecto invernadero, es un país que “lo hace bien” cuando se trata de la lucha contra el calentamiento global, dijo Figueres en una entrevista con Bloomberg.
Sus esfuerzos para promover la eficiencia energética y la energía renovable se explican porque Pekín entiende que actuando así se beneficia a largo plazo, dijo Figueres, que subraya que para China el medio ambiente es un interés nacional.
El diario ‘The Wall Street Journal‘ apunta que la calidad del aire en China es tan mala que en 2010 cerca de 1,2 millones de personas fallecieron prematuramente a consecuencia de la contaminación en el aire, mientras que el cáncer de pulmón se ha convertido en el principal tipo de tumor maligno entre la población.
Hasta 2017 el Gobierno chino planea invertir 275.000 millones de dólares en la lucha con la contaminación.
Algunas políticas clave y distintas reformas sobre esta cuestión se decidieron en los plenos, o en una reunión de más de 200 miembros del Comité Central del Partido Comunista. China es capaz de poner en práctica múltiples programas, ya que su sistema político evita algunos de los obstáculos legislativos observados en países como EE.UU., apunta Figueres.
China cuenta con una de las políticas más estrictas en cuanto a estándares de eficacia energética en la construcción y transporte, así como en el desarrollo de la tecnología fotovoltaica, lo que ha contribuido a reducir el coste de los paneles solares en un 80 por ciento, según apunta Figueres.
Los ambientalistas a menudo presentan a China como un modelo en la lucha contra el calentamiento global y un “líder” en materia de energías renovables, según hace notar el diario ‘The Daily Caller‘. Para 2020 el país tiene previsto obtener el 15 por ciento de su energía de fuentes renovables. No en vano,ya en 2012 el 9 por ciento de su energía procedía de fuentes renovables, mientras en que EE.UU. ese mismo porcentaje fue de un 11 por ciento.
China, aun siendo el mayor emisor de gases de efecto invernadero, es un país que “lo hace bien” cuando se trata de la lucha contra el calentamiento global, dijo Figueres en una entrevista con Bloomberg.
Sus esfuerzos para promover la eficiencia energética y la energía renovable se explican porque Pekín entiende que actuando así se beneficia a largo plazo, dijo Figueres, que subraya que para China el medio ambiente es un interés nacional.
El diario ‘The Wall Street Journal‘ apunta que la calidad del aire en China es tan mala que en 2010 cerca de 1,2 millones de personas fallecieron prematuramente a consecuencia de la contaminación en el aire, mientras que el cáncer de pulmón se ha convertido en el principal tipo de tumor maligno entre la población.
Hasta 2017 el Gobierno chino planea invertir 275.000 millones de dólares en la lucha con la contaminación.
Algunas políticas clave y distintas reformas sobre esta cuestión se decidieron en los plenos, o en una reunión de más de 200 miembros del Comité Central del Partido Comunista. China es capaz de poner en práctica múltiples programas, ya que su sistema político evita algunos de los obstáculos legislativos observados en países como EE.UU., apunta Figueres.
China cuenta con una de las políticas más estrictas en cuanto a estándares de eficacia energética en la construcción y transporte, así como en el desarrollo de la tecnología fotovoltaica, lo que ha contribuido a reducir el coste de los paneles solares en un 80 por ciento, según apunta Figueres.
Los ambientalistas a menudo presentan a China como un modelo en la lucha contra el calentamiento global y un “líder” en materia de energías renovables, según hace notar el diario ‘The Daily Caller‘. Para 2020 el país tiene previsto obtener el 15 por ciento de su energía de fuentes renovables. No en vano,ya en 2012 el 9 por ciento de su energía procedía de fuentes renovables, mientras en que EE.UU. ese mismo porcentaje fue de un 11 por ciento.
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