Activistas de la lucha contra el gigante de alimentos transgénicos Monsanto han presentado este martes en el Parlamento Argentino una demanda para bloquear la Ley de Semillas impulsada en el Congreso por esta compañía.
El principal objetivo de la medida es impedir que la transnacional instale otra fábrica en la localidad de Malvinas Argentinas y, en el mejor de los casos, expulsarla del país.
Varios diputados nacionales respaldaron la iniciativa, entre ellos Antonio Riestra, del bloque Unidad Popular, que declaró que resulta paradójico que “al continente del maíz, venga alguien a vendernos maíz”.
“Es como aquello de los espejitos de colores cuando llegó Colón”, resaltó, refiriéndose a los espejitos y abalorios que Cristóbal Colon entregó a los indios a cambio de sus riquezas cuando llegó a Latinoamérica.
“Monsanto es una empresa que mintió, miente y mentirá”, señaló por su parte la ambientalista de Malvinas Argentinas Celina Molina.
Según la activista, el gigante de alimentos transgénicos se aprovecha de gobiernos “que son permeables al dinero, al poder y a la codicia”.
“Mientras Monsanto esté en nuestra tierra, con tal de lograr sus objetivos va a corromper a gobiernos”, agregó Molina.
Los vecinos de la localidad Malvinas Argentinas bloquearon el mes pasado la construcción de una de las plantas de la cuestionada multinacional. Por el momento, aquel ambicioso proyecto es apenas un enorme esqueleto de hierro, custodiado por un grupo de asambleístas. Mientras siguen las indefiniciones políticas, ellos aseguran que continuarán su lucha contra Monsanto.
Activistas de la lucha contra el gigante de alimentos transgénicos Monsanto han presentado este martes en el Parlamento Argentino una demanda para bloquear la Ley de Semillas impulsada en el Congreso por esta compañía.
El principal objetivo de la medida es impedir que la transnacional instale otra fábrica en la localidad de Malvinas Argentinas y, en el mejor de los casos, expulsarla del país.
Varios diputados nacionales respaldaron la iniciativa, entre ellos Antonio Riestra, del bloque Unidad Popular, que declaró que resulta paradójico que “al continente del maíz, venga alguien a vendernos maíz”.
“Es como aquello de los espejitos de colores cuando llegó Colón”, resaltó, refiriéndose a los espejitos y abalorios que Cristóbal Colon entregó a los indios a cambio de sus riquezas cuando llegó a Latinoamérica.
“Monsanto es una empresa que mintió, miente y mentirá”, señaló por su parte la ambientalista de Malvinas Argentinas Celina Molina.
Según la activista, el gigante de alimentos transgénicos se aprovecha de gobiernos “que son permeables al dinero, al poder y a la codicia”.
“Mientras Monsanto esté en nuestra tierra, con tal de lograr sus objetivos va a corromper a gobiernos”, agregó Molina.
Los vecinos de la localidad Malvinas Argentinas bloquearon el mes pasado la construcción de una de las plantas de la cuestionada multinacional. Por el momento, aquel ambicioso proyecto es apenas un enorme esqueleto de hierro, custodiado por un grupo de asambleístas. Mientras siguen las indefiniciones políticas, ellos aseguran que continuarán su lucha contra Monsanto.
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