por Carlos Castillo para Manzana Mecánica
La Vicepresidenta de la Comisión Europea para la agenda digital,Neelie Kroes (@NeelieKroesEU), ha articulado de manera concisa y clara una reflexión que comenzó a circular poco después del escándalo NSA/PRISM. Se trata de las consecuencias económicas que sufrirán las empresas estadounidenses que ofrecen servicios de cloud computing (computación en la nube).
“Si los negocios o los gobiernos piensan que les están espiando, tendrán menos razones para confiar en la nube (cloud), y serán los proveedores de servicios de nube los que perderán al final.
¿Por qué tendrías que pagarle a alguien para que almacene tus secretos comerciales o de otra índole, si sospechas o sabes que serán compartidos contra tus deseos? Front- o Back-Door, da lo mismo, cualquier persona inteligente no quiere que esta información sea compartida de ninguna forma. Los clientes actuarán racionalmente, y serán los proveedores los que se perderán una gran oportunidad.
En este caso serán los proveedores estadounidenses los que perderán más, porque son a menudo los líderes en servicios de nube. Lo que me lleva a otra consecuencia interesante de las alegaciones recientes. Particularmente la idea de que el gobierno de EE.UU. vigila a sus socios y aliados en Europa.
“Si tengo razón, las consecuencias para las empresas estadounidenses se medirán en billones de euros”.
Si los clientes de nube en Europa no pueden confiar en el gobierno de EE.UU. o en sus promesas, entonces posiblemente tampoco confiarán en los proveedores de nube en EE.UU. Esa es mi conjetura. Y si tengo razón, las consecuencias para las empresas estadounidenses se medirán en billones de euros.
Si yo fuese un proveedor de servicios en la nube estadounidense, estaría bastante frustrada con mi gobierno ahora. No tengo una agenda oculta aquí: mi compromiso es con los mercados abiertos, los valores liberales, y las oportunidades de las nuevas innovaciones digitales. Pero aún así me estoy cuestionando si el terreno de juego de los servicios en la nube es justo.
Así que estoy diciendo dos cosas:
- Las preocupaciones sobre seguridad en la nube pueden fácilmente llevar a quienes deciden sobre políticas públicas en Europa a poner las garantías de seguridad por encima de la apertura de mercado; con consecuencias para las empresas estadounidenses.
- La privacidad no es solamente un derecho fundamental, también puede ser una ventaja competitiva. Las empresas enfocadas en privacidad deben salir a la luz y ayudar en ésto. Esas serían empresas muy inteligentes. Y el 2013 es el año para ésto. Esto incluye las empresas en Europa que quieran tomar ventaja del interés en proveedores de servicio que ofrezcan mayor protección a la privacidad.
La nube tiene mucho potencial. Pero ese potencial no vale mucho en una atmósfera de desconfianza. Los usuarios europeos y los proveedores estadounidenses, así como los responsables de políticas públicas, necesitan pensar cuidadosamente acerca de ésto”.
por Carlos Castillo para Manzana Mecánica
La Vicepresidenta de la Comisión Europea para la agenda digital,Neelie Kroes (@NeelieKroesEU), ha articulado de manera concisa y clara una reflexión que comenzó a circular poco después del escándalo NSA/PRISM. Se trata de las consecuencias económicas que sufrirán las empresas estadounidenses que ofrecen servicios de cloud computing (computación en la nube).
“Si los negocios o los gobiernos piensan que les están espiando, tendrán menos razones para confiar en la nube (cloud), y serán los proveedores de servicios de nube los que perderán al final.
¿Por qué tendrías que pagarle a alguien para que almacene tus secretos comerciales o de otra índole, si sospechas o sabes que serán compartidos contra tus deseos? Front- o Back-Door, da lo mismo, cualquier persona inteligente no quiere que esta información sea compartida de ninguna forma. Los clientes actuarán racionalmente, y serán los proveedores los que se perderán una gran oportunidad.
En este caso serán los proveedores estadounidenses los que perderán más, porque son a menudo los líderes en servicios de nube. Lo que me lleva a otra consecuencia interesante de las alegaciones recientes. Particularmente la idea de que el gobierno de EE.UU. vigila a sus socios y aliados en Europa.
Si los clientes de nube en Europa no pueden confiar en el gobierno de EE.UU. o en sus promesas, entonces posiblemente tampoco confiarán en los proveedores de nube en EE.UU. Esa es mi conjetura. Y si tengo razón, las consecuencias para las empresas estadounidenses se medirán en billones de euros.
Si yo fuese un proveedor de servicios en la nube estadounidense, estaría bastante frustrada con mi gobierno ahora. No tengo una agenda oculta aquí: mi compromiso es con los mercados abiertos, los valores liberales, y las oportunidades de las nuevas innovaciones digitales. Pero aún así me estoy cuestionando si el terreno de juego de los servicios en la nube es justo.
Así que estoy diciendo dos cosas:
La nube tiene mucho potencial. Pero ese potencial no vale mucho en una atmósfera de desconfianza. Los usuarios europeos y los proveedores estadounidenses, así como los responsables de políticas públicas, necesitan pensar cuidadosamente acerca de ésto”.
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