por José Luis Cárdenas
La negociación del TPP (Trans-Pacific Partnership), que pretende ser un gran bloque comercial del área Asia-Pacífico, compuesto por países con los cuales Chile ya tiene TLCs, debería concluir el primer trimestre de 2015, de acuerdo a varios gobiernos.
De hecho, la ronda de negociación, que comenzó el 26 de enero en la ciudad de Nueva York, ha sido catalogada como la “última ronda técnica”. Es decir, tras ella, las decisiones que se tomarán serán de corte estrictamente político.
El Gobierno de la Presidenta Bachelet, cuando asumió, señaló, por intermedio del canciller Heraldo Muñoz, coherentemente con lo prometido en el programa de gobierno, que se va “(…) a ver la letra chica de lo que se negoció en el gobierno anterior”. El cambio de visión del Gobierno de Chile respecto del TPP, con la nueva administración, ha sido evidente. Ya no más una visión positiva a ultranza, sino una más prudente, reflexiva y cautelosa, que, aparentemente, busca desentrañar si existen verdaderos beneficios de pertenecer a este bloque comercial para Chile.
¿Por qué esta necesaria cautela? Ya que, en términos generales, el TPP obliga a los países a adoptar numerosas regulaciones, que muchas veces no son adecuadas para aquellos en vías de desarrollo como el nuestro, sino que más bien miran al interés de países desarrollados y sus industrias. Esos serían los costos del TPP para Chile ¿y los beneficios? Ninguno evidente, ya que nuestro país tiene ingreso preferencial para sus productos en todos los países del TPP, gracias a los TLCs, como bien lo explica el actual Ministro de Agricultura y ex Director General de DIRECON, Carlos Furche, en un informe de su puño y letra.
Gran parte de los temores que genera este acuerdo, se deben a la falta de trasparencia que ha rodeado a toda esta negociación y su impacto para el acceso a medicamentos, el conocimiento, además de materias laborales, medioambientales, limitaciones para los bancos centrales y empresas estatales, etc.
Respecto del tema de acceso a medicamentos, existe un muy polémico capítulo sobre propiedad intelectual, impulsado desde EE.UU., que establece, entre otras cosas, nuevas y/o más profundas formas de protección de la innovación farmacéutica. Estas están llamadas a evitar, en gran medida, la competencia de productos genéricos.
Si bien es necesario establecer ciertas protecciones, para incentivar la innovación farmacéutica, éstas deben ir balanceadas con medidas que busquen evitar su abuso, que redundaría en un menor acceso a medicamentos (menor competencia, mayores precios).
Dentro de estas medidas para evitar los abusos, deben necesariamente contemplarse incentivos, para que privados estén dispuestos a invertir cuantiosos recursos para intentar anular patentes mal otorgadas, y que bloquean en forma innecesaria la entrada de medicamentos genéricos, capaces de generar competencia, menores precios y más acceso.
En esta recta final del proceso de negociación del TPP, el Gobierno de Chile, consistentemente con lo que ha prometido, debe hacer todos sus esfuerzos y tomar decisiones políticas, para que estos balances estén presentes, de manera de evitar que los costos que el país deberá pagar al suscribir este acuerdo, sean tan elevados, que superen los posibles beneficios.
José Luis Cárdenas T.
Director de Asuntos Legales & Regulatorios Laboratorio Chile S.A
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por José Luis Cárdenas
La negociación del TPP (Trans-Pacific Partnership), que pretende ser un gran bloque comercial del área Asia-Pacífico, compuesto por países con los cuales Chile ya tiene TLCs, debería concluir el primer trimestre de 2015, de acuerdo a varios gobiernos.
De hecho, la ronda de negociación, que comenzó el 26 de enero en la ciudad de Nueva York, ha sido catalogada como la “última ronda técnica”. Es decir, tras ella, las decisiones que se tomarán serán de corte estrictamente político.
El Gobierno de la Presidenta Bachelet, cuando asumió, señaló, por intermedio del canciller Heraldo Muñoz, coherentemente con lo prometido en el programa de gobierno, que se va “(…) a ver la letra chica de lo que se negoció en el gobierno anterior”. El cambio de visión del Gobierno de Chile respecto del TPP, con la nueva administración, ha sido evidente. Ya no más una visión positiva a ultranza, sino una más prudente, reflexiva y cautelosa, que, aparentemente, busca desentrañar si existen verdaderos beneficios de pertenecer a este bloque comercial para Chile.
¿Por qué esta necesaria cautela? Ya que, en términos generales, el TPP obliga a los países a adoptar numerosas regulaciones, que muchas veces no son adecuadas para aquellos en vías de desarrollo como el nuestro, sino que más bien miran al interés de países desarrollados y sus industrias. Esos serían los costos del TPP para Chile ¿y los beneficios? Ninguno evidente, ya que nuestro país tiene ingreso preferencial para sus productos en todos los países del TPP, gracias a los TLCs, como bien lo explica el actual Ministro de Agricultura y ex Director General de DIRECON, Carlos Furche, en un informe de su puño y letra.
Gran parte de los temores que genera este acuerdo, se deben a la falta de trasparencia que ha rodeado a toda esta negociación y su impacto para el acceso a medicamentos, el conocimiento, además de materias laborales, medioambientales, limitaciones para los bancos centrales y empresas estatales, etc.
Respecto del tema de acceso a medicamentos, existe un muy polémico capítulo sobre propiedad intelectual, impulsado desde EE.UU., que establece, entre otras cosas, nuevas y/o más profundas formas de protección de la innovación farmacéutica. Estas están llamadas a evitar, en gran medida, la competencia de productos genéricos.
Si bien es necesario establecer ciertas protecciones, para incentivar la innovación farmacéutica, éstas deben ir balanceadas con medidas que busquen evitar su abuso, que redundaría en un menor acceso a medicamentos (menor competencia, mayores precios).
Dentro de estas medidas para evitar los abusos, deben necesariamente contemplarse incentivos, para que privados estén dispuestos a invertir cuantiosos recursos para intentar anular patentes mal otorgadas, y que bloquean en forma innecesaria la entrada de medicamentos genéricos, capaces de generar competencia, menores precios y más acceso.
En esta recta final del proceso de negociación del TPP, el Gobierno de Chile, consistentemente con lo que ha prometido, debe hacer todos sus esfuerzos y tomar decisiones políticas, para que estos balances estén presentes, de manera de evitar que los costos que el país deberá pagar al suscribir este acuerdo, sean tan elevados, que superen los posibles beneficios.
José Luis Cárdenas T.
Director de Asuntos Legales & Regulatorios Laboratorio Chile S.A
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