Debemos ser también proactivos y conscientes de que un sistema de protección de datos también pasa por nosotros mismos.
Por Romina Garrido Iglesias.
Hacia la década del ‘70 en Alemania se dictó la primera ley de proteccióncontra el abuso de los datos, aplicable tanto a los públicos como a los privados; los países europeos continuaron en esa línea durante los siguientes 20 años. El desarrollo digital comenzó a preocupar a Europa y surge por primera vez la idea de tener una legislación común, la que se materializa el 28 de enero de 1981 con la aprobación del Convenio 108, el cual aportó definiciones básicas a considerar en las legislaciones internas, conteniendo los principios de la protección de datos. Hoy son alrededor de 46 países los firmantes, incluido Uruguay, el único en América Latina. El año 2006, el comité de ministros del Consejo de Europa instauró el día 28 de enero como Día Internacional de Protección de Datos Personales. En la actualidad Europa está pronta a aprobar un reglamento de datos aplicable a todos los países de la Unión.
En Chile la legislación de datos llegó en 1999, inspirada en la ley española derogada ese mismo año, legislación que ha sido tristemente conocida como la “ley Dicom”, pues casi solo ha regulado ese mercado de datos. Sin embargo, hoy la discusión en el mundo es otra y el escenario de los datos es internet. No son pocos los chilenos que se preguntan cosas simples: sobre cómo hacer frente a difusión indebida u obsoleta de datos en la web, qué hacer por tratamiento no autorizado o en condiciones de opacidad, qué datos captan los dispositivos inteligentes, cómo y para qué tratan los datos las empresas o el Estado, hasta otras más complejas, sobre quiénes están tomando decisiones mediante algoritmos o cómo es el flujo de datos entre países.
Latinoamérica adoptó el 28 de enero para celebrar el reconocimiento de un derecho que nos da las respuestas planteadas:el derecho a la protección de tus datos.En Chile, pese a la inversión en tecnología, uso de internet y redes sociales, aún hay mucho desconocimiento; los tribunales son ambivalentes, el Estado y las empresas hacen una tímida o nula aplicación de la ley. El Gobierno de turno no se pronuncia sobre la presentación de nuevo-tercer proyecto de ley que mejore el estándar. ¿Qué celebramos entonces? En Chile si bien no tenemos nada que celebrar, es un momento para invitar a la reflexión sobre qué representan los datos y el valor de los datos protegidos. Tú eres tus datos personales, y junto con exigir al Estado un sistema efectivo de defensa de derechos, una justa ley de datos, debemos ser también proactivos y conscientes de que un sistema de protección de datos también pasa por nosotros mismos. Como país debemos comprender que la protección de datos es un ente articulador y una herramienta para la defensa de los derechos humanos en red y fuera de ella.
*La autora es presidenta Fundación Datos Protegidos.
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Debemos ser también proactivos y conscientes de que un sistema de protección de datos también pasa por nosotros mismos.
Por Romina Garrido Iglesias.
Hacia la década del ‘70 en Alemania se dictó la primera ley de proteccióncontra el abuso de los datos, aplicable tanto a los públicos como a los privados; los países europeos continuaron en esa línea durante los siguientes 20 años. El desarrollo digital comenzó a preocupar a Europa y surge por primera vez la idea de tener una legislación común, la que se materializa el 28 de enero de 1981 con la aprobación del Convenio 108, el cual aportó definiciones básicas a considerar en las legislaciones internas, conteniendo los principios de la protección de datos. Hoy son alrededor de 46 países los firmantes, incluido Uruguay, el único en América Latina. El año 2006, el comité de ministros del Consejo de Europa instauró el día 28 de enero como Día Internacional de Protección de Datos Personales. En la actualidad Europa está pronta a aprobar un reglamento de datos aplicable a todos los países de la Unión.
En Chile la legislación de datos llegó en 1999, inspirada en la ley española derogada ese mismo año, legislación que ha sido tristemente conocida como la “ley Dicom”, pues casi solo ha regulado ese mercado de datos. Sin embargo, hoy la discusión en el mundo es otra y el escenario de los datos es internet. No son pocos los chilenos que se preguntan cosas simples: sobre cómo hacer frente a difusión indebida u obsoleta de datos en la web, qué hacer por tratamiento no autorizado o en condiciones de opacidad, qué datos captan los dispositivos inteligentes, cómo y para qué tratan los datos las empresas o el Estado, hasta otras más complejas, sobre quiénes están tomando decisiones mediante algoritmos o cómo es el flujo de datos entre países.
Latinoamérica adoptó el 28 de enero para celebrar el reconocimiento de un derecho que nos da las respuestas planteadas:el derecho a la protección de tus datos.En Chile, pese a la inversión en tecnología, uso de internet y redes sociales, aún hay mucho desconocimiento; los tribunales son ambivalentes, el Estado y las empresas hacen una tímida o nula aplicación de la ley. El Gobierno de turno no se pronuncia sobre la presentación de nuevo-tercer proyecto de ley que mejore el estándar. ¿Qué celebramos entonces? En Chile si bien no tenemos nada que celebrar, es un momento para invitar a la reflexión sobre qué representan los datos y el valor de los datos protegidos. Tú eres tus datos personales, y junto con exigir al Estado un sistema efectivo de defensa de derechos, una justa ley de datos, debemos ser también proactivos y conscientes de que un sistema de protección de datos también pasa por nosotros mismos. Como país debemos comprender que la protección de datos es un ente articulador y una herramienta para la defensa de los derechos humanos en red y fuera de ella.
*La autora es presidenta Fundación Datos Protegidos.
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