Por Ramón Ramón, de Iniciativa Focus
Con esta frase o afirmación, con la que comienzo este post, traslado mi visión de la situación actual del software libre en la Sociedad. Que además, es parte del prólogo que tuve el honor de escribir para el Quinto Informe anual de Valoración del software libre, publicado hace unos días, y que constata la actual realidad del software libre en Iberoamérica. Realmente este post, no es idéntico alprólogo, pues he quitado algunas estadísticas o datos del informe en sí, pero creo que recoge perfectamente lo que actualmente ocurre entorno al software libre en la sociedad iberoamericana.
El software libre es un concepto o término que se conoce en el ámbito de la tecnología, y por lo tanto, se relaciona con ésta misma desde hace décadas, aunque ha sido estos últimos años cuando se ha popularizado. Hablar de software libre hoy en día en Brasil, Ecuador o Venezuela, es hablar no de tecnología, sino de un modelo de país, un futuro de prosperidad y apropiación del conocimiento para su ciudadanía. Hablar de software libre en Extremadura o Andalucía es hablar de educación y e-inclusión, pues gracias al software libre existe en todos los colegios de estas dos regiones computadoras en todas las aulas, al igual que existen salas de alfabetización digital en todos los pueblos y zonas de riesgo de exclusión social. Aún así, en la mayoría de los casos, se sigue tratando al software libre como algo tecnológico, algo que tiene que ver con los informáticos, en lugar de con lo político, y por lo tanto, no se abordan como soluciones transversales sino como puntuales, o lo que es peor, como fin en lugar de como medio.
El software libre, y cada día son más los gobiernos y gobernantes que así lo consideran, se convierte en algo político, que no partidista, en una oportunidad de avanzar, de dejar de ser meros receptores y consumidores de tecnología paraasumir el control de las mismas y generar riqueza, industria, empresa y capital humano formado. Se trata de reivindicar, una vez más, quenecesitamos valentía de nuestros gobernantes para acabar con la colonización tecnológica e igualmente, que como ciudadanía digital que somos, reivindiquemos a nuestros representantes que asuman su responsabilidad y no dejen en manos de transnacionales el control de nuestros datos, de nuestro conocimiento y de nuestro futuro.
Y es que, más importante que el software es el control de la tecnología y la defensa del conocimiento, poseer y compartir el Conocimiento nos hace avanzar, nos convierte en una ciudadanía más libre y con mayores posibilidades. El Conocimiento, en su sentido más amplio es la mayor riqueza que un pueblo puede tener, y por eso, es el bien más sagrado que debemos preservar, a la vez de compartir.
La tecnología no es neutral, no puede serlo, y el ejemplo más claro se plantea cuando son las multinacionales y no los estados los que poseen los datos de su ciudadanía, los que deciden como afecta la tecnología al Estado y a la Sociedad en su conjunto. Cuando son las multinacionales las que poseen los datos, la información, e incluso deciden como deben realizarse los procesos y las comunicaciones, la tecnología pierde su sentido de herramienta y se convierte en el fin mismo, en el bien que toda empresa quiere poseer, expropiando a su verdadero poseedor, el Estado.
Usar software libre debe ser el vehículo que nos lleve hacia una verdadera soberanía tecnológica, que es el resultado de la libertad, entendida como no dominación de los estados frente a las corporaciones tecnológicas privadas y extranjeras. Cada día que pasa más países lo entienden y se suman a la lucha por la libertad y la soberanía tecnológica, y no solo países, sino también regiones de todas las partes del planeta. Es motivador ver lo claro que lo tienen en una importante cantidad de países de América Latina, con gobernantes como Brasil, más tras todos los últimos escándalos de espionaje a su presidenta, o Ecuador que ha decidido apostar por un modelo de crecimiento basado en la economía del bien común, mediante el proyecto FLOK Society: “Diseñando un cambio de matriz productiva hacia la sociedad del conocimiento libre, común y abierto”.
Es muy importante no caer en la tentación de los precios, hablamos de soberanía y de progreso, y para ello, necesitamos poseer el conocimiento y capacitar a nuestras generaciones en libertad y no en herramientas, que nuestros estados dejen de fomentar una determinada marca tecnológica, y lo que es aún másgrave, usar los recursos públicos para formar exclusivamente en una tecnología.Solo apostando por software libre y estándares abiertos obtendremos una Soberanía Tecnológica plena, y por lo tanto, tendremos el control total de nuestra tecnología, siendo dueños de nuestro presente y nuestro futuro.
