La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha aprobado un decreto que estipula que la administración pública federal usará a partir del marzo redes y servicios de información propios a fin de limitar el efecto del espionaje extranjero.
“Países como Brasil y Alemania elevaron a la ONU el problema de las actividades de los servicios de inteligencia de EE.UU. y están creando nuevos mecanismos legales para frenarlo”, subraya la periodista Eleonora Gosman, explicando que esto podría, al menos, limitar el espionaje a presidentes, miembros del Gobierno y a empresas estratégicas.
No obstante, la experta no cree que la elaboración de un escudo anti-espionaje, que incluya a la mayoría de los miembros de comunidad internacional podría ser viable a corto plazo.
Actualmente la administración pública brasileña utiliza sistemas de correo electrónico de la empresa Microsoft que serán sustituidos en un máximo de 120 días por software estatal.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha aprobado un decreto que estipula que la administración pública federal usará a partir del marzo redes y servicios de información propios a fin de limitar el efecto del espionaje extranjero.
“Países como Brasil y Alemania elevaron a la ONU el problema de las actividades de los servicios de inteligencia de EE.UU. y están creando nuevos mecanismos legales para frenarlo”, subraya la periodista Eleonora Gosman, explicando que esto podría, al menos, limitar el espionaje a presidentes, miembros del Gobierno y a empresas estratégicas.
No obstante, la experta no cree que la elaboración de un escudo anti-espionaje, que incluya a la mayoría de los miembros de comunidad internacional podría ser viable a corto plazo.
Actualmente la administración pública brasileña utiliza sistemas de correo electrónico de la empresa Microsoft que serán sustituidos en un máximo de 120 días por software estatal.
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