Las redes sociales son el invento que más ha modificado la forma de comunicarnos en lo que va de siglo. Nos han dado más opciones, más posibilidades, pero también más problemas. Ahora es mas sencillo no sólo informar a los ciudadanos, sino también desinformarlos, mediante anuncios estudiados para cambiar su percepción de ciertos temas.
Rusia inauguró una nueva forma de ataque
Internet es un invento bastante nuevo en la historia humana, pero como tanto otros, empezó dentro del ejército. Más tarde saltó a la vida pública y ahora parece que vuelve a su origen al ser usado para realizar un nuevo tipo de ataques.
Rusia tiene el dudoso honor de ser la referencia al haber intentado (y puede que logrado) interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 para intentar que ganara Donald Trump, algo que convenía a sus intereses. Para ello usó un sistema de propaganda y desinformación en las principales redes sociales que buscaba polarizar a la opinión americana y lograr sus objetivos.
Y funcionó. Otros países han tomado nota y ahora empezamos a ver las consecuencias de ello, de cómo se usan las redes sociales para manipular a la población.
Irán también intenta influir en la opinión pública
Hace unos días Facebook anunció que había bloqueado 82 cuentas y grupos en su red social vinculados con actividades sospechosas provenientes de Irán. Por el momento no ha confirmado que estén vinculadas al gobierno del país.
No es la primera vez que el país asiático ha sido acusado de realizar este tipo de operaciones pero sí que se nota una evolución en la forma de hacerlo.
Hasta ahora la tendencia era más la de crear publicaciones en las que se ensalzara el propio país y actualmente los mensajes son más agresivos pero a la vez mas sutiles. La idea no es tanto beneficiar a su país como perjudicar a Estados Unidos.
Estos mensajes estaban pensados para llegar a un público concreto, ciudadanos estadounidenses y británicos, no siendo de interés para ellos el resto de nacionalidades.
Las elecciones vuelven a ser el objetivo
El motivo de que sea ahora y no en otro momento cuando se descubren estas redes de influencia no es casual. En pocos días se celebrarán en Estados Unidos las elecciones de mitad de mandato, un evento importante que se celebra siempre a los dos años de haber tenido lugar las elecciones presidenciales.
En esta ocasión es incluso más importante que en otros momentos dada la división no sólo entre los ciudadanos americanos, sino dentro del propio congreso y parlamento. Incluso en el partido republicano las fuerzas están divididas entre los que apoyan a Trump y los que quieren otro líder.
Un contenido con más gancho
Uno de los cambios más notables entre las acciones que llevaban a cabo estas cuentas y las que se han visto en otras ocasiones está en el tipo de contenido compartido.
Ahora se usan ideas mucho más genéricas como el racismo, el derecho a llevar armas o las ideologías políticas para intentar manipular a la opinión pública. Por supuesto esto no es incompatible con la creación de mensajes más simples, pensados para un tipo de público determinado, a veces en forma de slogan o de meme.
En las redes sociales, sobre todo en Facebook, este contenido se vuelve viral de forma extremadamente rápida, como pueden corroborar las estadísticas de seguidores y elementos compartidos de las cuentas bloqueadas.
Pero al final esto no es más que una forma de ganar tracción para posicionar un mensaje propio, en este caso el que va en contra de Arabia Saudí o Israel, dos de los mayores enemigos de Israel.
Esto es sólo el principio
Mucho nos tememos de que una vez que los departamentos de inteligencia de los estados del mundo se han dado cuenta del poder de las redes sociales, será raro que esto no escale a un nuevo nivel.
En Estados Unidos, Europa, Japón y demás democracias asentadas es posible que se limiten este tipo de operaciones pero está claro que serán los objetivos de regímenes menos preocupados en usar cualquier tipo de arma para lograr sus intereses.
En estos tiempos parece más importante que nunca ser conscientes de que cualquier cosa que leamos, sea en Internet o en cualquier otro medio, debe ser puesta en cuarentena. Las fuentes incluyen, las reputaciones afectan, pero al final cada uno de nosotros debe ser la última línea de defensa contra la desinformación.
