La tecnología ha llegado a un punto donde revolucionará no solo la vida cotidiana de las personas con aparatos modernos, si no la economía mundial. Tal como lo hizo la máquina a vapor de James Watt.
Lo que se viene es grande, y no, no es parte de una película de ciencia ficción. La Cuarta Revolución Industrial, o conocida también como “ciberindustrial”, ya está aquí. Se fue instalando de a poco en el mundo y los cambios, consecuencias y mejoras que ésta trae consigo, no se demorarán en llegar.
En la primera Revolución Industrial fue la máquina a vapor de James Watt, la mecanización de la producción y consigo la transformación a una sociedad más urbanizada. La segunda, en tanto, trajo el petróleo y la electricidad como fuentes principales de energía, siendo esta última la que impulsó las telecomunicaciones.
La tercera, fue en la que estuvimos durante más de 50 años, tecnología de telecomunicaciones y que trajo lo que conocemos como globalización, reduciendo el tiempo y espacio, donde las distancias ya no eran relevantes.
Ahora es el internet, la nanotecnología, la biotecnología, los drones, las impresoras 3D, la inteligencia artificial, los sistemas de almacenamiento de energía y, por supuesto, los robots.
Toda esta tecnología ha puesto en marcha tal cantidad de fábricas inteligentes, que hay quienes dicen que ya no es posible medir el impacto que éstas tienen en la sociedad.
Pero, ¿qué significa esta revolución exactamente? Muchos podrán pensar que no existe sorpresa alguna, la tecnología está hace bastante tiempo en nuestras vidas y hemos estado de maravilla.
A pesar de que nuestra capacidad de impacto puede que sea bajísima, la cuarta revolución industrial significa más que solo nuevos aparatos o celulares con más capacidad, más inteligentes y más rápidos.
Tal como con las anteriores, esta revolución traerá cambios económicos y sociales de los que debemos estar al tanto. Te explicamos en qué consistirán esos cambios a nivel mundial según expertos.
Las 5 claves para entender la Revolución 4.0
El Foro Económico Mundial (WEF por sus cifras en inglés) es uno de los que más han publicado sobre el tema, y entregó 5 claves para poder entender lo que el mundo está viviendo, antes de entrar en temas más densos.
- Alemania fue el primer país en establecer la revolución ciberindustrial en su agenda de gobierno. Esto, como una estrategia de alta tecnología.
- Esta revolución se basa en sistemas ciberfísicos: combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología y tecnología digital de comunicaciones.
- El internet será el punto de partida para lo que se viene: toda creación, aparato o cosa, funcionará con internet.
- Se estima que en los próximos 15 años, en la economía mundial se agregarán US$14,2 billones (muchos millones de millones de pesos)
- La revolución tendrá consecuencias en todas las industrias del mundo, y cambiará el mundo del empleo completamente (aquí un buen ejemplo).
“Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes” dijo el director ejecutivo del WEF y autor del libro “La cuarta revolución industrial”, Klaus Shwab.
Los nuevos poderes del cambio
Una transformación radical. Las tecnologías digitales, físicas y biológicas (genética) se unen para cambiar el mundo ¿Muy extremo? Puede ser, pero no lejano.
Fueron los economistas quienes le pusieron nombre a esta serie de cambios que estamos viviendo y a los que se vienen. Esta revolución afectará el “mercado del empleo, el futuro del trabajo, la desigualdad en el ingreso”.
Lo primero es entender que todas las tecnologías ya nombradas, no harán la revolución por separado, sino el encuentro de esos desarrollos en un avance en conjunto.
Habíamos dicho que una clave importante era cómo Alemania había puesto el tema en su agenda de Gobierno, y es que ellos trabajan intensamente desde 2013 para que la producción no dependa más de la mano de obra de las personas, solo máquinas.
En los próximos años veremos cómo, no solo en este país, sino en varias partes del mundo las empresas adoptarán la misma forma de trabajo. Los sistemas ciberfísicos con los que se contarán, harán posible esto y más; la capacidad de tomar decisiones, de trabajar entre máquinas de forma coordinada y no solo eso, máquinas y humanos también podrán trabajar como uno solo, todo conectado por internet.
Y todo lo que acabamos de describir tiene nombre: fábrica inteligente (muy, pero muy inteligente). Las empresas podrán controlarse solas con redes de inteligencia, y este tipo de tecnología en industrias haría, según Accenture en 2015, que la economía mundial agregue US$ 14,2 billones en 15 años.
¿Lo preocupante? Esta revolución podría significar la pérdida de 5 millones de puestos trabajos en los 15 países más industrializados del mundo y habrá que resolver como equilibrar ese problema de “desempleo”.
Además, hay otros que ven el futuro con cierto recelo, temen que haya quienes no logren adaptarse a los cambios, y eso signifique que no sobrevivan económicamente, tanto empresas como países. En especial, por la velocidad con la que se señala que la revolución avanza.
“Todavía hay muchas personas alrededor del mundo que no han dado cuenta de los beneficios que otras revoluciones industriales anteriores han generado. Alrededor de mil millones de personas no tienen acceso a energía. Más de dos mil millones no tienen agua potable y saneamiento. Más de cuatro mil millones no tiene acceso a internet”, explicó Schwab.
