Estas son las políticas y propuestas más importantes que se han desarrollado en favor de la implantación del software libre en Latinoamérica.
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Tanto como en buena parte de Occidente, en la mayoría de los países de Latinoamérica se están llevando a cabo una serie de políticas e iniciativas populares en favor de la implantación y el uso de software libre, tanto por parte de la Administración como por parte de la ciudadanía. Veamos cuáles son.
Políticas y propuestas que alientan el software libre
Según el último ranking IVSL (Índice de Valoración del Software Libre) por países, realizado cada año por PortalProgramas, Costa Rica y Nicaragua son los dos países latinoamericanos que más valoran esta tecnología, y México, Honduras y, sobre todo, la República Dominicana, los que menos. Pero ¿cuáles son las iniciativas políticas a favor del software libre que cada país ha puesto en marcha?
En Costa Rica disponen de la Red Costarricense de Software Libre, una agrupación sin ánimo de lucro fundada en 2007 que impulsa la utilización, el estudio y el desarrollo de esta tecnología. Sin embargo, pese a que se presentaron sendos proyectos de ley con el propósito de ahorrar gastos del Estado en software, lo único que se ha oficializado es una directriz para priorizar la implementación de software libre en la Administración pública, pero sin obligatoriedad.
Nicaragua cuenta con comunidades que promueven esta tecnología y ha llegado a acuerdos con la Fundación I+D del Software Libre (FIDeSoL), con la Fundación FUNDECYT-PCTEX y con AEXCID, las tres españolas, para organizar la capacitación de recursos humanos en la transferencia de la tecnología y aumentar la calidad y la equidad en el sistema educativo con el uso de TICs.
Brasil fue el primer país en migrar masivamente al código abierto (open source) en la Administración pública en el mundo, comenzando a legislar desde el Estado de Rio Grande do Sul, está a la cabeza en desarrollo de software libre en Latinoamérica y, por si esto fuera poco, la migración se ha establecido de manera progresiva también en el sistema completo de enseñanza y hasta en instituciones como el Banco Central.
Venezuela, Uruguay, Cuba, Ecuador, Bolivia y el mismo Brasil son los países que más han implementado esta tecnología para desarrollarse científica y tecnológicamente: sus Gobiernos coinciden en actuar contra la privatización y a favor de la autonomía tecnológica y el ahorro económico que esta conlleva.
El Gobierno de Venezuela dispuso con un Decreto Presidencial en diciembre de 2004 por el que la utilización mayoritaria de software libre y de GNU/Linux en los sistemas, servicios informáticos y proyectos de toda la Administración pública. En este país se desarrolló Canaima GNU/Linux, utilizada en el proyecto Canaima Educativo y en la fabricación de ordenadores de escritorio que se distribuyen a bajo precio.
Uruguay, conocido por el tópico de los oficinistas, se lo ha tomado con calma: a partir de 2003 comenzó a estudiar una ley en favor del uso administrativo de software libre que no fue aprobada al completo hasta diciembre de 2013. Esta ley prioriza la inversión y el desarrollo en esta tecnología, justificando debidamente cuando se elija el software privativo, y obliga a distribuir e intercambiar la información con al menos un programa de licencia libre y en un formato abierto.
En Cuba, el Gobierno favoreció el uso del sistema operativo (SO) Linux, y disponer del código fuente propició el desarrolló del SO NOVA en el entorno académico, que más tarde acogió y apadrinó el mismo Gobierno. Este país llegó a ser el primero de la región en el uso de Linux con el 6,33% del mercado.
Ecuador tiene la implantación del software libre como una política gubernamental: en abril de 2008 se aprobó un Decreto para establecer el empleo de esta tecnología en la totalidad de los equipos en las entidades de la Administración pública central.
El Parlamento de Bolivia promulgó en agosto de 2011 la nueva Ley General de Telecomunicaciones, Tecnologías de Información y Comunicación, en la que se indica que los principales órganos políticos “promoverán y priorizarán la utilización del software libre y estándares abiertos”, con el objetivo último migrar completamente a esta tecnología los sistemas informáticos del Estado.
El Gobierno de Chile ofrece un respositorio de software público desde 2007, y el Ministerio de Educación y la Universidad de la Frontera, con sede en Temuco, forjaron EduLinux, una distribución de GNU/Linux educativa que ya se encuentra en más de 1500 colegios y en más del 90% de las bibliotecas escolares.
