Para nadie es un secreto que la pandemia del COVID-19 ha cambiado nuestro estilo de vida. Durante este período hemos convertido nuestros hogares en oficinas, en gimnasios, incluso hemos aprendido a compartir con nuestros seres queridos y conocidos sin involucrar mucho contacto físico. A raíz de esta situación, el sector farmacéutico se ha dado a la tarea de desarrollar antígenos que sirvan para afrontar este mal.
En efecto, algunos gobiernos se han planteado la idea de implementar un nuevo documento sanitario conocido como pasaporte de vacuna. Sin embargo, su ejecución está generando mucha controversia.
Más allá de facilitar a las personas viajar de un país a otro, ¿este documento podría convertirse en una herramienta de discriminación social? ¿Los sistemas detrás de los pasaportes de vacunas garantizan la privacidad de nuestros datos? Para aclarar un poco este panorama, hoy hablaremos acerca de ello.
¿Qué es un pasaporte de vacuna?
Un pasaporte de vacunación no es más que un documento que valida que una persona es inmune al COVID-19. Más allá de eso, su implementación puede dar lugar a un sistema social de “dos niveles”, donde las personas vacunadas tengan más libertades que otras.
Prácticamente portar este documento te garantizaría poder viajar y reunirte con tus seres queridos sin temor a contraer o propagar el virus. Además de cumplir con las normas sanitarias del país que visites.
De igual modo, su implementación podría suplir al Certificado Internacional de Vacunación conocido como tarjeta amarilla. Incluso, sería una representación más moderna de ella, puesto que registraría no solo la vacuna en contra del COVID-19, sino también antígenos pasados.
¿Qué riesgos involucra la emisión de un documento de vacunación?
Anteriormente comentábamos que ser portador de un pasaporte de vacunas nos da ciertas libertades frente aquellos que no se han vacunado. Sin embargo, su emisión también acarrea preocupación, puesto que nuestros datos podrían compartirse con terceros. Esto ocasionaría que instituciones no autorizadas tengan acceso a nuestro historial médico y datos personales.
Por ejemplo, en Estados Unidos, específicamente en la ciudad de Filadelfia tuvo lugar una sociedad entre el gobierno estatal y la organización Philly Fighting. Esta permitió que los habitantes de la región recibieran la vacuna en contra del COVID-19, tras haberse registrado en el sitio web de la compañía y facilitar nombre, fecha de nacimiento, dirección y ocupación.
No obstante, la situación cambió cuando se descubrió que Philly Fighting podría vender “los datos de preinscripción recopilados por su sitio web”, pues sus políticas de privacidad también habían cambiado. Al respecto, el abogado senior de Electronic Frontier Foundation, Adam Schwartz comentó:
“En todo el país, vemos que los gobiernos y sus contratistas privados recopilan muchos de nuestros datos relacionados con COVID-19, a menudo con garantías de privacidad insuficientes. Esto es malo para los esfuerzos de salud pública, que dependen de la confianza pública… Debe hacerse más para proteger nuestra información privada”.
Ahora bien, del otro lado del mundo, la Unión Europea estudia la posibilidad de emitir un pasaporte de vacuna conocido como “pase verde digital”, que valide que la persona es inmune al coronavirus. El documento incluiría tres secciones informativas. Además de presentarse en un formato físico, digital y otro a través de un código QR.
En la primera sección se incluyen datos personales como el nombre, DNI, sexo y fecha de nacimiento. El segundo apartado registra información concerniente a la vacuna inoculada, por ejemplo: nombre genérico y comercial, dosis administrada, además de la frecuencia con la que se realiza. Incluso, se puede rastrear la entidad responsable de aplicar la vacuna. Y en la tercera división, información concerniente al emisor del certificado.
En este caso, empresas como iProov y Mvine se han aliado para desarrollar un documento de inmunidad compatible con el enfoque de esta región, donde solo el personal sanitario tenga acceso a la información.
CommonPass: Plataforma tecnológica que nos permitiría obtener un pasaporte de vacunación de talla mundial
Lo dicho antes deja claro que no hay un documento de inmunidad estándar, puesto que hacerlo no es tarea fácil. Esto debido a que los países deben llegar a un consenso sobre qué datos deben compartir y cuáles no.
En vista de esa situación surgen nuevas alianzas, como la de la organización suiza “The Commons Project”, el Foro Económico Mundial y la Fundación Rockefeller. Estas instituciones han desarrollado CommonPass. Se trata de un software que brinda a las personas una forma segura de documentar su estado de salud mientras viajan de un país a otro.
Si bien esta plataforma se encuentra en fase de prueba, tiene la capacidad de evaluar si los registros de vacunación de la persona provienen de una fuente confiable. Esto debido a que la documentación que respalda el pasaporte de vacuna puede falsificarse. De hecho, se han reportado casos de producción y venta online de certificados de pruebas con falsos resultados.
De igual modo, valida que el documento cumpla con los requisitos sanitarios del país al que se desea ingresar. En cuanto a los datos, estos permanecen bajo el control del portador del documento.
¿Estas aplicaciones son realmente seguras?
Hasta ahora, las empresas desarrolladoras detrás de este tipo de aplicaciones han indicado que los datos de los usuarios están seguros. Esto porque utilizan encriptación vía blockchain. Por ende, la información está cifrada de extremo a extremo. Incluso, la información se guardaría en la memoria de nuestro dispositivo, no en la nube ni en ningún servidor. Sin embargo, otros consideran que desencriptarlas es posible.
De ser posible, esto se traduciría en una ventana para que piratas informáticos intenten vulnerar nuestros datos. Bien sea través de correos electrónicos de phishing o smishing (a través de mensajería de texto). Incluso, le permitiría al gobierno rastrear el paradero de sus ciudadanos, además de recopilar datos sobre ellos.
Aunado a ello, si esta información queda abierta a terceros, otras personas podrían conocer el historial médico de la víctima. Para muestra, el caso de Brasil, donde un error en el sistema de salud dejó ver los datos de más de 200 millones de personas. En una situación similar, ¿qué pasaría si descubres que alguien cercano está infectada de VIH? Si bien las personas infectadas no transmiten este virus por simple contacto físico, siguen siendo denigradas.
Ante esa situación, muchas personas pueden cohibirse de facilitar sus datos a los organismos encargados de gestionar los pasaportes de vacunas. Después de todo, el documento solo debería indicar si eres inmune o no al COVID-19. Entonces, ¿es una buena idea la implementación de este tipo de documentos?
We use cookies on our website to give you the most relevant experience by remembering your preferences and repeat visits. By clicking “Accept All”, you consent to the use of ALL the cookies. However, you may visit "Cookie Settings" to provide a controlled consent.
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. These cookies ensure basic functionalities and security features of the website, anonymously.
Cookie
Duración
Descripción
cookielawinfo-checkbox-analytics
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Analytics".
cookielawinfo-checkbox-functional
11 months
The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Functional".
cookielawinfo-checkbox-necessary
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookies is used to store the user consent for the cookies in the category "Necessary".
cookielawinfo-checkbox-others
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Other.
cookielawinfo-checkbox-performance
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Performance".
viewed_cookie_policy
11 months
The cookie is set by the GDPR Cookie Consent plugin and is used to store whether or not user has consented to the use of cookies. It does not store any personal data.
Functional cookies help to perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collect feedbacks, and other third-party features.
Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.
Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.
Advertisement cookies are used to provide visitors with relevant ads and marketing campaigns. These cookies track visitors across websites and collect information to provide customized ads.
Para nadie es un secreto que la pandemia del COVID-19 ha cambiado nuestro estilo de vida. Durante este período hemos convertido nuestros hogares en oficinas, en gimnasios, incluso hemos aprendido a compartir con nuestros seres queridos y conocidos sin involucrar mucho contacto físico. A raíz de esta situación, el sector farmacéutico se ha dado a la tarea de desarrollar antígenos que sirvan para afrontar este mal.
En efecto, algunos gobiernos se han planteado la idea de implementar un nuevo documento sanitario conocido como pasaporte de vacuna. Sin embargo, su ejecución está generando mucha controversia.
Más allá de facilitar a las personas viajar de un país a otro, ¿este documento podría convertirse en una herramienta de discriminación social? ¿Los sistemas detrás de los pasaportes de vacunas garantizan la privacidad de nuestros datos? Para aclarar un poco este panorama, hoy hablaremos acerca de ello.
¿Qué es un pasaporte de vacuna?
Un pasaporte de vacunación no es más que un documento que valida que una persona es inmune al COVID-19. Más allá de eso, su implementación puede dar lugar a un sistema social de “dos niveles”, donde las personas vacunadas tengan más libertades que otras.
Prácticamente portar este documento te garantizaría poder viajar y reunirte con tus seres queridos sin temor a contraer o propagar el virus. Además de cumplir con las normas sanitarias del país que visites.
De igual modo, su implementación podría suplir al Certificado Internacional de Vacunación conocido como tarjeta amarilla. Incluso, sería una representación más moderna de ella, puesto que registraría no solo la vacuna en contra del COVID-19, sino también antígenos pasados.
