A Google se le acaba el tiempo. La Comisión Europea ultima el procedimiento que podría derivar en una multa multimillonaria a la empresa presidida por Eric Schmidt. El vicepresidente y titular de Competencia, Joaquín Almunia, reconoció ayer que las explicaciones que ha recibido hasta ahora no le satisfacen en absoluto. “Las últimas propuestas no son aceptables en tanto que no pueden eliminar nuestras preocupaciones”, dijo en una entrevista a RNE. El escenario de una salida amistosa del conflicto parece alejarse. El ultimátum, según señalan fuentes comunitarias a este periódico, vence a finales de enero. Si para entonces la empresa no plantea una oferta aceptable, las autoridades de Competencia se pondría en marcha el procedimiento disciplinario.
“En este momento, queda poco tiempo, pero todavía la pelota está en el lado de Google. Pero dentro de poco tiempo, la pelota se quedará aquí y entonces será el momento de tomar decisiones”, señaló Almunia en la entrevista radiofónica. Tras recibir en octubre las nuevas ofertas de Google, la Comisión comenzó una ronda de consultas con 125 interlocutores, entre los que se incluyen los demandantes y otros sectores destacados del sector. “[La propuesta de Google] no elimina nuestras preocupaciones en lo que afecta a la competencia, y en particular a cómo se tratan a sus rivales en la búsqueda vertical, en la búsqueda de productos de comparadores de precios, de restaurantes…”, añadió el comisario. Su departamento trata de lograr una fórmula en la que Google ofrezca a sus competidores una mayor visibilidad en las búsquedas verticales [aquellas especializadas para un producto o restaurante en particular], deseo que por ahora no se ha visto satisfecho.
La principal preocupación de Bruselas es que, en los resultados de sus búsquedas, Google ofrece vínculos a sus propios buscadores especializados —como Google Shopping, Google Hotel Finder, Google News, Google Finance o Google Flights— y les ofrece un trato preferente respecto a herramientas similares de sus rivales.
Las palabras de Almunia encontraron respuesta en la principal afectada a las pocas horas. Y del comunicado remitido por la multinacional estadounidense no se deduce un gran interés por tratar de apaciguar a las autoridades europeas de Competencia. Google respondió que ya ha realizado “cambios muy significativos” para atender a las preocupaciones de Bruselas por un posible abuso de posición dominante en el mercado de los buscadores de Internet. Entre los cambios que han ofrecido, Google cita una mayor visibilidad de los servicios de sus competidores.
Si Bruselas no da su visto bueno, iniciará el proceso con el envío en los próximos meses de un pliego de cargos. Al final del procedimiento, la Comisión podría imponer una multa de hasta el 10% de su volumen de negocios (unos 5.000 millones de euros). La propuesta que hizo Google en octubre era la segunda después de que la anterior tampoco convenciera. El proceso contra Google ya dura tres años. El otro paquete de soluciones que la empresa presentó el pasado mes de abril dejó fríos a sus competidores, entre otros Microsoft y la web británica Foundem, que acusó a Google de que con los cambios propuestos en lugar de equilibrar el mercado lograría el efecto contrario, es decir, aumentar su posición dominante.
Los rivales de Google señalan que el gigante de las búsquedas no desea cambiar sus “prácticas nocivas”. “Es muy importante que la Comisión Europea utilice esta oportunidad para fortalecer las reglas de competencia y para asegurarse de que se restaure el juego limpio, no solo para las empresas que han resultado perjudicadas, sino también para aportar un mayor abanico de posibilidades de elección a los consumidores e impulsar la economía europea”, señaló David Wood, abogado del lobby Icomp, que agrupa a los competidores de Google, entre ellos Microsoft.
Otro sector que aplaudió las palabras de Almunia fue el de los editores de periódicos y revistas. La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) y la Asociación de Revistas de Información (ARI) mostraron su apoyo “firme y decidido” a las declaraciones del comisario de Competencia; y criticaron los “abusos de Google en competencia, propiedad intelectual, abuso fiscal y violación de privacidad”.
La oferta de Google que tantas críticas ha cosechado se basaba en permitir a sus rivales mostrar sus logotipos y hacer más visibles sus páginas web. Además, en las búsquedas en las que todos los resultados pueden ser de publicidad pagada, la compañía ofreció rebajar los precios mínimos que acepta de los anunciantes de 10 céntimos a tres. También propuso relajar las condiciones por las que se trata de poner obstáculos para que los anunciantes lleven sus campañas a otros motores de búsqueda, como Yahoo! o Bing.
