Si bien pareceria que solo vemos un caso lmentablemente esto no es exclusivo, se conocen varios casos; est es uno de tantos.
El propósito de esta columna es explicar, con manzanitas, el por qué los hermanos Mosciatti decidieron unilateralmente poner fin a la colaboración gratuita que, hace un mes atrás, realizaba Economía Para Todos con Radio Bío-Bío. Detrás de esta inexplicable decisión, se esconde una triste realidad en Chile: el mercado de los medios de prensa es un mercado concentrado. El problema de los mercados concentrados es que surgen incentivos a incurrir en malas prácticas, dado el alto poder que poseen los participantes. Lamentablemente, los medios de prensa no son la excepción, a pesar del alto rol social que cumplen y debieran cumplir. Esto lo viví en persona. Esto lo vivió Economía Para Todos. Hoy les dejamos nuestro testimonio, en pos de exponer aspectos que la gente no conoce, y de esta forma, poder contribuir a mejores medios de prensa, que provean de mejor forma la realidad y generen opiniones que construyan a un mejor país.
¿Qué es un oligopsonio?
La palabra oligopsonio suena rara, pero su significado es bastante simple. Un oligopsonio es un mercado donde existen muchos vendedores y pocos compradores. Cómo existen pocos compradores, estos ejercen poder sobre los múltiples vendedores. Cómo consecuencia, los compradores terminan pagando precios más bajos de los que pagarían en una situación de mayor competencia. Los perjudicados terminan siendo los vendedores.
El caso opuesto es el oligopolio. Un oligopolio es un mercado donde existen pocos vendedores y muchos compradores. De esta forma, los vendedores ejercen poder que les permiten cobrar precios superiores a los precios que cobrarían en una situación de mayor competencia. Chile está lleno de oligopolios.
Volvamos al oligopsonio. En Chile existen casos puntuales de oligopsonios. Los ejemplos más evidentes se dan en la industria agrícola de frutas, cereales, hortalizas y lácteos. También en pequeñas caletas de pescadores y en la industria del cartón. Los pequeños agricultores, aun siendo dueños de las tierras donde siembran y cosechan, por escasez de infraestructura y relaciones comerciales, no son capaces de exportar sus productos al extranjero: manzanas, arándanos, cerezas, berries, etc. Dado que existen muchos agricultores en la misma situación, están supeditados a unir fuerzas o vender sus productos a una empresa que los exporte (frigoríficos). Estas empresas, como son pocas, prácticamente fijan el precio por kilo de fruta, y pagan a crédito. Los agricultores se obligan a vender su fruta en esos términos. De lo contrario, su producto perece. Lo mismo sucede con la leche, donde pocas lecherías fijan los precios del litro de leche de agricultores, para después elaborar lácteos que venden en los supermercados y tiendas al detalle. El caso más extremo lo constituye el mercado del papel y el cartón, dado que en Chile sólo existe 1 empresa manufacturera de papeles y cartones. Esto se llama “monopsonio”. Sólo una empresa fija los precios.
Tanto los oligopsonios, como los oligopolios, son nocivos para la economía. En el primer caso, agricultores perciben menores ingresos de los que podrían percibir con mayor competencia en el mercado. Esos agricultores tienen familias que alimentar, vestir, transportar, etc. Por otro lado los oligopolios también suelen ser nocivos para la economía, dado que los consumidores pagan precios más altos, y así sus ingresos les rinden menos, mes a mes. Erradicar estas imperfecciones de mercado urge mucho en Chile, considerando el caso de las farmacias, el mercado del pollo, buses interurbanos o el mercado del cemento. Inclusive, existe oligopolio en el mercado laboral de profesiones especificas.
El oligopsonio en los medios de prensa
Existen pequeños, pero importantes, indicios de que los medios de prensa constituirían un oligopsonio. Con la debacle financiera del canal La Red, queda de manifiesto que los medios de prensa en Chile son pocos. Lo peor, es que los que concentran la mayor audiencia, las señales, plataformas de difusión y cobertura, son menos aun.
