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#Bitcoin: drogas, lavado de dinero, venta de armas y pornografía infantil = lo mismo que puedes hacer con dólares

Carlos Castillo para Manzana Mecánica

Primero una introducción por si has estado viviendo aislado en una cueva durante el último año: Bitcoin es una criptomoneda o moneda criptográfica completamente descentralizada. Funciona sobre una red P2P que permite intercambios entre pares que sólo necesitan identificarse mediante un alias (una dirección Bitcoin). Un usuario puede tener múltiples direcciones. Todas las transacciones son públicas y quedan grabadas en la red de Bitcoin, lo que significa que es trivial rastrear los intercambios entre distintas direcciones. Existen mercados que permiten además intercambiar Bitcoins por otras monedas, como MtGox y Bitstamp.

Bitcoin ha generado un enorme mercado especulativo. Entre abril y mayo de este año la moneda alcanzó a transarse por USD$200 para luego caer a USD$100 y mantenerse relativamente estable en ese precio hasta octubre. En los últimos meses, ha subido hasta USD$1000 y más: USD$1200 a comienzos de diciembre, para caer a USD$700 en los últimos días. Si no eres economista te preguntarás cuál es el valor de un Bitcoin. Al igual que un billete de papel, los Bitcoin no tienen un valor en sí mismos, sino que adquieren valor como un medio de intercambio.

Actualmente Bitcoin está en su segunda burbuja, tal vez ya reventada para cuando este artículo se publique. La teoría es que dado que no hay un ente centralizado que regule el precio de la moneda, el precio de los Bitcoin siempre oscilará, a veces bruscamente. Por otra parte hay personas que tienen millones de dólares en Bitcoins, así que de alguna manera es posible que esas personas eventualmente actúen intentando regular el mercado, por su propio interés. Pero incluso sin su intervención, como medio de intercambio no importa si el precio sube o baja 10 veces de valor cada pocas semanas. Mientras se mantenga estable en general por el tiempo que toma realizar una transacción, es suficiente. Por ejemplo, el precio cercano a 100 dólares se mantuvo estable durante varios meses. Como medio de acumulación, sin embargo, las bruscas variaciones de precio no lo hacen muy atractivo.

¿Qué tan anónimo es Bitcoin? No mucho. Cada moneda y fracción de moneda es identificable, así que si pagas algo con Bitcoin, es posible rastrear esa moneda hasta la dirección del que la obtuvo a cambio de dinero real. Luego, para una agencia gubernamental es posible exigir a esa persona tus datos — por ejemplo, usando el número de la cuenta o de la tarjeta de crédito que usaste para pagar por los Bitcoins. Yo diría que Bitcoin es más anónimo que pagar con tarjeta de crédito (encontrarte requiere más recursos para un atacante), pero menos anónimo que pagar con efectivo (que tampoco es tan anónimo porque tienes que encontrarte cara a cara con el vendedor).

Para los más paranoicos, existen servicios que mezclan tus monedas con las de otros y luego te las devuelven después de tomar una comisión. Hay extensiones propuestas como Zerocoin que agregan una capa de anonimato, básicamente incorporando este proceso de mezclado/lavado de dinero en la misma red.

¿Qué puedes hacer con Bitcoin? Actualmente y en el corto plazo la actividad más frecuente será especular: retener Bitcoins esperando que suban de precio, comprar cuando haya una caída, etc. En ese sentido los Bitcoins son más ítems de coleccionista, como sellos, que moneda.

También puedes usar Bitcoin u otras criptomonedas para enviar dinero a otro país evitando los costos de transacción, que son en general muy altos, típicamente en torno a 4% en bancos y 6% en tiendas de envío de dinero. En el caso de que hayan controles al movimiento de dinero, puedes poner tus Bitcoins en un archivo encriptado en la nube (o en un pen drive) y cruzar cualquier frontera potencialmente con millones de dólares, sin que nadie sepa que los llevas.