Por Ramón Ramón, de Iniciativa Focus
Con esta frase o afirmación, con la que comienzo este post, traslado mi visión de la situación actual del software libre en la Sociedad. Que además, es parte del prólogo que tuve el honor de escribir para el Quinto Informe anual de Valoración del software libre, publicado hace unos días, y que constata la actual realidad del software libre en Iberoamérica. Realmente este post, no es idéntico alprólogo, pues he quitado algunas estadísticas o datos del informe en sí, pero creo que recoge perfectamente lo que actualmente ocurre entorno al software libre en la sociedad iberoamericana.
El software libre es un concepto o término que se conoce en el ámbito de la tecnología, y por lo tanto, se relaciona con ésta misma desde hace décadas, aunque ha sido estos últimos años cuando se ha popularizado. Hablar de software libre hoy en día en Brasil, Ecuador o Venezuela, es hablar no de tecnología, sino de un modelo de país, un futuro de prosperidad y apropiación del conocimiento para su ciudadanía. Hablar de software libre en Extremadura o Andalucía es hablar de educación y e-inclusión, pues gracias al software libre existe en todos los colegios de estas dos regiones computadoras en todas las aulas, al igual que existen salas de alfabetización digital en todos los pueblos y zonas de riesgo de exclusión social. Aún así, en la mayoría de los casos, se sigue tratando al software libre como algo tecnológico, algo que tiene que ver con los informáticos, en lugar de con lo político, y por lo tanto, no se abordan como soluciones transversales sino como puntuales, o lo que es peor, como fin en lugar de como medio.
El software libre, y cada día son más los gobiernos y gobernantes que así lo consideran, se convierte en algo político, que no partidista, en una oportunidad de avanzar, de dejar de ser meros receptores y consumidores de tecnología paraasumir el control de las mismas y generar riqueza, industria, empresa y capital humano formado. Se trata de reivindicar, una vez más, quenecesitamos valentía de nuestros gobernantes para acabar con la colonización tecnológica e igualmente, que como ciudadanía digital que somos, reivindiquemos a nuestros representantes que asuman su responsabilidad y no dejen en manos de transnacionales el control de nuestros datos, de nuestro conocimiento y de nuestro futuro.
Y es que, más importante que el software es el control de la tecnología y la defensa del conocimiento, poseer y compartir el Conocimiento nos hace avanzar, nos convierte en una ciudadanía más libre y con mayores posibilidades. El Conocimiento, en su sentido más amplio es la mayor riqueza que un pueblo puede tener, y por eso, es el bien más sagrado que debemos preservar, a la vez de compartir.
La tecnología no es neutral, no puede serlo, y el ejemplo más claro se plantea cuando son las multinacionales y no los estados los que poseen los datos de su ciudadanía, los que deciden como afecta la tecnología al Estado y a la Sociedad en su conjunto. Cuando son las multinacionales las que poseen los datos, la información, e incluso deciden como deben realizarse los procesos y las comunicaciones, la tecnología pierde su sentido de herramienta y se convierte en el fin mismo, en el bien que toda empresa quiere poseer, expropiando a su verdadero poseedor, el Estado.
Usar software libre debe ser el vehículo que nos lleve hacia una verdadera soberanía tecnológica, que es el resultado de la libertad, entendida como no dominación de los estados frente a las corporaciones tecnológicas privadas y extranjeras. Cada día que pasa más países lo entienden y se suman a la lucha por la libertad y la soberanía tecnológica, y no solo países, sino también regiones de todas las partes del planeta. Es motivador ver lo claro que lo tienen en una importante cantidad de países de América Latina, con gobernantes como Brasil, más tras todos los últimos escándalos de espionaje a su presidenta, o Ecuador que ha decidido apostar por un modelo de crecimiento basado en la economía del bien común, mediante el proyecto FLOK Society: “Diseñando un cambio de matriz productiva hacia la sociedad del conocimiento libre, común y abierto”.
Es muy importante no caer en la tentación de los precios, hablamos de soberanía y de progreso, y para ello, necesitamos poseer el conocimiento y capacitar a nuestras generaciones en libertad y no en herramientas, que nuestros estados dejen de fomentar una determinada marca tecnológica, y lo que es aún másgrave, usar los recursos públicos para formar exclusivamente en una tecnología.Solo apostando por software libre y estándares abiertos obtendremos una Soberanía Tecnológica plena, y por lo tanto, tendremos el control total de nuestra tecnología, siendo dueños de nuestro presente y nuestro futuro.
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