Esta concentración de mercado induce malas prácticas. Una de ellas es el bajo salario real que perciben los periodistas en Chile. A esto se añade la existencia de pocos periodistas con contratos laborales. Muchos periodistas trabajan a honorarios, sin horarios de trabajo definidos, otros derechamente a régimen free-lance. Esto implica el no pago de cotizaciones previsionales, 7% de salud, y la negativa a formar sindicatos para obtener mejoras laborales.
Así, las malas prácticas de este mercado no sólo se extienden a los periodistas.
La colaboración con Radio Bío-Bío
Radio Bío-Bío es una radio fundada en Concepción por Nibaldo Mosciatti Moena en 1966. Tras su fallecimiento, la radio pasó a ser comandada por tres de sus hijos: Tomás Mosciatti, Nibaldo Mosciatti y Mauro Mosciatti. La Radio Bío-Bío es la radio más sintonizada en Concepción y gran parte del sur de Chile. Este éxito les valió la expansión de transmisiones a prácticamente todo Chile, y la creación de una estación independiente en Santiago. En 2009 refundaron su sitio web, bajo el nombre “Bío-Bío Chile”. En octubre de 2014 el sitio web registró 36,9 millones de visitas, posicionandolo como uno de los sitios web más visitados de Chile. Además, su fan page en Facebook, es el fan page de un medio de prensa con mayor número de seguidores en el país.
Gracias a las visitas y difusión que ustedes realizaron en redes sociales, hace un mes, Radio Bío-Bío se contactó con Economía Para Todos. Halagado, concerté un encuentro con el Director Web, en Concepción. En la reunión, se reconoció la calidad del contenido que semana a semana difundimos, destacando las columnas sobre el Caso Penta y Caso SQM. Al respecto, nos solicitaron autorización para publicar nuestras columnas en su sitio web y fan page de Facebook. Agradecido y halagado, accedí. Radio Bío-Bío es un icono de la cultura en Concepción y un medio de prensa independiente, sagaz, valiente. Aquello me produjo alegría. Economía Para Todos estaba cautivando el interés de los más grandes medios de prensa en Chile. Así, se selló la colaboración. Aproveché de mostrar interés en grabar video-columnas para su canal de tv online, Bío-Bío TV. La recepción fue positiva.
Pasó el tiempo y Bío-Bío Chile comenzó a publicar nuestro contenido en sus plataformas. Aquello era beneficioso para ambas partes. Economía Para Todos lograba difusión. Bío-Bío accedía a contenido gratuito y aumentaba las visitas en su sitio web y Facebook. Resultaba justo. Así también, en mis viajes a Santiago, pasaba por las oficinas de Radio Bío-Bío a grabar vídeo-columnas de 5 minutos. Aquello también era gratuito, pero me posicionaba como líder de opinión. Bío-Bío TV se beneficiaba de las visitas al sitio web.
Todo marchaba genial. No había censura ni edición de ningún tipo. Resultaba soñado.
La exclusividad y el recelo a THE CLINIC
Tras el interés de Radio Bío-Bío otros medios de prensa comenzaron a interesarse en nuestro trabajo. Fui invitado al programa “Dueñas de Nada” de Radio Molécula, por la siempre gentil Jani Dueñas. Así también Diario El Sur realizó una nota sobre nuestra página, la cual publicó en primera plana. Consecuentemente, Tell Magazine publicó un reportaje sobre nuestro trabajo en su edición gratuita de Abril. Adicionalmente, The Clinic Online se interesó en publicar sólo extractos de nuestras columnas en la portada de su sitio web, de forma que si la persona quería leer el contenido completo ingresara a nuestro sitio. Aquel interés me tenía contento de sobremanera. Nadie nos pagaba, pero nos difundían. Eso era gratificante.
Sin embargo no todo eran luces y reconocimiento. La colaboración cordial con Radio Bío-Bío se vio puesta en riesgo tras un correo electrónico recibido el 29 de Abril, de parte del Director Web.
