Por: Sergio España
Conforme se acerca el 17 de noviembre, se altera el paisaje de las redes sociales. Candidat@s hacen su desembarco intentando captar la atención de un votante cada vez más difícil de capturar. Una aproximación meramente impresionista permite describir tres tipos de candidatos en las redes:
- Notarios: Consignan las fotos que suben, las reuniones que tienen o los lugares que visitan.Asumen que las redes son para notificar….en el más estricto de los sentidos. La sospecha es que en estos casos algún ayudante o jefe de campaña está a cargo de la cuenta.
- Descubridores: Esta campaña les ha permitido descubrir las condiciones en que viven sus electores, los problemas que tienen y los sueños que persiguen. Una sub-categoría son los Emos: vale decir quienes se conmueven con el esfuerzo de Juanita, los sueños de Pedrito o lo logros de Juan, todo en medio de un Chile injusto, desigual y adverso. Ha calado fuerte en ellos la idea del relato que conmueva, del liderazgo empático y afectivo, del reconocimiento del otro. El problema es que muchos personas no solo quieren que se les brinden homenajes virtuales, sino poder interactuar con sus representantes y hacer ver nuestros puntos de vista.
- Cuñeros: Definieron un par de cuñas (slogans) y asumen que las redes cumplen las misma funciones que los postes de las calles… El candidato cuñero siente que la meta se cumple con un me gusta o un retuit. Rara vez se detienen a contestar a quien osa cuestionar su cuña, perciben en ello una amenaza, y no una oportunidad para instalar un debate. Ni que decir de la posibilidad de interactuar con los candidatos con quienes compiten. La palabra debate para ellos solo existe si hay una cámara de TV.
El desaprovechamiento de las redes sociales tiene que ver con su desconocimiento. Se dice que no son masivas todavía: Chile lidera la penetración de Internet en América Latina (41%). Tampoco hay claridad sobre las especificidades de cada red. El alcance Facebook supera el 90% en Chile (EE.UU 80%), lo que nos ubica como líderes nivel mundial en usuarios per cápita. Es una red masiva que requiere por lo tanto una estrategia digital diferente a Twitter, donde el alcance es de 14% (similar al de EE.UU). Esta es, por cierto, una red más acotada, pero que permite instalar temas en la agenda pública. Difícil hacer periodismo político hoy sin una cuenta de Twitter.
Lamentablemente son pocos los candidatos, al menos entre quienes sigo yo, que entienden el poder de las redes para instalar conversaciones que sirvan a sus objetivos, provocar debates que los diferencien y recoger insumos para su campaña (varios ya saben lo que tienen que hacer y no necesitan nada más). Otro aspecto poco explorado es la utilización de las redes para desarrollar causas que- en este caso- sirvan a una estrategia general de campaña. En tal sentido, no he visto la utilización de redes para la captación de fondos, por ejemplo.
La no utilización a fondo de las redes sociales, no solo es un problema de estrategia política en las campañas. Es un déficit en cuanto a entender la nueva política que irrumpe. Ciudadanos y electores que asumen una relación más horizontal y más intensa, lo que abre una oportunidad a la relegitimación de la actividad política. Quienes no lo entienden así debiera seguir concentrándose en los postes de las calles y dejar libres las redes.
Por: Sergio España
Conforme se acerca el 17 de noviembre, se altera el paisaje de las redes sociales. Candidat@s hacen su desembarco intentando captar la atención de un votante cada vez más difícil de capturar. Una aproximación meramente impresionista permite describir tres tipos de candidatos en las redes:
El desaprovechamiento de las redes sociales tiene que ver con su desconocimiento. Se dice que no son masivas todavía: Chile lidera la penetración de Internet en América Latina (41%). Tampoco hay claridad sobre las especificidades de cada red. El alcance Facebook supera el 90% en Chile (EE.UU 80%), lo que nos ubica como líderes nivel mundial en usuarios per cápita. Es una red masiva que requiere por lo tanto una estrategia digital diferente a Twitter, donde el alcance es de 14% (similar al de EE.UU). Esta es, por cierto, una red más acotada, pero que permite instalar temas en la agenda pública. Difícil hacer periodismo político hoy sin una cuenta de Twitter.
Lamentablemente son pocos los candidatos, al menos entre quienes sigo yo, que entienden el poder de las redes para instalar conversaciones que sirvan a sus objetivos, provocar debates que los diferencien y recoger insumos para su campaña (varios ya saben lo que tienen que hacer y no necesitan nada más). Otro aspecto poco explorado es la utilización de las redes para desarrollar causas que- en este caso- sirvan a una estrategia general de campaña. En tal sentido, no he visto la utilización de redes para la captación de fondos, por ejemplo.
La no utilización a fondo de las redes sociales, no solo es un problema de estrategia política en las campañas. Es un déficit en cuanto a entender la nueva política que irrumpe. Ciudadanos y electores que asumen una relación más horizontal y más intensa, lo que abre una oportunidad a la relegitimación de la actividad política. Quienes no lo entienden así debiera seguir concentrándose en los postes de las calles y dejar libres las redes.
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