Paraguay se encuentra inmerso en un proceso de migración a software libre de todo el equipamiento informático de la Administración. El Gobierno de Panamá creó un portal con recursos de esta tecnología. Argentina, México, Perú y República Dominicana han implantado muy parcialmente el software libre o están elaborando legislación al respecto. El Salvador y Guatemala quieren optar por él con el motivo principal del ahorro presupuestario. En Colombia, sólo la capital promociona el software libre. Haití únicamente lo ha implementado en sistemas de registros médicos para zonas rurales. Y en Honduras ni siquiera parece que sus gobernantes consideren esta tecnología.
El Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre
El FLISoL es un evento organizado por comunidades locales que se celebra cada año desde 2005 en 19 países de América Latina (todos excepto Haití) y en España, y desde 2008 (con alguna excepción), el cuarto sábado de abril, y tiene como objeto promover, como su propio nombre indica, la utilización de software libre, divulgando entre el público su filosofía, cómo se está desarrollando, lo que ha avanzado y cuál es su alcance actual. En él puede participar todo tipo de personas, desde académicos, estudiantes y funcionarios públicos hasta trabajadores y empresarios, ya sean apasionados del software libre o no cuenten con demasiados conocimientos de informática; de hecho, puede que un acontecimiento de estas características sea lo más indicado para que cualquiera que no haya tenido la oportunidad de aprender a usar las computadoras lo haga entonces.
El número de sedes en las que se realiza el FLISoL oscila entre las 250 y más de 300 dependiendo del año, con gran colaboración de las universidades. La entrada es gratuita, y todo asistente que lo desee puede pedir que le instalen en su portátil, de la misma manera y legalmente, sistemas operativos y programas de software libre. Además y al mismo tiempo, se dan charlas y ponencias, se organizan coloquios entre el público y los expertos que versan sobre la utilidad y la repercusión del software libre en clave local, estatal e internacional y en ámbitos tan diversos como el arte, la enseñanza, el mundo empresarial y la problemática social, y se imparten talleres de uso.
Si os interesa lo suficiente el software libre o sentís curiosidad por él, yo que vosotros buscaría cada año los lugares en que tendrá lugar el Festival, que es el mayor del mundo, y no me lo perdería por nada.
Estas son las políticas y propuestas más importantes que se han desarrollado en favor de la implantación del software libre en Latinoamérica.
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Tanto como en buena parte de Occidente, en la mayoría de los países de Latinoamérica se están llevando a cabo una serie de políticas e iniciativas populares en favor de la implantación y el uso de software libre, tanto por parte de la Administración como por parte de la ciudadanía. Veamos cuáles son.
Políticas y propuestas que alientan el software libre
Según el último ranking IVSL (Índice de Valoración del Software Libre) por países, realizado cada año por PortalProgramas, Costa Rica y Nicaragua son los dos países latinoamericanos que más valoran esta tecnología, y México, Honduras y, sobre todo, la República Dominicana, los que menos. Pero ¿cuáles son las iniciativas políticas a favor del software libre que cada país ha puesto en marcha?
En Costa Rica disponen de la Red Costarricense de Software Libre, una agrupación sin ánimo de lucro fundada en 2007 que impulsa la utilización, el estudio y el desarrollo de esta tecnología. Sin embargo, pese a que se presentaron sendos proyectos de ley con el propósito de ahorrar gastos del Estado en software, lo único que se ha oficializado es una directriz para priorizar la implementación de software libre en la Administración pública, pero sin obligatoriedad.
Nicaragua cuenta con comunidades que promueven esta tecnología y ha llegado a acuerdos con la Fundación I+D del Software Libre (FIDeSoL), con la Fundación FUNDECYT-PCTEX y con AEXCID, las tres españolas, para organizar la capacitación de recursos humanos en la transferencia de la tecnología y aumentar la calidad y la equidad en el sistema educativo con el uso de TICs.
Brasil fue el primer país en migrar masivamente al código abierto (open source) en la Administración pública en el mundo, comenzando a legislar desde el Estado de Rio Grande do Sul, está a la cabeza en desarrollo de software libre en Latinoamérica y, por si esto fuera poco, la migración se ha establecido de manera progresiva también en el sistema completo de enseñanza y hasta en instituciones como el Banco Central.
Venezuela, Uruguay, Cuba, Ecuador, Bolivia y el mismo Brasil son los países que más han implementado esta tecnología para desarrollarse científica y tecnológicamente: sus Gobiernos coinciden en actuar contra la privatización y a favor de la autonomía tecnológica y el ahorro económico que esta conlleva.