¿Qué riesgos involucra la emisión de un documento de vacunación?
Anteriormente comentábamos que ser portador de un pasaporte de vacunas nos da ciertas libertades frente aquellos que no se han vacunado. Sin embargo, su emisión también acarrea preocupación, puesto que nuestros datos podrían compartirse con terceros. Esto ocasionaría que instituciones no autorizadas tengan acceso a nuestro historial médico y datos personales.
Por ejemplo, en Estados Unidos, específicamente en la ciudad de Filadelfia tuvo lugar una sociedad entre el gobierno estatal y la organización Philly Fighting. Esta permitió que los habitantes de la región recibieran la vacuna en contra del COVID-19, tras haberse registrado en el sitio web de la compañía y facilitar nombre, fecha de nacimiento, dirección y ocupación.
No obstante, la situación cambió cuando se descubrió que Philly Fighting podría vender “los datos de preinscripción recopilados por su sitio web”, pues sus políticas de privacidad también habían cambiado. Al respecto, el abogado senior de Electronic Frontier Foundation, Adam Schwartz comentó:
Ahora bien, del otro lado del mundo, la Unión Europea estudia la posibilidad de emitir un pasaporte de vacuna conocido como “pase verde digital”, que valide que la persona es inmune al coronavirus. El documento incluiría tres secciones informativas. Además de presentarse en un formato físico, digital y otro a través de un código QR.
En la primera sección se incluyen datos personales como el nombre, DNI, sexo y fecha de nacimiento. El segundo apartado registra información concerniente a la vacuna inoculada, por ejemplo: nombre genérico y comercial, dosis administrada, además de la frecuencia con la que se realiza. Incluso, se puede rastrear la entidad responsable de aplicar la vacuna. Y en la tercera división, información concerniente al emisor del certificado.
En este caso, empresas como iProov y Mvine se han aliado para desarrollar un documento de inmunidad compatible con el enfoque de esta región, donde solo el personal sanitario tenga acceso a la información.
CommonPass: Plataforma tecnológica que nos permitiría obtener un pasaporte de vacunación de talla mundial
Lo dicho antes deja claro que no hay un documento de inmunidad estándar, puesto que hacerlo no es tarea fácil. Esto debido a que los países deben llegar a un consenso sobre qué datos deben compartir y cuáles no.
En vista de esa situación surgen nuevas alianzas, como la de la organización suiza “The Commons Project”, el Foro Económico Mundial y la Fundación Rockefeller. Estas instituciones han desarrollado CommonPass. Se trata de un software que brinda a las personas una forma segura de documentar su estado de salud mientras viajan de un país a otro.
Si bien esta plataforma se encuentra en fase de prueba, tiene la capacidad de evaluar si los registros de vacunación de la persona provienen de una fuente confiable. Esto debido a que la documentación que respalda el pasaporte de vacuna puede falsificarse. De hecho, se han reportado casos de producción y venta online de certificados de pruebas con falsos resultados.
De igual modo, valida que el documento cumpla con los requisitos sanitarios del país al que se desea ingresar. En cuanto a los datos, estos permanecen bajo el control del portador del documento.
¿Estas aplicaciones son realmente seguras?
Hasta ahora, las empresas desarrolladoras detrás de este tipo de aplicaciones han indicado que los datos de los usuarios están seguros. Esto porque utilizan encriptación vía blockchain. Por ende, la información está cifrada de extremo a extremo. Incluso, la información se guardaría en la memoria de nuestro dispositivo, no en la nube ni en ningún servidor. Sin embargo, otros consideran que desencriptarlas es posible.
De ser posible, esto se traduciría en una ventana para que piratas informáticos intenten vulnerar nuestros datos. Bien sea través de correos electrónicos de phishing o smishing (a través de mensajería de texto). Incluso, le permitiría al gobierno rastrear el paradero de sus ciudadanos, además de recopilar datos sobre ellos.
Aunado a ello, si esta información queda abierta a terceros, otras personas podrían conocer el historial médico de la víctima. Para muestra, el caso de Brasil, donde un error en el sistema de salud dejó ver los datos de más de 200 millones de personas. En una situación similar, ¿qué pasaría si descubres que alguien cercano está infectada de VIH? Si bien las personas infectadas no transmiten este virus por simple contacto físico, siguen siendo denigradas.
Ante esa situación, muchas personas pueden cohibirse de facilitar sus datos a los organismos encargados de gestionar los pasaportes de vacunas. Después de todo, el documento solo debería indicar si eres inmune o no al COVID-19. Entonces, ¿es una buena idea la implementación de este tipo de documentos?
Fuente: Tekcrispy
Compartir esto: