No obstante, la jefa del Panel, Dianne Feinstein, precisó que el personal del Congreso no se ha infiltrado en los documentos de la CIA, según AP.
A su juicio, las actividades de los funcionarios de la agencia “pueden haber socavado el marco constitucional” de la supervisión del Congreso.
Según ella la situación equivale a un intento de intimidar a los investigadores del Congreso. “No me lo estoy tomando a la ligera”, subrayó.
Más allá de las posibles violaciones constitucionales, Feinstein dijo que la CIA también puede haber violado la Cuarta Enmienda, varias leyes federales y una orden ejecutiva presidencial que prohíbe a la agencia realizar registros internos y vigilancia.
La noticia surge una semana después de que los medios estadounidenses informaran que la CIA espió los ordenadores de una comisión del Senado de EE.UU. que trabajaba en un informe sobre los programas secretos de tortura e interrogatorio empleados por la agencia de inteligencia.
Feinstein reconoció durante el pleno que estaba hablando “a regañadientes”, pero que no le quedaba otra opción que aclarar la situación. “La creciente cantidad de información errónea que circula ahora no debe quedar sin respuesta”, dijo.
No obstante, la jefa del Panel, Dianne Feinstein, precisó que el personal del Congreso no se ha infiltrado en los documentos de la CIA, según AP.
A su juicio, las actividades de los funcionarios de la agencia “pueden haber socavado el marco constitucional” de la supervisión del Congreso.
Según ella la situación equivale a un intento de intimidar a los investigadores del Congreso. “No me lo estoy tomando a la ligera”, subrayó.
Más allá de las posibles violaciones constitucionales, Feinstein dijo que la CIA también puede haber violado la Cuarta Enmienda, varias leyes federales y una orden ejecutiva presidencial que prohíbe a la agencia realizar registros internos y vigilancia.
La noticia surge una semana después de que los medios estadounidenses informaran que la CIA espió los ordenadores de una comisión del Senado de EE.UU. que trabajaba en un informe sobre los programas secretos de tortura e interrogatorio empleados por la agencia de inteligencia.
Feinstein reconoció durante el pleno que estaba hablando “a regañadientes”, pero que no le quedaba otra opción que aclarar la situación. “La creciente cantidad de información errónea que circula ahora no debe quedar sin respuesta”, dijo.
Compartir esto: