La democracia ha sido sacada al pizarrón por los ciudadanos. Estrecha , laxa, agotada, desgastada y vilipendiada parece aun más deslegitimada en un país con tan alto nivel de desigualdad. “En los países de la OCDE hoy en día, el ingreso promedio del 10% más rico de la población es aproximadamente nueve veces el del 10% más pobre – una proporción de 9 a 1. Sin embargo, la proporción varía mucho de un país a otro; (…) (alcanzando una proporción) 10 a 1 en Italia, Japón, Corea y el Reino Unido; alrededor de 14 a 1 en Israel, Turquía y Estados Unidos, y el 27 a 1 en México y Chile. (OCDE 2011). Así es , Chile es uno de los dos países más desiguales de de la OCDE.
La ciudadanía, cada vez más consciente de esta “incómoda realidad”, llena de energía interpela a quienes de un modo u otro han tenido alguna responsabilidad en avalar la “cojera de la mesa”, la mala repartija de la torta. Esta ciudadanía ya no se banca el chancho mal pelado.
El gobierno de derecha tuvo el poder de sanar al pueblo aletargado: resultó más fácil enfrentar al gobernante empresario y heredero además del legado dictatorial, fuente de la cual provienen gran parte de los males que el pueblo estoico aguantó por más de dos décadas.
La ciudadanía capturada en la encrucijada democracia-dictadura, concedió paciencia, templanza, silencio y mesura a los gobiernos de la concertación. Aguantó sus lentas reformas, más paulatinas y negociadas de lo requerido, pero vamos, eso ya es cuento viejo.
La ciudadanía ha despertado de su complaciente letargo y ya no tolera con la misma candidez soluciones a media, medidas parche y los acuerdos entre cuatro paredes.
La Sociedad Red ha permitido poner un foco de luz dentro de la gestión pública. La ley de transparencia ha permitido a los ciudadanos interpelar con mayor propiedad a la autoridad.
La difusión de información haciendo solo “clic”, ha permitido lo que Castells denomina la autocomunicación de masas, de modo tal que no se requiere de los medios oficiales para compartir información, ni tampoco para coordinar esfuerzos.
Resulta evidente que debiera ser preocupación de la clase gobernante establecer conductos formales que permitan canalizar de mejor modo las justas demandas de una ciudadanía rezagada por décadas en su protagonismo.
A los indignados poca paciencia les queda, por lo tanto es evidente que si no se encuentran eficientes y participativos caminos para mejorar el flujo de conversación entre los gobernantes y los gobernados, más difícil será contener el descontento acumulado de deudas evidentes, de desigualdades que resultan cada día menos justificadas o comprensibles.
Las TIC ofrecen la posibilidad de canalizar una participación más activa. Las estrategias asociadas a gobierno electrónico han permitido transitar desde la información hacia la transacción, activando cada día más mecanismos que permite una participación más activa de la ciudadanía.
Las TIC ofrecen soluciones que nos permiten articular y evidenciar demandas, establecer mecanismos para gestionar conocimiento y también nos permite consensuar propuestas y acuerdos que puedan ser garantes de una mejor democracia.
Sin embargo, la apropiación social de las TIC también evidencia la desigualdad de sustrato.
En este contexto resulta necesario comprender que el acceso a la TIC se ha transformado en DD.HH. emergente como lo ha señalado la ONU en la“Declaración Conjunta sobre Libertad de Expresión e Internet firmada porel Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión yde Expresión”. Esto implica que los estados deben generar políticas que permitan a los sectores más vulnerables contar con espacios que, por una parte permitan el acceso a computadores con internet y que por otra, sean capaces de asegurar que los miembros de las comunidades más excluidas reciban las herramientas que le permitan usar las TIC para empoderarse como ciudadanos, adquiriendo mayor protagonismo en la esfera pública.
La PropuestaPresidencial para la Política de Telecentros de Chile es un documento creado en alianza con los operadores de la Red de Telecentros del programa Quiero Mi Barrio, bajo la convicción de que la comunidades comunes y corrientes pueden coordinarse para incidir en la agenda de los candidatos a La Moneda, evidenciando las brechas de acceso y uso de las TIC que persisten, proponiendo a la vez mecanismos para fortalecer la Red de Telecentros que el gobierno de Piñera intentó debilitar y hacer desaparecer.
Los invitamos a leer y a difundir esta propuesta, pues confiamos en que la democracia se revitaliza con mejores y mayores canales de participación y estamos seguros de que los telecentros pueden transformarse en garantes de un Estado y un Gobierno más cercano.
La democracia ha sido sacada al pizarrón por los ciudadanos. Estrecha , laxa, agotada, desgastada y vilipendiada parece aun más deslegitimada en un país con tan alto nivel de desigualdad. “En los países de la OCDE hoy en día, el ingreso promedio del 10% más rico de la población es aproximadamente nueve veces el del 10% más pobre – una proporción de 9 a 1. Sin embargo, la proporción varía mucho de un país a otro; (…) (alcanzando una proporción) 10 a 1 en Italia, Japón, Corea y el Reino Unido; alrededor de 14 a 1 en Israel, Turquía y Estados Unidos, y el 27 a 1 en México y Chile. (OCDE 2011). Así es , Chile es uno de los dos países más desiguales de de la OCDE.
