EE.UU.: Geólogos vinculan aumento de sismos con la fracturación hidráulicaSe estima que la inyección subterránea de agua a altos niveles de presión, podría tener correlación con la cantidad y magnitud de eventos sísmicos.
HUTCHINSON, Kansas, EE.UU.- Durante los últimos 15 meses, el geólogo Rex Buchanan estima que ha pasado el 90% de su tiempo estudiando algo que alguna vez era inusual en el estado de Kansas: los sismos.
Una cosa ya está clara, dice Buchanan al “The Hutchinson News”, y es que hay una relación entre la mayoría de los más de 120 sismos registrados en Kansas el año pasado y la inyección de aguas residuales en profundos pozos de eliminación de desechos.
“Lo que es muy difícil es apuntar a un sismo específico y decir que un pozo específico lo causó”, afirma.
“Así, cómo mitigar los sismos es algo con lo que estamos luchando por resolver”, añadió. Hay un consenso dentro de la industria “desde la década de 1960, si no antes”, según Buchanan, de que inyectar fluidos en los profundos pozos usados para deshacerse de aguas residuales, efectivamente puede gatillar un sismo.
Si bien este tipo de pozos han sido usados por productores de gas por más de 50 años sin producir sismos, ha existido una explosión en el número de ellos -y la cantidad de fluidos siendo inyectados en el subsuelo- con la expansión de la fracturación hidráulica, también conocida en inglés como “fracking”, para recuperar gas o petróleo.
El estallido de esta técnica se produjo luego del descubrimiento de que es un método efectivo de rescatar petróleo atrapado entre formaciones de roca sedimentaria en ciertos lugares de Estados Unidos, incluyendo Oklahoma y Kansas.
En el proceso de “fracking”, se requiere entre 1 y 4 millones de galones de agua para fracturar la roca y sacar el petróleo o gas. El proceso contamina el agua, por lo que debe ser expulsada.
“Es muy fácil observar un enjambre sísmico o sólo un sismo, ver un pozo de desecho y decir ‘ahí está el problema'”, afirma Buchanan.
“Pero podría no serlo. Podría ser un pozo de baja presión que ha estado inyectando agua en la tierra por mucho tiempo. Podrías ir al segundo pozo más grande y decir ‘este es’.
La cercanía es una forma de abordarlo, pero no es claramente la más eficiente”, añadió. Cómo se producen los “sismos inducidos” El movimiento entre las fallas o fracturas en la subsuperficie de la Tierra es lo que causa los sismos, ya sean naturales o inducidos.
Una falla debe estar presente para que exista un sismo, explica Buchanan. Autoridades creen saber dónde están algunas de las fallas en Kansas y Oklahoma, pero no la mayoría.
La forma en que un pozo de este tipo puede detonar un sismo, es por la presión del agua que se le inyecta bajo tierra.
El agua “no lubrica la falla”, afirma Gail Atkinson, profesor de la Western University de Londres, sino que incrementa la presión sobre la roca que la rodea. “Mientras más fluidos pongas, mayor es el área potencial donde puedes observar un cambio en el estado de estrés de las fallas existentes”, agrega.
Atkinson lo compara con el sistema hidráulico de un vehículo. “Si pones tu pie en el pedal de freno, la presión hidráulica es la que activa los frenos”, manifestó. Entre los aspectos que entran en juego están los niveles de presión de la inyección, su duración y la cantidad de agua.
Los químicos utilizados en el proceso de fracturación hidráulica, en tanto, no parecen tener un rol en la causa de sismos, dice Buchanan.
De acuerdo a diversos estudios, pareciera que la inyección a alta presión -más agua a mayor velocidad- tiene más posibilidades de generar un sismo que las inyecciones prolongadas, pero de menor presión. Art McGarr, científico del Earthquake Science Center en California, recientemente informó que la cantidad de fluidos podrían afectar la fuerza de un sismo, mientras que los rangos de inyección parecieran controlar la frecuencia. Más fluidos pueden resultar en sismos más fuertes.
Katie Keranen, ex profesora de la Universidad de Oklahoma y ahora en la Universidad de Cornell, afirmó en una reciente sesión de la Sociedad Sismológica de Estados Unidos que datos sísmicos e hidrológicos mostraron “un fuerte vínculo entre un pequeño número de pozos y sismos migrando hasta a 50 kilómetros de distancia”.
Un método sugerido para responder a los sismos inducidos es desacelerar la inyección si se sospecha que un pozo está causando movimientos sísmicos, y dejar de bombear completamente si la constante de los sismos no desciende o no se detiene.
Autoridades incluso creen que un proceso de inyección iniciado hace 18 años, fue el que detonó un terremoto de magnitud 5,7 en Prague, Oklahoma.
Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/tecnologia/2015/02/06/702632/geologos-vinculan-aumento-de-sismos-con-la-fracturacion-hidraulica-para-extraer-energia.html
EE.UU.: Geólogos vinculan aumento de sismos con la fracturación hidráulicaSe estima que la inyección subterránea de agua a altos niveles de presión, podría tener correlación con la cantidad y magnitud de eventos sísmicos.
HUTCHINSON, Kansas, EE.UU.- Durante los últimos 15 meses, el geólogo Rex Buchanan estima que ha pasado el 90% de su tiempo estudiando algo que alguna vez era inusual en el estado de Kansas: los sismos.
Una cosa ya está clara, dice Buchanan al “The Hutchinson News”, y es que hay una relación entre la mayoría de los más de 120 sismos registrados en Kansas el año pasado y la inyección de aguas residuales en profundos pozos de eliminación de desechos.
“Lo que es muy difícil es apuntar a un sismo específico y decir que un pozo específico lo causó”, afirma.
“Así, cómo mitigar los sismos es algo con lo que estamos luchando por resolver”, añadió. Hay un consenso dentro de la industria “desde la década de 1960, si no antes”, según Buchanan, de que inyectar fluidos en los profundos pozos usados para deshacerse de aguas residuales, efectivamente puede gatillar un sismo.
Si bien este tipo de pozos han sido usados por productores de gas por más de 50 años sin producir sismos, ha existido una explosión en el número de ellos -y la cantidad de fluidos siendo inyectados en el subsuelo- con la expansión de la fracturación hidráulica, también conocida en inglés como “fracking”, para recuperar gas o petróleo.
El estallido de esta técnica se produjo luego del descubrimiento de que es un método efectivo de rescatar petróleo atrapado entre formaciones de roca sedimentaria en ciertos lugares de Estados Unidos, incluyendo Oklahoma y Kansas.
En el proceso de “fracking”, se requiere entre 1 y 4 millones de galones de agua para fracturar la roca y sacar el petróleo o gas. El proceso contamina el agua, por lo que debe ser expulsada.
“Es muy fácil observar un enjambre sísmico o sólo un sismo, ver un pozo de desecho y decir ‘ahí está el problema'”, afirma Buchanan.
“Pero podría no serlo. Podría ser un pozo de baja presión que ha estado inyectando agua en la tierra por mucho tiempo. Podrías ir al segundo pozo más grande y decir ‘este es’.
La cercanía es una forma de abordarlo, pero no es claramente la más eficiente”, añadió. Cómo se producen los “sismos inducidos” El movimiento entre las fallas o fracturas en la subsuperficie de la Tierra es lo que causa los sismos, ya sean naturales o inducidos.
Una falla debe estar presente para que exista un sismo, explica Buchanan. Autoridades creen saber dónde están algunas de las fallas en Kansas y Oklahoma, pero no la mayoría.
La forma en que un pozo de este tipo puede detonar un sismo, es por la presión del agua que se le inyecta bajo tierra.
El agua “no lubrica la falla”, afirma Gail Atkinson, profesor de la Western University de Londres, sino que incrementa la presión sobre la roca que la rodea. “Mientras más fluidos pongas, mayor es el área potencial donde puedes observar un cambio en el estado de estrés de las fallas existentes”, agrega.
Atkinson lo compara con el sistema hidráulico de un vehículo. “Si pones tu pie en el pedal de freno, la presión hidráulica es la que activa los frenos”, manifestó. Entre los aspectos que entran en juego están los niveles de presión de la inyección, su duración y la cantidad de agua.
Los químicos utilizados en el proceso de fracturación hidráulica, en tanto, no parecen tener un rol en la causa de sismos, dice Buchanan.
De acuerdo a diversos estudios, pareciera que la inyección a alta presión -más agua a mayor velocidad- tiene más posibilidades de generar un sismo que las inyecciones prolongadas, pero de menor presión. Art McGarr, científico del Earthquake Science Center en California, recientemente informó que la cantidad de fluidos podrían afectar la fuerza de un sismo, mientras que los rangos de inyección parecieran controlar la frecuencia. Más fluidos pueden resultar en sismos más fuertes.
Katie Keranen, ex profesora de la Universidad de Oklahoma y ahora en la Universidad de Cornell, afirmó en una reciente sesión de la Sociedad Sismológica de Estados Unidos que datos sísmicos e hidrológicos mostraron “un fuerte vínculo entre un pequeño número de pozos y sismos migrando hasta a 50 kilómetros de distancia”.
Un método sugerido para responder a los sismos inducidos es desacelerar la inyección si se sospecha que un pozo está causando movimientos sísmicos, y dejar de bombear completamente si la constante de los sismos no desciende o no se detiene.
Autoridades incluso creen que un proceso de inyección iniciado hace 18 años, fue el que detonó un terremoto de magnitud 5,7 en Prague, Oklahoma.
Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/tecnologia/2015/02/06/702632/geologos-vinculan-aumento-de-sismos-con-la-fracturacion-hidraulica-para-extraer-energia.html
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