Tras la intervención rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 otros países han tomado nota y usan Facebook para desinformar.
Las redes sociales son el invento que más ha modificado la forma de comunicarnos en lo que va de siglo. Nos han dado más opciones, más posibilidades, pero también más problemas. Ahora es mas sencillo no sólo informar a los ciudadanos, sino también desinformarlos, mediante anuncios estudiados para cambiar su percepción de ciertos temas.
Rusia inauguró una nueva forma de ataque
Internet es un invento bastante nuevo en la historia humana, pero como tanto otros, empezó dentro del ejército. Más tarde saltó a la vida pública y ahora parece que vuelve a su origen al ser usado para realizar un nuevo tipo de ataques.
Rusia tiene el dudoso honor de ser la referencia al haber intentado (y puede que logrado) interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 para intentar que ganara Donald Trump, algo que convenía a sus intereses. Para ello usó un sistema de propaganda y desinformación en las principales redes sociales que buscaba polarizar a la opinión americana y lograr sus objetivos.
Y funcionó. Otros países han tomado nota y ahora empezamos a ver las consecuencias de ello, de cómo se usan las redes sociales para manipular a la población.
Irán también intenta influir en la opinión pública
Hace unos días Facebook anunció que había bloqueado 82 cuentas y grupos en su red social vinculados con actividades sospechosas provenientes de Irán. Por el momento no ha confirmado que estén vinculadas al gobierno del país.
No es la primera vez que el país asiático ha sido acusado de realizar este tipo de operaciones pero sí que se nota una evolución en la forma de hacerlo.
Hasta ahora la tendencia era más la de crear publicaciones en las que se ensalzara el propio país y actualmente los mensajes son más agresivos pero a la vez mas sutiles. La idea no es tanto beneficiar a su país como perjudicar a Estados Unidos.
Estos mensajes estaban pensados para llegar a un público concreto, ciudadanos estadounidenses y británicos, no siendo de interés para ellos el resto de nacionalidades.
Las elecciones vuelven a ser el objetivo
El motivo de que sea ahora y no en otro momento cuando se descubren estas redes de influencia no es casual. En pocos días se celebrarán en Estados Unidos las elecciones de mitad de mandato, un evento importante que se celebra siempre a los dos años de haber tenido lugar las elecciones presidenciales.
En esta ocasión es incluso más importante que en otros momentos dada la división no sólo entre los ciudadanos americanos, sino dentro del propio congreso y parlamento. Incluso en el partido republicano las fuerzas están divididas entre los que apoyan a Trump y los que quieren otro líder.
Un contenido con más gancho
Uno de los cambios más notables entre las acciones que llevaban a cabo estas cuentas y las que se han visto en otras ocasiones está en el tipo de contenido compartido.
Ahora se usan ideas mucho más genéricas como el racismo, el derecho a llevar armas o las ideologías políticas para intentar manipular a la opinión pública. Por supuesto esto no es incompatible con la creación de mensajes más simples, pensados para un tipo de público determinado, a veces en forma de slogan o de meme.
En las redes sociales, sobre todo en Facebook, este contenido se vuelve viral de forma extremadamente rápida, como pueden corroborar las estadísticas de seguidores y elementos compartidos de las cuentas bloqueadas.
Pero al final esto no es más que una forma de ganar tracción para posicionar un mensaje propio, en este caso el que va en contra de Arabia Saudí o Israel, dos de los mayores enemigos de Israel.
Esto es sólo el principio
Mucho nos tememos de que una vez que los departamentos de inteligencia de los estados del mundo se han dado cuenta del poder de las redes sociales, será raro que esto no escale a un nuevo nivel.
En Estados Unidos, Europa, Japón y demás democracias asentadas es posible que se limiten este tipo de operaciones pero está claro que serán los objetivos de regímenes menos preocupados en usar cualquier tipo de arma para lograr sus intereses.
En estos tiempos parece más importante que nunca ser conscientes de que cualquier cosa que leamos, sea en Internet o en cualquier otro medio, debe ser puesta en cuarentena. Las fuentes incluyen, las reputaciones afectan, pero al final cada uno de nosotros debe ser la última línea de defensa contra la desinformación.
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