El acuerdo (TPP, por sus siglas en inglés) tiene como meta liberalizar las economías de la región de Asia-Pacífico. Originalmente lo firmaron Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, y actualmente quieren ingresar en él ocho países más: EE.UU., Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam. Para lograr su objetivo el acuerdo prevé suprimir los aranceles para los servicios y mercancías entre los Estados participantes. Sin embargo, el documento que volverá a negociarse este martes tiene también un lado oscuro ya que, entre otras medidas, bloqueará a las compañías que no sean de EE.UU. el acceso al mercado de fármacos contra el cáncer, el VIH y enfermedades cardiacas.
El documento, que consta de 95 páginas, “muestra que el Gobierno de EE.UU. sigue buscando imponer disposiciones que afectarían gravemente el acceso a medicamentos”, insiste la Red Peruana para una Globalización con Equidad (RedGE). Su comentario llegó después de que WikiLeaks filtrara la semana pasada un borrador secreto del capítulo sobre propiedad intelectual del TPP, formulado durante la rueda anterior de conversaciones, que tuvo lugar en agosto en Brunéi.
Concretamente, el texto filtrado por WikiLeaks sugiere que las compañías farmacéuticas podrían prolongar y ampliar fácilmente sus patentes ya existentes, lo que les permitiría patentar diferentes aspectos de sus productos, como nuevos usos de un mismo ingrediente activo. Tales prácticas autorizarían a extender el período de monopolio más allá del plazo previsto de 20 años, mantener los precios elevados e impedir que otros países produzcan y comercialicen los fármacos en la región del Asia-Pacífico, explica RedGE.
Aparte de la concesión de patentes para segundos usos de medicamentos ya conocidos, el documento también incorpora un apartado sobre productos biológicos que limitaría la presencia de biosimilares en el mercado, con lo cual los costos de estos tratamientos de vanguardia para tratar enfermedades como el cáncer también aumentarían significativamente.
“Los negociadores de EE.UU. están empujando la agenda de los gigantes farmacéuticos para elevar los precios de los medicamentos en los países en desarrollo dentro del TPP. ‘Eternizar’ las patentes introduciendo únicamente modificaciones mínimas (como por ejemplo en la posología del fármaco) daría 20 años más de monopolio. En Vietnam y otros países en desarrollo, los enfermos del VIH, sida o malaria necesitan acceso a los medicamentos genéricos, pero el acuerdo tal y como está formulado actualmente se lo impedirá. Por otro lado, harán que también en EE.UU. encarezcan los medicamentos contra el cáncer”, comentó a ‘Democracy Now‘ Lori Wallach, uno de los líderes del grupo estadounidense Public Citizen de defensa del derecho del consumidor. Las negociaciones de Salt Lake City durarán hasta el próximo 24 de noviembre.
El acuerdo (TPP, por sus siglas en inglés) tiene como meta liberalizar las economías de la región de Asia-Pacífico. Originalmente lo firmaron Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, y actualmente quieren ingresar en él ocho países más: EE.UU., Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam. Para lograr su objetivo el acuerdo prevé suprimir los aranceles para los servicios y mercancías entre los Estados participantes. Sin embargo, el documento que volverá a negociarse este martes tiene también un lado oscuro ya que, entre otras medidas, bloqueará a las compañías que no sean de EE.UU. el acceso al mercado de fármacos contra el cáncer, el VIH y enfermedades cardiacas.
El documento, que consta de 95 páginas, “muestra que el Gobierno de EE.UU. sigue buscando imponer disposiciones que afectarían gravemente el acceso a medicamentos”, insiste la Red Peruana para una Globalización con Equidad (RedGE). Su comentario llegó después de que WikiLeaks filtrara la semana pasada un borrador secreto del capítulo sobre propiedad intelectual del TPP, formulado durante la rueda anterior de conversaciones, que tuvo lugar en agosto en Brunéi.
Concretamente, el texto filtrado por WikiLeaks sugiere que las compañías farmacéuticas podrían prolongar y ampliar fácilmente sus patentes ya existentes, lo que les permitiría patentar diferentes aspectos de sus productos, como nuevos usos de un mismo ingrediente activo. Tales prácticas autorizarían a extender el período de monopolio más allá del plazo previsto de 20 años, mantener los precios elevados e impedir que otros países produzcan y comercialicen los fármacos en la región del Asia-Pacífico, explica RedGE.
Aparte de la concesión de patentes para segundos usos de medicamentos ya conocidos, el documento también incorpora un apartado sobre productos biológicos que limitaría la presencia de biosimilares en el mercado, con lo cual los costos de estos tratamientos de vanguardia para tratar enfermedades como el cáncer también aumentarían significativamente.
“Los negociadores de EE.UU. están empujando la agenda de los gigantes farmacéuticos para elevar los precios de los medicamentos en los países en desarrollo dentro del TPP. ‘Eternizar’ las patentes introduciendo únicamente modificaciones mínimas (como por ejemplo en la posología del fármaco) daría 20 años más de monopolio. En Vietnam y otros países en desarrollo, los enfermos del VIH, sida o malaria necesitan acceso a los medicamentos genéricos, pero el acuerdo tal y como está formulado actualmente se lo impedirá. Por otro lado, harán que también en EE.UU. encarezcan los medicamentos contra el cáncer”, comentó a ‘Democracy Now‘ Lori Wallach, uno de los líderes del grupo estadounidense Public Citizen de defensa del derecho del consumidor. Las negociaciones de Salt Lake City durarán hasta el próximo 24 de noviembre.
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