La Cámara de Chile acaba de aprobar una nueva enmiendacon la que busca regularla venta desmedida y “descontrolada” de videojuegos violentos en el país, estableciendo nuevas calificaciones y criterios para estos, además de obligar a los desarrolladores y distribuidores a que modifiquen las carátulas o envases del juego, con el supuesto motivo de informar claramente al público el nivel de violencia presente en el juego.
Esta nueva ley está a un paso más de hacerse realidad, dado que solo falta que la apruebe el senado chileno, pero tomando en cuenta que en la Cámara tuvo 85 votos a favor y apenas 3 en contra (además de 1 abstención), no extremo imaginar por el camino que va, y que en poco tiempo será una realidad y deberá ser cambiada la forma en la que se comercian videojuegos violentos (y no violentos) en el país.
Gracias a esta ley, los videojuegos deberán pasar por las manos del consejo de calificación cinematográfica para ser evaluados y calificados antes de ser puestos a la venta. Hay 5 categorías disponibles, dependiendo de su nivel de contenido explícito:
- Videojuego recomendado para niños y adolescentes
- Videojuego sin contenido objetable
- Videojuego no recomendado para niños menores de 8 años
- Videojuego no recomendado para menores de 14 años
- Videojuegos no recomendados para menores de 18 años
Por otro lado, y dependiendo de la regulación que lleve el título, cada videojuego deberá identificar claramente en su envase con un aviso su nivel de calificación (ocupando el 25% de su cara y parte trasera), una medida bastante radical que me recuerda inmediátamente a las regulaciones implementadas en las cajas de cigarrillos y revistas para adultos en muchos países latinos.
En el caso de los títulos para mayores de 18 años, el comprador deberá mostrar su identificación, para así demostrar su mayoría de edad.
¿Es necesario esto?
Hace algunos años implementaron una medida similar en Venezuela, aunque un tanto más extrema (prácticamente prohibiendo por completo la venta de videojuegos violentos en el país), el resultado fue el nacimiento de medidas-no-tan-legales de vender esos juegos, dado que hay un refrán muy cierto que dice que, mientras más le prohíbes algo a alguien, más ganas tiene de hacerlo.
No digo que una medida de este tipo no es buena, a nivel de regular un poco más las certificaciones y las edades mínimas para disfrutar de un buen juego como GTA V, pero se debe entender que como han demostrado infinidad de estudios, los videojuegos no hacen violentas a las personas.
Y finalmente, lo más importante, ya existía una regulación, el problema está en ese padre irresponsable que le compra a su hijo de 9 años el nuevo Call of Duty o GTA, que claramente tiene una etiqueta que dice “no apto para menores de tantos año”.
Mientras no se tome conciencia de ese tipo, y se siga realmente la regulación establecida, estas leyes y enmiendas pasarán por alto.
La Cámara de Chile acaba de aprobar una nueva enmiendacon la que busca regularla venta desmedida y “descontrolada” de videojuegos violentos en el país, estableciendo nuevas calificaciones y criterios para estos, además de obligar a los desarrolladores y distribuidores a que modifiquen las carátulas o envases del juego, con el supuesto motivo de informar claramente al público el nivel de violencia presente en el juego.
Esta nueva ley está a un paso más de hacerse realidad, dado que solo falta que la apruebe el senado chileno, pero tomando en cuenta que en la Cámara tuvo 85 votos a favor y apenas 3 en contra (además de 1 abstención), no extremo imaginar por el camino que va, y que en poco tiempo será una realidad y deberá ser cambiada la forma en la que se comercian videojuegos violentos (y no violentos) en el país.
Gracias a esta ley, los videojuegos deberán pasar por las manos del consejo de calificación cinematográfica para ser evaluados y calificados antes de ser puestos a la venta. Hay 5 categorías disponibles, dependiendo de su nivel de contenido explícito:
Por otro lado, y dependiendo de la regulación que lleve el título, cada videojuego deberá identificar claramente en su envase con un aviso su nivel de calificación (ocupando el 25% de su cara y parte trasera), una medida bastante radical que me recuerda inmediátamente a las regulaciones implementadas en las cajas de cigarrillos y revistas para adultos en muchos países latinos.
En el caso de los títulos para mayores de 18 años, el comprador deberá mostrar su identificación, para así demostrar su mayoría de edad.
¿Es necesario esto?
Hace algunos años implementaron una medida similar en Venezuela, aunque un tanto más extrema (prácticamente prohibiendo por completo la venta de videojuegos violentos en el país), el resultado fue el nacimiento de medidas-no-tan-legales de vender esos juegos, dado que hay un refrán muy cierto que dice que, mientras más le prohíbes algo a alguien, más ganas tiene de hacerlo.
No digo que una medida de este tipo no es buena, a nivel de regular un poco más las certificaciones y las edades mínimas para disfrutar de un buen juego como GTA V, pero se debe entender que como han demostrado infinidad de estudios, los videojuegos no hacen violentas a las personas.
Y finalmente, lo más importante, ya existía una regulación, el problema está en ese padre irresponsable que le compra a su hijo de 9 años el nuevo Call of Duty o GTA, que claramente tiene una etiqueta que dice “no apto para menores de tantos año”.
Mientras no se tome conciencia de ese tipo, y se siga realmente la regulación establecida, estas leyes y enmiendas pasarán por alto.
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