A nadie le gusta el DRM, pero empresas como Netflix, otros grandes de la industria del entretenimiento, y quienes promueven leyes como la DMCA vienen presionando a la W3C desde hace años para implementar un estándar de DMR para el vídeo en la web.
Finalmente lo han conseguido, y el consorcio liderado por el padre de la web, Tim Berners-Lee, anunció su intención de publicar “Encrypted Media Extensions” o EME, un estándar DRM para el vídeo web, que como advierte la Electronic Frontier Foundation no incluye ninguna garantía de protección para investigación de seguridad, competencia o accesibilidad.
Desde inicios de 2016, activistas a favor de liberalizar las leyes de copyright vienen advirtiendo sobre las posibles consecuencias negativas de incorporar el DRM como un estándar más dentro de HTML5, como esto podría dar lugar a represalias legales contra quienes se dedican a analizar los navegadores que todos usamos en busca de vulnerabilidades.
El daño que hace el DRM
EME es básicamente una forma estandarizada de que las plataformas de vídeo web ciontrolen el navegador de los usuarios, para que solo podamos ver los vídeos bajo las reglas que ellos establecen. Es decir, que no podamos bajar el contenido en ningún formato, analizarlo, estudiarlo, ni reproducirlo de ninguna manera, salvo que sea permitido por la plataforma.
Podría no sonar muy mal, después de todo se trata de contenido con derechos de autor y la industria necesita protegerse de alguna manera. El problema es que bajo leyes como la Digital Rights Managment Act (DMCA), las personas que se salten el DRM para hacer cosas legales, como investigar el código en busca de agujeros de seguridad y vulnerabilidades, pueden terminar siendo acusados de un crimen y enfrentarse a consecuencias desproporcionadas.
En un artículo publicado por la EFF, Cory Doctorow, periodista y activista a favor de liberalizar las actuales leyes de derechos de autor, explica como el consorcio W3C planea publicar su estandar de DRM sin ningún tipo de protección o comprimisos.
Se había propuesto un compromiso que al menos obligara a los miembros que promovían el DRM a prometer que usarían la ley para atacar solo a quienes infringan los derechos de autor, pero dejar en paz a aquellos que saltaran el DRM por razones legales, como hacer el vídeo estadarizado de la W3C más accesible a personas con discapacidad.
La idea que era apoyada por la Unesco, Internet Archive, cientos de investigadores de seguridad, el inventor del término “Neutralidad de la Red”, y cientos de organizaciones de derechos humanos, fue completamente ignorada al final, aún con la oposición pública de entes como la Librería Nacional Alemana, el Instituto Nacional de Reino Unido para Gente Ciega, Ethereum, Brave, y docenas más.
La EFF se opone al DRM exponiendo que:
Es una mala idea hacer tecnología que trata al dueño de un ordenador como un enemigo a ser controlado, el DRM destruye la justicia del convenio de copyright evitando que ejerzamos el derecho que nos da la ley cuando legalmente adquirimos un trabajo con derechos de autor, como el derecho de uso justo, remezcla o reparación, o de revender o prestar tu copia.
Y contra toda objeción…
- Protección inadecuada para los usuarios.
- Dificultades para soportar las especificaciones en proyectos de software libre.
- Falta de una definición para las implementaciones de DCM.
- Falta de un convenio con respecto a regulaciones contra la esquivación.
- Retos para la adaptación para personas con discapacidades.
- Retos para los nuevos entrantes al mercado y especificación inadecuada para la web abierta.
- Formas de archivar el contenido.
A pesar de listar siete objeciones más que válidas en su disposición de comentarios, el W3C expuso que su director, Tim Berners Lee las había mirado todas con mucho cuidado y encontró que ya habían sido revisadas. Todas fueron rechazadas.
La W3C justifica su decisión diciendo que publicar un estándar DRM sin protecciones para actividades abiertas básicas en la web es mejor que no hacerlo, porque su DRM tiene mejor soporte para la privacidad, accesibilidad y competencia que una versión que no fuese del W3C. La EFF cree que esto es falso y que no representa ninguna mejora, y en varias formas importantes es aun peor.
Por la forma en la que el DRM interactua con la ley, la especificación del W3C que dice que los usuarios deberían estar protegidos de actividades invasoras de la privacidad, es imposible de comprobar, pues no existe compromiso que permita investigar fallos en el DRM sin ser sancionado por la ley.
