Como evidencia el director de Inteligencia Nacional estadounidense, James Clapper, cuya unidad permanece en el centro del escándalo después de las revelaciones de
Edward Snowden, George W. Bush les empujó a recopilar la información sobre “el contenido de ciertas negociaciones internacionales”, así como datos generales de llamadas telefónicas (sin la grabación del contenido) y el tráfico de internet.
Bush firmó su primer decreto al respecto el 4 de octubre de 2001 y luego dio nuevas órdenes casi todos los meses. Más tarde a partir de estas iniciativas el Congreso aprobó una ley especial sobre las actividades de inteligencia en el extranjero, que la NSA usa hasta el día de hoy.
Según Clapper, el objetivo principal de esta decisión fue “detectar y prevenir ataques terroristas dentro de EE.UU.”. Además explicó que las instrucciones de estas actividades cambiaban con el paso del tiempo, pero que desde el principio el expresidente ordenó “minimizar la recopilación de información relativa a los ciudadanos estadounidenses”.
Pese a que la Inteligencia Nacional de EE.UU. trata de defenderse, los documentos revelados por el extécnico de la CIA Edward Snowden provocaron una avalancha de críticas por parte de la sociedad de EE.UU. y de la comunidad internacional. Ello ha obligado a la Administración de Obama a revisar los programas para la recolección de información por parte de la inteligencia y a pedir a expertos independientes que preparen un informe sobre este tema.
Las recomendaciones se presentaron hace una semana en la Casa Blanca y el presidente de EE.UU. tiene previsto anunciar en breve algunos cambios en el trabajo de la Agencia de Seguridad Nacional. Este viernes Obama dijo que espera hacerlo en “unas semanas”.
Al mismo tiempo, Obama volvió a tratar de proteger a la NSA indicando que la agencia “no realiza vigilancia dentro del país”. “Es importante hacer hincapié en que ninguno de los estudios mostró que la NSA estuviera involucrada de alguna manera en la recolección ilegal de información. Pero también es evidente que la gente teme la posibilidad de violaciones de este tipo en el futuro”, recalcó el mandatario de EE.UU.
Bush firmó su primer decreto al respecto el 4 de octubre de 2001 y luego dio nuevas órdenes casi todos los meses. Más tarde a partir de estas iniciativas el Congreso aprobó una ley especial sobre las actividades de inteligencia en el extranjero, que la NSA usa hasta el día de hoy.
Según Clapper, el objetivo principal de esta decisión fue “detectar y prevenir ataques terroristas dentro de EE.UU.”. Además explicó que las instrucciones de estas actividades cambiaban con el paso del tiempo, pero que desde el principio el expresidente ordenó “minimizar la recopilación de información relativa a los ciudadanos estadounidenses”.
Pese a que la Inteligencia Nacional de EE.UU. trata de defenderse, los documentos revelados por el extécnico de la CIA Edward Snowden provocaron una avalancha de críticas por parte de la sociedad de EE.UU. y de la comunidad internacional. Ello ha obligado a la Administración de Obama a revisar los programas para la recolección de información por parte de la inteligencia y a pedir a expertos independientes que preparen un informe sobre este tema.
Las recomendaciones se presentaron hace una semana en la Casa Blanca y el presidente de EE.UU. tiene previsto anunciar en breve algunos cambios en el trabajo de la Agencia de Seguridad Nacional. Este viernes Obama dijo que espera hacerlo en “unas semanas”.
Al mismo tiempo, Obama volvió a tratar de proteger a la NSA indicando que la agencia “no realiza vigilancia dentro del país”. “Es importante hacer hincapié en que ninguno de los estudios mostró que la NSA estuviera involucrada de alguna manera en la recolección ilegal de información. Pero también es evidente que la gente teme la posibilidad de violaciones de este tipo en el futuro”, recalcó el mandatario de EE.UU.
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