Nos rastrean a través de los móviles. Es algo que tenemos asumido y el New York Times lo ha reflejado claramente en su última investigación. A través de los identificadores de la publicidad y un listado de datos anónimos, han conseguido rastrear individualmente a los asaltantes del Capitolio.
Mediante una fuente anónima, el periódico consiguió un listado de datos relacionados con los móviles de los asaltantes. En ellos no había nombres, pero sí una colección de identificadores de publicidad para que las grandes empresas pudieran enviarles anuncios personalizados. Supuestamente estos datos son anónimos, pero la investigación los combinó con otras bases de datos y en cuestión de segundos, han podido obtener nombres reales, direcciones, números de teléfono y correos electrónicos.
La farsa de los “datos anónimos”
“Se supone que son anónimos y los propietarios de los smartphones pueden restablecerlos o deshabilitarlos por completo. Nuestros hallazgos muestran que la promesa del anonimato es una farsa“, escriben desde el New York Times.
En un vídeo, desde el periódico muestran cómo se movieron los distintos asaltantes. Muchos de ellos identificados por completo a través de estos identificadores. Un trabajo que muestra lo sencillo que es geolocalizar individuos, pese a que supuestamente esta localización está enmascarada.
El uso de estos datos es polémico, pues en los EE.UU no existe una legislación suficiente precisa para establecer quién tiene acceso a ellos y por cuánto tiempo. Hay otro punto adicional y es sobre hasta qué punto estos datos implican que efectivamente un usuario estuvo en el sitio al que apunta su móvil.
El propio Times repasa la historia de un usuario al que los datos ubican dentro del Capitolio, pero él asegura que no estuvo en el motín. El usuario lo niega, pero estos datos podrían utilizarse como prueba por parte de la Policía para realizar una acusación.
“Pensar que la información se utilizará contra personas solo si han infringido la ley es ingenuo; estos datos se recopilan y siguen siendo vulnerables al uso y abuso, ya sea que las personas se reúnan en apoyo de una insurrección o protesten justamente contra la violencia policial.. ninguno de estos datos debería haberse recopilado nunca”, concluye la reveladora investigación.
Fuente
Nos rastrean a través de los móviles. Es algo que tenemos asumido y el New York Times lo ha reflejado claramente en su última investigación. A través de los identificadores de la publicidad y un listado de datos anónimos, han conseguido rastrear individualmente a los asaltantes del Capitolio.
Mediante una fuente anónima, el periódico consiguió un listado de datos relacionados con los móviles de los asaltantes. En ellos no había nombres, pero sí una colección de identificadores de publicidad para que las grandes empresas pudieran enviarles anuncios personalizados. Supuestamente estos datos son anónimos, pero la investigación los combinó con otras bases de datos y en cuestión de segundos, han podido obtener nombres reales, direcciones, números de teléfono y correos electrónicos.
La farsa de los “datos anónimos”
“Se supone que son anónimos y los propietarios de los smartphones pueden restablecerlos o deshabilitarlos por completo. Nuestros hallazgos muestran que la promesa del anonimato es una farsa“, escriben desde el New York Times.
En un vídeo, desde el periódico muestran cómo se movieron los distintos asaltantes. Muchos de ellos identificados por completo a través de estos identificadores. Un trabajo que muestra lo sencillo que es geolocalizar individuos, pese a que supuestamente esta localización está enmascarada.
El uso de estos datos es polémico, pues en los EE.UU no existe una legislación suficiente precisa para establecer quién tiene acceso a ellos y por cuánto tiempo. Hay otro punto adicional y es sobre hasta qué punto estos datos implican que efectivamente un usuario estuvo en el sitio al que apunta su móvil.
El propio Times repasa la historia de un usuario al que los datos ubican dentro del Capitolio, pero él asegura que no estuvo en el motín. El usuario lo niega, pero estos datos podrían utilizarse como prueba por parte de la Policía para realizar una acusación.
“Pensar que la información se utilizará contra personas solo si han infringido la ley es ingenuo; estos datos se recopilan y siguen siendo vulnerables al uso y abuso, ya sea que las personas se reúnan en apoyo de una insurrección o protesten justamente contra la violencia policial.. ninguno de estos datos debería haberse recopilado nunca”, concluye la reveladora investigación.
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