La ciudadanía, cada vez más consciente de esta “incómoda realidad”, llena de energía interpela a quienes de un modo u otro han tenido alguna responsabilidad en avalar la “cojera de la mesa”, la mala repartija de la torta. Esta ciudadanía ya no se banca el chancho mal pelado.
El gobierno de derecha tuvo el poder de sanar al pueblo aletargado: resultó más fácil enfrentar al gobernante empresario y heredero además del legado dictatorial, fuente de la cual provienen gran parte de los males que el pueblo estoico aguantó por más de dos décadas.
La ciudadanía capturada en la encrucijada democracia-dictadura, concedió paciencia, templanza, silencio y mesura a los gobiernos de la concertación. Aguantó sus lentas reformas, más paulatinas y negociadas de lo requerido, pero vamos, eso ya es cuento viejo.
La ciudadanía ha despertado de su complaciente letargo y ya no tolera con la misma candidez soluciones a media, medidas parche y los acuerdos entre cuatro paredes.
La Sociedad Red ha permitido poner un foco de luz dentro de la gestión pública. La ley de transparencia ha permitido a los ciudadanos interpelar con mayor propiedad a la autoridad.
La difusión de información haciendo solo “clic”, ha permitido lo que Castells denomina la autocomunicación de masas, de modo tal que no se requiere de los medios oficiales para compartir información, ni tampoco para coordinar esfuerzos.
Resulta evidente que debiera ser preocupación de la clase gobernante establecer conductos formales que permitan canalizar de mejor modo las justas demandas de una ciudadanía rezagada por décadas en su protagonismo.
A los indignados poca paciencia les queda, por lo tanto es evidente que si no se encuentran eficientes y participativos caminos para mejorar el flujo de conversación entre los gobernantes y los gobernados, más difícil será contener el descontento acumulado de deudas evidentes, de desigualdades que resultan cada día menos justificadas o comprensibles.
Las TIC ofrecen la posibilidad de canalizar una participación más activa. Las estrategias asociadas a gobierno electrónico han permitido transitar desde la información hacia la transacción, activando cada día más mecanismos que permite una participación más activa de la ciudadanía.
Las TIC ofrecen soluciones que nos permiten articular y evidenciar demandas, establecer mecanismos para gestionar conocimiento y también nos permite consensuar propuestas y acuerdos que puedan ser garantes de una mejor democracia.
Sin embargo, la apropiación social de las TIC también evidencia la desigualdad de sustrato.
En este contexto resulta necesario comprender que el acceso a la TIC se ha transformado en DD.HH. emergente como lo ha señalado la ONU en la“Declaración Conjunta sobre Libertad de Expresión e Internet firmada porel Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión yde Expresión”. Esto implica que los estados deben generar políticas que permitan a los sectores más vulnerables contar con espacios que, por una parte permitan el acceso a computadores con internet y que por otra, sean capaces de asegurar que los miembros de las comunidades más excluidas reciban las herramientas que le permitan usar las TIC para empoderarse como ciudadanos, adquiriendo mayor protagonismo en la esfera pública.
La PropuestaPresidencial para la Política de Telecentros de Chile es un documento creado en alianza con los operadores de la Red de Telecentros del programa Quiero Mi Barrio, bajo la convicción de que la comunidades comunes y corrientes pueden coordinarse para incidir en la agenda de los candidatos a La Moneda, evidenciando las brechas de acceso y uso de las TIC que persisten, proponiendo a la vez mecanismos para fortalecer la Red de Telecentros que el gobierno de Piñera intentó debilitar y hacer desaparecer.
Los invitamos a leer y a difundir esta propuesta, pues confiamos en que la democracia se revitaliza con mejores y mayores canales de participación y estamos seguros de que los telecentros pueden transformarse en garantes de un Estado y un Gobierno más cercano.
La PropuestaPresidencial para la Política de Telecentros de Chile es un documento creado en alianza con los operadores de la Red de Telecentros del programa Quiero Mi Barrio, bajo la convicción de que la comunidades comunes y corrientes pueden coordinarse para incidir en la agenda de los candidatos a La Moneda, evidenciando las brechas de acceso y uso de las TIC que persisten, proponiendo a la vez mecanismos para fortalecer la Red de Telecentros que el gobierno de Piñera intentó debilitar y hacer desaparecer.
Los invitamos a leer y a difundir esta propuesta, pues confiamos en que la democracia se revitaliza con mejores y mayores canales de participación y estamos seguros de que los telecentros pueden transformarse en garantes de un Estado y un Gobierno más cercano.
La PropuestaPresidencial para la Política de Telecentros de Chile es un documento creado en alianza con los operadores de la Red de Telecentros del programa Quiero Mi Barrio, bajo la convicción de que la comunidades comunes y corrientes pueden coordinarse para incidir en la agenda de los candidatos a La Moneda, evidenciando las brechas de acceso y uso de las TIC que persisten, proponiendo a la vez mecanismos para fortalecer la Red de Telecentros que el gobierno de Piñera intentó debilitar y hacer desaparecer.
Los invitamos a leer y a difundir esta propuesta, pues confiamos en que la democracia se revitaliza con mejores y mayores canales de participación y estamos seguros de que los telecentros pueden transformarse en garantes de un Estado y un Gobierno más cercano.
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