A Google se le acaba el tiempo. La Comisión Europea ultima el procedimiento que podría derivar en una multa multimillonaria a la empresa presidida por Eric Schmidt. El vicepresidente y titular de Competencia, Joaquín Almunia, reconoció ayer que las explicaciones que ha recibido hasta ahora no le satisfacen en absoluto. “Las últimas propuestas no son aceptables en tanto que no pueden eliminar nuestras preocupaciones”, dijo en una entrevista a RNE. El escenario de una salida amistosa del conflicto parece alejarse. El ultimátum, según señalan fuentes comunitarias a este periódico, vence a finales de enero. Si para entonces la empresa no plantea una oferta aceptable, las autoridades de Competencia se pondría en marcha el procedimiento disciplinario.
“En este momento, queda poco tiempo, pero todavía la pelota está en el lado de Google. Pero dentro de poco tiempo, la pelota se quedará aquí y entonces será el momento de tomar decisiones”, señaló Almunia en la entrevista radiofónica. Tras recibir en octubre las nuevas ofertas de Google, la Comisión comenzó una ronda de consultas con 125 interlocutores, entre los que se incluyen los demandantes y otros sectores destacados del sector. “[La propuesta de Google] no elimina nuestras preocupaciones en lo que afecta a la competencia, y en particular a cómo se tratan a sus rivales en la búsqueda vertical, en la búsqueda de productos de comparadores de precios, de restaurantes…”, añadió el comisario. Su departamento trata de lograr una fórmula en la que Google ofrezca a sus competidores una mayor visibilidad en las búsquedas verticales [aquellas especializadas para un producto o restaurante en particular], deseo que por ahora no se ha visto satisfecho.
La principal preocupación de Bruselas es que, en los resultados de sus búsquedas, Google ofrece vínculos a sus propios buscadores especializados —como Google Shopping, Google Hotel Finder, Google News, Google Finance o Google Flights— y les ofrece un trato preferente respecto a herramientas similares de sus rivales.
Las palabras de Almunia encontraron respuesta en la principal afectada a las pocas horas. Y del comunicado remitido por la multinacional estadounidense no se deduce un gran interés por tratar de apaciguar a las autoridades europeas de Competencia. Google respondió que ya ha realizado “cambios muy significativos” para atender a las preocupaciones de Bruselas por un posible abuso de posición dominante en el mercado de los buscadores de Internet. Entre los cambios que han ofrecido, Google cita una mayor visibilidad de los servicios de sus competidores.
Si Bruselas no da su visto bueno, iniciará el proceso con el envío en los próximos meses de un pliego de cargos. Al final del procedimiento, la Comisión podría imponer una multa de hasta el 10% de su volumen de negocios (unos 5.000 millones de euros). La propuesta que hizo Google en octubre era la segunda después de que la anterior tampoco convenciera. El proceso contra Google ya dura tres años. El otro paquete de soluciones que la empresa presentó el pasado mes de abril dejó fríos a sus competidores, entre otros Microsoft y la web británica Foundem, que acusó a Google de que con los cambios propuestos en lugar de equilibrar el mercado lograría el efecto contrario, es decir, aumentar su posición dominante.
Los rivales de Google señalan que el gigante de las búsquedas no desea cambiar sus “prácticas nocivas”. “Es muy importante que la Comisión Europea utilice esta oportunidad para fortalecer las reglas de competencia y para asegurarse de que se restaure el juego limpio, no solo para las empresas que han resultado perjudicadas, sino también para aportar un mayor abanico de posibilidades de elección a los consumidores e impulsar la economía europea”, señaló David Wood, abogado del lobby Icomp, que agrupa a los competidores de Google, entre ellos Microsoft.
Otro sector que aplaudió las palabras de Almunia fue el de los editores de periódicos y revistas. La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) y la Asociación de Revistas de Información (ARI) mostraron su apoyo “firme y decidido” a las declaraciones del comisario de Competencia; y criticaron los “abusos de Google en competencia, propiedad intelectual, abuso fiscal y violación de privacidad”.
La oferta de Google que tantas críticas ha cosechado se basaba en permitir a sus rivales mostrar sus logotipos y hacer más visibles sus páginas web. Además, en las búsquedas en las que todos los resultados pueden ser de publicidad pagada, la compañía ofreció rebajar los precios mínimos que acepta de los anunciantes de 10 céntimos a tres. También propuso relajar las condiciones por las que se trata de poner obstáculos para que los anunciantes lleven sus campañas a otros motores de búsqueda, como Yahoo! o Bing.
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