Con el fin de mantenerse informados sobre los planes de Argentina respecto a las islas Malvinas y para influir en la opinión pública, los británicos llevaron a cabo varias operaciones encubiertas en redes sociales, intervinieron comunicaciones militares y de seguridad y utilizaron el juego sucio y la desinformación continua en el marco de su ciberofensiva, revelan el portal TN.com.ar y The Intercept, el periódico digital fundado por Glenn Greenwald, citando los cables filtrados por Snowden.
Desde el 2009, en el marco de la llamada ‘Operación Quito’, el responsable de llevar a cabo las tareas de espionaje era el Grupo de Investigación de Inteligencia contra la Amenaza Común (JTRIG, por sus siglas en inglés), que pertenece al Centro Gubernamental de Comunicaciones (GCHQ). Según los documentos filtrados por Snowden, fue una misión “de larga duración y alcance y de efectos pioneros”.
Asimismo, varias divisiones de los servicios de inteligencia fueron delegadas para que “apoyaran los objetivos de la Oficina de Asuntos Extranjeros [FCO, por sus siglas en inglés] del Reino Unido” en lo relacionado con las Malvinas. Según los documentos revelados, el principal cometido de la FCO era “prevenir que la Argentina recupere las islas Malvinas“. Además, se indica que a mediados de 2011 se ejecutaron “nuevas operaciones cibernéticas”.
El espionaje de las comunicaciones de “militares y líderes” en diversas plataformas se consideraba una “operación de alta prioridad” y se llevaba a cabo con la asistencia de la NSA por lo menos hasta 2010. Según el archivo ‘NSA Extended Enterprise Report’ (‘informe de la misión extendida de la NSA’), de julio de 2008, que se basó en reuniones de los funcionarios de la central de inteligencia estadounidense y oficiales de la GCHQ, Argentina era “el principal interés de la central de inteligencia británica en la región”.
Nuevos documentos filtrados por el excontratista de la NSA Edward Snowden muestran la existencia de operaciones encubiertas y de espionaje realizadas por el Reino Unido desde 2006 hasta 2011, algunas de ellas con el objetivo de mantener su control sobre las islas Malvinas.
Con el fin de mantenerse informados sobre los planes de Argentina respecto a las islas Malvinas y para influir en la opinión pública, los británicos llevaron a cabo varias operaciones encubiertas en redes sociales, intervinieron comunicaciones militares y de seguridad y utilizaron el juego sucio y la desinformación continua en el marco de su ciberofensiva, revelan el portal TN.com.ar y The Intercept, el periódico digital fundado por Glenn Greenwald, citando los cables filtrados por Snowden.
Desde el 2009, en el marco de la llamada ‘Operación Quito’, el responsable de llevar a cabo las tareas de espionaje era el Grupo de Investigación de Inteligencia contra la Amenaza Común (JTRIG, por sus siglas en inglés), que pertenece al Centro Gubernamental de Comunicaciones (GCHQ). Según los documentos filtrados por Snowden, fue una misión “de larga duración y alcance y de efectos pioneros”.
Asimismo, varias divisiones de los servicios de inteligencia fueron delegadas para que “apoyaran los objetivos de la Oficina de Asuntos Extranjeros [FCO, por sus siglas en inglés] del Reino Unido” en lo relacionado con las Malvinas. Según los documentos revelados, el principal cometido de la FCO era “prevenir que la Argentina recupere las islas Malvinas“. Además, se indica que a mediados de 2011 se ejecutaron “nuevas operaciones cibernéticas”.
El espionaje de las comunicaciones de “militares y líderes” en diversas plataformas se consideraba una “operación de alta prioridad” y se llevaba a cabo con la asistencia de la NSA por lo menos hasta 2010. Según el archivo ‘NSA Extended Enterprise Report’ (‘informe de la misión extendida de la NSA’), de julio de 2008, que se basó en reuniones de los funcionarios de la central de inteligencia estadounidense y oficiales de la GCHQ, Argentina era “el principal interés de la central de inteligencia británica en la región”.
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