Ahí hay un desafío pendiente.
Los beneficios para economías emergentes
A pesar de las estimaciones laborales, que llegan a ser un poco aterradoras, los especialistas tienen solución para ellas. No hay que desesperar tan rápido.
Los expertos dicen que esta revolución será beneficiosa para las economías emergentes, y que son éstas las que pueden sacarle el mayor provecho. Según Schwab, hay potencial de sobra para elevar los niveles de ingresos globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras.
Con respecto a los trabajos que se perderán, los vaticinios también apuntan a la creación de nuevos puestos; “El futuro del empleo estará hecho de trabajos que aún no existen, en industrias que usan tecnologías nuevas, en condiciones planetarias que ningún ser humano jamás ha experimentado”, dijo el CEO de Greenpeace en The Guardian, David Ritter.
También, como decíamos en esta nota, con este gran cambio, a fin de cuentas van a ser las capacidades intelectuales del hombre (como la creatividad), las que pasarán a ocupar un rol más importante en el mundo laboral.
Y en cuanto a los países que podrían “no sobrevivir” a una nueva revolución industrial, Schwab recalcó que lo que se debe hacer es asegurar que los cambios tecnológicos serán para el bien.
“La Cuarta Revolución Industrial puede servir como un formidable acelerador de la inclusión social (…), no debe limitarse a los países ricos o individuos ricos, sino ayudarnos a resolver los problemas sociales, económicos y ambientales que hemos creado en revoluciones industriales anteriores”, concluyó Schwab.
Las otras buenas noticias que trae la Revolución 4.0
El potencial de esta revolución tiene relación directa con los daños medioambientales que se han provocado a lo largo de los años, desde la primera de las primerísimas revoluciones industriales.
Hace años que se busca limpiar las tecnologías para detener la contaminación y el calentamiento global. Ahora, con avances cada día más rápidos y eficientes, la implementación de tecnologías limpias ayudará a mitigar los factores humanos del cambio climático.
Más autos y servicios de transporte público con inteligencia artificial, además, podrían reducir los accidentes viales, y por consecuencia las muertes. Se estima que se podrían llegar a salvar 1 millón de vidas al año.
Lo cierto es que hay muchas expectativas. Los expertos en el tema, y quienes trabajan día a día viendo cómo el mundo va cambiando sobre la base de nuestra querida tecnología, son muy optimistas.
Un sondeo reveló que un 70% tiene expectativas positivas ante la Cuarta Revolución Industrial, y el estudio recogió los datos de más de 4 mil líderes sobre el tema, de 23 países del mundo. En tanto, un 85% cree que las innovaciones de los sistemas ciberfísicos serán beneficiosos, un 64% está dispuesto en asumir los riesgos de innovar y solo un 17% teme del impacto negativo en los trabajadores.
Fuente
La tecnología ha llegado a un punto donde revolucionará no solo la vida cotidiana de las personas con aparatos modernos, si no la economía mundial. Tal como lo hizo la máquina a vapor de James Watt.
Lo que se viene es grande, y no, no es parte de una película de ciencia ficción. La Cuarta Revolución Industrial, o conocida también como “ciberindustrial”, ya está aquí. Se fue instalando de a poco en el mundo y los cambios, consecuencias y mejoras que ésta trae consigo, no se demorarán en llegar.
En la primera Revolución Industrial fue la máquina a vapor de James Watt, la mecanización de la producción y consigo la transformación a una sociedad más urbanizada. La segunda, en tanto, trajo el petróleo y la electricidad como fuentes principales de energía, siendo esta última la que impulsó las telecomunicaciones.
La tercera, fue en la que estuvimos durante más de 50 años, tecnología de telecomunicaciones y que trajo lo que conocemos como globalización, reduciendo el tiempo y espacio, donde las distancias ya no eran relevantes.
Ahora es el internet, la nanotecnología, la biotecnología, los drones, las impresoras 3D, la inteligencia artificial, los sistemas de almacenamiento de energía y, por supuesto, los robots.
Toda esta tecnología ha puesto en marcha tal cantidad de fábricas inteligentes, que hay quienes dicen que ya no es posible medir el impacto que éstas tienen en la sociedad.
Pero, ¿qué significa esta revolución exactamente? Muchos podrán pensar que no existe sorpresa alguna, la tecnología está hace bastante tiempo en nuestras vidas y hemos estado de maravilla.
A pesar de que nuestra capacidad de impacto puede que sea bajísima, la cuarta revolución industrial significa más que solo nuevos aparatos o celulares con más capacidad, más inteligentes y más rápidos.
Tal como con las anteriores, esta revolución traerá cambios económicos y sociales de los que debemos estar al tanto. Te explicamos en qué consistirán esos cambios a nivel mundial según expertos.
Las 5 claves para entender la Revolución 4.0
El Foro Económico Mundial (WEF por sus cifras en inglés) es uno de los que más han publicado sobre el tema, y entregó 5 claves para poder entender lo que el mundo está viviendo, antes de entrar en temas más densos.
“Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes” dijo el director ejecutivo del WEF y autor del libro “La cuarta revolución industrial”, Klaus Shwab.
Los nuevos poderes del cambio
Una transformación radical. Las tecnologías digitales, físicas y biológicas (genética) se unen para cambiar el mundo ¿Muy extremo? Puede ser, pero no lejano.
Fueron los economistas quienes le pusieron nombre a esta serie de cambios que estamos viviendo y a los que se vienen. Esta revolución afectará el “mercado del empleo, el futuro del trabajo, la desigualdad en el ingreso”.
Lo primero es entender que todas las tecnologías ya nombradas, no harán la revolución por separado, sino el encuentro de esos desarrollos en un avance en conjunto.
Habíamos dicho que una clave importante era cómo Alemania había puesto el tema en su agenda de Gobierno, y es que ellos trabajan intensamente desde 2013 para que la producción no dependa más de la mano de obra de las personas, solo máquinas.
En los próximos años veremos cómo, no solo en este país, sino en varias partes del mundo las empresas adoptarán la misma forma de trabajo. Los sistemas ciberfísicos con los que se contarán, harán posible esto y más; la capacidad de tomar decisiones, de trabajar entre máquinas de forma coordinada y no solo eso, máquinas y humanos también podrán trabajar como uno solo, todo conectado por internet.
Y todo lo que acabamos de describir tiene nombre: fábrica inteligente (muy, pero muy inteligente). Las empresas podrán controlarse solas con redes de inteligencia, y este tipo de tecnología en industrias haría, según Accenture en 2015, que la economía mundial agregue US$ 14,2 billones en 15 años.
¿Lo preocupante? Esta revolución podría significar la pérdida de 5 millones de puestos trabajos en los 15 países más industrializados del mundo y habrá que resolver como equilibrar ese problema de “desempleo”.
Además, hay otros que ven el futuro con cierto recelo, temen que haya quienes no logren adaptarse a los cambios, y eso signifique que no sobrevivan económicamente, tanto empresas como países. En especial, por la velocidad con la que se señala que la revolución avanza.
“Todavía hay muchas personas alrededor del mundo que no han dado cuenta de los beneficios que otras revoluciones industriales anteriores han generado. Alrededor de mil millones de personas no tienen acceso a energía. Más de dos mil millones no tienen agua potable y saneamiento. Más de cuatro mil millones no tiene acceso a internet”, explicó Schwab.
Ahí hay un desafío pendiente.
Los beneficios para economías emergentes
A pesar de las estimaciones laborales, que llegan a ser un poco aterradoras, los especialistas tienen solución para ellas. No hay que desesperar tan rápido.
Los expertos dicen que esta revolución será beneficiosa para las economías emergentes, y que son éstas las que pueden sacarle el mayor provecho. Según Schwab, hay potencial de sobra para elevar los niveles de ingresos globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras.
Con respecto a los trabajos que se perderán, los vaticinios también apuntan a la creación de nuevos puestos; “El futuro del empleo estará hecho de trabajos que aún no existen, en industrias que usan tecnologías nuevas, en condiciones planetarias que ningún ser humano jamás ha experimentado”, dijo el CEO de Greenpeace en The Guardian, David Ritter.
También, como decíamos en esta nota, con este gran cambio, a fin de cuentas van a ser las capacidades intelectuales del hombre (como la creatividad), las que pasarán a ocupar un rol más importante en el mundo laboral.
Y en cuanto a los países que podrían “no sobrevivir” a una nueva revolución industrial, Schwab recalcó que lo que se debe hacer es asegurar que los cambios tecnológicos serán para el bien.
“La Cuarta Revolución Industrial puede servir como un formidable acelerador de la inclusión social (…), no debe limitarse a los países ricos o individuos ricos, sino ayudarnos a resolver los problemas sociales, económicos y ambientales que hemos creado en revoluciones industriales anteriores”, concluyó Schwab.
Las otras buenas noticias que trae la Revolución 4.0
El potencial de esta revolución tiene relación directa con los daños medioambientales que se han provocado a lo largo de los años, desde la primera de las primerísimas revoluciones industriales.
Hace años que se busca limpiar las tecnologías para detener la contaminación y el calentamiento global. Ahora, con avances cada día más rápidos y eficientes, la implementación de tecnologías limpias ayudará a mitigar los factores humanos del cambio climático.
Más autos y servicios de transporte público con inteligencia artificial, además, podrían reducir los accidentes viales, y por consecuencia las muertes. Se estima que se podrían llegar a salvar 1 millón de vidas al año.
Lo cierto es que hay muchas expectativas. Los expertos en el tema, y quienes trabajan día a día viendo cómo el mundo va cambiando sobre la base de nuestra querida tecnología, son muy optimistas.
Un sondeo reveló que un 70% tiene expectativas positivas ante la Cuarta Revolución Industrial, y el estudio recogió los datos de más de 4 mil líderes sobre el tema, de 23 países del mundo. En tanto, un 85% cree que las innovaciones de los sistemas ciberfísicos serán beneficiosos, un 64% está dispuesto en asumir los riesgos de innovar y solo un 17% teme del impacto negativo en los trabajadores.
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