El informe preliminar del estudio de mercado sobre notarios realizado por la Fiscalía Nacional Económica dejó al descubierto ciertos síntomas de una enfermedad que ya era identificada por todos, pero que carecía de un diagnóstico especializado: un exceso de burocracia, poca competencia y altos costos asociados a la tramitación de todo el papeleo legal que hacen los chilenos en el día a día.
Entre otras cosas, este estudio concluyó que la intensidad de competencia en este mercado es insuficiente, que las personas demoran en promedio 1 hora y 13 minutos en realizar trámites, que los aranceles vigentes no se cumplen y que las rentas obtenidas por quienes prestan los servicios son elevadas. Este diagnóstico se puede replicar en otras instituciones que funcionan de forma similar a las notarías, como son los Conservadores de Bienes Raíces, quienes ya anunciaron el inicio de un proceso de digitalización de sus servicios.
Sin embargo, estos vicios burocráticos afectan a muchas otras instituciones del Estado, generando en los usuarios una sensación de poca productividad, estancamiento y gasto innecesario de recursos, lo que afecta directamente a la imagen que tiene la gente del aparato estatal y sus trabajadores. De hecho, un estudio de la consultora Microsystem de 2016 encargado por el Ministerio de Hacienda, estableció que el gasto aproximado por horas hombres destinado a la realización de papeleo burocrático superaba los mil millones de dólares al año.
Es aquí donde la tecnología viene a cumplir un rol fundamental y se abre como un gran abanico de alternativas para buscar una solución adecuada y pronta a este problema. Una de estas alternativas es blokchain (cadena de bloques) que, básicamente, es una base de datos distribuida cuya estructura permite validar efectivamente toda la información contenida, sin la necesidad de contar con un tercero que haga esta tarea.
Pero, ¿cómo funciona y cómo puede ayudar a descomprimir el aparato público? No es simple. Blockchain, que es el soporte de las tan mencionadas criptomonedas, ingresa la información a bloques interconectados, los que están replicados exactamente en una vasta red de nodos (servidores o grupos de computadores). Esta red de nodos está configurada para validar o rechazar el ingreso de información, haciendo innecesario contar con un tercero que lo haga y manteniendo la información con la certeza de que efectivamente son veraces, a su vez que la red mantiene los datos de manera inalterable, actualizada en tiempo real y siempre descentralizada o distribuida en los múltiples nodos (lo que la hace mucho más difícil de hackear).
De esta forma, no necesitamos a un agente validador centralizado, ya que cada usuario puede validar de forma independiente todos los registros ingresados a la red blockchain, porque la información histórica no puede ser borrada ni modificada. Por ejemplo, con la aplicación de esta tecnología podríamos prescindir de los notarios al momento de realizar algunos de los trámites más comunes, como la certificación de un título profesional o la transferencia de vehículos, ya que no se requeriría de la validación de un tercero (notario) que dé fe de esta transacción.
Lo mismo sucede con los procesos de compra y venta de inmuebles, los que con la implementación de esta tecnología dejaría constancia inmediata del traspaso de una propiedad, terminando con el demoroso y costoso trámite que hay que realizar en el Conservador de Bienes Raíces.
Con esta tecnología además podríamos transparentar de forma certera e inalterable las gestiones y el trabajo realizado por los distintos organismos públicos, con sus indicadores y todas las cifras recopiladas, disminuyendo la posibilidad que esta información sea utilizada de forma maliciosa con otros fines (políticos, por ejemplo).
También, ante una posible implementación de voto electrónico (que de seguro sucederá en algún momento), esta es la tecnología más segura para evitar cualquier tipo de fraude y manipulación de la información.
Ahora que el Presidente Piñera anunció públicamente la creación del Consejo Asesor para la Modernización del Estado (el que deberá presentar sus primeras propuestas en 100 días), es el momento que estas nuevas tecnologías que están a la vanguardia de la innovación, sean vistas como una opción real en un Chile que debe mirar al futuron y velar por el bien de todos sus ciudadanos.
