Estados Unidos decidió retirar ayer las protecciones para garantizar la neutralidad de la red, y esto puede afectar a todos los usuarios de los servicios que operan allí. Se trata de una muy mala noticia para todos, incluyendo la mayoría de sectores que dependen de que podamos tener un acceso libre e igualitario a la red.
Por ejemplo, sin nada que proteja la neutralidad de la red, las operadoras tienen en sus manos el potencial de acabar con el Bitcoin o cualquier otra criptomoneda. El mundo de la ciencia también ha expresado su preocupación, e incluso sectores como el de los videojuegos podrían sufrir las consecuencias.
El fin de neutralidad de la red y el Bitcoin
Muchos expertos llevan semanas advirtiéndolo de que el fin de la neutralidad de la red puede ser una muy mala noticia para el mundo de la cadena de bloques y las criptomonedas. Y todo porque ahora las operadoras tienen libertad para atacar directamente a su línea de flotación, los nodos, ralentizando a los usuarios que las minan y ayudan a mantener su ecosistema.
Las operadoras estadounidenses también tienen ahora la capacidad de bloquear el acceso a las páginas de intercambio o las de compraventa de criptomonedas. Teniendo en cuenta la importancia del mercado estadounidense para este tipo de servicios, estos bloqueos podrían afectar a cómo funcionan en el resto del mundo, e incluso provocar que algunas desaparecieran.
También hay expertos que avisan de que las ISP también tendrán el potencial para controlar la velocidad de las transacciones, e incluso crear y priorizar sus propios criptomonedas. Aún estamos lejos de ello y no tiene por qué ser algo que pase de un día para otro, pero ahora hay libertad para dar pasos en esa dirección.
La ciencia también podría verse influida
La ciencia y la salud también pueden verse muy perjudicadas. Así lo ha expuesto a principios de semana la revista Nature en un editorial. En él empiezan rebatiendo el argumento de la FCC de que el un Internet de dos velocidades podría ayudar a la telemedicina. Según este medio, la telemedicina ya podía mejorarse con la legislación anterior, y lo único que cambia ahora es que las grandes farmacéuticas pueden tomar el control.
Según Nature, las grandes farmacéuticas podrían perseguir aumentar sus beneficios, por ejemplo, pagando a las ISP para dirigir a los usuarios hacia sus productos. Esto, como siempre, acabaría con una competencia que es vital para el correcto funcionamiento de cualquier industria.
La publicación admite que muchas de las consecuencias son impredecibles, y que esa inseguridad hace que no haya un debate claro en contra de la neutralidad en el sector científico. Sin embargo expresa algunos miedos del sector como la posibilidad de que darle a las operadoras el poder para administrar el contenido puede ser una amenaza para las publicaciones académicas y la investigación.
Los cambios afectarán a todo el tráfico que circula por Estados Unidos, incluido el que va y viene de otras partes de América. Así, por ejemplo, los terabytes de datos enviados desde los telescopios de Chile a físicos europeos podrían quedarse atrapados en el carril lento de Internet si las operadoras priorizan otros tráficos como el de las redes sociales, o hacer que estudiantes y universidades de zonas pobres tengan que pagar tarifas prohibitivas para acceder a ciertos datos.
Tampoco será bueno para el mundo gamer
La industria de los videojuegos mueve millones de dólares al año en Estados Unidos, y los efectos de matar la neutralidad de la red también pueden dejarles algunos escenarios bastante negativos. Uno de ellos lo exponen en Motherload, y es que las operadoras acaben comercializando packs para acabar con el lag de las partidas online.
Si los micropagos en los videojuegos cada vez es un problema mayor, imagínate que para poder ganar partidas online tengas que pagarle también a tu operadora de turno. Eso podría ser una realidad si reducen las velocidades de las conexiones y luego favorecen únicamente a quienes paguen para poder jugar a toda velocidad.
Todo esto se debe a la latencia. Un jugador puede vivir cerca de uno de los servidores de su juego favorito, pero por varias razones su tráfico puede tomar desvíos de cientos de kilómetros antes de llegar al servidor. Este viaje innecesario crea una latencia que produce lag en las partidas online, algo que en un futuro próximo quizá te puedas ahorrar con un pago extra para que la operadora no te haga tomar esos caminos.
Esta idea puede ser atractiva para quien esté dispuesto a pagar por ello, pero crea desigualdades en la manera en la que los usuarios acceden a Internet, e impiden que los usuarios con menos poder adquisitivo pueda jugar online con igualdad de condiciones. Habría que crear partidas para ricos y partidas para pobres, algo que afectaría al final a todos los usuarios del resto de países.
Y claro, con el control absoluto del tráfico las operadoras también podrán chantajear a los estudios para que estos tengan que pagar a cambio de que su juego o plataforma online de juegos pueda tener unas velocidades adecuadas para sus usuarios. Algo que afectará también a la competencia y podría acabar beneficiando a las desarrolladores con mayor capacidad económica.
Y así prácticamente con todo
Y todos estos ejemplos que hemos utilizado para hablar de criptomonedas, ciencia y videojuegos son aplicables para prácticamente cualquier industria que dependa de Internet. Desde las plataformas de streaming de contenidos digitales hasta las de pagos online. Estados Unidos es un mercado lo suficientemente grande como para que las decisiones de sus operadoras afecten a la salud de compañías internacionales y su funcionamiento en el resto del mundo.
Estos cambios no tienen por qué ser repentinos ni pasar de un día a otro, pero son escenarios que pueden darse en un futuro próximo paso a paso. Las operadoras simplemente pueden ir lanzando nuevos servicios que le alegran la vida a quien puedan pagarlos, y con ellos poco a poco pueden irse creando cada vez más desigualdades entre los usuarios.