En este correo se me invita a colaborar, de forma exclusiva, con Radio Bío-Bío. Cómo se puede apreciar, les complicaba la idea de que mi contenido se difundiera en el sitio web de The Clinic. De forma decorosa, se me recuerda por qué resultaba más “conveniente” colaborar exclusivamente con Radio Bío-Bío, renunciando a otros medios de prensa. Además, se me induce a considerar como “favor” las plataformas que me otorgaban hasta ese minuto.
Aquello me produjo variadas sensaciones. Era incuestionable la conveniencia de colaborar con Radio Bío-Bío. Sin embargo, la colaboración con los medios de prensa hasta el momento era gratuita. Hasta el día de hoy Economía Para Todos no ha recibido ni un peso por su contenido. Personalmente, he financiado con mis ahorros este proyecto. Ante esa urgencia, me comuniqué con el Director Web.
Tras conversar sobre su resfrío, le comenté que estaba dispuesto a colaborar exclusivamente con ellos, pero que a cambio necesitaba un compromiso mayor por parte de la radio. Le expuse que siempre he soñado con hacer un programa de radio, o participar de alguno de los programas de la radio actuales. Además manifesté que sería muy provechoso contar con un modesto apoyo financiero a nuestra Revista Digital, proyecto que busca generar ingresos para hacer de Economía Para Todos algo sostenible en el tiempo. A cambio, ofrecía publicidad para la Radio en la revista.
La respuesta fue rotunda. “No solemos pagar por columnas. Además, lo que nos pides nos parece que es demasiado”.
Está bien. Entendí entonces que no había acuerdo por nuestra exclusividad, dado que no existía voluntad monetaria para apostar a la exclusividad de nuestro contenido. El tema quedó ahí.
El fin a la colaboración
Economía Para Todos sumaba más y más adeptos. Así, un nuevo medio se interesaba por nosotros: Radio ADN. Al respecto sostuve un contacto telefónico con Eduardo Fuentes para el programa “Ciudadano ADN”. También me contactó el canal VIVE de Venezuela, interesados en nuestra coyuntura política. Luego de esto se me invitó al programa “ADN Contigo”. Aquella invitación coincidía con un viaje a Santiago, así que acepté encantado. Muy amables, Radio ADN dispuso un chófer para recogerme previo a la entrevista, y gentilmente me fueron a dejar a Providencia de forma posterior.
25 minutos después de esa entrevista, recibo este correo.
De forma unilateral, el Director Web ponía fin a la colaboración con Economía Para Todos. Como se puede apreciar en el correo, acusan despectivamente que andaba “promocionandome” en Radio ADN. Sin más, recalcan que fue una decisión desacertada, dado que Radio ADN posee “menor influencia y cobertura” que Radio Bío-Bío. Agregan que esto se sumaba al “asunto de The Clinic”.
De forma lapidaria, y sin margen para reunión personal o dialogo verbal, deciden no publicar más “mis” columnas”. Así también tampoco más vídeo-columnas en Bío-Bío TV. Por si fuera poco, procedieron a borrar todo el contenido de Economía Para Todos del sitio web de Radio Bío-Bío, incluyendo las columnas ya grabadas y difundidas. Finalmente, consideran que ya no es viable mi participación en el programa “El Tablón” de Canal 9 Regional de Concepción.
Sorprendido, me comuniqué esta vez con el Director de Bío-Bío TV en Santiago. Él, de forma mucho más afable, me comunicó que la orden era efectiva, y que había sido emanada por Mauro Mosciatti. Ante eso no podía hacer nada. “Donde manda capitán, no manda marinero”, pensé. Cordialmente me despedí, con síntomas de visible confusión.
El hombre que no es informado, no puede tener opinión
“El hombre que no es informado, no puede tener opinión”. Es uno de los lemas de Radio Bío-Bío. Siempre concordé con ello. Hasta el día de hoy. Sin embargo creo que la radio no. Y es que Radio Bío-Bío me comprobó que informar no es relevante. Lo relevante es la exclusividad. Es la captura de visitas web y likes en Facebook. Independiente de si lo que escribes es valioso o no.
