Un sondeo concluye que la mayoría de las compañías optan por tener organizaciones horizontales, basadas en equipos y alejadas de las jerarquías tradicionales.
Las “redes de equipos” se están convirtiendo en una apuesta segura de las empresas para organizar a su personal. Así lo demuestra un estudio, según el cual solo el 38 por ciento de las más de 7.000 firmas consultadas mantiene las estructuras verticales tradicionales de jefes situados en el escalafón por encima de sus empleados. La mayoría opta ahora por una organización horizontal.
La cifra es aún menor cuando se trata de compañías con más de 50.000 empleados. Según un estudio de la consultora Deloitte, solo el 24 por ciento de ellas mantiene su estructura tradicional, publica el portal Bloomberg.
De esta manera, los trabajadores tienen empleos menos definidos y se mueven de manera lateral, de un proyecto a otro, explica Josh Bersin, de Deloitte. Según él, las empresas se organizan ahora como “redes de equipos”.
Por su parte, el 92 por ciento de las compañías que aún no ha avanzado en este tipo de cambio lo contempla como una prioridad.
Jeff Luttrell, de la buscadora de talentos Alorica, asegura que “la estructura tradicional no necesariamente funciona en todos los entornos”, ya que hoy en día no se reporta “a un solo grupo”. Las empresas que sí lo hacen, sostiene Bersin, “no pueden innovar ni pueden adaptarse” a las necesidades del negocio. De esta manera, surgen compañías completamente horizontales, sin títulos rígidos, como la desarrolladora de videojuegos Valve.
“La estructura tradicional no necesariamente funciona en todos los entornos. En la época actual ya no reportamos a un solo grupo”, sostiene.
No obstante, esta modernización de las compañías también tiene sus costos, ya que, según el estudio de Deloitte, el 74 por ciento de las compañías consultadas califica el ambiente de trabajo como complejo o sumamente complejo. Y aunque “algún día todo esto será natural”, los empleados no dejan de preguntarse incapaces de hallar una respuesta concreta: “¿Cómo hago para que me asciendan?”.
Un sondeo concluye que la mayoría de las compañías optan por tener organizaciones horizontales, basadas en equipos y alejadas de las jerarquías tradicionales.
Las “redes de equipos” se están convirtiendo en una apuesta segura de las empresas para organizar a su personal. Así lo demuestra un estudio, según el cual solo el 38 por ciento de las más de 7.000 firmas consultadas mantiene las estructuras verticales tradicionales de jefes situados en el escalafón por encima de sus empleados. La mayoría opta ahora por una organización horizontal.
La cifra es aún menor cuando se trata de compañías con más de 50.000 empleados. Según un estudio de la consultora Deloitte, solo el 24 por ciento de ellas mantiene su estructura tradicional, publica el portal Bloomberg.
De esta manera, los trabajadores tienen empleos menos definidos y se mueven de manera lateral, de un proyecto a otro, explica Josh Bersin, de Deloitte. Según él, las empresas se organizan ahora como “redes de equipos”.
Por su parte, el 92 por ciento de las compañías que aún no ha avanzado en este tipo de cambio lo contempla como una prioridad.
Jeff Luttrell, de la buscadora de talentos Alorica, asegura que “la estructura tradicional no necesariamente funciona en todos los entornos”, ya que hoy en día no se reporta “a un solo grupo”. Las empresas que sí lo hacen, sostiene Bersin, “no pueden innovar ni pueden adaptarse” a las necesidades del negocio. De esta manera, surgen compañías completamente horizontales, sin títulos rígidos, como la desarrolladora de videojuegos Valve.
“La estructura tradicional no necesariamente funciona en todos los entornos. En la época actual ya no reportamos a un solo grupo”, sostiene.
No obstante, esta modernización de las compañías también tiene sus costos, ya que, según el estudio de Deloitte, el 74 por ciento de las compañías consultadas califica el ambiente de trabajo como complejo o sumamente complejo. Y aunque “algún día todo esto será natural”, los empleados no dejan de preguntarse incapaces de hallar una respuesta concreta: “¿Cómo hago para que me asciendan?”.
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