El típico trabajo de oficina con un horario regular, reuniones y ropa formal dejó de ser el estándar a la hora de buscar una oferta laboral. La llamada Generación Y –que son los nacidos entre 1980 y 1994, también conocidos como millennials– decidió acabar con décadas de tradición para enfocarse en modelos más acordes a sus intereses, flexibles y con la oportunidad de moverse y crear a su propio ritmo.
El crowdsourcing fue utilizado por primera vez por Jeff Howe y Mark Robinson en el año 2005 en un artículo que publicaron en la Revista Wired. Donde se comentaba cómo las empresas estaban externalizando el trabajo a terceros a través de Internet y cómo se comenzaba a manifestar este fenómeno en multitudes de personas. Este es un modelo relativamente reciente que se plantea en base a comunidades especializadas en un tema en común (diseño, programación y fotografía son algunas de las más utilizadas, pero se puede aplicar a cualquier industria), que ofrecen sus conocimientos a quienes quieren pagar por ellos, trabajando en forma colaborativa y muchas veces a través de la web, desafiando las estructuras convencionales.
Este nuevo modelo de trabajo no sólo permite que estos profesionales jóvenes se desliguen del tradicional espacio de oficina, sino que les permite interactuar con varios clientes en forma simultánea sin necesariamente estar en una misma ciudad o país. Utilizando herramientas como redes sociales y software de videoconferencia, pueden establecer reuniones y actualizaciones con sus clientes tal como se haría en forma presencial.
Un estudio lanzado por la firma de relaciones públicas Edelman en 2013 reveló que esta generación –la primera nacida y criada con acceso a Internet– busca conseguir y crear información tanto en la web como en persona, por lo que ven en la red y sus herramientas una forma válida de exponer y vender su trabajo, como una forma de crear una alternativa a un oficio tradicional.
El modelo del crowdsourcing es un ejemplo de cómo esta generación logró redefinir la forma en la que trabajamos, en muchos casos derribando las barreras geográficas y culturales gracias a las herramientas de comunicación de la red, y está aquí para quedarse. De esta manera, son cada vez más quienes optan por conseguir concretar sus proyectos o tareas específicas a través de comunidades de expertos altamente calificados quienes responden a todas sus necesidades con el toque de un click.
En Chile y en Latinoamérica la tendencia del crowdsourcing es parte del día a día de los negocios y las personas, el desafío ahora como país es integrarlo a la sociedad, porque definitivamente es un concepto disruptivo a la sociedad como la conocemos hoy, ya que propone nueva formas de trabajar y de hacer las cosas.
Sin duda, la nueva tendencia que se impone dentro de los millennials, revolucionará todo lo que somos y hacemos, de alguna manera logrará hacer mucho más eficiente, productiva e inclusiva la fuerza laboral en el mundo, otorgará más equidad social, igualdad de oportunidades, resolverá mucho de los problemas que hoy tienen nuestros sistemas sociales y creará transformaciones política profundas.
El típico trabajo de oficina con un horario regular, reuniones y ropa formal dejó de ser el estándar a la hora de buscar una oferta laboral. La llamada Generación Y –que son los nacidos entre 1980 y 1994, también conocidos como millennials– decidió acabar con décadas de tradición para enfocarse en modelos más acordes a sus intereses, flexibles y con la oportunidad de moverse y crear a su propio ritmo.
El crowdsourcing fue utilizado por primera vez por Jeff Howe y Mark Robinson en el año 2005 en un artículo que publicaron en la Revista Wired. Donde se comentaba cómo las empresas estaban externalizando el trabajo a terceros a través de Internet y cómo se comenzaba a manifestar este fenómeno en multitudes de personas. Este es un modelo relativamente reciente que se plantea en base a comunidades especializadas en un tema en común (diseño, programación y fotografía son algunas de las más utilizadas, pero se puede aplicar a cualquier industria), que ofrecen sus conocimientos a quienes quieren pagar por ellos, trabajando en forma colaborativa y muchas veces a través de la web, desafiando las estructuras convencionales.
Este nuevo modelo de trabajo no sólo permite que estos profesionales jóvenes se desliguen del tradicional espacio de oficina, sino que les permite interactuar con varios clientes en forma simultánea sin necesariamente estar en una misma ciudad o país. Utilizando herramientas como redes sociales y software de videoconferencia, pueden establecer reuniones y actualizaciones con sus clientes tal como se haría en forma presencial.
Un estudio lanzado por la firma de relaciones públicas Edelman en 2013 reveló que esta generación –la primera nacida y criada con acceso a Internet– busca conseguir y crear información tanto en la web como en persona, por lo que ven en la red y sus herramientas una forma válida de exponer y vender su trabajo, como una forma de crear una alternativa a un oficio tradicional.
El modelo del crowdsourcing es un ejemplo de cómo esta generación logró redefinir la forma en la que trabajamos, en muchos casos derribando las barreras geográficas y culturales gracias a las herramientas de comunicación de la red, y está aquí para quedarse. De esta manera, son cada vez más quienes optan por conseguir concretar sus proyectos o tareas específicas a través de comunidades de expertos altamente calificados quienes responden a todas sus necesidades con el toque de un click.
En Chile y en Latinoamérica la tendencia del crowdsourcing es parte del día a día de los negocios y las personas, el desafío ahora como país es integrarlo a la sociedad, porque definitivamente es un concepto disruptivo a la sociedad como la conocemos hoy, ya que propone nueva formas de trabajar y de hacer las cosas.
Sin duda, la nueva tendencia que se impone dentro de los millennials, revolucionará todo lo que somos y hacemos, de alguna manera logrará hacer mucho más eficiente, productiva e inclusiva la fuerza laboral en el mundo, otorgará más equidad social, igualdad de oportunidades, resolverá mucho de los problemas que hoy tienen nuestros sistemas sociales y creará transformaciones política profundas.
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