¿Qué puedes comprar con Bitcoin? Actualmente hay muchas tiendas que aceptan Bitcoin por toda clase de bienes y servicios. Como la moneda es tan volátil, estas tiendas actualizan sus precios prácticamente en tiempo real. No hay muchos motivos para usar Bitcoins para compras que puedes hacer con otros medios de pago, pero creo que hay ciertos escenarios en que usar Bitcoin como medio de pago es buena alternativa:

  • Pagar por una subscripción a un proxy o VPN, especialmente si vives en un país donde la vigilancia y/o el filtrado de Internet es particularmente agresivo.
  • Pagar por alojamiento de sitios web, en casos en que no quieres que se te asocie con el material que publicas ahí.
  • Hacer una donación a una organización con la cual no quieres que se te asocie porque social o laboralmente puede ser un problema.
  • Comprar acceso para alguna actividad online que preferirías mantener en privado (ej.: apuestas online, pornografía, y otras actividades contrarias a las buenas costumbres).
Hemos visto en el caso de la NSA y Snowden que la prensa de alguna manera asocia la privacidad de los ciudadanos con actividades antisociales. En ese sentido, los medios no ejercen una función crítica sino que, mayoritariamente, aceptan la retórica de los gobiernos de que lo único que quieren es “protegernos” y que para protegernos necesitan saber todo acerca de todos.

Puedes usar Bitcoin para pagar por pornografía infantil. Esta verdad a medias (porque puedes usar dólares, euros, yenes y cualquier otra moneda para pagar por pornografía infantil) es suficiente para darle un argumento a cualquiera que quiera controlar este mercado. Los gobiernos lo usarán cuando sea necesario, la prensa lo repetirá, las entidades reguladoras entrarán al baile.

Controlar el flujo de dinero incluye controlar el flujo de Bitcoin

En este momento, las transacciones totales de la red Bitcoin, incluso al valor actual que es bastante alto, no superan las pocas decenas de millones de dólares al día. Es una hazaña notable para un concepto completamente nuevo, pero la cantidad es totalmente despreciable para las entidades reguladoras nacionales e internacionales, sobretodo si consideramos que no tienen claro qué deberían hacer. La consigna es esperar y ver qué sucede.

Bitcoin es sólo el comienzo. El concepto de una moneda virtual descentralizada está siendo usado para crear otras tecnologías y otras monedas como Litecoin. Por ahora, las monedas alternativas a Bitcoin son básicamente clones con variaciones en parámetros como el total en circulación o la dificultad de cada problema. El mismo protocolo de Bitcoin requerirá ajustes si la cantidad de transacciones diarias continúa aumentando. Pronto pueden aparecer otras monedas que incorporen conceptos nuevos como la mencionada Zerocoin. Además mover dinero de una criptodenominación a otra es trivial.

Hay varias alternativas para detener Bitcoin. La más ingenua es prohibir Bitcoin. Buena suerte con eso, porque Bitcoin es una red P2P y hasta ahora los resultados frenando las redes P2P de compartir archivos han sido bastante magros, por decir lo menos. Si bien puede ser relativamente fácil identificar a alguien en una red P2P, al haber millones de usuarios el costo de perseguir legalmente a cada uno es prohibitivo.

Algo más razonable, especialmente si lo que le importa al regulador son las grandes cantidades, es prohibir a los bancos operar con esta moneda, como hizo China hace poco.

El gobierno de EEUU ha tomado una postura diferente, obligando a los operadores que cambian dólares por Bitcoin a registrarse como Negocios de Servicios Monetarios (NSM). Esto les permite aplicar a estas instituciones todo tipo de regulaciones relacionadas con el blanqueo de dinero. Pero hay que notar que muchos intercambios de Bitcoin ocurren entre particulares, con lo cual incluso si se le prohibiese a los NSM intercambiar Bitcoins esto no tendría la moneda.

Una idea más radical sería castigar a las tiendas que ofrezcan bienes o servicios a cambio de Bitcoin. Aquí viene la parte interesante, y es que EEUU por ahora no tiene ninguna intención de prohibir las criptomonedas. Por una parte, no quieren que todo el potencial negocio que estas criptomonedas generan y generarán se vaya a otros países. Además, en un raro arranque de claridad (que hasta el momento no han tenido en su política sobre drogas), entienden que mantener el mercado de criptomonedas dentro del sistema legal les permite observar con mucho más detalle el movimiento de dinero que si empujan Bitcoin al mercado negro.

Las conclusiones que se pueden sacar de esto son dos. Primero, que si bien entidades de nivel nacional pueden agregar fricción al mercado de Bitcoin y las criptomonedas que vendrán en el futuro, es imposible detenerlas. Segundo, que incluso si grandes acuerdos internacionales llegan a ocurrir para frenar las criptomonedas, será bastante tarde en comparación con la rápida evolución de estas tecnologías.

Fuentes: BBC, Wired, New Yorker.