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Las cripto-monedas llegaron para quedarse, y sus efectos irán más allá del intercambio monetario

para Manzana Mecánica

 

Andreas Antonopoulos de O’Reilly presenta de manera organizada el estado actual de las cripo-denominaciones o cripto-monedas en The crypto-currency ecosystem: A taxonomy of alt-coins, meta-coins and blockchain-riders. Su punto de partida es que tal como el Internet Protocol(IP) fue posible debido a la conjunción de una serie de tecnologías que alcanzaron simultáneamente la madurez en un momento histórico dado, Bitcoin y otras monedas aparecen precisamente ahora porque todas las componentes necesarias están en su lugar.

Las componentes más maduras del sistema son las redespeer-to-peer, los sistemas criptográficos y de distribución de claves, y los algoritmos para demostrar que un procesador ha realizado un cierto trabajo. La componente más nueva es una serie de métodos para mantener un registro distribuido y con marcas de tiempo.

Lo interesante es que las mismas componentes posibilitan otro tipo de sistemas. El más obvio son pequeñas variaciones sobre la misma idea, como Litecoin que es simplemente una versión más barata de los Bitcoin (“si los Bitcoin son oro, los Litecoin son plata”).

Otras variaciones no son nada triviales, como Zerocoin, que agrega una capa de privacidad sobre Bitcoin. Cada Bitcoin tiene un identificador, como el número de serie de un billete, y por tanto puede ser rastreado en la red para determinar, por ejemplo, cuál fue el operador que te vendió los Bitcoin por dólares u otra moneda emitida por algún gobierno. La solución a este problema hasta ahora ha sido utilizar sistemas de lavado de Bitcoins, que reciben tus monedas, las mezclan con las de otros, y te devuelven la misma cantidad pero con otros números de serie. Zerocoin puede realizar la misma tarea pero de forma completamente distribuida.

Una notaría distribuida y un Twitter a prueba de gobiernos

Bitnotar es una idea muy aguda que implementa un sistema distribuido de prueba existencial sobre Bitcoin. Supongamos que escribiste un documento y quieres demostrar que el documento existe, pero no quieres mostrarle el documento a nadie. En tal caso puedes calcular una función no invertible del texto (por ejemplo una suma criptográfica) y depositar el valor resultante con una institución en la que confíes. Pero esa institución puede desaparecer o borrar tu registro. Ahí entra Bitnotar en operación. La idea es simple: la suma criptográfica es la dirección de una billetera Bitcoin (casi seguramente inexistente), a la cual le envías una cierta cantidad. El libro de contabilidad distribuido anota entonces que un cierto usuario (la dirección de tu billetera), fue el primero en conocer de la existencia de esa suma criptográfica. Luego trivialmente tu puedes probar que eras el dueño de la dirección que envió esa cantidad de bitcoins.

Bitmessage es Twitter peer-to-peer, anónimo y encriptado.

Finalmente, Bitmessage creo que tiene un potencial enorme, incluso si esta implementación específica no despega y alguna implementación derivada finalmente es la que triunfa. Bitmessage es Twitter peer-to-peer, anónimo y encriptado. Al contrario que en Twitter, no se puede censurar o borrar un mensaje una vez que éste entra a la red. Además, ni tu nombre de usuario ni las direcciones de las personas con las que intercambian mensajes pueden ser asociados a tu dirección IP, y los mensajes directos viajan encriptados en la red, de forma que nadie excepto el destinatario puede leerlos. Para evitar spam y otros vicios, cada mensaje va acompañado de una pequeña prueba-de-trabajo, de forma que hay unos pocos minutos de espera entre dos envíos consecutivos.

Algunas de las tecnologías asociadas a Bitcoin tienen el potencial de crear cambios sociales que irán más allá de los intercambios monetarios. Como dijo William Gibson: “la calle le encuentra un uso a las cosas”.


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