¿Vivimos en el mismo país? Un material audiovisual, expresión de cultura, es tratado como “conspiración y proposición para cometer un crimen o un simple delito”, invocando la Ley de Seguridad del Estado por parte de un particular, en contra de la Defensoría de la Niñez.
Dicho material es parte de la campaña “El llamado de la naturaleza” de la entidad que trata en profundidad temas de infancia, y en donde participan conocidos músicos como Pablo Ilabaca y MC Millaray, adolescente rapera mapuche.
Consideramos impresentable que se busque perseguir una expresión artística como un crimen. La Defensoría de la Niñez hace un trabajo ejemplar respaldando a los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia. Ahora más que nunca debe sentirse el respaldo a su labor.
No olvidamos que lo mismo se quiso hacer con el INDH, cuestionando aspectos secundarios de su labor principal, para invocar crímenes sin asidero. En el caso de la Defensoría de la Niñez es, sin duda, un acto soez el desviar la atención de su trabajo en casos tan sensibles como de los niños baleados por Carabineros en el Sename.
Existe una abismal diferencia entre la idea metafórica de “saltar torniquetes” y el hecho de poseer armas de guerra y planear actos contra personal del Estado, donde no se han tomado medidas acordes a la amenaza. Otros son los criminales, y otros son quienes deberían ser condenados por la Ley de Seguridad del Estado.
Muchos guardaron silencio cuando Mario Rozas dijo “aquí no se toca a nadie”.
¡Ahora más que nunca, llamamos a defender a los que defienden a los sin voz!
¿Vivimos en el mismo país? Un material audiovisual, expresión de cultura, es tratado como “conspiración y proposición para cometer un crimen o un simple delito”, invocando la Ley de Seguridad del Estado por parte de un particular, en contra de la Defensoría de la Niñez.
Dicho material es parte de la campaña “El llamado de la naturaleza” de la entidad que trata en profundidad temas de infancia, y en donde participan conocidos músicos como Pablo Ilabaca y MC Millaray, adolescente rapera mapuche.
Consideramos impresentable que se busque perseguir una expresión artística como un crimen. La Defensoría de la Niñez hace un trabajo ejemplar respaldando a los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia. Ahora más que nunca debe sentirse el respaldo a su labor.
No olvidamos que lo mismo se quiso hacer con el INDH, cuestionando aspectos secundarios de su labor principal, para invocar crímenes sin asidero. En el caso de la Defensoría de la Niñez es, sin duda, un acto soez el desviar la atención de su trabajo en casos tan sensibles como de los niños baleados por Carabineros en el Sename.
Existe una abismal diferencia entre la idea metafórica de “saltar torniquetes” y el hecho de poseer armas de guerra y planear actos contra personal del Estado, donde no se han tomado medidas acordes a la amenaza. Otros son los criminales, y otros son quienes deberían ser condenados por la Ley de Seguridad del Estado.
Muchos guardaron silencio cuando Mario Rozas dijo “aquí no se toca a nadie”.
¡Ahora más que nunca, llamamos a defender a los que defienden a los sin voz!
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