En un principio me sentí ofendido. De alguna forma estos correos menoscababan el trabajo que con esfuerzo, dedicación y desinterés, hacemos día a día. Y es que no hemos recibido ningún peso por esto. Adicionalmente, estábamos colaborando gratuitamente con Radio Bío-Bío. Generando contenido gratuito y valioso para ellos, incurriendo en costos de transporte, todas las veces. “¿Y ese es el trato a cambio?” pensé. Incredulidad.
Buscando una respuesta, conversé con colegas, ex profesores y periodistas de reputados medios de prensa. La incredulidad era compartida. De vuelta a Concepción, en el bus, me di cuenta que este tipo de prácticas son características de oligopsonios. Y es qué Radio Bío-Bío puede hacer esto. Son uno de los 3 medios de prensa más visitados en internet. La gente los escucha. La gente los sigue, fielmente. Esa fidelidad les da un poder de mercado gigantesco. Pero el “poder hacer” algo no necesariamente debe constituir el “deber hacer”.
“Si hablas con otros medios de prensa, no te difundimos más”. “Somos un medio ampliamente visitado y escuchado, así que te pagamos con fama”. Raciocinios de un oligopsonista.
Economía para todos. No para radio bío-bío.
Pasaron los días y cerré el asunto. No solicité hablar con los Mosciatti, ni menos el Director Web. Con ese nivel de dialogo, nada serio surgiría. Sin embargo, pensé: ¿La gente sabrá esto? ¿La gente sabe la existencia de estas malas prácticas en los medios de prensa?.
Me puse a pensar. Recordé que uno de los objetivos de Economía Para Todos es enseñar, explicar y generar opinión. Con nuestras columnas buscamos enseñar y explicar a quienes no entienden algo, o a aquellos que derechamente no saben de algo. Porque la educación es esencial para tomar mejores decisiones, para ostentar un mejor país, con mejores empresas, con mejores instituciones, con mejores políticos, con mejores personas. Ello también implica mejores medios de prensa. Así, decidí escribir.
Y es qué mi intención no es desemplear a nadie, ni injuriar a nadie. Estos son hechos, concretos, y una reflexión sobre lo mal que le hace a Chile la concentración de los mercados. Las malas prácticas no son exclusivas de la política. Las malas prácticas abundan en diversos ámbitos. Este es un ejemplo concreto.
A mi juicio, los medios de prensa tienen un deber social gigantesco. Informan. Nos exponen la realidad. Aquello debiese encausar los esfuerzos diarios de los dueños de los medios de prensa. La independencia no debiese ser una virtud, sino un deber. Exponer los contenidos de Economía Para Todos no constituyen un favor, sino un deber. No porque yo considere que esto es valioso. Ustedes lo han hecho. Ustedes lo han considerado así. Ustedes lo han encontrado útil. ¿Es acaso el valor de la exclusividad superior al valor del contenido?. ¿En qué les afecta que yo hable con otros medios, si les estoy dando contenido valioso de forma gratuita?.
Radio Bío-Bío opta unilateralmente por no informar, o informar a medias, en vez de compartir la información con otros medios de prensa.
Agradezco las plataformas brindadas por Radio Bío-Bío. Aclaro que las acciones de unos pocos, no deben generalizar la opinión del todo. Tengo amigos que merecen todo mi respeto, y que trabajan en la radio. Sin embargo, las decisiones las toman otros, que no merecen tanto mi respeto.
Yo empecé Economía Para Todos con un sueño. Difundir mis conocimientos, de forma gratuita, a todas las personas que se interesaran por ellos. No escatimé en recursos, tiempo, viajes. Así, no he escatimado en ser exclusivo. A pesar de esto, seguiré escribiendo, hoy más que nunca. Creo que este sitio web contribuye a las personas, contribuye al país, contribuye a quienes quieren entender.
Quizás esta columna me genere un enemigo gratuito. Un enemigo grande. Pero si fuera por miedo, Economía Para Todos no existiría. Sin miedo, hablé del caso Penta. Sin miedo, hablé del Caso SQM. Sin miedo, hablé de Caso Caval. Sin miedo seguiremos hablando de todo lo que se tenga que hablar.
El nombre lo dice. Economía Para Todos. No sólo para Radio Bío-Bío.
