Parece un milagro que internet funcione para tantas personas y a través de tantas tecnologías diferentes, pero los fundadores de internet no tenían planeado nada parecido a esto. Cuando consideras que Internet, en sus primeros días, era la solución al problema de acceder a recursos computacionales centralizados e inmóviles, es difícil de creer su efectividad en un mundo donde cada compañía recibía media docena de direcciones IP. Sin embargo y de alguna forma, aquí estamos.
Si bien Internet funciona de manera admirable, no lo hace de forma óptima porque esto no es para lo que fue diseñada. Entonces tenemos espacio para imaginar tecnologías alternativas de internet, las que puedan acercarse a lo óptimo y pueden venir mejor equipadas para lidiar con algunos de los problemas de la híper conectividad, como la privacidad y la preservación de la libertad de expresión. Esto es lo que se conoce como named data networking (o NDN).
La NDN reemplaza las direcciones IP (basadas en locación) con named data (o sea, cosas), donde las unidades de datos se presentan de la misma forma que los directorios a los que estamos acostumbrados como usuarios de PC (por ejemplo /Users/usuario/mi_directorio/archivo.txt). Todo internet estaría estructurado como una gran sistema de archivos — una jerarquía de nombres y espacios —, donde el directorio más específico desde nuestra perspectiva sea nuestro propio computador, mientras el directorio más general (el directorio raíz) sería todo internet. A medida que viajamos desde nuestra máquina local hacia el exterior, vamos ingresando a directorios más grandes y luego a grandes subredes.
Con esto, la experiencia de internet es tan grande como necesitemos y depende de los datos que estemos buscando. Si estos datos están en nuestro computador, nos detenemos ahí; Si no, buscamos en nuestra red local y luego comenzamos a buscar en el caché del router, en la red de entrega de contenidos (o CDN por sus siglas en inglés), etc. Esto hace más sentido en una internet que está basada en la entrega de información en vez de una que está basada en permitir la comunicación entre dos puntos de una red. También haría más sentido en una red que está diseñada para preservar la libertad de expresión, de acuerdo a un estudio publicado y financiado por la Fundación nacional de ciencia de Estados Unidos y publicado en la nueva edición de Communications of the ACM.
El estudio, cuyos autores son un grupo de científicos computacionales de la universidad UCLA, entregó un ejemplo concreto sobre cómo funcionaría NDN en la internet de las cosas, también conocida como aquella idea donde cada tostador, automóvil y máquina de café vienen equipados con una conexión a internet y una dirección IP. Podemos preguntarnos, razonablemente, cuánto internet necesita una máquina de café para aprovechar totalmente la conectividad con el tostador de pan.
“Un nombre asignado por el fabricante, por ejemplo /local/dispositivos/cocina/tostador/Black&Decker/número_de_serie, podría ser utilizado para referirse a otro aparato en el mismo hogar inteligente”, explicó el estudio. Otro aparato podría conectarse al tostador al enviar una especie de paquete conocido como “Interés”, el que básicamente es un pedido de datos con el nombre de una referencia (tal y como podemos ver más arriba).
“En este caso, NDN permite que las aplicaciones usen la capas de la red de forma directa, hasta descubrir nuevos aparatos en estos conocidos nombres y espacios (por ejemplo /local/dispositivos/), sin la necesidad que estos servicios estén conectados a la internet global”, escribió el grupo de UCLA. “Al mismo tiempo, comparten el mismo protocolo de red que las otras aplicaciones NDN en internet, ofreciendo oportunidades para integración directa con las aplicaciones web globales o locales, utilizando firmas de datos y accesos basados en la encriptación, para así tener más seguridad”.
Queda claro cómo NDN puede ayudar protegiendo la libertad de expresión (y la privacidad). NDN facilita el desarrollo de redes que pueden estar conectadas al internet global, pero, al mismo tiempo, también puede aislar la transmisión de datos a través de redes locales que no necesitan de los proveedores globales de internet. Bajo este esquema, los paquetes de datos pueden ser alojados y re publicados utilizando cualquier dispositivo.
“NDN hace más fácil compartir datos que con IP, a través de caminos alternativos de comunicación y conectividad oportuna (tostadores y teléfonos, pero también computadores y routers), sin infraestructura global o complejos servicios intermedios que provean anonimato”, escribieron los investigadores. “Los usuarios dentro de automóviles en movimiento, en aviones o las personas con servicios inalámbricos en sus teléfonos pueden intercambiar datos a través de NDN aprovechando el almacenamiento de sus aparatos y una conexión intermitente, lo que les permite compartir contenidos sin dejar rastros sobre dónde se originaron los datos”.
La arquitectura actual de Internet es perfecta para la censura. Es sólo cosa de quién esté en el poder limitando el acceso a sitios web prohibidos a través de los proveedores de internet globales. Sin embargo, la tecnología NDN provee un mecanismo para saltarse a los proveedores globales al crear redes locales. Imagina que Comcast está legalmente forzado a bloquear el acceso al sitio web del New York Times, en respuesta a un hipotético y déspota futuro de Estados Unidos. NDN te permitiría unir redes locales de WiFi hasta que eventualmente llegas a un router en Canadá o cualquier país que esté conectado a un proveedor de servicio no comprometido.
Por supuesto que esta es una visión de alto nivel y el hecho de lograr la re ingeniería de todo internet sería algo muy difícil. Pero es necesario darse cuenta que la privacidad y la libertad de expresión son necesarios en nuestra sociedad hiper conectada. “Al diversificar los nodos que pueden transmitir datos”, concluye el estudio, “NDN probablemente mejorará las condiciones para un discurso libre y anónimo y también la búsqueda de información por parte de consumidores y productores”.
