Estados Unidos y la Unión Europea abrieron hoy en la ciudad estadounidense de Miami la undécima ronda de negociaciones del Tratado Transatlántico de libre comercio e inversiones (TTIP), un acuerdo que ambas partes consideran “estratégico” para liderar el comercio mundial.
Las negociaciones se llevan a cabo en un marco donde recientemente el país norteamericano con otros once países del Pacífico acordaron el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que crea, de momento, la mayor zona de libre comercio del mundo, representando un 40% del PIB mundial.
Desde hoy y hasta el próximo viernes, las sesiones de trabajo bilaterales abordan temas clave como aranceles, regulación de servicios públicos y determinados productos agrarios, pero han dejado fuera de la agenda el polémico punto de los tribunales de arbitraje para dirimir conflictos entre Estados y empresas.
Para Estados Unidos, el TTIP con la Unión Europea es “una opción estratégica” para liderar el comercio mundial y construir el “mayor acuerdo de libre comercio regional en el mundo”, según destacó hoy en las redes sociales el embajador de la misión comercial de EE.UU. ante la UE, Tony Gardner.
Gardner destacó también que la “parte esencial” de la nueva agenda transatlántica se articula sobre la base del “compromiso” de “construir puentes a través del Atlántico”.
En esta undécima ronda está previsto que la Unión Europea presente una nueva oferta sobre tarifas y se ahonde en la ofertas de servicios públicos y esquemas de regulación, según avanzó la semana pasada en Bruselas la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
En la misma línea que Gardner, Malmström apuntó hoy que este tratado de libre comercio entre EE.UU. y la UE supone una “estrategia” para que el bloque europeo “se comprometa con el mundo” de una manera “amplia y profunda”.
Sin embargo, la agenda de Miami no será ni mucho menos completa, y quedará fuera de la ronda de negociaciones el espinoso tema del mecanismo de arbitraje de eventuales disputas entre Estados e inversores.
Otro de los aspectos más controvertidos sobre la mesa será, en concreto, la negociación sobre qué servicios públicos pueden ser privatizados, cuestión que desata todo tipo de temores en organizaciones sociales y sindicales y en algunos países de la UE.
Desde los órganos de gobierno comunitarios en Bruselas se observan con cautela los recelos al TTIP, en particular en lo que pueda afectar al desarrollo sostenible o al respeto de las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Desde la Comisión Europea (CE) se ha insistido en los últimos días en el objetivo de que las negociaciones comerciales sean más transparentes y estén abiertas al “escrutinio público”.
De esta forma, la CE quiere mostrar su sensibilidad ante las protestas y manifestaciones multitudinarias que en las últimas semanas se han producido en algunas ciudades europeas en contra del TTIP.
El TTIP es un acuerdo comercial y de inversión integral que es visto en Estados Unidos como una excelente plataforma para incrementar el acceso a los mercados europeos de los bienes y servicios estadounidenses.
La UE y EE.UU. quieren intentar concluir la negociación del TTIP para finales de 2016, sin que todavía se conozca cuándo se podrá presentar un texto consolidado a los sectores ni la fecha exacta de la próxima ronda.
Actualmente, la actividad económica conjunta de Estados Unidos y la UE representa el 60 % del Producto Interior Bruto (PIB) global.
Estados Unidos y la Unión Europea abrieron hoy en la ciudad estadounidense de Miami la undécima ronda de negociaciones del Tratado Transatlántico de libre comercio e inversiones (TTIP), un acuerdo que ambas partes consideran “estratégico” para liderar el comercio mundial.
Las negociaciones se llevan a cabo en un marco donde recientemente el país norteamericano con otros once países del Pacífico acordaron el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que crea, de momento, la mayor zona de libre comercio del mundo, representando un 40% del PIB mundial.
Desde hoy y hasta el próximo viernes, las sesiones de trabajo bilaterales abordan temas clave como aranceles, regulación de servicios públicos y determinados productos agrarios, pero han dejado fuera de la agenda el polémico punto de los tribunales de arbitraje para dirimir conflictos entre Estados y empresas.
Para Estados Unidos, el TTIP con la Unión Europea es “una opción estratégica” para liderar el comercio mundial y construir el “mayor acuerdo de libre comercio regional en el mundo”, según destacó hoy en las redes sociales el embajador de la misión comercial de EE.UU. ante la UE, Tony Gardner.
Gardner destacó también que la “parte esencial” de la nueva agenda transatlántica se articula sobre la base del “compromiso” de “construir puentes a través del Atlántico”.
En esta undécima ronda está previsto que la Unión Europea presente una nueva oferta sobre tarifas y se ahonde en la ofertas de servicios públicos y esquemas de regulación, según avanzó la semana pasada en Bruselas la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
En la misma línea que Gardner, Malmström apuntó hoy que este tratado de libre comercio entre EE.UU. y la UE supone una “estrategia” para que el bloque europeo “se comprometa con el mundo” de una manera “amplia y profunda”.
Sin embargo, la agenda de Miami no será ni mucho menos completa, y quedará fuera de la ronda de negociaciones el espinoso tema del mecanismo de arbitraje de eventuales disputas entre Estados e inversores.
Otro de los aspectos más controvertidos sobre la mesa será, en concreto, la negociación sobre qué servicios públicos pueden ser privatizados, cuestión que desata todo tipo de temores en organizaciones sociales y sindicales y en algunos países de la UE.
Desde los órganos de gobierno comunitarios en Bruselas se observan con cautela los recelos al TTIP, en particular en lo que pueda afectar al desarrollo sostenible o al respeto de las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Desde la Comisión Europea (CE) se ha insistido en los últimos días en el objetivo de que las negociaciones comerciales sean más transparentes y estén abiertas al “escrutinio público”.
De esta forma, la CE quiere mostrar su sensibilidad ante las protestas y manifestaciones multitudinarias que en las últimas semanas se han producido en algunas ciudades europeas en contra del TTIP.
El TTIP es un acuerdo comercial y de inversión integral que es visto en Estados Unidos como una excelente plataforma para incrementar el acceso a los mercados europeos de los bienes y servicios estadounidenses.
La UE y EE.UU. quieren intentar concluir la negociación del TTIP para finales de 2016, sin que todavía se conozca cuándo se podrá presentar un texto consolidado a los sectores ni la fecha exacta de la próxima ronda.
Actualmente, la actividad económica conjunta de Estados Unidos y la UE representa el 60 % del Producto Interior Bruto (PIB) global.
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