No serán obreros, consumidores, o pequeños empresarios quienes se beneficien de la firma del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) que están negociando 12 países (Australia, Brunei, Canadá, Chile, EE.UU., Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), sino las mayores corporaciones multinacionales, afirma la senadora estadounidense Elizabeth Warren una publicación para el diario ‘The Washington Post‘.
La razón estriba en la parte del tratado llamada Arbitraje de diferencias inversor-estado(ISDS en inglés), que permite a los inversores iniciar un procedimiento de arbitraje de diferencias contra un gobierno extranjero. La ISDS es una provisión habitual, pero cuando se firma en el marco de un acuerdo como el TPP, puede incluso “socavar la soberanía EE.UU.” en beneficio de las multinacionales, asegura Warren. El temor de la senadora es que en caso de que acabe firmándose esta parte del TPP, las empresas extranjeras puedan “desafiar las leyes de EE.UU. y potencialmente obtener desembolsos enormes de los contribuyentes sin siquiera la necesidad de acudir a los tribunales estadounidenses”.
El mecanismo del ISDS es el siguiente: si una empresa extranjera no está de acuerdo con alguna ley estadounidense, puede dirigirse directamente a un panel internacional de arbitraje. En caso de que dicho panel abrace la causa de la empresa extranjera, la decisión ya no podrá ser discutida en un tribunal estadounidense y será de obligado cumplimiento en este país, explica. La senadora cuestiona la independencia judicial e imparcialidad de estos “pseudo-tribunales” y afirma que de esta manera las empresas podrían exigir también multas desorbitadas a EE.UU.
La senadora esgrime ejemplos recientes, como el litigio de la empresa francesa Veolia contra el Gobierno de Egipto que logró elevar el salario mínimo en el país, o el caso de la compañía estadounidense Philip Morris, que está tratando de usar el ISDS para impedir a Uruguay implementar una nueva regulación destinada a reducir los índices de consumo de tabaco. No obstante, la senadora reconoce que hasta ahora tales litigios no habían dañado de ninguna manera al propio EE.UU., pero en su criterio solo será cuestión del tiempo.
“Si la versión final del acuerdo sobre el TPP incluye al ISDS, los únicos ganadores serán las corporaciones multinacionales“, concluye.
¿Cómo permitirá la firma del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) a las mayores corporaciones multinacionales cobrar millonarias indemnizaciones a costa de los contribuyentes en EE.UU.?
No serán obreros, consumidores, o pequeños empresarios quienes se beneficien de la firma del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) que están negociando 12 países (Australia, Brunei, Canadá, Chile, EE.UU., Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), sino las mayores corporaciones multinacionales, afirma la senadora estadounidense Elizabeth Warren una publicación para el diario ‘The Washington Post‘.
La razón estriba en la parte del tratado llamada Arbitraje de diferencias inversor-estado(ISDS en inglés), que permite a los inversores iniciar un procedimiento de arbitraje de diferencias contra un gobierno extranjero. La ISDS es una provisión habitual, pero cuando se firma en el marco de un acuerdo como el TPP, puede incluso “socavar la soberanía EE.UU.” en beneficio de las multinacionales, asegura Warren. El temor de la senadora es que en caso de que acabe firmándose esta parte del TPP, las empresas extranjeras puedan “desafiar las leyes de EE.UU. y potencialmente obtener desembolsos enormes de los contribuyentes sin siquiera la necesidad de acudir a los tribunales estadounidenses”.
El mecanismo del ISDS es el siguiente: si una empresa extranjera no está de acuerdo con alguna ley estadounidense, puede dirigirse directamente a un panel internacional de arbitraje. En caso de que dicho panel abrace la causa de la empresa extranjera, la decisión ya no podrá ser discutida en un tribunal estadounidense y será de obligado cumplimiento en este país, explica. La senadora cuestiona la independencia judicial e imparcialidad de estos “pseudo-tribunales” y afirma que de esta manera las empresas podrían exigir también multas desorbitadas a EE.UU.
La senadora esgrime ejemplos recientes, como el litigio de la empresa francesa Veolia contra el Gobierno de Egipto que logró elevar el salario mínimo en el país, o el caso de la compañía estadounidense Philip Morris, que está tratando de usar el ISDS para impedir a Uruguay implementar una nueva regulación destinada a reducir los índices de consumo de tabaco. No obstante, la senadora reconoce que hasta ahora tales litigios no habían dañado de ninguna manera al propio EE.UU., pero en su criterio solo será cuestión del tiempo.
“Si la versión final del acuerdo sobre el TPP incluye al ISDS, los únicos ganadores serán las corporaciones multinacionales“, concluye.
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