Parece un milagro que internet funcione para tantas personas y a través de tantas tecnologías diferentes, pero los fundadores de internet no tenían planeado nada parecido a esto. Cuando consideras que Internet, en sus primeros días, era la solución al problema de acceder a recursos computacionales centralizados e inmóviles, es difícil de creer su efectividad en un mundo donde cada compañía recibía media docena de direcciones IP. Sin embargo y de alguna forma, aquí estamos.
Si bien Internet funciona de manera admirable, no lo hace de forma óptima porque esto no es para lo que fue diseñada. Entonces tenemos espacio para imaginar tecnologías alternativas de internet, las que puedan acercarse a lo óptimo y pueden venir mejor equipadas para lidiar con algunos de los problemas de la híper conectividad, como la privacidad y la preservación de la libertad de expresión. Esto es lo que se conoce como named data networking (o NDN).
La NDN reemplaza las direcciones IP (basadas en locación) con named data (o sea, cosas), donde las unidades de datos se presentan de la misma forma que los directorios a los que estamos acostumbrados como usuarios de PC (por ejemplo /Users/usuario/mi_directorio/archivo.txt). Todo internet estaría estructurado como una gran sistema de archivos — una jerarquía de nombres y espacios —, donde el directorio más específico desde nuestra perspectiva sea nuestro propio computador, mientras el directorio más general (el directorio raíz) sería todo internet. A medida que viajamos desde nuestra máquina local hacia el exterior, vamos ingresando a directorios más grandes y luego a grandes subredes.
Con esto, la experiencia de internet es tan grande como necesitemos y depende de los datos que estemos buscando. Si estos datos están en nuestro computador, nos detenemos ahí; Si no, buscamos en nuestra red local y luego comenzamos a buscar en el caché del router, en la red de entrega de contenidos (o CDN por sus siglas en inglés), etc. Esto hace más sentido en una internet que está basada en la entrega de información en vez de una que está basada en permitir la comunicación entre dos puntos de una red. También haría más sentido en una red que está diseñada para preservar la libertad de expresión, de acuerdo a un estudio publicado y financiado por la Fundación nacional de ciencia de Estados Unidos y publicado en la nueva edición de Communications of the ACM.
El estudio, cuyos autores son un grupo de científicos computacionales de la universidad UCLA, entregó un ejemplo concreto sobre cómo funcionaría NDN en la internet de las cosas, también conocida como aquella idea donde cada tostador, automóvil y máquina de café vienen equipados con una conexión a internet y una dirección IP. Podemos preguntarnos, razonablemente, cuánto internet necesita una máquina de café para aprovechar totalmente la conectividad con el tostador de pan.
“Un nombre asignado por el fabricante, por ejemplo /local/dispositivos/cocina/tostador/Black&Decker/número_de_serie, podría ser utilizado para referirse a otro aparato en el mismo hogar inteligente”, explicó el estudio. Otro aparato podría conectarse al tostador al enviar una especie de paquete conocido como “Interés”, el que básicamente es un pedido de datos con el nombre de una referencia (tal y como podemos ver más arriba).
“En este caso, NDN permite que las aplicaciones usen la capas de la red de forma directa, hasta descubrir nuevos aparatos en estos conocidos nombres y espacios (por ejemplo /local/dispositivos/), sin la necesidad que estos servicios estén conectados a la internet global”, escribió el grupo de UCLA. “Al mismo tiempo, comparten el mismo protocolo de red que las otras aplicaciones NDN en internet, ofreciendo oportunidades para integración directa con las aplicaciones web globales o locales, utilizando firmas de datos y accesos basados en la encriptación, para así tener más seguridad”.
Queda claro cómo NDN puede ayudar protegiendo la libertad de expresión (y la privacidad). NDN facilita el desarrollo de redes que pueden estar conectadas al internet global, pero, al mismo tiempo, también puede aislar la transmisión de datos a través de redes locales que no necesitan de los proveedores globales de internet. Bajo este esquema, los paquetes de datos pueden ser alojados y re publicados utilizando cualquier dispositivo.
“NDN hace más fácil compartir datos que con IP, a través de caminos alternativos de comunicación y conectividad oportuna (tostadores y teléfonos, pero también computadores y routers), sin infraestructura global o complejos servicios intermedios que provean anonimato”, escribieron los investigadores. “Los usuarios dentro de automóviles en movimiento, en aviones o las personas con servicios inalámbricos en sus teléfonos pueden intercambiar datos a través de NDN aprovechando el almacenamiento de sus aparatos y una conexión intermitente, lo que les permite compartir contenidos sin dejar rastros sobre dónde se originaron los datos”.
La arquitectura actual de Internet es perfecta para la censura. Es sólo cosa de quién esté en el poder limitando el acceso a sitios web prohibidos a través de los proveedores de internet globales. Sin embargo, la tecnología NDN provee un mecanismo para saltarse a los proveedores globales al crear redes locales. Imagina que Comcast está legalmente forzado a bloquear el acceso al sitio web del New York Times, en respuesta a un hipotético y déspota futuro de Estados Unidos. NDN te permitiría unir redes locales de WiFi hasta que eventualmente llegas a un router en Canadá o cualquier país que esté conectado a un proveedor de servicio no comprometido.
Por supuesto que esta es una visión de alto nivel y el hecho de lograr la re ingeniería de todo internet sería algo muy difícil. Pero es necesario darse cuenta que la privacidad y la libertad de expresión son necesarios en nuestra sociedad hiper conectada. “Al diversificar los nodos que pueden transmitir datos”, concluye el estudio, “NDN probablemente mejorará las condiciones para un discurso libre y anónimo y también la búsqueda de información por parte de consumidores y productores”.
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