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Internet también puede mejorar la democracia – El definido

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En varias partes del mundo se ha utilizado la web para que los ciudadanos opinen sobre políticas públicas. Si bien en Chile ya se abrió el proceso de reforma constitucional, todavía no se ha invitado a la población a participar a través de estas herramientas tecnológicas.

Se hizo conocido en el mundo como el “Experimento Finlandés”. En el otoño de 2013, el ministerio de Medio Ambiente de Finlandia, convocó a la población de ese país a participar en un proceso donde los propios ciudadanos pudieran comentar, votar y exponer sus ideas a través de internet sobre una nueva ley que se estaba tramitando en el Parlamento.

Los ciudadanos afectados por esta ley –que vendría a regular la conducción de vehículos fuera de ruta (off-road traffic law)– expusieron sus ideas en una plataforma de “crowdsourcing”. La población podía sugerir dónde exactamente podrían andar las motos de nieve y los vehículos todo terreno, de qué manera minimizar el daño a la naturaleza que estos vehículos provocaban, y maneras de compensar a la gente del campo por la utilización de sus terrenos como ruta.

Estas ideas aparecían en el sitio y cualquier ciudadano podía verlas, comentarlas o darle un “me gusta” o “no me gusta”. Los comentarios entonces eran analizados y evaluados, incluso por los mismos ciudadanos y por un panel de expertos, para ayudar a los entes públicos y a los parlamentarios a redactar esta ley.

Tanja Aitamurto, directora adjunta del Brown Institute para la Innovación de la Universidad de Stanford, contó sobre esta experiencia –de la cual participó– en el “Seminario Internet de las Cosas y el Futuro de la Democracia”, organizado por Telefónica y PRO Humana. “No es que la multitud esté decidiendo sobre una ley directamente; el gobierno está trayendo el conocimiento y distintos puntos de vista para aportar en la redacción de la nueva ley”, dice Aitamurto.

¿Qué es crowdsourcing?

Esta es una convocatoria abierta para que un grupo de personas pueda participar en una tarea abierta, especialmente a través de plataformas en línea, describe Aitamurto en su libro Crowdsourcing for Democracy: A New Era in Policy-Making. “En las aplicaciones online de crowdsourcing se invita al público a participar en línea mediante la presentación de información, conocimiento o talentos”, describe la académica de Stanford, quien ha participado en estos procesos en varias partes del mundo.

El “crowdsourcing” no solo han sido utilizados en Finlandia para apoyar en la redacción de leyes, también se ha aplicado en algunas ciudades de Estados Unidos y Canadá para crear sus presupuestos (Chicago y Calgary) o en 2010, la Primer Ministro de Islandia, Johanna Sigurðardóttir, llamó a todos los ciudadanos a participar en la reforma constitucional de ese país.

La inteligencia colectiva

¿Cómo funciona un proceso de redacción de leyes tradicional? Aitamurto explica: “Las entidades públicas presentan un proyecto de ley y trabajan con el parlamento y un grupo de lobistas. Después se manda el texto de vuelta al parlamento y ellos son los que lo aprueban o desaprueban”.

En cambio, a través del “crowdsourcing” se traen conocimientos que no se podrían dar a conocer si no fuera por este “podio” online. “Cuando utilizamos la colaboración abierta, extendemos el conocimiento desde un pequeño grupo de expertos a cientos de miles de personas en Finlandia”, dice la experta, quién describe todo este proceso como “inteligencia colectiva”.

¿Y en el Chile?

La Presidenta Michelle Bachelet está llevando a cabo actualmente un proceso para reformar la Constitución del país. Si bien está incorporando “diálogos ciudadanos” y la participación de un Consejo Ciudadano de Observadores (cuya selección y forma de operación ha levantado no pocas críticas), todavía no se ha escuchado sobre la incorporación de herramientas tecnológicas para la participación en la redacción de esta nueva carta.

Otro de los expositores del seminario “Seminario Internet de las Cosas y el Futuro de la Democracia” fue el expresidente Ricardo Lagos y presidente de la Fundación Democracia y Desarrollo, quien tiene vasta experiencia en la participación ciudadana en algunas comunas del país, con la plataforma online “Vecinos Conectados”.

El proyecto busca promover la participación ciudadana, a través de una plataforma que permite resolver problemas cotidianos de la comunidad. Con un simple reporte georeferenciado, los ciudadanos pueden informar al municipio sobre diversos asuntos relacionados con áreas verdes, vialidad, mobiliario urbano y mantención del espacio público, entre otros.

En marzo de este año, el expresidente también propuso invitar a las personas a compartir sus ideas, generar discusión y debate sobre lo que esperan para una nueva Constitución en Chile, todo a través del sitio Tu Constitución. La plataforma está activa para que cualquiera pueda opinar sobre temas como la descentralización, los derechos civiles y políticos, los derechos sociales y las atribuciones del Congreso Nacional.

“La Presidenta tiene a su disposición estas herramientas, ella sabe perfectamente que estas existen, no hay ninguna novedad en eso”, respondió el expresidente cuando El Definido le preguntó si como fundación alguna vez le habían sugerido a la presidenta la utilización de estas herramientas tecnológicas para el proceso de reforma de la Constitución.

“¿Es posible escribir una constitución con los ciudadanos?”, se preguntó el presidente de la Fundación Democracia y Desarrollo en su exposición. “Muchos me dijeron que es peligroso. Efectivamente lo es, porque la ciudadanía no tiene por qué saber qué es una constitución. Pero eso implica entonces, dos plataformas, una educativa, en la que le dice usted qué es una constitución y una participativa, donde usted pone lo que desea”.

Sin embargo, Lagos advirtió, hay que tener cuidado porque la mayoría exige derechos, “y se le olvidan los deberes”.