Steve Marsh ha demandado a su viejo amigo de la infancia, Michael Baxter, después de que las cabezas de semillas cosechadas en el campo de colza genéticamente modificada de Baxter fueran arrastradas por el viento hasta la granja de Marsh en el estado de Australia Occidental, contaminando –afirma el demandante- la tierra utilizada para sus cultivos de avena y trigo orgánicos, informa el expediente judicial citado por Reuters.
Marsh reclama daños no especificados por la pérdida de beneficios en un caso que arrancó este lunes en el Tribunal Supremo de Australia Occidental.
Se trata de la primera vez que un agricultor demanda a otro en Australia por negligencia relacionada con la contaminación de cultivos orgánicos por organismos modificados genéticamente (OMG) y su desarrollo podría sentar precedentes para casos futuros, afirman los abogados.
Baxter compró semillas de la compañía biotecnológica Monsanto, la empresa de semillas más grande del mundo. Después de obtener asesoramiento jurídico, Marsh decidió no demandar a la empresa estadounidense a causa de un contrato de no responsabilidad ante los agricultores que compran sus semillas, dijo Scott Kinnear, director de la Fundación Safe Food, un grupo de defensa de la agricultura ecológica.
El juicio, que se prevé que dure tres semanas, podría conducir a la aprobación de reglamentos que establezcan límites entre los cultivos OMG y las granjas orgánicas, lo que podría reducir la tierra disponible para el cultivo, según los expertos. También podría cambiar la política de tolerancia cero de Australia hacia la contaminación de los cultivos orgánicos.
Steve Marsh ha demandado a su viejo amigo de la infancia, Michael Baxter, después de que las cabezas de semillas cosechadas en el campo de colza genéticamente modificada de Baxter fueran arrastradas por el viento hasta la granja de Marsh en el estado de Australia Occidental, contaminando –afirma el demandante- la tierra utilizada para sus cultivos de avena y trigo orgánicos, informa el expediente judicial citado por Reuters.
Marsh reclama daños no especificados por la pérdida de beneficios en un caso que arrancó este lunes en el Tribunal Supremo de Australia Occidental.
Se trata de la primera vez que un agricultor demanda a otro en Australia por negligencia relacionada con la contaminación de cultivos orgánicos por organismos modificados genéticamente (OMG) y su desarrollo podría sentar precedentes para casos futuros, afirman los abogados.
Baxter compró semillas de la compañía biotecnológica Monsanto, la empresa de semillas más grande del mundo. Después de obtener asesoramiento jurídico, Marsh decidió no demandar a la empresa estadounidense a causa de un contrato de no responsabilidad ante los agricultores que compran sus semillas, dijo Scott Kinnear, director de la Fundación Safe Food, un grupo de defensa de la agricultura ecológica.
El juicio, que se prevé que dure tres semanas, podría conducir a la aprobación de reglamentos que establezcan límites entre los cultivos OMG y las granjas orgánicas, lo que podría reducir la tierra disponible para el cultivo, según los expertos. También podría cambiar la política de tolerancia cero de Australia hacia la contaminación de los cultivos orgánicos.
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