El Comité de Inteligencia del Senado, que pasó cuatro años investigando la aplicación de tortura por parte de la CIA después de los ataques del 11-S hasta el 2006, llegó a la conclusión de que los interrogatorios de la CIA, las detenciones secretas y las sesiones de tortura eran “brutales y mucho peores de lo que la agencia prometió a los políticos”, según nuevos datos publicados por la empresa informática McClatchy y citados por ‘The Guardian‘ y ‘Financial Times‘.
El informe, de unas 6.300 páginas y para cuya realización se han gastado unos 40 millones de dólares, revela también que la CIA engañó sistemáticamente a las diferentes ramas del Gobierno que vigilaban sus actividades. Se afirma que la agencia “impidió una supervisión eficaz” de la Casa Blanca, el Congreso y su propio inspector general, además de proporcionar “información inexacta” al Departamento de Justicia de EE.UU.
Además de engañar a los políticos, el informe del Senado acusa a la CIA de parcialidad y de filtrar información clasificada e inexacta a los periodistas con el fin de retratar el programa con una connotación positiva. “La CIA manipuló los medios de comunicación coordinando la filtración de información clasificada, mostrando la eficacia de las técnicas de interrogatorio mejoradas de la agencia”, halló el comité.
Los funcionarios de la CIA a cargo del programa de interrogatorios usaron métodos que no habían sido aprobados por la sede de la CIA e ignoraron “numerosas críticas y objeciones internas”. Además, la investigación determinó que la simulación de ahogo y otras técnicas duras no produjeron informaciones valiosas.
La semana pasada el Senado votó a favor de desclasificar un resumen de 480 páginas de un informe sobre los programas de detención e interrogatorios de la CIA, reabriendo el debate sobre uno de los aspectos más controvertidos de la ‘guerra contra el terror‘ de EE.UU. El vocero de la CIA Dean Boyd no quiso hablar sobre la publicación de las conclusiones. “Dado que el informe sigue siendo secreto, no podemos comentar”, dijo Boyd. El Departamento de Justicia está revisando denuncias penales de una y otra parte.
El Comité de Inteligencia del Senado, que pasó cuatro años investigando la aplicación de tortura por parte de la CIA después de los ataques del 11-S hasta el 2006, llegó a la conclusión de que los interrogatorios de la CIA, las detenciones secretas y las sesiones de tortura eran “brutales y mucho peores de lo que la agencia prometió a los políticos”, según nuevos datos publicados por la empresa informática McClatchy y citados por ‘The Guardian‘ y ‘Financial Times‘.
El informe, de unas 6.300 páginas y para cuya realización se han gastado unos 40 millones de dólares, revela también que la CIA engañó sistemáticamente a las diferentes ramas del Gobierno que vigilaban sus actividades. Se afirma que la agencia “impidió una supervisión eficaz” de la Casa Blanca, el Congreso y su propio inspector general, además de proporcionar “información inexacta” al Departamento de Justicia de EE.UU.
Además de engañar a los políticos, el informe del Senado acusa a la CIA de parcialidad y de filtrar información clasificada e inexacta a los periodistas con el fin de retratar el programa con una connotación positiva. “La CIA manipuló los medios de comunicación coordinando la filtración de información clasificada, mostrando la eficacia de las técnicas de interrogatorio mejoradas de la agencia”, halló el comité.
Los funcionarios de la CIA a cargo del programa de interrogatorios usaron métodos que no habían sido aprobados por la sede de la CIA e ignoraron “numerosas críticas y objeciones internas”. Además, la investigación determinó que la simulación de ahogo y otras técnicas duras no produjeron informaciones valiosas.
La semana pasada el Senado votó a favor de desclasificar un resumen de 480 páginas de un informe sobre los programas de detención e interrogatorios de la CIA, reabriendo el debate sobre uno de los aspectos más controvertidos de la ‘guerra contra el terror‘ de EE.UU. El vocero de la CIA Dean Boyd no quiso hablar sobre la publicación de las conclusiones. “Dado que el informe sigue siendo secreto, no podemos comentar”, dijo Boyd. El Departamento de Justicia está revisando denuncias penales de una y otra parte.
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