Es algo contra lo que organizaciones como la Free Software Foundation vienen luchando hace años. Han pedido en varias ocasiones al gobierno de Estados Unidos que retire las provisiones amparadas en la DMCA que protegen al DRM, pues creen que hacen demasiado daño, además de que son usadas para dañar, controlar y espiar a las personas bajo la excusa de proteger los derechos de autor.
Por ahora existe un proceso de apelación en contra de la decisión del consorcio.
A nadie le gusta el DRM, pero empresas como Netflix, otros grandes de la industria del entretenimiento, y quienes promueven leyes como la DMCA vienen presionando a la W3C desde hace años para implementar un estándar de DMR para el vídeo en la web.
Finalmente lo han conseguido, y el consorcio liderado por el padre de la web, Tim Berners-Lee, anunció su intención de publicar “Encrypted Media Extensions” o EME, un estándar DRM para el vídeo web, que como advierte la Electronic Frontier Foundation no incluye ninguna garantía de protección para investigación de seguridad, competencia o accesibilidad.
Desde inicios de 2016, activistas a favor de liberalizar las leyes de copyright vienen advirtiendo sobre las posibles consecuencias negativas de incorporar el DRM como un estándar más dentro de HTML5, como esto podría dar lugar a represalias legales contra quienes se dedican a analizar los navegadores que todos usamos en busca de vulnerabilidades.
El daño que hace el DRM
EME es básicamente una forma estandarizada de que las plataformas de vídeo web ciontrolen el navegador de los usuarios, para que solo podamos ver los vídeos bajo las reglas que ellos establecen. Es decir, que no podamos bajar el contenido en ningún formato, analizarlo, estudiarlo, ni reproducirlo de ninguna manera, salvo que sea permitido por la plataforma.
Podría no sonar muy mal, después de todo se trata de contenido con derechos de autor y la industria necesita protegerse de alguna manera. El problema es que bajo leyes como la Digital Rights Managment Act (DMCA), las personas que se salten el DRM para hacer cosas legales, como investigar el código en busca de agujeros de seguridad y vulnerabilidades, pueden terminar siendo acusados de un crimen y enfrentarse a consecuencias desproporcionadas.
En un artículo publicado por la EFF, Cory Doctorow, periodista y activista a favor de liberalizar las actuales leyes de derechos de autor, explica como el consorcio W3C planea publicar su estandar de DRM sin ningún tipo de protección o comprimisos.
Se había propuesto un compromiso que al menos obligara a los miembros que promovían el DRM a prometer que usarían la ley para atacar solo a quienes infringan los derechos de autor, pero dejar en paz a aquellos que saltaran el DRM por razones legales, como hacer el vídeo estadarizado de la W3C más accesible a personas con discapacidad.
La idea que era apoyada por la Unesco, Internet Archive, cientos de investigadores de seguridad, el inventor del término “Neutralidad de la Red”, y cientos de organizaciones de derechos humanos, fue completamente ignorada al final, aún con la oposición pública de entes como la Librería Nacional Alemana, el Instituto Nacional de Reino Unido para Gente Ciega, Ethereum, Brave, y docenas más.
La EFF se opone al DRM exponiendo que:
Y contra toda objeción…
A pesar de listar siete objeciones más que válidas en su disposición de comentarios, el W3C expuso que su director, Tim Berners Lee las había mirado todas con mucho cuidado y encontró que ya habían sido revisadas. Todas fueron rechazadas.
La W3C justifica su decisión diciendo que publicar un estándar DRM sin protecciones para actividades abiertas básicas en la web es mejor que no hacerlo, porque su DRM tiene mejor soporte para la privacidad, accesibilidad y competencia que una versión que no fuese del W3C. La EFF cree que esto es falso y que no representa ninguna mejora, y en varias formas importantes es aun peor.
Por la forma en la que el DRM interactua con la ley, la especificación del W3C que dice que los usuarios deberían estar protegidos de actividades invasoras de la privacidad, es imposible de comprobar, pues no existe compromiso que permita investigar fallos en el DRM sin ser sancionado por la ley.
Es algo contra lo que organizaciones como la Free Software Foundation vienen luchando hace años. Han pedido en varias ocasiones al gobierno de Estados Unidos que retire las provisiones amparadas en la DMCA que protegen al DRM, pues creen que hacen demasiado daño, además de que son usadas para dañar, controlar y espiar a las personas bajo la excusa de proteger los derechos de autor.
Por ahora existe un proceso de apelación en contra de la decisión del consorcio.
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