Si bien pareceria que solo vemos un caso lmentablemente esto no es exclusivo, se conocen varios casos; est es uno de tantos.
El propósito de esta columna es explicar, con manzanitas, el por qué los hermanos Mosciatti decidieron unilateralmente poner fin a la colaboración gratuita que, hace un mes atrás, realizaba Economía Para Todos con Radio Bío-Bío. Detrás de esta inexplicable decisión, se esconde una triste realidad en Chile: el mercado de los medios de prensa es un mercado concentrado. El problema de los mercados concentrados es que surgen incentivos a incurrir en malas prácticas, dado el alto poder que poseen los participantes. Lamentablemente, los medios de prensa no son la excepción, a pesar del alto rol social que cumplen y debieran cumplir. Esto lo viví en persona. Esto lo vivió Economía Para Todos. Hoy les dejamos nuestro testimonio, en pos de exponer aspectos que la gente no conoce, y de esta forma, poder contribuir a mejores medios de prensa, que provean de mejor forma la realidad y generen opiniones que construyan a un mejor país.
¿Qué es un oligopsonio?
La palabra oligopsonio suena rara, pero su significado es bastante simple. Un oligopsonio es un mercado donde existen muchos vendedores y pocos compradores. Cómo existen pocos compradores, estos ejercen poder sobre los múltiples vendedores. Cómo consecuencia, los compradores terminan pagando precios más bajos de los que pagarían en una situación de mayor competencia. Los perjudicados terminan siendo los vendedores.
El caso opuesto es el oligopolio. Un oligopolio es un mercado donde existen pocos vendedores y muchos compradores. De esta forma, los vendedores ejercen poder que les permiten cobrar precios superiores a los precios que cobrarían en una situación de mayor competencia. Chile está lleno de oligopolios.
Volvamos al oligopsonio. En Chile existen casos puntuales de oligopsonios. Los ejemplos más evidentes se dan en la industria agrícola de frutas, cereales, hortalizas y lácteos. También en pequeñas caletas de pescadores y en la industria del cartón. Los pequeños agricultores, aun siendo dueños de las tierras donde siembran y cosechan, por escasez de infraestructura y relaciones comerciales, no son capaces de exportar sus productos al extranjero: manzanas, arándanos, cerezas, berries, etc. Dado que existen muchos agricultores en la misma situación, están supeditados a unir fuerzas o vender sus productos a una empresa que los exporte (frigoríficos). Estas empresas, como son pocas, prácticamente fijan el precio por kilo de fruta, y pagan a crédito. Los agricultores se obligan a vender su fruta en esos términos. De lo contrario, su producto perece. Lo mismo sucede con la leche, donde pocas lecherías fijan los precios del litro de leche de agricultores, para después elaborar lácteos que venden en los supermercados y tiendas al detalle. El caso más extremo lo constituye el mercado del papel y el cartón, dado que en Chile sólo existe 1 empresa manufacturera de papeles y cartones. Esto se llama “monopsonio”. Sólo una empresa fija los precios.
Tanto los oligopsonios, como los oligopolios, son nocivos para la economía. En el primer caso, agricultores perciben menores ingresos de los que podrían percibir con mayor competencia en el mercado. Esos agricultores tienen familias que alimentar, vestir, transportar, etc. Por otro lado los oligopolios también suelen ser nocivos para la economía, dado que los consumidores pagan precios más altos, y así sus ingresos les rinden menos, mes a mes. Erradicar estas imperfecciones de mercado urge mucho en Chile, considerando el caso de las farmacias, el mercado del pollo, buses interurbanos o el mercado del cemento. Inclusive, existe oligopolio en el mercado laboral de profesiones especificas.
El oligopsonio en los medios de prensa
Existen pequeños, pero importantes, indicios de que los medios de prensa constituirían un oligopsonio. Con la debacle financiera del canal La Red, queda de manifiesto que los medios de prensa en Chile son pocos. Lo peor, es que los que concentran la mayor audiencia, las señales, plataformas de difusión y cobertura, son menos aun.