Estados Unidos decidió retirar ayer las protecciones para garantizar la neutralidad de la red, y esto puede afectar a todos los usuarios de los servicios que operan allí. Se trata de una muy mala noticia para todos, incluyendo la mayoría de sectores que dependen de que podamos tener un acceso libre e igualitario a la red.
Por ejemplo, sin nada que proteja la neutralidad de la red, las operadoras tienen en sus manos el potencial de acabar con el Bitcoin o cualquier otra criptomoneda. El mundo de la ciencia también ha expresado su preocupación, e incluso sectores como el de los videojuegos podrían sufrir las consecuencias.
El fin de neutralidad de la red y el Bitcoin
Muchos expertos llevan semanas advirtiéndolo de que el fin de la neutralidad de la red puede ser una muy mala noticia para el mundo de la cadena de bloques y las criptomonedas. Y todo porque ahora las operadoras tienen libertad para atacar directamente a su línea de flotación, los nodos, ralentizando a los usuarios que las minan y ayudan a mantener su ecosistema.
Las operadoras estadounidenses también tienen ahora la capacidad de bloquear el acceso a las páginas de intercambio o las de compraventa de criptomonedas. Teniendo en cuenta la importancia del mercado estadounidense para este tipo de servicios, estos bloqueos podrían afectar a cómo funcionan en el resto del mundo, e incluso provocar que algunas desaparecieran.
También hay expertos que avisan de que las ISP también tendrán el potencial para controlar la velocidad de las transacciones, e incluso crear y priorizar sus propios criptomonedas. Aún estamos lejos de ello y no tiene por qué ser algo que pase de un día para otro, pero ahora hay libertad para dar pasos en esa dirección.
La ciencia también podría verse influida
La ciencia y la salud también pueden verse muy perjudicadas. Así lo ha expuesto a principios de semana la revista Nature en un editorial. En él empiezan rebatiendo el argumento de la FCC de que el un Internet de dos velocidades podría ayudar a la telemedicina. Según este medio, la telemedicina ya podía mejorarse con la legislación anterior, y lo único que cambia ahora es que las grandes farmacéuticas pueden tomar el control.
Según Nature, las grandes farmacéuticas podrían perseguir aumentar sus beneficios, por ejemplo, pagando a las ISP para dirigir a los usuarios hacia sus productos. Esto, como siempre, acabaría con una competencia que es vital para el correcto funcionamiento de cualquier industria.
La publicación admite que muchas de las consecuencias son impredecibles, y que esa inseguridad hace que no haya un debate claro en contra de la neutralidad en el sector científico. Sin embargo expresa algunos miedos del sector como la posibilidad de que darle a las operadoras el poder para administrar el contenido puede ser una amenaza para las publicaciones académicas y la investigación.
Los cambios afectarán a todo el tráfico que circula por Estados Unidos, incluido el que va y viene de otras partes de América. Así, por ejemplo, los terabytes de datos enviados desde los telescopios de Chile a físicos europeos podrían quedarse atrapados en el carril lento de Internet si las operadoras priorizan otros tráficos como el de las redes sociales, o hacer que estudiantes y universidades de zonas pobres tengan que pagar tarifas prohibitivas para acceder a ciertos datos.
Tampoco será bueno para el mundo gamer
La industria de los videojuegos mueve millones de dólares al año en Estados Unidos, y los efectos de matar la neutralidad de la red también pueden dejarles algunos escenarios bastante negativos. Uno de ellos lo exponen en Motherload, y es que las operadoras acaben comercializando packs para acabar con el lag de las partidas online.
Si los micropagos en los videojuegos cada vez es un problema mayor, imagínate que para poder ganar partidas online tengas que pagarle también a tu operadora de turno. Eso podría ser una realidad si reducen las velocidades de las conexiones y luego favorecen únicamente a quienes paguen para poder jugar a toda velocidad.
Todo esto se debe a la latencia. Un jugador puede vivir cerca de uno de los servidores de su juego favorito, pero por varias razones su tráfico puede tomar desvíos de cientos de kilómetros antes de llegar al servidor. Este viaje innecesario crea una latencia que produce lag en las partidas online, algo que en un futuro próximo quizá te puedas ahorrar con un pago extra para que la operadora no te haga tomar esos caminos.
Esta idea puede ser atractiva para quien esté dispuesto a pagar por ello, pero crea desigualdades en la manera en la que los usuarios acceden a Internet, e impiden que los usuarios con menos poder adquisitivo pueda jugar online con igualdad de condiciones. Habría que crear partidas para ricos y partidas para pobres, algo que afectaría al final a todos los usuarios del resto de países.
Y claro, con el control absoluto del tráfico las operadoras también podrán chantajear a los estudios para que estos tengan que pagar a cambio de que su juego o plataforma online de juegos pueda tener unas velocidades adecuadas para sus usuarios. Algo que afectará también a la competencia y podría acabar beneficiando a las desarrolladores con mayor capacidad económica.
Y así prácticamente con todo
Y todos estos ejemplos que hemos utilizado para hablar de criptomonedas, ciencia y videojuegos son aplicables para prácticamente cualquier industria que dependa de Internet. Desde las plataformas de streaming de contenidos digitales hasta las de pagos online. Estados Unidos es un mercado lo suficientemente grande como para que las decisiones de sus operadoras afecten a la salud de compañías internacionales y su funcionamiento en el resto del mundo.
Estos cambios no tienen por qué ser repentinos ni pasar de un día a otro, pero son escenarios que pueden darse en un futuro próximo paso a paso. Las operadoras simplemente pueden ir lanzando nuevos servicios que le alegran la vida a quien puedan pagarlos, y con ellos poco a poco pueden irse creando cada vez más desigualdades entre los usuarios.
Compartir esto: