El informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a unos 450 bancos e instituciones financieras en más de 70 países, anunció que la regulación elevada de los intercambios del bitcóin y sus transacciones podrían fortalecer su legitimidad entre los consumidores y solucionar las dudas reguladoras al respecto, pero existen varios problemas que no pueden permitir un amplio uso de la moneda virtual, informa la agencia AFP.
Por el momento, la divisa digital se enfrenta a una resistencia significativa en países como China. Y debido a que la mayoría del mercado está dominado por los especuladores, el valor del bitcóin en otras divisas es particularmente volátil, según el informe del IIF. En un mercado con un valor de alrededor de 12.000 millones de dólares “se estima que del 50 al 90% de los propietarios de bitcoines son especuladores, lo que contribuye a las fluctuaciones de precios sustanciales recientes”, revela el reporte.
Así, en tan solo tres días en diciembre se produjo una fuerte caída del curso de la divisa digital desde un máximo de 1.240 a los 576 dólares, después de que China prohibió a sus instituciones financieras utilizar la moneda. Desde entonces el bitcóin se ha recuperado, superando el índice de los 1.000 dólares a principios de esta semana. No obstante, “Si sigue así, esta alta volatilidad va a perjudicar la capacidad del bitcóin para funcionar como un medio de intercambio, ya que disuade a las empresas más grandes”, informó el IIF.
A diferencia de otras monedas, el bitcóin no tiene el respaldo de un banco central o un gobierno. En cambio, las unidades son generadas por un algoritmo informático complejo diseñado por una o más personas anónimas en 2009. Por esta causa, su funcionalidad y el éxito final “están determinados por los programadores y su buena voluntad se da por sentado”, dicen los financistas.
En el IIF caracterizan al bitcóin como una “moneda fiduciaria”, sin un valor intrínseco y dependiente de la confianza de que se puede cambiar por una moneda más común como el dólar. Eso convierte al bitcóin en una divisa “extremadamente frágil”.
“A pesar de sus ‘funciones ingeniosas’, el bitcóin no puede ser una moneda de valor estable y su uso en calidad de medio de intercambio ampliamente aceptado parece limitado”, concluyó el informe.
El informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a unos 450 bancos e instituciones financieras en más de 70 países, anunció que la regulación elevada de los intercambios del bitcóin y sus transacciones podrían fortalecer su legitimidad entre los consumidores y solucionar las dudas reguladoras al respecto, pero existen varios problemas que no pueden permitir un amplio uso de la moneda virtual, informa la agencia AFP.
Por el momento, la divisa digital se enfrenta a una resistencia significativa en países como China. Y debido a que la mayoría del mercado está dominado por los especuladores, el valor del bitcóin en otras divisas es particularmente volátil, según el informe del IIF. En un mercado con un valor de alrededor de 12.000 millones de dólares “se estima que del 50 al 90% de los propietarios de bitcoines son especuladores, lo que contribuye a las fluctuaciones de precios sustanciales recientes”, revela el reporte.
Así, en tan solo tres días en diciembre se produjo una fuerte caída del curso de la divisa digital desde un máximo de 1.240 a los 576 dólares, después de que China prohibió a sus instituciones financieras utilizar la moneda. Desde entonces el bitcóin se ha recuperado, superando el índice de los 1.000 dólares a principios de esta semana. No obstante, “Si sigue así, esta alta volatilidad va a perjudicar la capacidad del bitcóin para funcionar como un medio de intercambio, ya que disuade a las empresas más grandes”, informó el IIF.
A diferencia de otras monedas, el bitcóin no tiene el respaldo de un banco central o un gobierno. En cambio, las unidades son generadas por un algoritmo informático complejo diseñado por una o más personas anónimas en 2009. Por esta causa, su funcionalidad y el éxito final “están determinados por los programadores y su buena voluntad se da por sentado”, dicen los financistas.
En el IIF caracterizan al bitcóin como una “moneda fiduciaria”, sin un valor intrínseco y dependiente de la confianza de que se puede cambiar por una moneda más común como el dólar. Eso convierte al bitcóin en una divisa “extremadamente frágil”.
“A pesar de sus ‘funciones ingeniosas’, el bitcóin no puede ser una moneda de valor estable y su uso en calidad de medio de intercambio ampliamente aceptado parece limitado”, concluyó el informe.
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