Esta concentración de mercado induce malas prácticas. Una de ellas es el bajo salario real que perciben los periodistas en Chile. A esto se añade la existencia de pocos periodistas con contratos laborales. Muchos periodistas trabajan a honorarios, sin horarios de trabajo definidos, otros derechamente a régimen free-lance. Esto implica el no pago de cotizaciones previsionales, 7% de salud, y la negativa a formar sindicatos para obtener mejoras laborales.
Así, las malas prácticas de este mercado no sólo se extienden a los periodistas.
La colaboración con Radio Bío-Bío
Radio Bío-Bío es una radio fundada en Concepción por Nibaldo Mosciatti Moena en 1966. Tras su fallecimiento, la radio pasó a ser comandada por tres de sus hijos: Tomás Mosciatti, Nibaldo Mosciatti y Mauro Mosciatti. La Radio Bío-Bío es la radio más sintonizada en Concepción y gran parte del sur de Chile. Este éxito les valió la expansión de transmisiones a prácticamente todo Chile, y la creación de una estación independiente en Santiago. En 2009 refundaron su sitio web, bajo el nombre “Bío-Bío Chile”. En octubre de 2014 el sitio web registró 36,9 millones de visitas, posicionandolo como uno de los sitios web más visitados de Chile. Además, su fan page en Facebook, es el fan page de un medio de prensa con mayor número de seguidores en el país.
Gracias a las visitas y difusión que ustedes realizaron en redes sociales, hace un mes, Radio Bío-Bío se contactó con Economía Para Todos. Halagado, concerté un encuentro con el Director Web, en Concepción. En la reunión, se reconoció la calidad del contenido que semana a semana difundimos, destacando las columnas sobre el Caso Penta y Caso SQM. Al respecto, nos solicitaron autorización para publicar nuestras columnas en su sitio web y fan page de Facebook. Agradecido y halagado, accedí. Radio Bío-Bío es un icono de la cultura en Concepción y un medio de prensa independiente, sagaz, valiente. Aquello me produjo alegría. Economía Para Todos estaba cautivando el interés de los más grandes medios de prensa en Chile. Así, se selló la colaboración. Aproveché de mostrar interés en grabar video-columnas para su canal de tv online, Bío-Bío TV. La recepción fue positiva.
Pasó el tiempo y Bío-Bío Chile comenzó a publicar nuestro contenido en sus plataformas. Aquello era beneficioso para ambas partes. Economía Para Todos lograba difusión. Bío-Bío accedía a contenido gratuito y aumentaba las visitas en su sitio web y Facebook. Resultaba justo. Así también, en mis viajes a Santiago, pasaba por las oficinas de Radio Bío-Bío a grabar vídeo-columnas de 5 minutos. Aquello también era gratuito, pero me posicionaba como líder de opinión. Bío-Bío TV se beneficiaba de las visitas al sitio web.
Todo marchaba genial. No había censura ni edición de ningún tipo. Resultaba soñado.
La exclusividad y el recelo a THE CLINIC
Tras el interés de Radio Bío-Bío otros medios de prensa comenzaron a interesarse en nuestro trabajo. Fui invitado al programa “Dueñas de Nada” de Radio Molécula, por la siempre gentil Jani Dueñas. Así también Diario El Sur realizó una nota sobre nuestra página, la cual publicó en primera plana. Consecuentemente, Tell Magazine publicó un reportaje sobre nuestro trabajo en su edición gratuita de Abril. Adicionalmente, The Clinic Online se interesó en publicar sólo extractos de nuestras columnas en la portada de su sitio web, de forma que si la persona quería leer el contenido completo ingresara a nuestro sitio. Aquel interés me tenía contento de sobremanera. Nadie nos pagaba, pero nos difundían. Eso era gratificante.
Sin embargo no todo eran luces y reconocimiento. La colaboración cordial con Radio Bío-Bío se vio puesta en riesgo tras un correo electrónico recibido el 29 de Abril, de parte del Director Web.