Fuente
El informe preliminar del estudio de mercado sobre notarios realizado por la Fiscalía Nacional Económica dejó al descubierto ciertos síntomas de una enfermedad que ya era identificada por todos, pero que carecía de un diagnóstico especializado: un exceso de burocracia, poca competencia y altos costos asociados a la tramitación de todo el papeleo legal que hacen los chilenos en el día a día.
Entre otras cosas, este estudio concluyó que la intensidad de competencia en este mercado es insuficiente, que las personas demoran en promedio 1 hora y 13 minutos en realizar trámites, que los aranceles vigentes no se cumplen y que las rentas obtenidas por quienes prestan los servicios son elevadas. Este diagnóstico se puede replicar en otras instituciones que funcionan de forma similar a las notarías, como son los Conservadores de Bienes Raíces, quienes ya anunciaron el inicio de un proceso de digitalización de sus servicios.
Sin embargo, estos vicios burocráticos afectan a muchas otras instituciones del Estado, generando en los usuarios una sensación de poca productividad, estancamiento y gasto innecesario de recursos, lo que afecta directamente a la imagen que tiene la gente del aparato estatal y sus trabajadores. De hecho, un estudio de la consultora Microsystem de 2016 encargado por el Ministerio de Hacienda, estableció que el gasto aproximado por horas hombres destinado a la realización de papeleo burocrático superaba los mil millones de dólares al año.
Es aquí donde la tecnología viene a cumplir un rol fundamental y se abre como un gran abanico de alternativas para buscar una solución adecuada y pronta a este problema. Una de estas alternativas es blokchain (cadena de bloques) que, básicamente, es una base de datos distribuida cuya estructura permite validar efectivamente toda la información contenida, sin la necesidad de contar con un tercero que haga esta tarea.
Pero, ¿cómo funciona y cómo puede ayudar a descomprimir el aparato público? No es simple. Blockchain, que es el soporte de las tan mencionadas criptomonedas, ingresa la información a bloques interconectados, los que están replicados exactamente en una vasta red de nodos (servidores o grupos de computadores). Esta red de nodos está configurada para validar o rechazar el ingreso de información, haciendo innecesario contar con un tercero que lo haga y manteniendo la información con la certeza de que efectivamente son veraces, a su vez que la red mantiene los datos de manera inalterable, actualizada en tiempo real y siempre descentralizada o distribuida en los múltiples nodos (lo que la hace mucho más difícil de hackear).
De esta forma, no necesitamos a un agente validador centralizado, ya que cada usuario puede validar de forma independiente todos los registros ingresados a la red blockchain, porque la información histórica no puede ser borrada ni modificada. Por ejemplo, con la aplicación de esta tecnología podríamos prescindir de los notarios al momento de realizar algunos de los trámites más comunes, como la certificación de un título profesional o la transferencia de vehículos, ya que no se requeriría de la validación de un tercero (notario) que dé fe de esta transacción.
Lo mismo sucede con los procesos de compra y venta de inmuebles, los que con la implementación de esta tecnología dejaría constancia inmediata del traspaso de una propiedad, terminando con el demoroso y costoso trámite que hay que realizar en el Conservador de Bienes Raíces.
Con esta tecnología además podríamos transparentar de forma certera e inalterable las gestiones y el trabajo realizado por los distintos organismos públicos, con sus indicadores y todas las cifras recopiladas, disminuyendo la posibilidad que esta información sea utilizada de forma maliciosa con otros fines (políticos, por ejemplo).
También, ante una posible implementación de voto electrónico (que de seguro sucederá en algún momento), esta es la tecnología más segura para evitar cualquier tipo de fraude y manipulación de la información.
Ahora que el Presidente Piñera anunció públicamente la creación del Consejo Asesor para la Modernización del Estado (el que deberá presentar sus primeras propuestas en 100 días), es el momento que estas nuevas tecnologías que están a la vanguardia de la innovación, sean vistas como una opción real en un Chile que debe mirar al futuron y velar por el bien de todos sus ciudadanos.
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