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El TPP ¿entra en hibernación? – La Tercera

Treinta y seis horas antes de poner el punto final a las negociaciones del Acuerdo Transpacífico, más conocido como TPP por su sigla en inglés, la irrupción inesperada del sector automotor sepultó las esperanzas de técnicos y ministros de los 12 países miembros, de sellar las tratativas en la cita de Maui, en Hawái.

Las expectativas preliminares de las naciones participantes del  proceso: Chile, Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Estados Unidos, Malasia, México, Japón, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam apuntaban a un exitoso cierre de las negociaciones, porque se respiraba un ambiente de mayor flexibilidad.

Hoy, sin embargo, a una semana del evento, no hay certeza sobre lo que pasará con el acuerdo, y la lectura alrededor del orbe es que podría entrar en un largo período de hibernación, dados los cambios políticos que se avecinan en algunas de las naciones del transpacífico.

“Hay que ver qué pasa. No está acordada ninguna reunión de los grupos técnicos ni de los ministros. No hay una fecha todavía, aunque todo indica que habrían conversaciones entre grupos de países, eventualmente, para retomar el punto en quedaron pendientes cada uno de los temas… Veremos”, dice con algo de desazón el director general de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, Andrés Rebolledo.

El personero explica que en los cuatro días de negociaciones hubo avances significativos que alimentaron las esperanzas de un cierre. “Hay más del 90% de los temas acordados”, precisa y añade que en estas materias a veces por 3% de diferencias no se logra llegar a puerto.

Entre los tópicos que lograron ser destrabados destacan inversiones, servicios financieros, medio ambiente, compras públicas, e commerce. “En propiedad intelectual se avanzó muchísimo tanto en los temas de propiedad industrial como en el de copyright”, apunta Rebolledo sin entrar en detalles, porque como todo aún está en negociación “algo se puede caer”, precisa.

Tres escollos

Si el TPP sale en algún momento del congelador, dentro del 10% que aún está en “veremos” hay tres áreas complejas de las cuales dos competen a Chile.

El primer escollo, y que no toca al país, pero sí a las grandes potencias en pugna: Estados Unidos y Japón es el automotor, el convidado de piedra que, a último minuto, mermó los ánimos.

Ambos países difieren del tratamiento que se debe dar a las normas de origen en esta industria, dada la fortaleza que tiene este sector en sus economías. Además, trascendió que  México también rechazó la propuesta, debido a que esto dañaría su capacidad de producción.

Más allá de los autos, el sector lácteo se transformó en otro obstáculo. “Para nosotros es importante que se abra el sector lácteo y hemos hecho esfuerzos para que así sea”, apunta Rebolledo. Sin embargo, Nueva Zelandia, el principal interesado en mantener su mercado por el peso que este rubro tiene en su economía considera que la oferta planteada no es balanceada. Japón y Canadá también tienen sus propios reparos.

Entre los trascendidos se señala que  Nueva Zelandia y Australia acusan de una restricción al mercado estadounidense en azúcar y lácteos para proteger a los socios México y Canadá, respectivamente en cada caso.

El tercer punto en cuestión, y quizás el que más preocupa a Chile es el farmacéutico.

“Muchos temas de propiedad intelectual se resolvieron, pero no logramos acordar un buen balance en la protección en materia de medicamentos biológicos”, precisa Rebolledo, quien añade que el país fijó su posición junto a otros miembros, “no estamos solos”.

Chile planteó mantener la práctica que se tiene en este ámbito, es decir, la protección de los medicamentos biológicos por cinco años y no 12 como pretende Estados Unidos. “Aquí no tenemos la posibilidad de decir queremos la misma protección que tenemos en el Tratado de Libre Comercio, porque no existe una norma respecto a biológico. De hecho, en ningún acuerdo comercial en el mundo existe este tipo de norma, es algo completamente nuevo”, indica el titular de la Direcon.

Rebolledo precisa que cuando se habla de la protección de medicamentos biológicos, aunque muchas veces se confunde, no tiene que ver con las patentes, sino con cuántos años el país se compromete con proteger los test clínicos de prueba respecto de lo que solicitan para pedir un permiso sanitario y guardar la exclusividad por un determinado número de años en el mercado y el genérico no puede acceder a esa información.

Entre los países miembros del TPP, hay quienes tienen 12 años de protección, ocho, cinco y algunos tienen cero, es decir, ni siquiera protegen, de ahí las dificultades en concordar posiciones.

Pero el fondo de este tema no se alcanzó a analizar en la cita de Hawái, pese a que EE.UU. había dado ciertas señales de flexibilidad, porque fue absorbido por el punto muerto que dejó el sector automotor.

Ruidos políticos

Al término de las negociaciones, el jefe de la Federación de Organizaciones Económicas de Japón (Keidanren), Sadayuki Sakakibara, manifestó su decepción ante el fracaso de las mismas y llamó a los líderes a retomar las conversaciones, porque a su juicio el TPP es indispensable para la estabilidad y la prosperidad en la región Asia-Pacífico.

No obstante, más allá de tales llamados a estas alturas el futuro del TPP  no está claro ante los cambios políticos que vienen.

Estados Unidos, que consiguió la vía rápida para negociar entra el próximo lunes en receso legislativo hasta el 7 de septiembre y de ahí en adelante todos se volcarán a las elecciones. Entre los candidatos las señales no han sido claras. Los demócratas han estado divididos frente al TPP y los republicanos tienen en el precandidato más mediático, Donald  Trump, un férreo opositor a la iniciativa.

Canadá, que apoya el TPP, enfrentará elecciones el 19 de octubre y Stephen Harper, el primer ministro que va a la reelección se opuso a abrir el sector lácteo. En otros países como Malasia, aumenta la presión por no adherir al acuerdo, al punto que su gobierno anunció que se abstendía de la suscripción hasta no hacer una consulta interna.

Así, tras cinco años de negociaciones el TPP pende un hilo, tal como la aspiración de la administración de Obama de frenar el avance geopolítico de China.