En este correo se me invita a colaborar, de forma exclusiva, con Radio Bío-Bío. Cómo se puede apreciar, les complicaba la idea de que mi contenido se difundiera en el sitio web de The Clinic. De forma decorosa, se me recuerda por qué resultaba más “conveniente” colaborar exclusivamente con Radio Bío-Bío, renunciando a otros medios de prensa. Además, se me induce a considerar como “favor” las plataformas que me otorgaban hasta ese minuto.
Aquello me produjo variadas sensaciones. Era incuestionable la conveniencia de colaborar con Radio Bío-Bío. Sin embargo, la colaboración con los medios de prensa hasta el momento era gratuita. Hasta el día de hoy Economía Para Todos no ha recibido ni un peso por su contenido. Personalmente, he financiado con mis ahorros este proyecto. Ante esa urgencia, me comuniqué con el Director Web.
Tras conversar sobre su resfrío, le comenté que estaba dispuesto a colaborar exclusivamente con ellos, pero que a cambio necesitaba un compromiso mayor por parte de la radio. Le expuse que siempre he soñado con hacer un programa de radio, o participar de alguno de los programas de la radio actuales. Además manifesté que sería muy provechoso contar con un modesto apoyo financiero a nuestra Revista Digital, proyecto que busca generar ingresos para hacer de Economía Para Todos algo sostenible en el tiempo. A cambio, ofrecía publicidad para la Radio en la revista.
La respuesta fue rotunda. “No solemos pagar por columnas. Además, lo que nos pides nos parece que es demasiado”.
Está bien. Entendí entonces que no había acuerdo por nuestra exclusividad, dado que no existía voluntad monetaria para apostar a la exclusividad de nuestro contenido. El tema quedó ahí.
El fin a la colaboración
Economía Para Todos sumaba más y más adeptos. Así, un nuevo medio se interesaba por nosotros: Radio ADN. Al respecto sostuve un contacto telefónico con Eduardo Fuentes para el programa “Ciudadano ADN”. También me contactó el canal VIVE de Venezuela, interesados en nuestra coyuntura política. Luego de esto se me invitó al programa “ADN Contigo”. Aquella invitación coincidía con un viaje a Santiago, así que acepté encantado. Muy amables, Radio ADN dispuso un chófer para recogerme previo a la entrevista, y gentilmente me fueron a dejar a Providencia de forma posterior.
25 minutos después de esa entrevista, recibo este correo.
De forma unilateral, el Director Web ponía fin a la colaboración con Economía Para Todos. Como se puede apreciar en el correo, acusan despectivamente que andaba “promocionandome” en Radio ADN. Sin más, recalcan que fue una decisión desacertada, dado que Radio ADN posee “menor influencia y cobertura” que Radio Bío-Bío. Agregan que esto se sumaba al “asunto de The Clinic”.
De forma lapidaria, y sin margen para reunión personal o dialogo verbal, deciden no publicar más “mis” columnas”. Así también tampoco más vídeo-columnas en Bío-Bío TV. Por si fuera poco, procedieron a borrar todo el contenido de Economía Para Todos del sitio web de Radio Bío-Bío, incluyendo las columnas ya grabadas y difundidas. Finalmente, consideran que ya no es viable mi participación en el programa “El Tablón” de Canal 9 Regional de Concepción.
Sorprendido, me comuniqué esta vez con el Director de Bío-Bío TV en Santiago. Él, de forma mucho más afable, me comunicó que la orden era efectiva, y que había sido emanada por Mauro Mosciatti. Ante eso no podía hacer nada. “Donde manda capitán, no manda marinero”, pensé. Cordialmente me despedí, con síntomas de visible confusión.
El hombre que no es informado, no puede tener opinión
“El hombre que no es informado, no puede tener opinión”. Es uno de los lemas de Radio Bío-Bío. Siempre concordé con ello. Hasta el día de hoy. Sin embargo creo que la radio no. Y es que Radio Bío-Bío me comprobó que informar no es relevante. Lo relevante es la exclusividad. Es la captura de visitas web y likes en Facebook. Independiente de si lo que escribes es valioso o no.
