Los documentos revelados por la Unión Americana para Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) a partir de su demanda basada en la Ley por la Libertad de la Información (Freedom of Information Act), muestra que la mayor parte de la vigilancia realizada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) se apoya en una orden ejecutiva del expresidente Ronald Reagan.
La publicación se centra en cómo la NSA, el Departamento de Justica y la Agencia de Inteligencia de la Defensa interpretan la orden 12333, emitida en 1981.
La orden extendía los poderes de las agencias de inteligencia estadounidenses para recopilar información de inteligencia extranjera importante para la seguridad nacional e instruía a los líderes de las agencias federales para que colaboraran con la CIA si esta solicitaba información.
En su página web la ACLU señaló que la orden 12333 proporciona la base para tales programas de la NSA como la intercepción de tráfico de Internet entre los centros de datos de Google y Yahoo! en el extranjero, la recogida de millones de correos, y libros de contactos y la grabación de llamadas telefónicas entre al menos dos países, así como el amplio programa de localización a través de teléfonos móviles.
La organización sin fines de lucro resaltó que esa orden emitida y ejecutada por el Gobierno se queda al margen del debate público y los escrutinios del Congreso y tribunales, que han sido concentrados en leyes como el Acta Patriota y la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés) tras las revelaciones de Edward Snowden.
Los documentos revelados por la Unión Americana para Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) a partir de su demanda basada en la Ley por la Libertad de la Información (Freedom of Information Act), muestra que la mayor parte de la vigilancia realizada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) se apoya en una orden ejecutiva del expresidente Ronald Reagan.
La publicación se centra en cómo la NSA, el Departamento de Justica y la Agencia de Inteligencia de la Defensa interpretan la orden 12333, emitida en 1981.
La orden extendía los poderes de las agencias de inteligencia estadounidenses para recopilar información de inteligencia extranjera importante para la seguridad nacional e instruía a los líderes de las agencias federales para que colaboraran con la CIA si esta solicitaba información.
En su página web la ACLU señaló que la orden 12333 proporciona la base para tales programas de la NSA como la intercepción de tráfico de Internet entre los centros de datos de Google y Yahoo! en el extranjero, la recogida de millones de correos, y libros de contactos y la grabación de llamadas telefónicas entre al menos dos países, así como el amplio programa de localización a través de teléfonos móviles.
La organización sin fines de lucro resaltó que esa orden emitida y ejecutada por el Gobierno se queda al margen del debate público y los escrutinios del Congreso y tribunales, que han sido concentrados en leyes como el Acta Patriota y la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés) tras las revelaciones de Edward Snowden.
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