El Gobierno de Venezuela dispuso con un Decreto Presidencial en diciembre de 2004 por el que la utilización mayoritaria de software libre y de GNU/Linux en los sistemas, servicios informáticos y proyectos de toda la Administración pública. En este país se desarrolló Canaima GNU/Linux, utilizada en el proyecto Canaima Educativo y en la fabricación de ordenadores de escritorio que se distribuyen a bajo precio.
Uruguay, conocido por el tópico de los oficinistas, se lo ha tomado con calma: a partir de 2003 comenzó a estudiar una ley en favor del uso administrativo de software libre que no fue aprobada al completo hasta diciembre de 2013. Esta ley prioriza la inversión y el desarrollo en esta tecnología, justificando debidamente cuando se elija el software privativo, y obliga a distribuir e intercambiar la información con al menos un programa de licencia libre y en un formato abierto.
En Cuba, el Gobierno favoreció el uso del sistema operativo (SO) Linux, y disponer del código fuente propició el desarrolló del SO NOVA en el entorno académico, que más tarde acogió y apadrinó el mismo Gobierno. Este país llegó a ser el primero de la región en el uso de Linux con el 6,33% del mercado.
Ecuador tiene la implantación del software libre como una política gubernamental: en abril de 2008 se aprobó un Decreto para establecer el empleo de esta tecnología en la totalidad de los equipos en las entidades de la Administración pública central.
El Parlamento de Bolivia promulgó en agosto de 2011 la nueva Ley General de Telecomunicaciones, Tecnologías de Información y Comunicación, en la que se indica que los principales órganos políticos “promoverán y priorizarán la utilización del software libre y estándares abiertos”, con el objetivo último migrar completamente a esta tecnología los sistemas informáticos del Estado.
El Gobierno de Chile ofrece un respositorio de software público desde 2007, y el Ministerio de Educación y la Universidad de la Frontera, con sede en Temuco, forjaron EduLinux, una distribución de GNU/Linux educativa que ya se encuentra en más de 1500 colegios y en más del 90% de las bibliotecas escolares.
Paraguay se encuentra inmerso en un proceso de migración a software libre de todo el equipamiento informático de la Administración. El Gobierno de Panamá creó un portal con recursos de esta tecnología. Argentina, México, Perú y República Dominicana han implantado muy parcialmente el software libre o están elaborando legislación al respecto. El Salvador y Guatemala quieren optar por él con el motivo principal del ahorro presupuestario. En Colombia, sólo la capital promociona el software libre. Haití únicamente lo ha implementado en sistemas de registros médicos para zonas rurales. Y en Honduras ni siquiera parece que sus gobernantes consideren esta tecnología.
El Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre
El FLISoL es un evento organizado por comunidades locales que se celebra cada año desde 2005 en 19 países de América Latina (todos excepto Haití) y en España, y desde 2008 (con alguna excepción), el cuarto sábado de abril, y tiene como objeto promover, como su propio nombre indica, la utilización de software libre, divulgando entre el público su filosofía, cómo se está desarrollando, lo que ha avanzado y cuál es su alcance actual. En él puede participar todo tipo de personas, desde académicos, estudiantes y funcionarios públicos hasta trabajadores y empresarios, ya sean apasionados del software libre o no cuenten con demasiados conocimientos de informática; de hecho, puede que un acontecimiento de estas características sea lo más indicado para que cualquiera que no haya tenido la oportunidad de aprender a usar las computadoras lo haga entonces.
El número de sedes en las que se realiza el FLISoL oscila entre las 250 y más de 300 dependiendo del año, con gran colaboración de las universidades. La entrada es gratuita, y todo asistente que lo desee puede pedir que le instalen en su portátil, de la misma manera y legalmente, sistemas operativos y programas de software libre. Además y al mismo tiempo, se dan charlas y ponencias, se organizan coloquios entre el público y los expertos que versan sobre la utilidad y la repercusión del software libre en clave local, estatal e internacional y en ámbitos tan diversos como el arte, la enseñanza, el mundo empresarial y la problemática social, y se imparten talleres de uso.
Si os interesa lo suficiente el software libre o sentís curiosidad por él, yo que vosotros buscaría cada año los lugares en que tendrá lugar el Festival, que es el mayor del mundo, y no me lo perdería por nada.
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