En un principio me sentí ofendido. De alguna forma estos correos menoscababan el trabajo que con esfuerzo, dedicación y desinterés, hacemos día a día. Y es que no hemos recibido ningún peso por esto. Adicionalmente, estábamos colaborando gratuitamente con Radio Bío-Bío. Generando contenido gratuito y valioso para ellos, incurriendo en costos de transporte, todas las veces. “¿Y ese es el trato a cambio?” pensé. Incredulidad.
Buscando una respuesta, conversé con colegas, ex profesores y periodistas de reputados medios de prensa. La incredulidad era compartida. De vuelta a Concepción, en el bus, me di cuenta que este tipo de prácticas son características de oligopsonios. Y es qué Radio Bío-Bío puede hacer esto. Son uno de los 3 medios de prensa más visitados en internet. La gente los escucha. La gente los sigue, fielmente. Esa fidelidad les da un poder de mercado gigantesco. Pero el “poder hacer” algo no necesariamente debe constituir el “deber hacer”.
“Si hablas con otros medios de prensa, no te difundimos más”. “Somos un medio ampliamente visitado y escuchado, así que te pagamos con fama”. Raciocinios de un oligopsonista.
Economía para todos. No para radio bío-bío.
Pasaron los días y cerré el asunto. No solicité hablar con los Mosciatti, ni menos el Director Web. Con ese nivel de dialogo, nada serio surgiría. Sin embargo, pensé: ¿La gente sabrá esto? ¿La gente sabe la existencia de estas malas prácticas en los medios de prensa?.
Me puse a pensar. Recordé que uno de los objetivos de Economía Para Todos es enseñar, explicar y generar opinión. Con nuestras columnas buscamos enseñar y explicar a quienes no entienden algo, o a aquellos que derechamente no saben de algo. Porque la educación es esencial para tomar mejores decisiones, para ostentar un mejor país, con mejores empresas, con mejores instituciones, con mejores políticos, con mejores personas. Ello también implica mejores medios de prensa. Así, decidí escribir.
Y es qué mi intención no es desemplear a nadie, ni injuriar a nadie. Estos son hechos, concretos, y una reflexión sobre lo mal que le hace a Chile la concentración de los mercados. Las malas prácticas no son exclusivas de la política. Las malas prácticas abundan en diversos ámbitos. Este es un ejemplo concreto.
A mi juicio, los medios de prensa tienen un deber social gigantesco. Informan. Nos exponen la realidad. Aquello debiese encausar los esfuerzos diarios de los dueños de los medios de prensa. La independencia no debiese ser una virtud, sino un deber. Exponer los contenidos de Economía Para Todos no constituyen un favor, sino un deber. No porque yo considere que esto es valioso. Ustedes lo han hecho. Ustedes lo han considerado así. Ustedes lo han encontrado útil. ¿Es acaso el valor de la exclusividad superior al valor del contenido?. ¿En qué les afecta que yo hable con otros medios, si les estoy dando contenido valioso de forma gratuita?.
Radio Bío-Bío opta unilateralmente por no informar, o informar a medias, en vez de compartir la información con otros medios de prensa.
Agradezco las plataformas brindadas por Radio Bío-Bío. Aclaro que las acciones de unos pocos, no deben generalizar la opinión del todo. Tengo amigos que merecen todo mi respeto, y que trabajan en la radio. Sin embargo, las decisiones las toman otros, que no merecen tanto mi respeto.
Yo empecé Economía Para Todos con un sueño. Difundir mis conocimientos, de forma gratuita, a todas las personas que se interesaran por ellos. No escatimé en recursos, tiempo, viajes. Así, no he escatimado en ser exclusivo. A pesar de esto, seguiré escribiendo, hoy más que nunca. Creo que este sitio web contribuye a las personas, contribuye al país, contribuye a quienes quieren entender.
Quizás esta columna me genere un enemigo gratuito. Un enemigo grande. Pero si fuera por miedo, Economía Para Todos no existiría. Sin miedo, hablé del caso Penta. Sin miedo, hablé del Caso SQM. Sin miedo, hablé de Caso Caval. Sin miedo seguiremos hablando de todo lo que se tenga que hablar.
El nombre lo dice. Economía Para Todos. No sólo para Radio Bío-Bío.
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